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sábado, 24 de noviembre de 2012
Amanecer (que no es poco) Parte II: Crítica
Ir al cine para poder ver Amanecer Parte II ha sido casi casi una auténtica operación militar. ¿Y eso? Pues porque ver una película de esta saga en una sala de cine tiene más peligro que McGyver en una ferretería, y tiene que ser planeado cuidadosamente. No puedes ir al estreno, ni un viernes o un sábado como todo el mundo, no. Incluso es peligroso ir el día del espectador. Esto es debido a un peligrosísimo fenómeno que en tiempos como estos inunda las salas de cine como las setas venenosas un boque lluvioso: las fangirls.
Sí, me refiero a esos especímenes salvajes, parientes cercanos del babuino salvaje y la hiena aulladora, que hacen imposible el visionado de las películas emitiendo durante todo el metraje (generalmente en los momentos clave, pero también sin motivo aparente), carcajadas, aplausos, silbidos, y chillidos histéricos varios. También tenemos los susurros, e incluso comentarios en voz alta, en plan "Ohh, qué bueno esta Jacob", "¡Suelta a mi Edward, zorra!", "¡Vulturi cabrón!", "¡Edward tío buenooo!" (las chicas) o "Esos vampiros maricones", "Oooh, síii, Edward, soy una paaava", "Ya era hora de que empezasen las ostias, joder" (los chicos).
Y como yo, que he pagado religiosamente mi entrada para poder ver tranquila la película, no tengo por qué soportar ese mar de hormonas rugientes, ni tampoco es cuestión de ponerme a pelear con todos los niñatos que hay en la sala, al final decidí el momento perfecto: un jueves, a primera sesión (cuatro y media de la tarde). Perfecto; los que tuvieran clase estarían en clase, y los que no la tuvieran y quisieran ahorrarse pasta habrían ido el día del espectador. Mis maléficos planes surtieron efecto, e, increíblemente, mi marido, mi amiga y yo PUDIMOS ver la película sin adolescentes histéricas de por medio, eligiendo un buen sitio, y con menos de veinte personas en la sala.
Aquí, por desgracia, acaban casi todas las bondades. No es que la película estuviera mal (entretiene y esas cosas), pero me dio la sensación de que era demasiado corta, estaba desaprovechada e iba demasiado deprisa. Es curioso esto, porque la mayor parte de las películas de la saga Crepúsculo se me han hecho un poco cansinas, un poco lentas. Pero esta no; en esta la trama va a toda leche, cuesta abajo y sin frenos. Entiendo que la película no puede durar mucho, pero hubiera agradecido quince o veinte minutos más para introducir más a personajes como Renesmee, Shiobhan y su aquelarre irlandés, o Zafrina. Nessie no tiene más de cuatro frases en toda la película, y siendo un personaje tan importante creo que deberían haberle dedicado más tiempo (aunque fuera restando metraje poético-erótico de los polvos de Edward y Bella, que les habrá gustado mucho a las fangirls pero realmente no aporta nada a la trama). En cuanto a Shiobhan, que como todos sabemos es la que realmente salva el día gracias a su poder y no tontiBella Swan (joder, esa tía podría convertirse en la nueva Señora de los Vampiros, el dia en que decida visualizar a los humanos esclavizados en granjas de sangre y a ella sentada en un trono de reina con las cabezas de los Vulturi a sus pies nos vamos a cagar todos).... no aparece más de cinco segundos, igual que Liam y Maggie. Claro, es que la actriz estaba demasiado gorda como para ser digna de tener diálogo en una película de adolescentes (¡adelgazadad y consumid, niñas, adelgazad y consumid, muajajajaja!).
Los actores principales siguen siendo inexpresivos, lo cual no debería sorprendernos a estas alturas del curso. Incluso Jacob sale desdibujado y como descafeinado, demasiado embobado mirando a Nessie como para acordarse de que tiene un personaje que interpretar, una manada que liderar... esas naderías. Los únicos personajes decentes son Carlisle y Charlie, porque otra de las que suele hacerlo bien, Alice, casi no sale en la película.
Pero nada de esto tiene importancia cuando nos enfrentamos a la Gran Cagada, así con mayúsculas, de la película, y me refiero al final. Obviamente lo que voy a decir a partir de ahora es un SPOILER, de modo que si tú, desventurado lector, no has visto al película y no quieres que te reviente el final, te aconsejo que no sigas leyendo.
A ver, esto se merece negrita, mayúsculas y subrayado: ALICE NO PUEDE TENER VISIONES DE LOS HOMBRES LOBO NI DE RENESMEE. ¿¿Cómo puñetas ha visto la batalla final?? ¡¡Si es que no podía!!
Que sí, que ya lo sé, que la batalla final mola, que es la única maldita escena práctimente de toda la película que vale la pena, que el gran final de la saga demandaba algo impactante y no un anticlímax como el del libro, que ya era hora de que hubiera acción después de todos esos "Oh, Bella, te amo"... ¡¡pero encontrad una manera coherente de meterlo, leches, o no lo metáis!! Si de algo estoy segura, es que no hay mayor aberración a la hora de contar una historia que sacrificar la coherencia en aras de la sorpresa o la espectacularidad, algo que por desgracia parece muy de moda en los últimos tiempos y que en esta película alcanza su quintaesencia. Pero es que además, aún suponiendo que Alice pudiera tener visiones de los hombres lobo y de los híbridos, que NO puede, hay tres fallos gravísimos en esa escena:
-Teniendo en cuenta lo que sabemos de lo devastados y destrozados que se quedan los vampiros cuando matan a su pareja, las reacciones de Esme y Alice me parecen muy tibias: un gritito y a luchar, cuando les tendría que haber dado un ataque de depresión suicida o de furia homicida. Joder, han perdido al amor de su vida y se ven enfrentadas a siglos y siglos de dolor y soledad insoportables; deberían lanzarse en plan berserker suicida a la batalla para morir matando, o para morir sin más.
-Aún suponiendo que Alice de verdad hubiera podido predecir la batalla, hace dos tonterías que la verdadera Alice jamás haría. Una, llevar a Jasper hasta allí. Alice, si ve en una visión que van a matar a Jasper, no lo llevaría al campo de batalla ni de coña. Recordemos cómo se comporta al final de Luna Nueva, cuando miente a Jasper aún a riesgo de su propia vida, de la de Bella y de la de Edward, cuando van a ir a Volterra, para no poner en peligro a su amor. Alice jamás se hubiera arriesgado a llevar a Jasper al campo de batalla sólo POR SI Aro se lo pensaba mejor y decidía no jugársela (hubiera podido ordenar el ataque y luego huir, para que no se cumpliera la predicción de su muerte, por ejemplo).
-Tampoco tiene ningún sentido en este caso que Alice y Jasper encarguen pasaportes falsos para Renesmee y Jacob. Según la visión, Edward y Bella matan a Aro y sobreviven, aunque la batalla final se hubiese llevado a cabo Renesmee no perdería a sus padres. ¿Por qué, entonces, son necesarios los pasaportes, sólo para Jacob y Nessie? Otro fail. Queda muchísimo mejor en el libro, cuando es algo que Bella decide por su cuenta y riesgo ante la incertidumbre de qué pasará cuando lleguen los Vulturi (y es lógico que Alice le ofrezca a Bella la información sobre J.Jenks para que haga lo que crea conveniente, porque al estar "ciega" ante los resultados de la confrontación no tiene ni idea de lo que puede pasar y ofrece a Bella la posibilidad de cubrirle las espaldas a su hija si algo sale mal). De hecho, me jorobó bastante que se cepillaran la trama de J.Jenks en un par de minutos, así sin más, porque es de las pocas ocasiones en las que Bella demuestra pensar por su cuenta y actuar de forma astuta e independiente. Aquí no; se lo dan todo mascadito, convirtiéndola en el mismo florero inútil que de costumbre. Eso sin entrar en cómo podrían Jasper o Alice haber conseguido una foto de Jacob sin que este se dé cuenta de nada.
Todo esto, por supuesto, al margen de que los chillidos histriónicos de Aro dan vergüenza ajena (he visto a Malkavians con más dignidad), que la mayoría de los vampiros que estaban con los Vulturi no habían ido allí a luchar (los Vulturi basan su fuerza en el poder de la élite, no en el número, y la mayor parte de los vampiros estaban allí porque a Aro le gustaba tener público cuando impartía justicia), y que el final de "Nos vamos de aquí... muyrápido" da vergüenza ajena por lo ridículo que es.
Lo único que me gustó del combate fue el detalle de Marco, negándose a luchar ya abrazando la muerte con alivio porque por fin va a poder reunirse con su amada Dydime.
Y, por supuesto, Alice TAMPOCO hubiera podido tener una visión de Jacob y Renesmee adultos.
En fin, que gracias por cargaros la saga, señores guionistas. No es que se pudiera estropear mucho más, pero vosotros lo habéis conseguido. Al menos, la historia de los libros podía gustarte más o menos, los personajes podían caerte mejor o peor, pero al menos era COHERENTE. A la versión peliculera no le queda ni eso.
viernes, 16 de noviembre de 2012
Un café el 14N
Los que seguís mi blog, seguramente habréis notado dos cosas. La primera, que no posteo tan a menudo como antes, y la segunda, que últimamente hablo mucho menos seguido de temas como la religión, la política o la actualidad.
Ambas cosas tienen explicación. Lo primero se debe a que estos últimos meses he estado centrada en escribir, escribir y escribir. No en el blog, sino en dos proyectos paralelos, uno de los cuales ya ha dado sus frutos. Uno de ellos era escribir un relato para el certamen Premios Gandalf 2012 de la Sociedad Tolkien Española, del cual ya me han notificado que estoy entre los premiados, y de hecho espero poder ofreceros muy pronto una crónica de la entrega de premios que se llevará a cabo el próximo día 24 de Noviembre en Valencia.
El otro es algo que mi marido y yo estamos por terminar de un momento a otro: una novela fantástica ambientada en la Venecia del siglo XII. Como transcurre en el mundo real, y para más inri en el pasado, hemos tenido que llevar a cabo un trabajo de documentación bastante importante antes de escribir, ya que es imposible ambientar la novela sin conocer al máximo cómo era la sociedad, la forma de vivir, el ambiente y la organización política y social de la República en los siglos XII y XIII. Llevamos muchos meses esforzándonos, escribiendo y releyendo, corrigiendo e investigando. Me enorgullece decir que tenemos casi 150.000 palabras escritas y sólo nos faltan 3 ó 4 capítulos para acabar la historia, tras lo cual empezaremos a moverla a ver si le interesa a alguna editorial. No sabemos muy bien cómo encuadrarla, porque desde luego juvenil no es (hay violencia y sexo explícitos), pero tampoco llega al nivel de salvajismo de Canción de Hielo y Fuego. Así que ya veremos. De momento, seguimos escribiendo.
Respecto a la segunda cuestión, debo reconocer que me estaba cansando un poco de que este blog se estuviera convirtiendo en "la polémica semanal de Estelwen". Me interesa mucho compartir mi opinión con todos vosotros, pero en ocasiones me estaba dando la sensación de que comenzaba a repetirme dando una y otra vez mi opinión sobre temas muy similares a golpe de titular. Y con lo revueltas que están las cosas últimamente, creo que todos estamos un poco saturados de política y economía para que mi blog sea simplemente más de lo mismo.
Sin embargo, hoy quiero volver a hablar del tema, porque me he enterado de una noticia que me ha indignado tanto que he estado a punto de ponerme a llorar de rabia cuando la he leído. Quizás porque atañe directamente a mi profesión. Antes de comentarla, me gustaría poner en claro tres cosas:
-Estoy totalmente en contra de las burradas que están haciendo el gobierno del PP, del mismo modo que estuve en contra de las que hacía el PSOE. De hecho, no voté a ninguno de los dos, porque los dos me parecen la misma mierda.
-Apoyo totalmente la huelga del 14N y a quienes la secundaron.
-Soy consciente de que la Constitución Española defiende la libertad de todos los españoles de adherirse o no a la huelga, y creo que cualquier decisión tomada libremente al respecto es respetable.
-Yo hubiera secundado la huelga de haber podido.
¿Cómo que no podías?, preguntarán los escépticos. Es que soy Procurador de los Tribunales. ¿Y qué? Los autónomos pueden secundar la huelga simplemente no abriendo sus negocios. Por supuesto, pero es que yo NO soy autónoma. Soy profesional liberal adscrita a la Administración de Justicia, que no es lo mismo. Y como tal, tengo unas condiciones muy especiales que no tienen el resto de trabajadores por cuenta propia, a excepción de los abogados, que están en las mismas que nosotros.
Mi indignación y mi rabia viene por esta noticia, donde podréis ver un vídeo que muestra lo sucedido. Para poneros en antecedentes, dos mujeres están tomando café en una cafetería de Valencia con unos papeles sobre la mesa, cuando los miembros de un piquete presuntamente informativo (y realmente vandálico) se ponen a increpar y a acosar a las mujeres, intentan arrebatarle los papeles a una de ellas, y finalmente le derraman el café por encima de los documentos, hasta que ella y su compañera se ven obligadas a salir por piernas de allí.
Muy bien, queridos amigos. A esa mujer yo la conozco de vista, del Juzgado. ¿Adivináis su profesión? Efectivamente.
Los Procuradores de los Tribunales NO podemos hacer huelga. ¿Por qué? Porque nosotros no tenemos un régimen de trabajo normal. Funcionamos al ritmo que dictan las leyes procesales españolas, y estas leyes establecen unos plazos que obligatoriamente debemos cumplir. No tenemos contrato laboral, ni salario mínimo, ni bajas, ni vacaciones remuneradas, ni cotizamos en la Seguridad Social. Y si un día es hábil judicialmente (que son todos excepto los festivos oficiales, los sábados, los domingos y el mes de Agosto), significa que se notifican resoluciones, que se señalan juicios y que corren los plazos para presentar escritos, y ninguna de estas cosas puede suspenderse por una huelga, porque se trata, repito, de plazos impuestos por las leyes procesales de Justicia. Si el 14N es fin de plazo para presentar un escrito, y el abogado no lo redacta o el procurador no lo presenta, el plazo se pasa, y los profesionales son responsables de cualquier perjuicio que le ocurra a su cliente, el cual puede denunciarlos por ello, del mismo modo que si hay un juicio y los profesionales no se presentan. Seremos expedientados y expulsados de nuestro Colegio Profesional, e inhabilitados para ejercer nuestra profesión. No se trata, pues, de perder un porcentaje de sueldo como ocurre con otros trabajadores en caso de huelga, sino de ser responsables civil o penalmente ante la ley.
Comprendo y comparto la angustia y la indignación de esta compañera ante las agresiones y los insultos que estaba recibiendo. No sé si intentó o no explicar a los sindicalistas lo que es un procurador, pero estoy segura de que si lo hubiera intentando no la hubiesen escuchado. Ese es el problema de los energúmenos, que no escuchan. La actitud de esa sinvergüenza de cabello rizado (que por cierto llevaba la cara tapada, lo cual de por sí ya delata malas intenciones) al derramar el café sobre el expediente judicial es la quintaesencia de al arrogancia y del desprecio absoluto por los demás, una actitud que va a la par de la de los policías violentos y los políticos prepotentes: "Mi postura es la única que vale, tus derechos me importan una mierda y los pisotearé si me conviene o me da la gana".
El caso de la compañera del vídeo que enlaza la noticia es más grave aún de lo que parece porque, para colmo, lo que tiene entre sus manos es un expediente judicial (casi seguro que un expediente administrativo). Son todo originales, NO hay copia de esos expedientes. Cuando vi cómo la energúmena de ese piquete intentaba arrebatar el expediente a la pobre mujer, me entraron sudores fríos. Lo del café me dejó totalmente indignada. Si a ese expediente llega a pasare algo, lo rompen, lo desordenan, lo roban o lo dejan ilegible, la profesional hubiera podido ser procesada por un delito de infidelidad en custodia de documento público. Esto es así, porque los Procuradores respondemos de todo documento oficial que obre en nuestras manos, y si se extravía o se estropea la culpa es nuestra. Por supuesto, los retrasados mentales de ese piquete no sabían lo que es un procurador, ni cuál es el régimen jurídico al que está sometido, ni qué eran esos papeles, ni las consecuencias de estropearlos. Tampoco les importaba una mierda. Iban ahí a joder al ciudadano, porque no tienen los redaños suficientes para hacerle eso mismo a los políticos, verdaderos culpables de la situación en la que esta España.
Y, aún en el supuesto de que esa mujer fuera una asalariada, tenía perfecto derecho constitucional de ir a trabajar o no, de tomarse un café o no, en definitiva, de hacer lo que le diera la real gana. El enemigo no son los demás ciudadanos, son los políticos. Es una tremenda hipocresía reclamar nuestros derechos cuando no estamos respetando los de los demás. Los piquetes informativos deberían ser eso, informativos, no pandillas de energúmenos acosadores que asusten, intimiden o agredan a gente que no es culpable ni responsable de la mala situación que atraviesa el país. Con esa actitud, para colmo, se va contra los objetivos de la huelga, ya que se consigue poner a los ciudadanos contra los sindicatos en lugar de conseguir su apoyo, y se desvía la atención de salvajadas como la de los policías que agredieron a dos menores en Tarragona, y que deberían ser el único foco de atención en cuanto a abusos se refiere.
Señores y señoras de los piquetes, por favor, si tantas ganas tienen de agredir a los demás, agredan a los políticos. Y si no tienen oportunidad o no tienen cojones, no la paguen con los ciudadanos, que no tienen la culpa de lo que está pasando en este país y que incluso, en ciertas ocasiones, no tienen ni siquiera la opción de hacer huelga.
Ambas cosas tienen explicación. Lo primero se debe a que estos últimos meses he estado centrada en escribir, escribir y escribir. No en el blog, sino en dos proyectos paralelos, uno de los cuales ya ha dado sus frutos. Uno de ellos era escribir un relato para el certamen Premios Gandalf 2012 de la Sociedad Tolkien Española, del cual ya me han notificado que estoy entre los premiados, y de hecho espero poder ofreceros muy pronto una crónica de la entrega de premios que se llevará a cabo el próximo día 24 de Noviembre en Valencia.
El otro es algo que mi marido y yo estamos por terminar de un momento a otro: una novela fantástica ambientada en la Venecia del siglo XII. Como transcurre en el mundo real, y para más inri en el pasado, hemos tenido que llevar a cabo un trabajo de documentación bastante importante antes de escribir, ya que es imposible ambientar la novela sin conocer al máximo cómo era la sociedad, la forma de vivir, el ambiente y la organización política y social de la República en los siglos XII y XIII. Llevamos muchos meses esforzándonos, escribiendo y releyendo, corrigiendo e investigando. Me enorgullece decir que tenemos casi 150.000 palabras escritas y sólo nos faltan 3 ó 4 capítulos para acabar la historia, tras lo cual empezaremos a moverla a ver si le interesa a alguna editorial. No sabemos muy bien cómo encuadrarla, porque desde luego juvenil no es (hay violencia y sexo explícitos), pero tampoco llega al nivel de salvajismo de Canción de Hielo y Fuego. Así que ya veremos. De momento, seguimos escribiendo.
Respecto a la segunda cuestión, debo reconocer que me estaba cansando un poco de que este blog se estuviera convirtiendo en "la polémica semanal de Estelwen". Me interesa mucho compartir mi opinión con todos vosotros, pero en ocasiones me estaba dando la sensación de que comenzaba a repetirme dando una y otra vez mi opinión sobre temas muy similares a golpe de titular. Y con lo revueltas que están las cosas últimamente, creo que todos estamos un poco saturados de política y economía para que mi blog sea simplemente más de lo mismo.
Sin embargo, hoy quiero volver a hablar del tema, porque me he enterado de una noticia que me ha indignado tanto que he estado a punto de ponerme a llorar de rabia cuando la he leído. Quizás porque atañe directamente a mi profesión. Antes de comentarla, me gustaría poner en claro tres cosas:
-Estoy totalmente en contra de las burradas que están haciendo el gobierno del PP, del mismo modo que estuve en contra de las que hacía el PSOE. De hecho, no voté a ninguno de los dos, porque los dos me parecen la misma mierda.
-Apoyo totalmente la huelga del 14N y a quienes la secundaron.
-Soy consciente de que la Constitución Española defiende la libertad de todos los españoles de adherirse o no a la huelga, y creo que cualquier decisión tomada libremente al respecto es respetable.
-Yo hubiera secundado la huelga de haber podido.
¿Cómo que no podías?, preguntarán los escépticos. Es que soy Procurador de los Tribunales. ¿Y qué? Los autónomos pueden secundar la huelga simplemente no abriendo sus negocios. Por supuesto, pero es que yo NO soy autónoma. Soy profesional liberal adscrita a la Administración de Justicia, que no es lo mismo. Y como tal, tengo unas condiciones muy especiales que no tienen el resto de trabajadores por cuenta propia, a excepción de los abogados, que están en las mismas que nosotros.
Mi indignación y mi rabia viene por esta noticia, donde podréis ver un vídeo que muestra lo sucedido. Para poneros en antecedentes, dos mujeres están tomando café en una cafetería de Valencia con unos papeles sobre la mesa, cuando los miembros de un piquete presuntamente informativo (y realmente vandálico) se ponen a increpar y a acosar a las mujeres, intentan arrebatarle los papeles a una de ellas, y finalmente le derraman el café por encima de los documentos, hasta que ella y su compañera se ven obligadas a salir por piernas de allí.
Muy bien, queridos amigos. A esa mujer yo la conozco de vista, del Juzgado. ¿Adivináis su profesión? Efectivamente.
Los Procuradores de los Tribunales NO podemos hacer huelga. ¿Por qué? Porque nosotros no tenemos un régimen de trabajo normal. Funcionamos al ritmo que dictan las leyes procesales españolas, y estas leyes establecen unos plazos que obligatoriamente debemos cumplir. No tenemos contrato laboral, ni salario mínimo, ni bajas, ni vacaciones remuneradas, ni cotizamos en la Seguridad Social. Y si un día es hábil judicialmente (que son todos excepto los festivos oficiales, los sábados, los domingos y el mes de Agosto), significa que se notifican resoluciones, que se señalan juicios y que corren los plazos para presentar escritos, y ninguna de estas cosas puede suspenderse por una huelga, porque se trata, repito, de plazos impuestos por las leyes procesales de Justicia. Si el 14N es fin de plazo para presentar un escrito, y el abogado no lo redacta o el procurador no lo presenta, el plazo se pasa, y los profesionales son responsables de cualquier perjuicio que le ocurra a su cliente, el cual puede denunciarlos por ello, del mismo modo que si hay un juicio y los profesionales no se presentan. Seremos expedientados y expulsados de nuestro Colegio Profesional, e inhabilitados para ejercer nuestra profesión. No se trata, pues, de perder un porcentaje de sueldo como ocurre con otros trabajadores en caso de huelga, sino de ser responsables civil o penalmente ante la ley.
Comprendo y comparto la angustia y la indignación de esta compañera ante las agresiones y los insultos que estaba recibiendo. No sé si intentó o no explicar a los sindicalistas lo que es un procurador, pero estoy segura de que si lo hubiera intentando no la hubiesen escuchado. Ese es el problema de los energúmenos, que no escuchan. La actitud de esa sinvergüenza de cabello rizado (que por cierto llevaba la cara tapada, lo cual de por sí ya delata malas intenciones) al derramar el café sobre el expediente judicial es la quintaesencia de al arrogancia y del desprecio absoluto por los demás, una actitud que va a la par de la de los policías violentos y los políticos prepotentes: "Mi postura es la única que vale, tus derechos me importan una mierda y los pisotearé si me conviene o me da la gana".
El caso de la compañera del vídeo que enlaza la noticia es más grave aún de lo que parece porque, para colmo, lo que tiene entre sus manos es un expediente judicial (casi seguro que un expediente administrativo). Son todo originales, NO hay copia de esos expedientes. Cuando vi cómo la energúmena de ese piquete intentaba arrebatar el expediente a la pobre mujer, me entraron sudores fríos. Lo del café me dejó totalmente indignada. Si a ese expediente llega a pasare algo, lo rompen, lo desordenan, lo roban o lo dejan ilegible, la profesional hubiera podido ser procesada por un delito de infidelidad en custodia de documento público. Esto es así, porque los Procuradores respondemos de todo documento oficial que obre en nuestras manos, y si se extravía o se estropea la culpa es nuestra. Por supuesto, los retrasados mentales de ese piquete no sabían lo que es un procurador, ni cuál es el régimen jurídico al que está sometido, ni qué eran esos papeles, ni las consecuencias de estropearlos. Tampoco les importaba una mierda. Iban ahí a joder al ciudadano, porque no tienen los redaños suficientes para hacerle eso mismo a los políticos, verdaderos culpables de la situación en la que esta España.
Y, aún en el supuesto de que esa mujer fuera una asalariada, tenía perfecto derecho constitucional de ir a trabajar o no, de tomarse un café o no, en definitiva, de hacer lo que le diera la real gana. El enemigo no son los demás ciudadanos, son los políticos. Es una tremenda hipocresía reclamar nuestros derechos cuando no estamos respetando los de los demás. Los piquetes informativos deberían ser eso, informativos, no pandillas de energúmenos acosadores que asusten, intimiden o agredan a gente que no es culpable ni responsable de la mala situación que atraviesa el país. Con esa actitud, para colmo, se va contra los objetivos de la huelga, ya que se consigue poner a los ciudadanos contra los sindicatos en lugar de conseguir su apoyo, y se desvía la atención de salvajadas como la de los policías que agredieron a dos menores en Tarragona, y que deberían ser el único foco de atención en cuanto a abusos se refiere.
Señores y señoras de los piquetes, por favor, si tantas ganas tienen de agredir a los demás, agredan a los políticos. Y si no tienen oportunidad o no tienen cojones, no la paguen con los ciudadanos, que no tienen la culpa de lo que está pasando en este país y que incluso, en ciertas ocasiones, no tienen ni siquiera la opción de hacer huelga.