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sábado, 27 de junio de 2009
¿Orgullo o autodiscriminación?
Me explico. A mí no me gustan nada los tópicos que se atribuyen a ciertos colectivos. No creo que todos los gays sean reinonas ni todas las lesbianas sean camioneras. Creo que se puede ser (y de hecho son mayoría) los gays y las lesbianas que visten, hablan y se comportan de un modo completamente normal, sin ser estrafalarios ni tener pluma ni ir dando la nota. Y cada vez que veo los desfiles del Día del Orgullo Gay, me parece que son actos que estorban más que ayudan al colectivo homosexual. ¿Cómo va a tomar en serio la sociedad a un montón de tíos que se pintan la cara, se visten de drag queens y van por las calles voceando a Mónica Naranjo? Esos desfiles lo que hacen es perpetuar los eternos tópicos y las ideas equivocadas que la sociedad tiene sobre los homosexuales: que son promiscuos, que están mal de la cabeza, que no se les puede tomar en seri0, que les gusta disfrazarse del sexo opuesto, que los chicos visten de colores alegres y tienen más pluma que un pavo real y las tías son todas gordas, marimachos y vestidas de camioneras... una mierda, vamos, y además mentira, porque yo sé que no son así, por ejemplo mi amigo es un chico totalmente normal, atractivo y encantador, y si no me hubiera dicho que era homsexual jamás lo hubiera adivinado por mis propios medios (de hecho, siempre le bromeaba diciéndole que siendo tan guapo cómo no se echaba novia, y cuando me dijo "es que yo soy gay" me quedé sorprendidísima ^^U). Tres cuartas partes de lo mismo con las lesbianas que conozco (que sólo son conocidas, amiga de momento no tengo ninguna): son chicas monas, femeninas (aunque sin caer en el pijerío) y totalmente normales. Vamos, nada de lo que se puede ver en esas cabalgatas llenas de arcoiris y travestis ataviados con trajes de charol y zapatos de plataforma.
No creáis que esto es exclusivo del Día del Orgullo Gay. Me pasa algo parecido con el Día del Orgullo Friki. Una cosa es que me haga gracia poner una felicitación en el blog o que vaya a comprarme alguna frikadita para "celebrarlo", pero ni de coña saldría vestia de Princesa Leia o de elfa a la calle para que la gente me mire y se ría, como si yo fuera un fenómeno de circo. ¿Por qué? Pues porque mis trajes élficos son para las mereths y las Estelcones, no para divertir a los transeúntes de Valencia. Del mismo modo, un uniforme de la Alianza Rebelde yo me lo podría para ir a una convención de Star Wars o para ver alguna película de la saga al cine el día del estreno, pero no para ir a una manifestación.
Me parece muy positivo que en el Día del Orgullo Friki se hagan quedadas para jugar a cartas, wargames, rol, pases de películas, compraventa de comics y todo eso, porque permite hacer cosas divertidas y conocer a gente que comparte tus gustos (esto me hubiera venido muy bien a mí cuando era niña y adolescente, que no conocía a nadie como yo). Del mismo modo, veo positivo que el Dís del Orgullo Gay se hagan encuentros para concer a gente que es igual que tú. Lo que ya no me gusta tanto es hacer cabalgatas de carnaval delante de las cámaras de televisión. Porque considero que seas friki, o gay, o lo que sea, si quieres que te tomen en serio tienes que comportarte de forma normal, no ir por ahí haciendo el fenómeno. Habrá gente a la que sencillamente le gusta disfarzarse o dar la nota. De acuerdo, son libres de hacerlo que para algo vivimos en democracia. Pero que no se abanderen como los representantes del colectivo al que pertenecen, por favor, porque igual hay gente a la que no le gusta esa ropa, o esa música, o no es promiscua, y por culpa del afán de exhibicionismo de algunos se ve año tras año identificada por los demás con una serie de tópicos que no encajan en absoluto con ella.
Por cierto, que conste que en el fondo desconfío un poco de los "Días de..." porque lo que transmiten es que la igualdad y la normalidad del colectivo al que van dedicados no es ni mucho menos efectiva en la sociedad. Si no, ¿a qué santo hay un Día del Orgullo Gay, un Día del Orgullo Friki y un Día de la Mujer Trabajadora, cuando a nadie se le ha ocurrido instaurar el Día del Orgullo Heterosexual, el Día del Orgullo de los Futboleros y las Fashion Victims, o el Día del Hombre Trabajador?
viernes, 26 de junio de 2009
Botín de frikadas
El regalo propiamente dicho (en otras palabras, lo que ha dado para comprar con el dinero de mi madre) ha sido el Black album de Metallica (¡sólo le faltaba ese y no lo encontraba por ninguna parte!) y la película de Apocalypse Now. Pero, trasteando por la sección de DVD's, me he encontrado con la oferta "Cuatro por veinte" en la que estaba incluídas muchas de las grandes películas de fantasía que marcaron mi infancia y mi adolescencia. Y, claro, ha sido verlas y me he tenido que hacer con ellas. El turno de caer en la tentación le ha llegado a Tindomion al ver los dos volúmenes de comics de los Fuzztoons (aventuras en comic paródicas en mundos de fantasía rolera como Warhammer, la Tierra Media, Vampiro, Cthulhu y en ese plan, basadas en partidasd de rol que el autor jugó con sus colegas). Y claro, también han caído.
En total, 60 euros en frikadas, y NO es todo lo que queríamos comprar. Tindomion ha tenido que renunciar con ojos melancólicos a muchos libros chulos de historia bélica, y yo he tenido que renunciar a comprarme los cuatro volúmenes de Historia de las mujeres (de la Prehistoria a la actualidad, aunque puedo pasar con el segundo y el tercero), el quinto libro de La hermandad de la daga negra (Amante revelado), el libro de Los juegos del hambre, Nocturna (el de vampiros de Guillermo del Toro), los nuevos de Luis Royo y Victoria Francés... ays, tantas frikadas y tan poco dinero para comprarlas T___T
Bueno, en resúmen, que la lista de tesssoros con las que nos hemos hecho es la siguiente:
CD's:
-Black album, de Metallica.
Películas:
-Apocalypse now.
-A través del laberinto.
-Excalibur.
-El quinto elemento.
-Willow.
Comics:
-Fuzztoons Vol I.
-Fuzztoons Vol II.
A parte, me estoy leyendo La reina en el palacio de las corrientes de aire, de Stieg Larsson, el tercero de la trilogía Millennium (que por ahora me está pareciendo el más flojo de los tres, todo hay que decirlo). A ver si en cuanto la situación económica mej0re puedo seguir haciéndome con más frikadas ^^
miércoles, 24 de junio de 2009
Noche de San Ulmo en Edhellond
Entre paréntesis, siempre me ha hecho gracia cómo la Iglesia sacralizó fiestas paganas como esta, encasquetándosela a un santo o santa de turno, cuando veían que no la podían erradicar de la cultura popular. La Noche de San Juan es todo menos una conmemoración a San Juan: se trata de la celebración del sosticio de verano, la noche más corta del año, en la que según las tradiciones mágicas el mundo sobrenatural y el natural se hacen uno y el mundo es más proclive a escuchar nuestros deseos, por eso todo el mundo pratica rituales mágicos como saltar las hogueras siete veces (para purificarse de todo lo malo), saltar nueve olas (para conseguir buena suerte y abundancia, de ahí viene a que la fiesta de San Juan Bautista, se supone que por su influencia toda el agua es bendita esa noche) y quemar deseos para que las fuerzas del fuego, el aire, la tierra y el agua los reciban y nos los concedan. Totalmente una tradición mágica, vamos, fruto de los tiempos en los que se rendía culto a las fuerzas de la naturaleza y se divinizaba al Sol, típico de las primitivas religiones animistas.
Aún así, he de decir que me encanta todo lo relacionado con la magia (magia blanca, se entiende, nada de pactos demoníacos ni hechizos para hacer daño o dominar a los demás ni cosas de esas). De adolescente me dio por intentar probar a hacer hechizos, y aunque no tuve demasiado éxito (aunque también es verdad que viviendo en casa de mi madre y teniendo que hacerlo de estrangis tampoco podía ejecutarlos a la perfección), nunca he perdido el gusto ni la afición por todo lo que tenga pinta de mágico y de esotérico, siempre que no parezca chungo, claro. Así que siempre procuro celebrar la Noche de San Juan.
La de este año ha sido en la playa de la Patacona, en Alboraya, al lado del apartamento que tienen allí Fimbrethil e Imrahil. Trajimos cena para nosotros, algunos también llevamos madera y picoteo para compartir con los demás (yo llevé Filipinos, Baya de Oro llevó unos deliciosos pinchitos de queso para asar en las llamas, Fimbrethil llevó fuet de pavo sin colesterol, y los demás trajeron bebidas, papas y cosas por el estilo). Nos lo pasamos muy bien, escribiendo nuestros deseos, charlando y riendo. Baya de Oro e Isildur llevaron a su hijo mayor, que con cinco añitos se pasó todo el rato escapándose al agua y rebozándose de arena, y protagonizó anécdotas bastante graciosas. Por ejemplo, cuando le preguntó a su padre si al final del mar hay una catarata gigante, o cuando me preguntó a mí por qué la madera se convierte en "eso tan brillante y pequeño" (le tuve que explicar que se llamaban "brasas"). Hay que ver lo curiosones que son los chiquillos a esa edad ^^
Tindomion (más conocido como El Rey Brujo en la STE, aunque "Tindomion" es el alias oficial) estaba preocupadísimo porque había poca leña y cuando encendimos el fuego a las diez de la noche estaba convencido de que no iba a durar hasta las doce, pero gracias a mi habilidad haciendo de Vestal conseguimos no sólo que a medianoche hubiera una buena hoguera, sino que a la una y cuarto, cuando nos fuimos, aún hubiesen llamas. Por supuesto, cenamos sentados en nuestras toallas de playa, arrojamos nuestros deseos al fuego, saltamos siete veces la hoguera (bueno, siete veces yo, algun@s gallinas sólo lo hicieron una vez :-P) y saltamos también las nueve olas en el mar. Desgraciadamente, no pudimos quedarnos mucho rato porque al día siguiente había trabajo, pero nos lo pasamos genial y espero que repitamos el año que viene.
Aquí os dejo unas cuantas fotos de San Ulmo. Si queréis verlas todas, son del álbum de fotos de Facebook de Baya de Oro ^^
Espero que todos los lectores de este blog hayan pasado también una Noche de San Juan mágica y que todos sus deseos se cumplan. Aunque me figuro que muchos no habrán podido salir por culpa de los exámenes... cómo se nota que estáis todos estudiando, que casi no tengo comentarios útlimamente :-P
domingo, 21 de junio de 2009
Además de malvados, idiotas
No voy a entretenerme en detalles macabros, que odio y además me dan dolor de estómago, ni en decir lo sádicos, cabrones, hijos de puta, enfermos, traidores, miserables y rastreros que son todos los etarras en general y los que pusieron esta bomba en particular, que eso seguro que ya lo han hecho en miles de blogs más leídos que el mío. Tampoco me voy a detener a recordarle amablemente a los que pusieron esa bomba, si por causalidad me leen, que cuando mueran arderán en el Infierno por lo que han hecho, donde les garantizo que tendrán que sufrir llamaradas bastante peores que las que atormentaron a su víctima, y durante bastante más tiempo (sí, ya sé lo de la caridad cristiana y esas cosas, pero es que ahora estoy demasiado cabreada como para no desearles el Infierno a esos cabrones, aunque sólo sea una temporadita).
En cambio, sí quisiera detenerme en una noticia que he leído hoy: es esta. Son, ni más ni menos, las palabras de la viuda del agente Puelles durante la manifestación en portesta por el asesinato de este. He aquí agunas de sus declaraciones:
"A mí me han hecho daño, pero les va a costar mucho poder conmigo, con mi familia, con los hermanos, con su madre y con toda la gente que le quiere. A mí, ni a mis hijos, no me van a ver llorar, lloraré en casa, pero aquí no, no les voy a dar ese gusto"
"Los etarras son asesinos, no son políticos, no son presos políticos, eso es mentira. Que no vengan las familias pidiendo dinero para ir a verlos (a las cárceles) porque son presos políticos. No, es mentira, son asesinos"
Pues olé sus ovarios, señora. Admiro muchísimo el valor la y la entereza, la fuerza y el orgullo de esta mujer, que además de no darle el gusto a los etarras de verla destrozada ha dicho verdades como puños: lo único que ha conseguido la ETA con esta acción ha sido dejar una viuda, dos huérfanos y una familia y unos amigos tristes, furiosos y desolados.
Deben ser estúpidos además del malvados si creen que han conseguido algo más, o que vana conseguirlo por ese camino. Llevan desde antes de la Transición matando a gente inocente y jamás han conseguido nada salvo ser odiados y despreciados y perder toda la legitimidad que pudieran tener a la hora de reclamar lo que piden. Si furan inteligentes, se habrían disuelto al llegar la democracia y habrían tratado de llegar a su objetivo de forma pacífica y mediante la política (que, dicho sea de paso, es como lo están haciendo los catalanes y han conseguido bastante más que ellos, demotsrando que se cazan más moscas con miel que con hiel). Esto demuestra que además de sádicos carniceros son gilipollas sin sentido común con más mala leche y sadismo que cerebro y sangre fría.
Y, si de verdad creen que tienen que matar, ¿en serio piensan que van a conseguir algo matando a policías, concejales, guardias civiles y señoras en chándal que casualmente iban a hacer la compra al supermercado cuando ellos pusieron una bomba dentro de él? Esas son personas normales, honrados trabajadores que se esfuerzan día a día por ganarse la vida, sin ningún peso político y social. Los anarquistas del siglo XIX eran más inteligentes: no mataban al pobre policía o al tímido concejal de a pie, que no hacían nada en contra de los intereses que perseguían o si lo hacían era cumpliendo órdenes de arriba. No, esos anarquistas iban a por las cabezas: los ministros, los presidentes, los altos mandos del ejército. A lo mejor mataban mucho menos, pero cada golpe que daban era a alguien que realmente tomaba decisiones y cortaba el bacalao. Lo que pasa es que los de ETA son tan cobardes y mediocres que no tienen los medios, la capacidad o los huevos de ir a por quien realmente es un obstáculo para su intereses.
Ah, pero es que claro, las grandes personalidades llevan un ejército de escoltas, van siempre blindados y protegidos, están las veinticuatro horas del día vigilados, y así no mola, ¿verdad? Eso es demasiado difícil para ellos, a los que se les da mucho mejor quemar viva a la gente que idear un buen plan. Mejor asesinan a pobre gente de a pie, que es más fácil y tiene que dedicar su mierda de sueldo a ganarse el pan de sus hijos en lugar de pagar uan escolta o seguridad privada. En realidad no van a hacer nada para conseguir sus obejtivos, no van a conseguir nada, como bien dijo la pobre viuda del agente Puelles, salvo dejar una familia destrozada, pero, ¿y lo que se ríen, los cabrones?
Lo dicho, que además de malvados, idiotas y además cobardes. Pero qué bajo ha caído el independentismo vasco, por Dios.
EDITO para añadir algo que me ha dejado estupefacta. Un portavoz del PNV ha hecho estas declaraciones a la prensa:
"En esas circunstancias no se puede dejar el discurso a la viuda. Fue una situación durísima. La mujer lo mezcló todo. Hizo referencias muy duras a las familias de los presos. Supongo que estaría sedada a tope. Eso lo tienen que cuidar. Es mejor que las viudas no hablen"
Me parece muy fuerte. ¿Sedada? A mí no me parece que estuviera sedada ni que haya mezclado nada. Ha dicho aquello que toda la sociedad piensa y que ningún nacionalista del tres al cuarto tiene los huevos de decir. Me parece insultante que la hayan tratado así.
¿Referencias muy duras a las familias de los presos? Lo único que ha dicho la mujer es que las familias de los etarras presos no tienen derecho a ir a verles sufragadas con dinero público, de los impuestos, ni a tener un trato especial, porque los de ETA no son presos políticos sino asesinos, y a ningún familiar de un delincuente encarcelado se le concede ese privilegio. Si el PNV cree que ese comentario es duro y consecuencia de una sedación fuerte, eso dice mucho acerca del lado de quién están.
¿Las viudas no deberían hablar? ¿Y quién debería hablar entonces, los políticos hipócritas que no mueven un dedo para frenar a ETA y se quedan tranquilamente en sus salones oficiales comiendo mariscadas a cuenta del contribuyente mientras en la calle mueren personas inocentes y la kale borroka destroza coches, escaparates y mobiliario urbano? ¿O es que las verdades que dijo la viuda del agente Puelles son verdades que los políticos del PNV no quieren oír? ¿Mala conciencia, quizás? La familia de las víctimas es quien tiene más derecho a hablar. Me alegro mucho de que por fin lo hayan hecho.
Y en cuanto al cretino que ha soltado esas declaraciones, le sugiero que la próxima vez sea él quien se quede calladito, porque además de hacer el ridículo se le ha visto el plumero.
viernes, 19 de junio de 2009
La eleccion de Lúthien
Cada vez que leo El Silmarillion, vuelvo una y otra vez al capítulo titulado "De Beren y Lúthien", historia más conocida entre los Eldar como "La balada de Leithian" o "La liberación del cautiverio".
Hace tiempo, cuando participaba en el foro de LGG y las cosas me iban bien por allí, alguien comenzó un hilo preguntando cuál era la historia de amor más grande que habíamos leído. Algunos hablaron de Romeo y Julieta, otros ce Catherine y Heathcliff, incluso hubo algunos que mencionaron a bella y Edward de Crepúsculo. Pero yo no me lo pensé dos veces a la hora de elegir la historia de Beren y Lúthien.
Siempre me ha dado rabia ver, tanto en la vida real como en los libros y la películas, una historia de amor en la que dos amantes se quieren muchísimo, están profundamente enamorados, y entonces uno de ellos muere dejando al otro en la desesperación... hasta que consigue recuperarse, volverse a enamorar de otra persona y mantener una nueva relación con ella. Sé que esas cosas pasan, pero me parece la antítesis del romanticismo. Creo que cuado dos personas se aman de verdad, profundamente, ni siquiera la muerte debería poder acabar con ese amor ni separarlas. Creo que el amor verdadero es más fuerte que la muerte, como dice la famosa frase de la película El cuervo que tengo aquí en el blog: "Builidngs burn, people die, but real love is forever" (los edificios arden, las personas mueren, pero el amor verdadero es para siempre"). Por eso me parece tan amargo que si tu pareja muere la olvides y te vayas con otra persona. No me parece que eso sea amor verdadero. Yo estoy segura de que, si amas de verdad a alguien, la muerte de uno de los dos no va a poder impedir que el otro siga amando, con o sin la esperanza del reencuentro (en mi caso al menos es más soportable, porque tengo fe en que me volveré a encontrar en la otra vida con mis seres queridos).
Y esto precisamente es lo que ofrece la historia de Beren y Lúthien. No sólo ofrece aventuras y emoción, no sólo ofrece a la mayor heroína de Tolkien, una elfa que no se queda esperando a que la rescaten sino que es ella quien va a rescatar a su chico y que es una hechicera tan poderosa que es capaz de vencer en un combate mágico a Sauron y hechizar al licántropo Carcharoth y al mismísimo Morgoth (para que luego digan que Tolkien es machista o que no tiene personajes femeninos combatientes aparte de Eowyn), sino que también ofrece la más bella historia de amor que he leído jamás. Muchos que pasan por aquí ya la conocen, pero no me resisto a la tentación de recordarla (y, a los que no la hayan leído, espero picarles la curiosidad lo suficiente como para que se animen a leerla).
Lúthien es hija del elfo Teleri Elwë Thingol y de la maia Melian, princesa de Doriath y del pueblo de los Sindar. Beren es un humano de noble cuna, pero cuya familia y compañeros han muerto a manos de las huestes de Morgoth, haciendo que tenga que escapar solo a las tierras agrestes. Cuando se conocen, el amor surge de inmediato entre ellos, en un encuentro que Tolkien narra de una forma mágica:
Se dice en la Balada de Leithian que Beren llegó tambaleándose a Doriath, con cabeza cana y como agobiado por muchos años de pesadumbre, tanto había sido el tormento del camino. Pero errando en el verano por los bosques de Neldoreth, se encontró con Lúthien, hija de Thingol y Melian, a la hora del atarceder, al elevarse la Luna, mientras ella bailaba sobre las hierbas inmarcesibles del claro umbroso junto al Esgalduin. Entonces todo recuerdo de su pasado dolor lo abandonó, y cayó en un encantamiento; porque Lúthien era la más hermosa de todos los Hijos de Ilúvatar. Llevaba un vestido azul como el cielo sin nubes, pero sus ojos eran grises como la noche iluminada cíe estrellas; estaba el manto bordado con flores de oro, pero sus cabellos eran oscuros como las sombras del crepúsculo. Como la luz sobre las hojas de los árboles, como la voz de las aguas claras, como las estrellas sobre la nieblas del mundo, así eran la gloria y la belleza de Lúthien; y tenía en la cara una luz resplandeciente.
Pero ella desapareció de súbito; y él se quedó sin voz, como presa de un hechizo, y durante mucho tiempo erró por los bosques, impetuoso y precavido como una bestia, buscándola. La llamó en su corazón Tinúviel, que significa Ruiseñor, hija del crepúsculo, en la lengua de los Elfos Grises, pues no conocía otro nombre para ella. Y la vio a lo lejos como las hojas en los vientos de otoño, y en invierno como una estrella sobre una colina, pero una cadena le aprisionaba los miembros.
En la víspera de la primavera, poco antes del alba, Lúthien bailó en una colina verde; y de pronto se puso a cantar. Era un canto vehemente que traspasaba el corazón como el canto de la alondra que se alza desde los portones de la noche y se vierte entre las estrellas agonizantes, cuando el sol asoma tras las murallas del mundo; y el canto de Lúthien aflojó las ataduras del invierno, y las aguas congeladas hablaron, y las flores brotaron desde la tierra fría por la que ella había pasado.
En ese momento el hechizo de silencio cesó de repente, y Beren la llamó, gritando Tinúviel; y los bosques devolvieron el eco del nombre. Entonces ella se detuvo maravillada y no huyó más, y Beren se le aproximó. Pero cuando Tinúviel lo miró, la mano del destino cayó sobre ella, y lo amó; no obstante, se deslizó de entre los brazos de Beren y desapareció en el momento en que rompía el día. Entonces Beren cayó desmayado en tierra como quien ha sido herido a la vez por el dolor y la felicidad, y se hundió en el sueño como en un abismo de sombra; y al despertar estaba frío como la piedra, y sentía el corazón árido y desamparado. Y con la mente errante andaba a tientas como quien ha sido atacado de súbita ceguera y trata de atrapar con las manos la luz desvanecida. Y así empezó a pagar el precio de la angustia, por el destino que le había sido impuesto; y en este destino estaba atrapada Lúthien, y siendo inmortal compartió la mortalidad de Beren, y siendo libre se ató con las cadenas de Beren; y ninguna Eldalië había conocido una angustia mayor.
Pero las cosas no se pondrán fáciles para ellos. Thingol, que desprecia a los humanos y adora a su única hija, los descubre y le dice a Beren que no permitirá a Lúthien casarse con él a menos que le traiga uno de los Silmarils que adornan la corona de Morgoth. Teniendo en cuenta que los Silmarils son tres joyas mágicas únicas en el mundo por las que los elfos se han estado matando durante siglos y que Morgoth es un demonio encarnado que se erige como Señor Oscuro, de quien Sauron no es más que un lugarteniente, la cosa pinta chunga para Beren, pero a pesar de todo este acepta el reto y parte tras jurar que la próxima vez que el rey Thingol y él se encuentren, él llevará en la mano uno de los Silmarils de la corona de Morgoth.
Desgraciadamente, él y los compañeros que le ayudan son apresados y encarcelados por las huestes del mal sin que puedan cumplir su misión. Entonces, Lúthien, intuyendo que su amado está en peligro, escapa de su casa, va en su busca, y tras mil peligros y peripecias consigue rescatar a Beren y hechizar a Morgoth y a toda su corte para poder robar uno de los Silmarils. Al final, consiguen escapar, pero sin la joya: una bestia de Morgoth le arranca la mano a Beren de un mordisco cuando tratan de escapar y el Silmaril, con la mano de Beren aferrándolo, se queda dentro de sus entrañas. Como al regresar a Doriath Beren ha cumplido su promesa de sostener en la mano un Silmaril (aunque la mano no esté con él) Thingol permite que él y Lúthien se casen. Sin embargo, el lobo, enloquecido, va tras ellos, y aunque el rey y sus guerreros consiguen abatirlo, antes de fallecer deja mortalmente herido a Beren. Lúthien, al enterarse de la muerte de su amado, muere también para poder ir a buscarle a las Estancias de Mandos (lugar donde las almas de los elfos esperan a la reencarnación y desde donde las almas de los humanos parten fueran del mundo para no volver), y allí tiene lugar la que a mi juicio es la escena más bonita de la historia y de El Silmarillion, que me arrancó las lágrimas la primera vez que la leí y me las sigue arrancando y la vuelvo a leer en un momento sensible:
Pero Lúthien llegó a las Estancias de Mandos, donde están los sitios designados para los Eldalië, más allá de las mansiones del Occidente en los confines del mundo. Allí los que esperan se sientan a la sombra del pensamiento de los Eldalië. Pero la belleza de Lúthien era mayor que la de ellos, y tenía un dolor más profundo; y se arrodilló ante Mandos y le cantó.
La canción de Lúthien ante Mandos fue la más hermosa de las compuestas con palabras, y la más triste que nadie haya escuchado jamás. Inalterada, imperecedera, se la canta todavía en Valinor más allá de los oídos del mundo, y al escucharla los Valar se entristecen. Porque Lúthien compuso dos temas: el dolor de los Elfos y la congoja de los Hombres, los Dos Linajes que hizo Ilúvatar para que morasen en Arda, el Reino de la Tierra, en medio de las estrellas innumerables. Y cuando Lúthien se arrodilló a los pies de Mandos, sus lágrimas cayeron como la lluvia sobre la piedra, y Mandos se conmovió, él que nunca así se conmoviera antes y que nunca así se conmovió después.
Lúthien hubiera podido elegir la opción fácil, la que tantos viudos y viudas eligen actualmente: dejar marchar a su pareja, irse a Valinor para curarse de sus penas y rehacer su vida amorosa con alguien de su raza. En lugar de ello, eligió la opción difícil, la opción que sólo alguien que siente amor verdadero elegiría: tragarse el dolor, quedarse con Beren en un mundo hostil, y morir con él cuando llegue la hora. Puede que desde un punto de vista estrictamente racional y práctico, en este mundo en el que todo tiene fecha de caducidad, todo es relativo y todo es de usar y tirar, la elección de Lúthien no sea la opción más popular. Pero es la opción que nace del corazón y del amor verdadero, y, desde luego, es la opción que elegiría yo.
miércoles, 17 de junio de 2009
¡Enhorabuena, campeones de Aragón!
lunes, 15 de junio de 2009
Notas a pie de página
La última de sus entradas me ha hecho pensar en lo enormemente diferente que es el cristianismo del resto de religiones. Uno se teletransporta al pasado y ve a los dioses griegos y romanos, a Mithras, a Alá, a los dioses nórdicos, celtas, egipcios, hindúes... todos los dioses que había por ahí sueltos, vamos, y entonces es cuando te das cuenta de que el cristianismo es una religión única en ese mundo, que rompe con todo.
La clave está en la Pasión de Cristo. Tenemos aquí a Jesús que, conociendo su destino y teniendo el poder para evitarlo, no lo hace. Elige sufrir y morir en la cruz por la humanidad. Curioso, teniendo en cuenta que en todas las otras religiones el dios o dioses exigen sacrificios y holocaustos de sus servidores (los dioses más amables se conformaban con animales, a otros había que hacerles sacrificios humanos), pero en el cristianismo es Dios quien se sacrifica por la humanidad. Los otros dioses decían "matad por mí", pero Dios dice "voy a morir por vosotros". Las otras religiones eran "el pueblo elegido vs el resto del mundo", pero el cristianismo es "amáos los unos a los otros, no importa lo diferentes que seáis". Es un mensaje tan innovador que sólo puede venir de Dios.
Habrá mucha gente que salte diciendo: "Sí, y un cuerno. Dios es tan sanguinario como cualquier otro de esos dioses. Si no, ¿por qué se crearon la Inquisición, y las Cruzadas, y todas esas barbaridades?". Bien, para mí esas atrocidades no desmienten el mensaje de Dios, es más, prueban que el cristianismo es la religión verdadera.
Me explico: el mensaje original de Jesús no habla para nada de intolerancia, de exterminar al diferente ni de cruzadas. El mensaje de Jesús habla de amor, de perdón y de paz. Fueron los hombres, la Iglesia, quienes tergiversaron el mensaje, ignoraron las partes que no les convenían a sus intereses, corrompieron la imagen de Dios y comenzaron a actuar de forma opuesta a como decían los Evangelios y a matar en nombre de Él. Es decir, exactamente igual que en las otras religiones. Esto es para mí lo que demuestra que el mensaje de Jesús es el mensaje de Dios. La idea de una religión que promueve la paz, el amor y el perdón era tan revolucionaria, tan inhumana, que sólo podía provenir de Dios. ¿Cómo va a ser una religión creada por el hombre, si hasta los propios cristianos y la Iglesia fueron incapaces de ser coherentes con ese mensaje y acabaron torciéndolo para poder actuar como actuaban todos los demás?
Por eso me fastidia bastante que haya tanta gente que base su falta de fe en "es que la Iglesia creó la Inquisición y las Cruzadas y está llena de hipócritas y encima encubren a los pederastas y el Papa qué hace con todas esas riquezas si tendría que donarlas a los pobres, y bla, bla, bla". Pues claro que meten la pata hasta el fondo, es que sólo son hombres, no te jode. Es qude eso no tiene nada que ver con Dios ni con el mensaje de Cristo.
A mí eso de que "el Papa es el representante de Dios en la Tierra" y que "es infalible" siempre me ha parecido una solemne estupidez. No creo que haya nadie infalible, y tampoco creo que Dios necesite ningún representante en la Tierra. No le hace falta. Creo que por no hacer, no hace falta ni siquiera una Iglesia organizada. Está todo en los Evangelios, ¿para qué hace falta más? Si los sigues, vas a estar conduciendo tu vida en sintonía con Dios, no hace falta que venga un Obispo a decirte lo que tienes que hacer y lo que tienes que pensar. Me gusta la idea de una Iglesia como la más primitiva, simplemente un grupo de creyentes que se reunen para rezar, para administrar los sacramentos e incluso para organizar obras benéficas. Pero, ¿una jerarquía rígida como la que tenemos ahora, con una dictadura moral en la que vienen a decirnos qué tenemos que pensar, en la que se nos imponen desde fuera normas que NO aparecen en los Evangelios como por ejemplo que las mujeres no pueden ser sacerdotisas, o que los curas no pueden casarse, o que los anticonceptivos y la homosexualidad son pecaminosos, como si tuvieran derecho a modificar el mensaje de Jesús añadiendo notas a pie de página? Venga ya. Ni me lo creo, ni nada de eso aparece en el Nuevo Testamento. Me recuerda bastante a lo que pasó en Rusia después de la revolución cuando Stalin cogió los ideales marxistas de igualdad y justicia social y se los pasó por el forro para crear la dictadura bolchevique de los gulags y la burocracia monolítica. Lo que hizo Stalin no era comunismo, era montar una dictadura fascista tomando como excusa el marxismo pero ignorando las partes que no le convenían.
Y, sin embargo, lo triste es que no sé de ninguna persona de izquierdas que haya renegado del socialismo tomando como excusa lo cabrón que fue Stalin.
jueves, 11 de junio de 2009
Star Trek: cómo cargarte una saga con estilo
Vaya por delante que no soy trekkie; de hecho, ni siquiera he visto nunca la serie. Los nombres de "capitán Kirk", "Spock" y "Enterprise" me sonaban vagamente, como le pueden sonar "Luke Skywalker", "Darth Vader" o "Halcón Milenario" a alguien que nunca ha visto una película de Star Wars. Por eso, porque no soy fan de la saga, creo que he podido apreciar la película en las cosas buenas que tiene: es entretenida, ágil, divertida y con unos efectos especiales excelentes (y, por lo que dijo Tindomion, que la serie no la ha visto pero algunas de las películas anteriores sí, no cae en el error de cambiar por completo la estética y la tecnología de la saga como pasa en las nuevas de Star Wars; aquí se modernizan los efectos especiales pero sin alterar la estética original). Sin embargo, no me hizo falta ser trekkie para salir de la sala de cine con la sensación de que, por muy buena que sea se ha cargado toda la saga, y me imaginaba la más que justificada indignación de todos los fans acérrimos que probablemente salieron del cine acordándose de toda la familia de J.J.Abrahams. Esto es debido a algo que sucede en los primeros minutos de la película y condiciona todo el guión: tiene lugar un viaje en el tiempo que cambia el pasado, y por consiguiente TODA la historia de la serie y las anteriores películas. Es decir, que nada de lo que ha sucedido hasta ahora en la serie tiene validez, porque el pasado ha sido alterado.
No es por nada, pero vaya mierda. ¿Qué van a hacer ahora, filmar de nuevo toda la serie inventando nuevas aventuras? Me parece que había mejores formas de hacer una precuela que ésta. Muchos se quejan de lo que hizo George Lucas con la saga de Star Wars al crear las nuevas películas: cambió la estética, hizo guiones simples y aburridos y además metió incoherencias argumentales con las antiguas películas (por ejemplo, que en las antiguas el maestro de Obi-Wan Kenobi era Yoda y en las nuevas era Qui-Gon Jinn, o que en las antiguas Leia llegaba a conocer durante unos pocos años de su vida a Padme y en las nuevas Padme moría en el parto sin llegar a ver a sus hijos más que un instante). Vale, todo eso son fallos notables. Pero al menos George Lucas no cambia radicalmente la historia y el universo, no acaba la nueva trilogía diciendo "bueno, como hubo una alteración en la continuidad espacio-tiempo, la saga vieja no sucedió nunca porque Anakin no se pasó al lado oscuro y mató al Emperador de una patada en el culo evitando así las Guerras Clon y el exterminio de los Jedis". La nueva película de Star Trek puede ser mejor que la nueva trilogía de Star Wars en cuanto a fidelidad de la estética y entretenimiento e inteligencia del guión, y de hecho hubiera sido para ponerle un 10 si en lugar de una precuela hubiera sido una película totalmente independiente. Pero se ha cargado TODA la saga, lo cual la rebaja a un nivel muy inferior al de la nueva trilogía de Star Wars, que puede que sea de mediocre a mala, pero por lo menos no nos arrebató a los fans la posibilidad de consolarnos viendo la trilogía orginal.
Y lo peor es que todo esto se consigue gracias a un agujero en el guión mucho mayor que los famosos Agujeros Negros del filme:
SPOILER: Porque, a todo esto, ¿realmente hacía falta meter la destrucción de Vulcano, la muerte de la madre de Spock y del padre de Kirk (que viven en la historia original) y todos esos cambios, cuando Nero podría haber sido un poco más listo y en lugar de cargarse Vulcano y pretender hacer lo mismo con todos los planetas de la Federación, hubiera podido irse a Rómulo (que debía estar intacto en esa época) y avisar a todos su compatriotas de que debían evacuar el planeta para dentro de 150 años? ¿Para qué coño se dedica a hacer de Malo Maloso Destruyeplanetas (por cierto, supongo que aquí NADIE se acordó de la Estrella de la Muerte, ejem... ¬¬) cuando podría haberse ido a su planeta y dejarse una nota a sí mismo contándose lo que iba a pasar para poder poner a salvo a su familia, o mejor aún, salvar a toda su raza? Porque de todos modos estaban jodidos; aunque la supernova realmente se hubiera convertido en un agujero negro, o bien habría acabado fagocitando al planeta, o bien al no tener ya un sol el paneta se habría congelado, así que de todos modos los romulanos TENÍAN que acabar dejando su planeta natal, ¿entonces a qué cuernos la materia roja y toda esa gilipollez?
Ah, y otra cosa que me hizo mucha gracia fue lo de los Agujeros Negros. Resulta que los del principio de la película te llevan al pasado, pero los del final lo que hacen es matarte, ¿no? ¿Qué pasa, que cada uno sirve para una cosa? Yo hubiera visto mucho más coherente que al final, en lugar de escapar del Agujero Negro, la Entreprise se metiera en él y llegara, por ejemplo, a varios días antes de que la supernova se tragase Rómulo para poder avisar a los romulanos de que debían dejar su planeta. De ese modo hubieran evitado que Nero viajara al pasado y se dedicara a dar por saco.
lunes, 8 de junio de 2009
Cómo era, cómo soy
Parece que no, pero hace ya mucho tiempo de eso. Cuando cumplí 14 años, corría el 1997 y nadie tenía Internet, no existía el mp3 ni el Ipod (la cosa funcionaba con walkman o con discman), y los móviles y los DVD's empezaban a despuntar como la quintaescencia de la novedad, y aún faltaba mucho para el 11S y la psicosis del terrorismo islamista (bastante había con la ETA por aquel entonces).
No fueron años fáciles para mí. No tenía ni un sólo amigo. Era muy soñadora, inocente y fantasiosa. También era imaginativa y solitaria, y me encerraba en mi mundo. Me encantaba escribir y deseaba llegar a ser una escritora famosa. Deseaba ser amada, pero pensaba que ningún chico me iba a querer jamás. Intentaba caerle bien a la gente, pero como siempre se reían de mí por ser la rara de la clase acabé caminando por los pasillos del colegio medio escondida tras el carpesano, como amagando un nuevo golpe.
Por aquel entonces yo llevaba el cabello teñido de pelirrojo para parecer a Dana Scully de Expediente X, mi ídolo. Adoraba Expediente X, mi primer frikismo fue con esta serie. Me interesaba muchísimo todo lo que tuviera que ver con los OVNIS y el ocultismo, tenía libros de magia y trataba de hacer hechizos a escondidas en mi casa, que luego nunca me salieron (en parte proque me resultaba difícil concentrarme en hacerlo todo bien cuando mi madre aparecía cada pocos minutos y tenía que esconderlo todo porque siempre le daba por entrar en mi habitación para ver si estaba estudiando). Llevaba colgantes de cuarzo o amuletos wiccanos sobre camisetas negras ceñidas. Aún no era gótica, pero ya tendía a vestir de negro, rojo y colores oscuros, con ropa ceñida (por aquel entonces yo usaba una talla 36-38... qué tiempos aquellos T___T). Leía mucho, sobre todo novelas de terror, y también veía muchas películas de terror. me apasionaban las películas de asesinos en serie, de terror psicológico, de fantasmas... me encantaba pasar miedo (debo haber visto todas las películas de la saga Scream al menos treinta veces). Las únicas que no soportaba eran las gore, que siempre me han dado mucho asco. Mis autores de cabecera eran R.L.Stine y Stephen King.
Como tenía un corazón romántico, me gustaba el pop azucarado que tan fuerte pegó en los 90 y escuchaba a los Take That, a los Backsetreet Boys, a Britney Spears, a Ella Baila Sola, a La oreja de Van Gogh, a Laura Pausini y a Christina Aguilera. Me ponía triste y lloraba a menudo cuando estaba sola, sin comprender muy bien la razón, porque me sentía sola y perdida y sentía que el mundo mágico y sobrenatural que mi corazón anhelaba fervientemente me daba la espalda. Además, no conocía a nadie que compartiera mínimamente mis gustos ni me comprendiera, y tenía la terrible sensación de que no lo conocería jamás porque era totalmente diferente al resto del mundo.
Ahora miro atrás y veo que he cambiado mucho y evolucionado mucho. He madurado, he aprendido y he superado muchos de mis traumas, pero creo que, en lo fundamental, sigo siendo la misma. Sigo siendo creyente, me sigo sintiendo muy atraída por la magia, sigo adelante con mis sueños de ser escritora, y sigo siendo una soñadora, un despiste con la cabeza llena de pájaros. Ya no me gusta el pop dulzón, prefiero con mucho el hard rock y el heavy metal (sobre todo el épico, el gótico, el sinfónico y el power). Escucho a Within Temptation, Nightwish, Epica, Lordi, Rhapsody, Iron Maiden, Blind Guardian y Stratovarius. Visto con ropa gótica cuando puedo, es mi favorita (menos cuando voy a trabajar, claro, que al juzgado hay que ir en traje de chaqueta o vestido pijo).
El terror ya no me gusta tanto (ahora no soporto ver sangre ni sufrimiento y me pego unos sustos de cuidado) y me atrae mucho más la fantasía épica, la ciencia-ficción y las aventuras, aunque aún me gusta ver una buena película de terror psicológico estilo Los otros o El orfanato, y sigo leyendo buenos libros de terror de vez en cuando (Stephen King siempre estará entre mis favoritos, y también leo mucho a José Carlos Somoza). Ya no llevo el pelo teñido de pelirrojo, sino de mi color castaño oscuro natural. Desgraciadamente, ya no quepo en una talla 36; ahora uso la 40 como casi todas las mujeres. Pero lo mejor es que ahora tengo amigos, tengo novio y tengo la autoestima mucho más alta, y lo mejor es que no he tenido que renunciar a mí misma ni volverme como los demás para conseguirlo. Algunos de mis sueños se han cumplido, y otros van en camino de hacerlo, si Dios quiere. Además, he descubierto los juegos de rol, que me han permitido (¡por fin!) tener la posibilidad de meterme en otros mundos y vivir las aventuras que siempre quise vivir.
En definitiva, que hay cosas de mí que han cambiado, cosas de mí que han evolucionado, y cosas de mí que siguen igual. Me he dado cuenta de la razón que tenían mis padres en casi todo (aunque en ciertas cosas creo que se equivocaron, o sencillamente no estamos de acuerdo) y de la prepotencia que tenía de adolescente al creerme que lo sabía todo y que mi opinión y experiencia era exactamente igual a la de un adulto (¡ilusa!). Me he dado cuenta de que a esas edades crees que lo sabes todo, que puedes hacerlo todo, que eres lo más importante y lo más insignificante del mundo a la vez, y que tus problemas son una montaña descomunal. Y luego resulta que creces y maduras y te das cuenta de que no, de que las cosas no son como tú te las habías montado, y de que sientes la necesidad de pedirle disculpas a todos los que trataste mal en tu inconsciencia cuando empiezas a alcanzar su punto de vista.
Pero está bien darse cuenta, porque significa que has tenido las experiencias y has adquirido la madurez necesarias para dar un paso más en tu vida y darte cuenta de las cosas por ti misma. No hay nada más cierto que el refrán que dice que "nadie escarmienta en cabeza ajena".
sábado, 6 de junio de 2009
Personajes detestables con una inexplicable legión de fans
El primer ejemplo que me viene a la cabeza es Fëanor, de El Silmarillion, a raíz de un debate que ha surgido en la lista de correo de la Sociedad Tolkien Española hace poco. Hay muchísimos fans de Tolkien que se flipan con los Noldor en general y con Fëanor en particular, pero la verdad es que, si lo piensas un poco, el personaje de Fëanor es patético.
Vivió entre algodones, como príncipe de los Noldor en Valinor, e imagináos cómo era el chico que cuando nació provocó que su madre, una elfa inmortal de las Tierras Benditas, muriera, la única de su especie hasta entonces, porque "el nacimiento de Fëanor consumieron el espíritu y el cuerpo de su madre Míriel". Míriel podría haber vuelto a la vida si hubiera querido porque los espíritus de los elfos, al ser inmortales, no abandonan el mundo, y aunque lo normal es la reencarnación, como estaban en Valinor el cuerpo de Míriel se mantenía inocrrupto, así que podría haber regresado en cuanto lo hubiera deseado, pero se negó a pesar de las súplicas de su esposo. El marido, Finwë, finalmente rehízo su vida con otra elfa, Indis. ¿Y qué pasó? Que Fëanor, a pesar de saber que la culpable era su madre por no querer volver, la tomó con Indis y con los dos medio hermanos que le nacieron de ella, de los que se sentía celoso y a los que no quería. Muy sabio, el señor Fëanor, amargando y culpando a la nueva familia en lugar de culpar a su madre, que pudo volver pero no lo hizo y les abandonó.
Se casó con una mujer, Nerdanel, a la que apodaban "la Sabia", pero a pesar de ello Fëanor era tan prepotente que pronto se negó a escuchar sus consejos y cuando Nerdanel estuvo en desacuerdo con él se apartó de ella. Creo los Silmarils, pero era tan celoso de ellos que los guardaba bajo llave y no permitía que nadie los tocara ni contemplara su hermosura. Cuando Morgoth destruyó la luz de los Dos Árboles dejando Valinor sumido en las tinieblas, se negó a entregar uno sólo de los Silmarils a pesar de que con ello podría haber salvado la vida de los Árboles, se enfrentó a los Valar y decidió irse de Valinor, convenciendo a buena parte de su pueblo de seguirle con un discurso tan incendiario como poco realista. Como Fëanor sabía que en cuanto se calmasen los ánimos muchos se lo podían pensar y quedarse en Valinor, decidió que había que partir cuanto antes, y para ello intentó obligar a los Teleri, los Elfos del Mar, a que les dieran todos sus barcos. Lógicamente los Teleri se negaron, y entonces Fëanor los masacró a todos (eran elfos pacíficos y estaban desarmados a excepción de unos arcos ligeros que usaban para cazar, mientras que los Noldor tenían aramduras, escudos y espadas) y robó los barcos. Más tarde, en lugar de llevar a toda su hueste a salvo a la Tierra Media, abandonó a su medio hermano Fingolfin y a gran parte de los Noldor en las tierras heladas del Helcaraxë, traicionándolos y dejándolos a merced de los hielos. La mayoría de ellos murieron durante la travesía. Y, para colmo, una vez llegados a la Tierra Media, Fëanor demostró ser el típico guerrero con mucho músculo y poco seso, puesto que su estrategia más elaborada en la batalla eras la carga frontal, y claro, sólo luchó una batalla y la perdió, pues fue muerto en ella.
Vaya tipo, ¿no? Egoísta, egocéntrico, orgulloso, violento, arrogante, traicionero y encima estúpido. Lo único que tenía de bueno era su habilidad artesanal con las joyas. Y a pesar de todo, muchos tolkiendilis piensan que es la repolla. Pues ya me dirán por qué.
Otro que es para echarle de comer aparte es el famoso Kirtash de Memorias de Idhún. Jamás entenderé el amor que le tiene la protagonista de la novela, ni el amor que le tienen las miles de fans adolescentes de la trilogía.
La mejor forma de describir a Kirtash es con la palabra "psicópata", si entendemos por psicópata a alguien que tiene empatía cero y que piensa que tanto las leyes como la ética y la moral son para los lelos. Se trata de un asesino en serie que se dedica a matar a personas inocentes con la más absoluta sangre fría, sin importarle su sufrimiento. Como en parte es humano y en parte de una raza alienígena superior, muchos le excusan diciendo que mata como un humano mataría a un animal, pero eso no es excusa: al fin y al cabo, es medio humano, comparte alma con los humanos, y además los que mata, aunque inferiores intelectualmente, son seres pensantes y con sentimientos (vamos, que más que como matar a un animal es como matar a un retrasado mental, y eso ya no es tan justificable, ¿no?).
Además, es frío, despiadado, emocionalmente gélido y desapegado; puede estar meses sin problemas lejos de Victoria, la protagonista, y además admite sin pudor que se tira a otras cuando quiere porque para él la fidelidad no es importante (y aunque una de esas otras sea el hada Gerde, que odia a Victoria y ha tratado de destruirla varias veces). Y, a pesar de eso, tanto Victoria como tropecientas mil fans de la trilogía chorrean agua de limón cuando le ven... porque tiene aspecto enigmático y unos hermosos ojos azules, claro, porque no sé qué otro motivo podrían tener Victoria y las lectoras para amar a un tipo semejante. Me juego lo que sea a que si la escritora hubiera descrito a Kirtash como "un chico de rostro anodino y ojos de color pardo, sin ningún rasgo físico destacable" o "un tipo maduro de unos cuarenta años", el número de admiradoras que tiene descendería hasta posicionarse muy cerca del cero. ¡Vivan las apariencias, que son lo único que importa!
Luego tenemos a otra perita en dulce, adorada de forma generalizada por casi todos los chicos frikis: Elric de Melniboné. Con decir que no pasé del segundo libro de la saga por lo rematadamente mal que me caía este personaje, lo digo todo. Un capullo que sólo piensa en la guerra y al que conceptos como el honor, la bondad y la justicia se la traen más floja que a George Bush el concepto de "paz". A pesar de que se supone que ama a su prima Cymoril (con sentimientos correspondidos por ella), en cuento se va de aventuras por ahí le falta tiempo para irse a acostar con otras, aunque también se la sopla, porque, claro, "en el fondo él no estaba traicionando a nadie". También hay que decir en honor a la verdad que a Cymoril durante sus aventuras la echa de menos más bien poco. En fin, que le contaran a Cymoril lo que había hecho y ya veríamos si la pobre consideraba eso traición o no. Elric es el ídolo de muchos adolescentes hormonados que piensan que tener una espada como Stormbringer es lo más, pero a los que su única neurona les impide darse cuenta de que hay cosas más importantes que tenerla más larga que nadie (la espada, malpensados).
Otro ídolo masculino por excelencia es Conan. Mi novio me hizo ver la película asegurándome que era la leche, y aún le estoy maldiciendo por hacerme perder dos horas en las que podría haber estado haciendo algo mucho más interesante y productivo, como por ejemplo mirar fijamente la hierba a ver si crece.
Tenemos a un paquete de músculos con el cerebro de una ameba y la sensibilidad de un martillo que piensa que el mayor placer de la vida es asesinar a sus rivales y escuchar los alaridos de dolor de sus mujeres, y que, por supuesto, es admirado por sus fans masculinos por la misma razón que Elric: porque todos ellos quisieran tener su enorme... muscultura, y su larga... espada. A pesar de que matan a la chica con la que está liado, no llora, tiene que llorar un amigo suyo soltando la perla de "es Conan, y Conan no llora, así que yo lloro por él". Me dieron ganas de potar al escuchar esa frase. ¡Chicas, aplaudamos todas a la película que desde los años 80 lleva metiéndole en la cabeza a los hombres que expresar los sentimientos es de nenazas y llorar es de maricas! La próxima vez que un chico diga que no se siente cómodo con el romanticismo, o que las cosas románticas le aburren, ya sabéis a qué personaje le tenéis que echar la culpa.
Por otro lado, tenemos a Harry Potter. Este no es un malo, pero sí un clásico ejemplo de cómo la estupidez de una escritora hace que el protagonista de una historia sea el personaje menos interesante de ella. Que Voldemort, Bellatrix, Colagusano, etc, sean detestables, es comprensible, porque son los malos y están hechos para que apetezca apedrearlos (al menos ahí Warrowling hace su trabajo). En cambio, que Harry sea tan odioso que para muchos ocupe un ranking más alto de Voldemort en el puesto de los más odiados habla muy mal de las capacidades de la escritora.
Y es que es algo de Warrowling que yo no entiendo: los personajes más carismáticos y brillantes (Sirius Black, Remus Lupin, los gemelos Weasley, Nimphadora Tonks...) son desaprovechados hasta el infinito, injustamente tratados y al final muertos (en la mayoría de los casos de forma ridícula o sin tan siquiera dedicar unas líneas a explicar cómo mueren). ¿Y a quién tenemos de protagonista? A un chaval que los tres primeros libros mola, pero a partir del cuarto y sobre todo en el quinto y siguientes se convierte en el típico adolescente cargante y gilipollas, en un niñato insufrible que va de víctima, es irreflexivo, irascible, tonto del culo (de hecho, es tan incompetente que habría muerto docenas de veces de no ser por los numerosos deux ex machina que lo salvan a lo largo de la saga), tan prepotente y tan "soy un héroe valiente y listillo al que nadie comprende" que se empeña en actuar sin apoyo e los adultos creando así más problemas de los que soluciona, y encima es capaz de olvidar en poco tiempo e incluso insultar al hombre que lo dio todo por salvarle (Sirius). Vamos, que con protagonistas así, ¿quién necesita villanos?
Y, hablando de Harry Potter, otro personaje (este más chungo) de la misma saga: Severus Snape. Pero, ¿cómo puede tener semejante legión de fans? Me resulta tan incomprensible como lo de Kirtash.
Es un tipo amargado, resentido, cruel, que disfruta atormentando a sus alumnos, en especial si son tímidos o algo torpes, con un claro e injusto favoritismo hacia la casa Slytherin, antipático y sin el más mínimo vestigio de carisma o buenos sentimientos. Y, encima, se creía lo de la limpieza de sangre de verdad y apoyaba a Voldemort de verdad. Al final de la historia se trata de hacerle más humano con el cuento de que estaba enamorado de Lily y le pidió a Voldemort que no la matase, pero, ¿de verdad alguien cree que eso mejora al personaje? No hace más que confirmar lo cabrón que es. Cuando se ama a una persona de verdad, se desa su felicidad, no destruírle la vida. Lily eligió a James (es comprensible que no eligiera a Severus teniendo en cuenta que cuando ella le defendía de los abusones él le pagaba insultándola y llamándola "sangre sucia" y además la dejó de lado aunque antes fueran amigos porque era de familia muggle y el grupito Sytherin en el que se había metido no lo veía bien). Y resulta que Snape, cuando Voldemort dice que va a matar a los Potter, no es que vaya a avisarla de la que se le viene encima para que salve la vida, no. Su brillante planteamiento es "le pediré a Voldemort que no mate a Lily; que asesine a su marido y a su hijo si quiere, pero que luego me la traiga viva para que me la pueda tirar, una vez que su familia haya sido masacrada". Eso no es amor, eso es una canallada. Si estaba dispuesto a permitir que Lily pasara por semejante sufrimiento, me parece que su idea del amor era más propia de un maltratador que de una persona mentalmente sana ("me da igual que sufra si con ello consigo que sea mía"). ¿Alguien me puede explicar qué tiene este personaje de adorable, cuando ni siquiera tiene la excusa de ser guapo como pasa con Kirtash?
Y estos son los primeros ejemplos que me vienen a la cabeza, pero seguro que si me pongo a pensar me salen varios más (si se me van ocurriendo, editaré la entrada). ¿Y vosotros? ¿Qué opináis de estos personajes? ¿Tenéis algún personaje de ficción que todo el mundo parezca amar, pero que a vosotros os resulte abofeteable?
jueves, 4 de junio de 2009
La vida en dulce ^^
Creo que no sabéis que una de las cosas que más me gusta es la cocina. Me encanta preparar los guisos que me enseñaron mi madre, mi abuela y mi suegra, probar e incluso inventar platillos nuevos. Y, modestia aparte, no me suelen salir nada mal. Generalmente hago lo típico: paella (valenciana, que para algo es el plato emblema de mi tierra ^^), cocido madrileño, pasta italiana, ensaladilla rusa, lentejas, risotto, guisos de arroz y de carnes, fideuá, tortillas, ensaladas, sopas y cremas..., pero a veces me gusta experimentar con algo un poco más complicado: los postres. El verano pasado, con unas fresas y unas claras de huevo que me sobraron, leche y azúcar, hice un helado de fresa bastante decentillo, y ayer me puse a hacer algo que llevaba mucho tiempo queriendo probar: una bavaresa de chocolate.
La bavaresa, para los que no lo sepan, es un postre muy parecido al flan, pero que se cuaja en la nevera con gelatina en lugar de cuajarse en caliente con huevos batidos. Es un postre bastante ligero en apariencia y que queda muy bonito de ver, aunque luego llena bastante. Ah, y es tan rico como calórico, así que no conviene abusar mucho de él. A Tindomion y a mí nos ha gustado mucho, aunque como sólo somos dos en casa vamos a llevarle un pedazo a nuestras respectivas madres para que la prueben y así la amortizamos.
Como es más facilito de lo que parece y queda muy vistoso, os paso la receta por si os pica el gusanillo y queréis probar ^^
Ingredientes (para 6 personas):
-70 g de chocolate fondant (los mejores son los de Valor y Nestlé).
-1/4 de litro de leche (viene a ser poco más de un vaso, si queréis ahorrar calorías puede ser semidesnatada).
-3 yemas de huevo.
-60 g de azúcar.
-1 ramita de vainilla.
-6 hojas de gelatina sin sabor.
-Un brick de 200 ml de nata para montar.
Preparación:
-Se pone la leche en un cazo con la ramita de vainilla y se echa dentro el chocolate, rallado o troceado a cachos pequeños. Se pone a fuego medio-bajo y se va removiendo hasta que el chocolate se derrite (la leche no debe llegar a hervir).
-Se pone un cuenco al baño maría con las yemas y el azúcar y se bate unos 5 minutos, hasta que la crema se vuelva fina y espesa y blanquee (que pierda color y se vuelva naranja clarito, vamos).
-Se vierte poco a poco la leche con chocolate sobre las yemas sin dejar de remover, para que la mezcla ligue pero no cuaje.
-Se remojan las hojas de gelatina en agua fría unos minutos, hasta que se hinchen y se vuelvan blandas. Se escurren y se echan a la mezcla de yemas y leche, removiendo sin parar.
-Cuando la gelatina se haya disuelto, pasar la mezcla por un tamiz (esos coladores como redecillas que se usan para colar el zumo de naranja), de esa forma nos aseguramos que quede fina y sin grumos.
-Montar la nata en la batidora pero sin que quede demasiado firme, echando una cucharada de azúcar hacia el final.
-Echar la nata en la mezcla de chocolate y remover suavemente, sin prisas, hasta que se integre por completo.
-Meter en un molde y dejar en la nevera como mínimo ocho horas.
Sobre el molde y la nevera, una puntualización: como las bavaresas son muy sensibles, lo mejor es usar un molde de silicona como el que me compré el otro día en el Carrefour (me costó unos 10 euros), que se desmoldan facilísimo y el postre queda perfecto. La vieja estrategia de ahuecar con el cuchillo puede desembocar en una bavaresa igual de rica, pero algo amorfa.
Un truco para asegurarnos de que cuaja bien es hacerla por la noche y dejarla en la nevera hasta la comida del día siguiente (o hacerla de buena mañana, si la vamos a tomar de postre por la noche). Así, nos aseguramos de que va a estar bien cuajadita y la espera no se hace pesada, porque si se prepara con el tiempo justo corremos el peligro de impacientarnos y servirla antes de tiempo.
Pues nada, esto es todo. Ya me diréis si os animáis a probarla y qué tal queda. Y, si queréis que cuelgue alguna otra receta de las mías, no dudéis en solicitármela ;-)
lunes, 1 de junio de 2009
Nada más parecido al amor que el cristal
El libro, a primera vista, me pareció la típica novela de intriga histórica, de esas que aparecen como churros por las librerías últimamente siguiendo la estela de El código DaVinci y que nunca me han llamado demasiado la atención, ya que siempre me han parecido clónicas, como hechas en serie. Por ello, suelo pasar de largo cuando las veo en las librerías (a no ser que me hablen muy bien de ellas previamente), y no hubiera escogido este libro de no ser porque:
a) estaba rebajado en el Carrefour a 6 euros en lugar de los 19 y pico que costaba habitualmente.
b) Hablaba de Venecia, que es mi ciudad preferida.
Y, la verdad, ha sido una más que agradable sorpresa. Es cierto que se cumplen algunos de los tópicos del género (bella, joven y artísticamente talentosa protagonista acompañada por un joven y atractivo investigador), pero también hay cosas nuevas. En esta novela no hay asesinatos rituales, sectas extrañas, obras de arte robadas, conspiraciones vaticanas ni manuscritos perdidos. Hay, sencillamente, una mujer destrozada por el abandono de su marido que decide romper con todo e irse a vivir a Venecia (la ciudad en la que nació y de donde que su madre inglesa se la llevó tras la muerte de su padre veneciano), para convertirse en sopladora de vidrio, un arte que siempre la ha apasionado. La historia del arte del vidrio de Murano sirve como enlace para la trama paralela del libro: la historia de Corradino Manín, único superviviente de la purga contra una familia noble caída en desgracia que acaba convirtiéndose en el mejor soplador de vidrio de la Serenissima, y cuya historia Leonora Manín (la protagonista de la actualidad) se dedica a investigar para tratar de encontrar lazos con su pasado y con la ciudad en la que ahora vive.
Los personajes son maravillosos. A Corradino y a Leonora se les pilla cariño en seguida, y pronto pasan de ser personajes literarios a rebosar vida y convertirse en viejos conocidos. Los secundarios también tienen una profundidad excelente y se hacen de querer tanto como los dos personajes principales (los únicos que son un poco flojos son Stephen y Alessandro, ex marido y nuevo amor de Leonora respectivamente, que aparecen un tanto planos, sosos y desdibujados, sin que su personalidad y sus motivaciones se comprendan muy bien). Es entrañable reconocer entre las páginas de este libro un profundo amor y una genuina descripción de Venecia y de su historia, aunque, a decir verdad no sabría decir qué porcentaje de la trama histórica es verdad y qué porcentaje es ficción, pero la parte ficticia se me asemeja más cuantiosa que la histórica. No sé si la historia de Corradino y su familia es cierta, basada en algo que sucedió de verdad, o directamente inventada (me parecen más factibles estos dos últimos extremos), pero sí he podido contemplar algunas inexactitudes, en su mayor parte dirigidas a pintar el Consejo de los Diez (la Deccia, como se llamaba) como un grupo de dictadores en la sombra sin escrúpulos y sin compasión. El gobierno de la Serenissima era duro, nadie lo duda, pero han exagerado mucho, por ejemplo, las penas de traición contra la República (en el libro, te lo ponen al estilo de la Roma clásica; cuando acusan a alguien de traición le matan a él y a toda su familia. Sin embrago, hubo casos de traidores como Marino Faliero, del cual la Historia nos cuenta que fue, efectivamente, ejecutado, pero de ningún modo se exterminó a toda su familia. Los Faliero permanecieron como nobles, eso sí, caídos en desgracia y con la prohibición de poder volver a ostentar cargos en el gobierno).
Sea como sea, y al margen de esos pecadillos, no puedo dejar de recomendar este libro, que me ha permitido saborear a lo largo de sus páginas el agradable viaje a Venecia que hice en Octubre y ha exaltado el amor que siento por esa bellísima ciudad. Os aconsejo a todos que le deis una oportunidad y le echéis un vistacillo: puede que no sea la obra maestra de la década, pero seguro que este verano os absorbe a fondo entre sus páginas :-)