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viernes, 19 de junio de 2015

Adivina adivinanza... ¿de qué partido es este programa?


Vamos a jugar a un juego (como diría Jigsaw).

Un juego sencillo y fácil.

Yo voy a transcribir una serie de citas literales que el portavoz de un partido político español ha hecho hablando de su proyecto, sus demandas y su programa electoral para sacar adelante el país.

Vosotros las leéis, y tenéis que adivinar de qué partido se trata. La solución está al final de texto. Os invito a que me contéis en los comentarios cuál es vuestra respuesta, y si coincide con la solución.

No hagáis trampa, que si no, el juego no vale.

¿Preparados?

Allá vamos:


"La clase política española está agotada y en gran parte corrompida. Los gobiernos son una coalición de intereses más que gestores de la cosa pública. Y más obedientes a los "trust" y grupos económicos que les han encaramado, que a su deber".

"El capitalismo llega a su fin. Lleva implícitas contradicciones internas que lo harán sucumbir a pesar de que quieran apuntalarlo, porque es injusto que unos pocos ostenten la propiedad de los medios de producción"

"Tenemos una universidad en ruina física y moral que ha quedado reducida a una oficina expendedora de títulos, a la que no tiene acceso los hijos de los trabajadores".

"Tenemos un millón de hombres sin trabajo y tres millones de emigrantes que están dejando su ilusión y su esfuerzo para otras naciones. Mientras, las clases privilegiadas se llevan a los bancos los ahorros del pueblo español ante la cobardía o la connivencia de los políticos. Miles de pisos de lujo cerrados y miles de familias sin casa".

"Proponemos una democracia directa y natural del pueblo, sin intermediarios (...) y sin estar sujeta a los intereses tácticos de tal o cual grupo. Nosotros no buscamos el poder para apropiárnoslo, sino para devolverlo a su único y legítimo dueño: el pueblo español".

"Mucho cuidado con los que invocan el nombre de España para defender unos cuántos negocios, como los intereses de los Bancos o los dividendos de las grandes empresas".

"Esta es la triste realidad de nuestros país: unas pocas clases privilegiadas ostentan el poder político y ponen a su propio servicio todo el aparato del Estado cuando peligran sus privilegios".

"España está necesitada de otro tipo de políticos: elegidos por el pueblo y que vivan la política como una función ética y como un servicio, no como un negocio".

"Creemos que hay que hacer otra España: una España libre, justa y solidaria, que devuelva al pueblo la ilusión".

"Nuestras opciones pueden resultar utópicas comparadas con las de otros grupos políticos, pero la política no puede ser un juego de mercaderes; al menos para nosotros no lo es".


Ya está.

¿Por qué partido apostáis? ¿Creéis que lo habéis adivinado?

Veamos si has acertado. La respuesta es:


...





...





...



Falange Española Auténtica y de las JONS, elecciones de 1977.



¿Cómo?



¿Que no te lo crees?



Pues en este blog podemos demostrártelo. Vé entero este vídeo y saca sus propias conclusiones:


martes, 16 de junio de 2015

Juego de Tronos, Capítulo 10, Quinta temporada: Mi última crítica


Por petición popular, he decidido ver el último capítulo de esta temporada. Bueno, por eso, y porque al fin y al cabo sólo quedaba uno, y porque si he de ser sincera lo que tenía más ganas de ver desde que empezó la quinta temporada era el paseíllo de Cersei.
Sin embargo, aunque vaya a reseñar este último capítulo (aviso de SPOILERS desde ya), tengo que anunciar que no veré la sexta temporada.
Las razones son varias: en primer lugar, como ya dije, porque no soporto que los guionistas utilicen una de mis sagas favoritas para convertirla en un panfleto misógino y ateísta. En segundo lugar, porque no me gusta nada los cambios en la historia y los OOC que han hecho. Entiendo y asumo que un libro no se puede llevar entero a la pantalla y que el lenguaje narrativo y audiovisual son diferentes; es lógico que haya cambios. Lo que no acepto es que los cambios sean absurdos, arbitrarios, cambien la personalidad de los personajes y encima sirvan para empeorar la obra, no para mejorarla. Weiss y Benioff no han entendido la historia, no han entendido el trasfondo y no han entendido a los personajes, y lo peor es que no quieren entenderlos. No les interesa adaptar Canción de Hielo y Fuego; les interesa escribir su propia versión de la historia. Como ya he dicho, es el fan-fiction más caro de todos los tiempos.
Esta temporada ha sido la más alejada de los libros, y también la más floja desde que empezó la serie. Lo único destacable para mí ha sido la batalla de Casa Austera, y me consta que no soy la única en tener esta opinión. Por contra, la primera temporada fue la más fiel al texto de George R.R. Martin y es aclamada por critica y público como la mejor de las cinco, así que sacad vuestras propias conclusiones. Una cosa es que los guionistas modifiquen, recorten o supriman algunas partes de las novelas para poder filmar la historia con soltura, y otra muy diferente que se crean envestidos del derecho y privilegio de reescribir la saga a su gusto y como les dé la gana. En cuanto a esto, una cosa más debo decir: en esta temporada, George R.R. Martin no ha guionizado ninguno de los capítulos, y eso también se nota. Porque sus capítulos solían ser, si no el mejor, uno de los mejores de la serie (por favor, un minuto de silencio para maravillas como Blackwater, que ya no volveremos a presenciar).
El tercer motivo por el que no voy a ver la sexta temporada es porque me niego a que una serie de televisión me espoilee los libros en que está basada. Antes de que comenzara la quinta temporada, Weiss y Benioff aseguraron al público que la historia no iría más allá de lo sucedido en Danza de Dragones. Lamentablemente, mintieron. Han matado a Shireen, a Myrcella, a Stannis, a Selyse, a ser Barristan, y han reunido a Tyrion con Daenerys. Todos esto aún no ha sucedido en la saga literaria, y si bien el envenenamiento de Myrcella es la crónica de una muerte anunciada (por la profecía de Maggy la Rana sabemos que Myrcella y Tommen no acabarán vivos la saga), los demás sucesos son spoilers como una catedral. Especialmente porque cuando el público se rebotó contra algunas de las muertes más aburdas, los guionistas se pasaron por el forro la discreción debida y cometieron una enorme falta de respeto contra el escritor, la editorial y los lectores de Canción de Hielo y Fuego al soltar "¡pero si no nos lo hemos inventado! El propio Martin nos ha dicho que Fulanit@ morirá en Vientos de Invierno". ¿Mi reacción? "Oigan, váyanse ustedes a la mierda".
Y ahora que ya he explicado el motivo por el cual no seguiré viendo la serie el próximo año, pasemos a mi crítica. No voy a hacer una de las críticas de siempre porque, si he de ser sincera, nada de lo que he visto me ha gustado en exceso:


INVERNALIA

El arco argumental de Invernalia, donde confluyen las tramas de Stannis, Sansa y Theon, ha sido lo más flojo y bizarro de la temporada. Sansa se ha convertido de nuevo una doncella indefensa y maltratada; su evolución al final de la cuarta temporada, en la que parecía estar floreciendo una Dark Bad Bitch, no sólo ha quedado en agua de borrajas sino que ha sido ignorada sistemáticamente por los guionistas a lo largo de toda la quinta temporada, como si no hubiera sucedido jamás. Para una buena idea que tienen (sacar a Sansa de su papel de eterna víctima y convertirla en una mujer inteligente y manipuladora), van y la desperdician, negando toda la evolución anterior del personaje. Vamos, lo mismo que hicieron con Shae. Theon, por su parte, se comporta más fiel al canon, sacando fuerzas de flaqueza en el último momento para salvar a Sansa (en las novelas, a Jeyne) e incluso matando a Miranda, esa zorra presuntuosa que aspiraba a ser una Ramsay con tetas, cuya muerte ha sido causa de regocijo generalizado.
Al otro lado de los muros, tenemos a Stannis, que se ha convertido sin lugar a dudas en el personaje más maltratado, vilipendiado y destrozado de la temporada. Su arco argumental en los últimos capítulos ha sido absurdo, indignante y bochornoso, y para colmo nos ha reventado una de las posibles sorpresas de Vientos de Invierno: la extinción de la Casa Baratheon. Selyse, la madre desnaturalizada que recordó un poco demasiado tarde que amaba a su hija, se ha suicidado sin pena ni gloria. Stannis, que no derrama ni una lágrima por su mujer del mismo modo que tampoco la derramó por su hija, se lleva el ostiazo de su vida al descubrir que el sacrificio de Shireen ha sido en vano, que la magia no funciona y que los soldados que no han desertado (como ya predije la semana pasada en este blog, que un rey queme viva a su única hija y heredera no es precisamente lo que más levanta la moral de sus tropas) mueren como chinches en una batalla perdida de antemano. Uno se pregunta de dónde han sacado los Bolton semejante cantidad de jinetes, hasta que caes en cuenta que probablemente son los mismos caballeros que luchaban por la Casa Baratheon hasta el día anterior. Para colmo, Brienne de Tarth, aburrida tras no hacer absolutamente NADA en diez capítulos, decide ir a ayudar a Sansa, y casualmente, mire usted por dónde, se topa con un Stannis herido, lo acusa del asesinato de su hermano Renly y se lo carga. Y ya está. Stannis Baratheon, el más justo de todos los reyes que han disputado el trono de Poniente y el más apto de todos los hermanos Baratheon para gobernar, muere solo, derrotado, humillado y desesperado tras haber provocado la muerte de su hermano, su esposa y su hija por orden de un dios que le ha abandonado. Y claro, además de la moraleja ateísta de esta semana ("niños, los dioses no existen o son entidades crueles y arbitrarias, no podéis confiar en ellos"), una se vuelve a quedar ojiplática con la incoherencia y el sinsentido que supone esto, porque vamos a ver... Melisandre se folla a Stannis en la segunda temporada y da a luz a una sombra asesina que hace caer Bastión de Tormentas. Melisandre quema tres putas sanguijuelas rellenas con sangre de Gendry en la tercera temporada, y el poder de R'hllor hace que Joffrey, Balon y Robb desaparezcan del mapa. Melisandre sacrifica a una princesa de sangre real en la hoguera en la quinta temporada y R'hllor mira hacia otro lado y silba. ¿Pero esto qué coño es? ¿El Dios Rojo es un caprichines que antes ayudaba a Stannis y ahora no? ¿Sólo le molan los sacrificios en determinada época del año? ¿Estaba apagado o fuera de cobertura en ese momento? Patético, de verdad.
En este capítulo se ha hecho evidente el por qué del brutal asesinato de Shireen: en las dos próximas temporadas van a suceder tantas cosas, que los guionistas han decidido apresurar dos hechos que aún no han sucedido pero sucederán: la extinción de la Casa Baratheon y que la toma de conciencia de Melisandre de que, al contrario de lo que ella creía, Stannis no es el Elegido. Enhorabuena, Meli; ahora ya sabes cómo se sintieron Trinity y Obi Wan Kenobi. La cara de la poderosa sacerdotisa cuando llega al Castillo Negro, en shock y traumatizada al darse cuenta de que se ha entregado en cuerpo y alma a la causa de un falso elegido y ha sacrificado a una niña en vano, es digna de compasión. Muy diferente, por cierto, de la serena determinación y la sagaz suspicacia de Melisandre en Danza de Dragones, que ni es tan fría y cruel ni tiene ya tan claro que haya interpretado las señales de su dios de la manera correcta. Menuda paja mental ha tenido que ser para los ateístas redomados de Weis y Benioff poder representar el momento en que una fanática religiosa se ve sumida en una seria crisis de fe.

PD: Comentario que sólo entenderán los fans de Warhammer 40.000. R'hllor es Tzeench. ¡¡Es Tzeench!! ¿A qué otro dios conocéis que exija sacrificios humanos en las llamas, conceda a sus adoradores poderes mágicos asociados al fuego, y cambie de opinión sin motivo aparente retirándole de repente su favor a uno de sus paladines? ¡Es Tzeench! Seguro que a estas horas está descojonándose de Stannis en medio del Inmaterium.


DORNE

Hay una regla clara en esta serie: desconfiad del azúcar. En Juego de Tronos, el azúcar sólo se usa para ocultar el sabor del veneno, en este caso de manera literal. Ya ocurrió en la Boda Roja, cuando Robb y Talysa se acariciaron tiernamente entre palabras de amor y decidieron que su futuro bebé se llamaría Eddard Stark, justo antes de que los escabechinaran a todos, y ahora ha pasado de nuevo, con el beso de la paz de Ellaria Arena a una bella princesita vestida de rosa, enamorada hasta las cachas e hija orgullosa de Jaime, su papá (manda huevos, el secreto mejor guardado de los hermanos Lannister, tan peligroso como para lanzar a Bran por la ventana de una torre con tal de impedir que se descubra, y ahora resulta que lo sabía todo el mundo). ¿Y qué pasa entonces? Que nuestra querida Myrcella empieza a sangrar por la nariz y cae envenenada a causa del pintalabios venenoso de Ellaria Arena, a la que vemos junto a sus hijas tomándose el antídoto. Otro golpe de efecto de la serie que resulta ser un sinsentido, en primer lugar porque con este acto Ellaria se acaba de condenar a muerte (Doran le dejó muy clarito que si hacía daño a Myrcella la ejecutaba) y en segundo lugar porque se ha pasado por el arco del triunfo la profecía de Maggy la Rana. "De oro serán sus coronas y de oro sus mortajas", pero Myrcella va a morir antes que Tommen, sin ser coronada reina. Nueva patada a los libros, una más de tantas... y esta vez con el agravante de haber destrozado Dorne, uno de los lugares más queridos por los lectores de la saga y más esperado por los fans españoles, que acaba con un final absurdo, un Doran infrautilizado (amarga me he quedado por no poder oír la frase mítica: "Venganza. Justicia. Fuego y sangre."), una Ellaria que no es Ellaria (¿dónde quedó la mujer triste, bondadosa, sabia y conciliadora de los libros?) y el espíritu de Dorne reducido a "spaniards andalusíes que viven en edificios árabes y a pesar de vestir como moros follan todo lo que quieren y más". ¿Dónde quedó el reino cálido de gentes fogosas que respeta a las mujeres y a los bastardos? ¿Dónde quedó la calculadora inteligencia de Doran? ¿Dónde aquel "en Dorne no matamos niños" de Oberyn? Al parecer, en los libros, porque los guionistas han decidido mandarlo todo a la mierda en la serie.


BRAAVOS

Si creían que la violencia contra niñas menores de edad había acabado en el capítulo anterior, ¡se equivocan, señores! Los guionistas nos hacen pasar por la desagradable experiencia de ver cómo ser Meryn azota a dos niñas hasta hacerlas gritar, antes de que la tercera, que resulta ser Arya Stark (primera noticia de que las mujeres sin rostro son inmunes al dolor) le sale rebotada y se lo carga de una de las maneras más sangrientas, gores y desagradables que se han visto en esta serie. A priori, las únicas muertes más sangrientas que recuerdo son las de Oberyn Martell y las de la Boda Roja. Al final del capítulo, tras recibir una perturbadora lección de lo que significa ser nadie, Arya se queda ciega. En el ya crecido montón de hechos incomprensibles añadimos la pregunta de por qué demonios el Hombre Bondadoso tiene que morir para pagar por el asesinato de Arya, cuando en Festín de Cuervos se limitan a dejarla ciega como castigo por matar a Daeron. Si la muerte es el castigo por quitar una vida equivocada, ¿por qué no la matan a ella? Y si no hace falta ninguna muerte y basta la ceguera como castigo, ¿por qué el sacerdote se suicida? Ah, no, espera, que no hay que esperar coherencia en las cosas que pasan en esta serie; todo se reduce a dar el mejor golpe de efecto.


DESEMBARCO DEL REY

Llevaba esperando el paseíllo de Cersei con unas ganas increíbles desde que empezó la temporada. Muchos espectadores se estaban poniendo las botas ante la perspectiva de ver un desnudo frontal de Lena Headley; otros han afirmado que la escena es demasiado cruel y que la Leona de la Roca les ha dado pena. Personalmente, no me incluyo entre ninguno de los dos grupos. Ver desnuda a Cersei (¡Sí, se le ven las TETAS! ¡Y todo lo demás también!) no me ha provocado ningún morbo especial; heterosexual que es una (por lo menos en la serie han respetado un poco más su integridad capilar y le han dejado el vello púbico y un corte de cabello a lo pixie, en lugar de dejarla rasuradita como rencién nacida y calva como una bola de billar), y respecto a si su humillación me ha dado pena, la respuesta es NO, NINGUNA. De hecho, poco castigo me parece después de lo que hizo con Eddard Stark; se puede considerar afortunada de tener todavía la cabeza sobre los hombros. Y no deja de ser un acto de justicia poética que reciba su castigo en el mismo lugar donde Ned fue ejecutado a traición: frente al Gran Sept de Baelor.
Totalmente fuera de lugar, inapropiadas y bochornosas me han parecido las miraditas de lujuria disimuladas del Gorrión Francisco y de esas septas rancias al más puro estilo convento irlandés que parecen extras de Las Hermanas de la Magdalena. Como de costumbre, Weiss y Benioff le tienen tanto asco y desprecio a la religión que son incapaces de asumir que existan fieles que se crean de verdad lo que predican, o que se pueda ser religioso y a la vez buena persona. Todo eso para ellos es imposible, y deseosos de adoctrinarnos en ello y por si aún no nos habíamos enterado, con una sola mirada convierten al Gorrión y a las septas en una panda de sádicos hipócritas. Y me ha dado muchísima rabia, porque me ha impedido disfrutar al cien por cien de una escena que llevaba esperando toda la temporada, que dicho sea de paso imaginaba muchísimo más intensa, y de la que, sin lugar a dudas, hay que resaltar la magistal actuación de Lena Headley, que sin duda ha sido lo mejor del capítulo.


MEEREEN

Tras despedirse a la francesa en el capítulo anterior, abandonando a su suerte a los únicos amigos que tiene en el mundo en una plaza llena de enemigos, Daenerys Targaryen ha volado, volado y volado hasta llegar a un lugar que debería ser el Mar Dothraki pero que en lugar de hierbas altas y llanuras está lleno de riscos. Intenta regresar a Meereen, pero Drogon está cansado y le interesa más lamerse las heridas que volar. Entonces, tiene lugar una de las escenas más absurdas de toda la temporada: mientras busca comida por la pradera, Daenerys se ve rodeada de repente por miles de jinetes dothrakis; es decir, un khalasar gigantesco al que no ha visto llegar a pesar de que acaba de bajar de la cima de un risco DESDE EL QUE SE DIVISABAN CIEN KILÓMETROS A LA REDONDA EN TODAS DIRECCIONES. Y tampoco lo ha oído, a pesar de que miles de jinetes cabalgando deberían (digo yo) hacer un poco de ruido con un poco de antelación.
Y mientras tanto, en Meereen, el amante y el pagafantas de la reina se van a buscar a Dany y dejan al cargo de la ciudad... a Tyrion Lannister, asistido por la inestimable ayuda de Gusano Gris, Missandei y Varys, que pasaba por allí. Así que al final de temporada, Meereen se nos queda convertida en una ciudad gobernada en el pasado por una Targaryen y en el presente por un Lannister, con Varys como consejero, llena de traidores y al borde de la guerra civil. Es decir, en Desembarco del Rey.


EL MURO

Debo admitir que el gran shock de la temporada, el asesinato de Jon Nieve, no ha sido tan impactante para mí como para los espectadores no lectores, porque era evidente que iba a pasar y además tenía claro que sería la escena de cierre de la temporada. Teníamos una pequeña esperanza de no ocurriera, después de mostrar a Jon como el héroe que se enfrentó cara a cara contra el Rey del Invierno, pero seamos honestos; con el gusto que le han cogido los guionistas a matar personajes, hasta el punto de creer que las muertes y las TETAS son el principal atractivo de la serie, ¿podíamos esperar que no matasen a una de las pocas bajas de esta serie que sí muere en los libros?
Sin embargo, debemos reconocer que la muerte de Jon ha sido casi elegante, sobre todo si la comparamos con la brutal carnicería que Arya hace poco antes con ser Meryn. La escena recuerda con precisión milimétrica al asesinato de Julio César, incluido el Bruto particular de Jon, Olly. Cuando se dirige al niño antes de morir, sólo le faltó decir "¿Tú también, Olly?". Si es que ya te lo dijo el maestre Aemon, Jon: "mata al niño, mata al niiiiño"... Por desgracia, la única que lo oyó debió ser Melisandre.
A propósito, ¿soy la única en preguntarme DÓNDE COJONES ESTABA FANTASMA MIENTRAS MATABAN A SU DUEÑO? ¡Cuando atacaron a Sam bien que fue a defenderlo! ¿Lo tienen prisionero? ¿Lo han matado? Lo dudo mucho; la muerte de Fantasma es como la de Dama o Viento Gris; se merecería aunque fuera unos segundos de pantalla. Sea como sea, Fantasma es la única esperanza de Jon Nieve: al ser un warg, es capaz de poseer a los animales, y desde que salió Danza de Dragones son muchos los que opinan que antes de morir Jon Nieve consiguió trasladase al interior del animal, y a partir de ahora Fantasma y Jon serán uno. Ojalá sea verdad.
En cuanto a Sam, se ha librado de ver morir a su mejor amigo, porque ha partido a Antigua con Elí y el bebé a convertirse en maestre (algo que, de ser fieles a los libros, tendría que haber hecho ya a principios de temporada). Por cierto, la última escena que Sam y Jon tienen juntos confirma una vez más lo que todos ya sabíamos: cada vez que dos personajes se despiden diciendo "nos volveremos a ver", seguro que no vuelven a verse más. Es igual que en las películas de terror; como un personaje diga "enseguida vuelvo", es que no volverá. Cuando vi que en este capítulo Sam y Jon brindaban por su reencuentro, pensé "ya está, los mafiosos de los guionistas acaban de darle a Jon el beso de la muerte, éste no llega vivo al final del capítulo". Y así fue. Como dirían los dothrakis, una temporada de Juego de Tronos donde no muera al menos un Stark, se considera aburrida.

jueves, 11 de junio de 2015

Stannis, Melisadre, y la muerte más absurda de "Juego de Tronos"


Melisandre de Asshai, y en menor medida Stannis Baratheon, son dos de los personajes más incomprendidos de toda Canción de Hielo y Fuego, en palabras del propio George R.R. Martin. De hecho, son tan absolutamente incomprendidos que no los entienden ni los responsables de la serie Juego de Tronos, igual que todos los fans (ya sea de la serie o de los libros) que han justificado la que sin duda es la muerte más absurda e incoherente de toda la serie televisiva.

No se trata de que Stannis y Melisandre no sean capaces de quemar a Shireen, no. Estoy segura de que llegado el caso serían perfectamente capaces, aunque a Stannis le dolería en lo más profundo del alma, no como en la puta serie que se limita a poner cara de estreñido mientras a su hija la queman viva. Pero si de algo podemos estar seguros, completamente seguros, es que ni Stannis ni Melisandre habrían sacrificado jamás a esa niña para tomar Invernalia.

STANNIS

Al hablar sobre la muerte de Shireen, los creadores de la serie, Dan Weiss y David Benioff atribuyen la decisión de Stannis a la ambición y el fanatismo del personaje. Weiss afirma que "Las personas que ven Juego de Tronos no ven el mismo mundo que Stannis y Melisandre. Para esos personajes, la magia es real y funciona. Eso es algo divertido acerca de este género porque cuando la magia es real y puedes verla con tus propios ojos en el show, le das una ventana a las personas que creen cosas irracionales en la fe”. Benioff, por su parte, comentó que: "es la decisión más dura que Stannis ha hecho en su vida, quien tiene que elegir entre su ambición y su amor. Tristemente, Stannis elige la ambición".
Dejando al margen el hecho de que apartar la mirada, apretar el culo y poner cara de póker mientras muere tu única hija no es precisamente lo que yo calificaría como el mejor modo de mostrar que "Stannis ha tomado la decisión más dura de su vida", los comentarios de Weiss y Benioff demuestran que los creadores de Juego de Tronos no han entendido en absoluto al personaje de Stannis.
Vamos a empezar con Weiss. Sobre las palabras de este sujeto, basta decir una cosa: Stannis Baratheon es ateo.

"El día que vi cómo la Orgullo del Viento se hundía a la entrada de la bahía dejé de creer en los dioses. Juré que nunca a ningún dios tan monstruoso como para ahogar a mis padres. En Desembarco del Rey, el Septon Supremo hablaba y hablaba de cómo toda justicia y bondad emana de los Siete, pero siempre que vi justicia y bondad fue en hombres". "Sé poco acerca de los dioses y me interesan aún menos, pero la sacerdotisa roja tiene poder".
Stannis a Davos, Choque de Reyes.

Un hombre que habla así, malamente va a poder ser un fanático religioso, sobre todo porque su fe ni aumenta ni evoluciona en los libros siguientes.

"La mitad de mi ejército se compone de infieles. Aquí no se quemará a nadie. Rezad con más ahínco".
Stannis en el asedio a Invernalia, Danza de Dragones.

Creo que queda claro que Stannis no se asocia a Melisandre porque "cree cosas irracionales en la fe". En las novelas, Stannis toma los consejos de Melisandre con reserva, sólo la escucha porque la ha visto hacer magia, y más de una vez frena en seco su celo religioso y el de su mujer, Selyse, a la que desprecia precisamente por su fanatismo hacia R'hllor. Con el tiempo llega a creer las afirmaciones de Melisandre de que es el Príncipe que Fue Prometido y que debe despertar a los dragones de la piedra para enfrentarse con ellos a los Otros, pero eso no le convierte tampoco en un fanático creyente.

Pasemos ahora a Benioff, que afirma que Stannis ha escogido la ambición por encima del amor. Stannis jamás ha sido ambicioso. Jamás ha perseguido el poder por el poder, ni ha codiciado la corona, más bien al contrario. En términos roleros, Stannis es un Legal Neutral puro y duro. No actúa movido por la ambición, sino por el sentido del deber.

"¿Habéis visto alguna vez el Trono de Hierro? Hay púas en el respaldo y, por todos lados, fragmentos de acero retorcido y puntas serradas de espadas y cuchillos, todo mezclado y fundido. No es una silla cómoda, ser. Aerys se cortó tantas veces que empezaron a llamarlo el Rey Costra. Allí mismo fue donde asesinaron a Maegor el Cruel. A decir de algunos, nadie que se siente en él descansa tranquilo. A veces me pregunto por qué lo desearon tanto mis hermanos.
—Entonces, ¿por qué lo queréis vos? —le preguntó Davos.
—No se trata de que lo quiera o no. El trono me corresponde como heredero de Robert. Es la ley. Después de mí deberá pasar a mi hija, a menos que Selyse me dé por fin un hijo varón. —Pasó tres dedos por la superficie de la mesa, por las capas de barniz suave y duro oscurecido por los años—. Soy el rey. No tiene nada que ver con lo que quiera. Tengo un deber para con mi hija. Para con el reino. Hasta para con Rober".
Stannis y Davos, Tormenta de Espadas.

Hay quien ha argumentado que, a pesar de que las motivaciones que le atribuye Benioff no son ciertas, Stannis igualmente actúa movido por el deber porque si no quema a Shireen no podrá tomar Invernalia y sus hombres morirán de hambre. Este argumento es completamente absurdo, tanto por el contexto de la historia como por lo que sabemos de Melisandre, de R'hllor y de la magia que la primera hace en nombre del segundo. Una magia que, insisto, ha sido retratada de igual modo en las novelas y en la serie, de modo que no caben ambigüedades en plan "es que en la serie la magia es de otra manera".
En el noveno capítulo de la quinta temporada, se supone que Ramsay, por arte de birlibirloque y en un descarado deus ex machina (no se nos explica en ningún momento cómo ha conseguido burlar a los vigías y soldados de Stannis ni tampoco por qué la Sacerdotisa Roja no ve su incursión en el fuego antes de que ocurra), penetra en el campamento de Stannis y destruye todos sus suministros. No tienen provisiones para un asedio ni tampoco para que dé tiempo a volver al Muro. Ante esta situación, afirman los defensores de la serie, Stannis no tiene más remedio que sacrificar a Shireen por el bien de la guerra y de sus soldados, para salvar la vida de sus nombres.
¿Y de qué van a morir sus soldados, esos a los que se supone que el deber le impulsa a salvar por encima de la vida de su hija? ¿De hambre? Lo dudo mucho; entre que Davos va y vuelve al Muro, pueden sobrevivir perfectamente pescando bajo el hielo de Lago Largo y comiéndose la carne de los caballos, que son innecesarios para asaltar un castillo y cuya carne se conservará congelada. ¿De sed? Tienen agua de sobra; les basta con derretir la nieve. ¿De frío? Si tienen material para prender la hoguera de Shireen, tienen material para calentarse.
Y lo más importante: Stannis es tan implacable como justo, y exige a sus vasallos el mismo rigor en el cumplimiento del deber que se exige a sí mismo. Y el deber de los soldados que le acompañan es morir si es necesario para defender a su rey y a su única heredera. Eso significa que sacrificar a Shireen para salvar la vida de los soldados no tiene ningún sentido; en todo caso deberían ser los soldados quienes murieran a costa de preservar a la princesa heredera.
¿Tal vez habrá quien, todavía, afirme que el deber de Stannis no es salvar a sus hombres sino tomar Invernalia? Muy bien, en ese caso la muerte de Shireen sigue siendo incoherente y absurda, porque no hace ninguna falta sacrificar a Shireen para tomar Invernalia.
Esto lo vamos a entender mucho mejor hablando de la otra protagonista de este artículo:


MELISANDRE

Melisandre de Asshai, a diferencia de Stannis, sí que es una fanática religiosa. Eso lo sabemos todos: lectores de las novelas y seguidores de la serie. Melisandre no es una persona malvada, o al menos no se ve a sí misma como tal; ella se considera una campeona del bien, de la luz y de la vida, un instrumento al servicio de R'hllor, y está dispuesta a hacer cualquier cosa para cumplir sus designios, porque para ella el fin justifica los medios y todos sus actos sirven a un bien mayor.

"Yo soy como esta antorcha, Ser Davos. Ella y yo somos instrumentos de R'hllor. Existimos con un único objetivo: mantener a raya la oscuridad."
Melisandre a Davos, Tormenta de Espadas.

Sabemos, pues, que Melisandre ha dedicado toda su vida a servir al Señor de la Luz y a luchar contra su enemigo, el dios de la oscuridad. Esto, por cierto, también la convierte en una Legal Neutral como Stannis, aunque en versión fanático-religiosa, no ateo-pragmática como el rey.
Pero, si esto es así, ¿por qué se molesta en ir a Poniente desde Asshai y dedicarse en cuerpo y alma a ayudar a Stannis? La respuesta la podemos encontrar en el mismo capítulo que la cita anterior, un poco más adelante.

"El viejo maestre miraba a Stannis y veía a un hombre. Vos veis a un rey. Ambos estáis en un error. Es el elegido del Señor, el guerrero de fuego. Lo he visto encabezando la lucha contra la oscuridad, lo he visto en las llamas. Las llamas no mienten, de lo contrario vos no estaríais donde estáis. También está escrito en la profecía. Cuando la estrella roja sangre y reine la oscuridad, Azor Ahai volverá a nacer entre el humo y la sal para despertar a los dragones de la piedra. La estrella sangrante llegó y se marchó, y Rocadragón es el lugar del humo y la sal. ¡Stannis Baratheon es la reencarnación de Azor Ahai!"
 Melisandre a Davos, Tormenta de Espadas.

¿Y quién es Azor Ahai? Esta pregunta la pueden responder fácilmente los lectores de las novelas, pero quizás los seguidores de la serie no se aclaren. Azor Ahai fue el primer príncipe prometido: un campeón del Señor de la Luz, el primer héroe que derrotó a los Otros. Su historia se cuenta brevemente aquí:


"Hubo un tiempo en que la oscuridad cubría el mundo con un manto pesado. Para enfrentarse a ella, el héroe necesitaba una espada de héroe, una hoja como no se había visto jamás. Así que durante treinta días y treinta noches, Azor Ahai trabajó en el templo sin descanso, forjando una espada en los fuegos sagrados. Calentaba, martilleaba, plegaba, calentaba, martilleaba, plegaba... y así hasta que tuvo la espada. Pero, cuando la metió en agua para templar el acero, saltó en pedazos.
Como era un héroe, no podía encogerse de hombros y marcharse, de modo que empezó de nuevo. La segunda vez tardó cincuenta días y cincuenta noches, y la espada parecía aún mejor que la primera. Azor Ahai capturó un león para templar la hoja clavándola en el corazón rojo de la fiera, pero una vez más el acero se quebró. Grande fue su pesar y mayor aún su pena, porque comprendió lo que debía hacer.
Cien días y cien noches trabajó en la tercera espada, y brillaba al rojo blanco en los fuegos sagrados cuando llamó a su esposa. "Nissa Nissa, desnuda tu pecho y recuerda que te amo por encima de todo lo que hay en este mundo." Ella obedeció y Azor Ahai le clavó en el corazón palpitante la espada al rojo. Se dice que el grito de aflicción y éxtasis de Nissa Nissa abrió una grieta en la cara de la luna, pero su alma, su fuerza y su valor pasaron al acero. Tal es la historia de la forja de Portadora de Luz, la Espada Roja de los Héroes."
Sallador Saan a Davos, Choque de Reyes.

Aquí encontramos el principal paralelismo entre el legendarium de Poniente y el sacrificio de Shireen. Stannis es la reencarnación de Azor Ahai (o al menos, eso creen él y Melisandre, porque los lectores saben que ambos están en un error y que la verdadera Princesa Prometida es Daenerys Targaryen). Ambos son elegidos del Señor de la Luz, ambos deben enfrentarse a los Otros y vencerlos, ambos necesitan para ello un arma mágica y especial que R'hllor sólo les concederá si hacen el sacrificio supremo: ofrendarle la vida de un ser amado de sangre real. En el caso de Azor Ahai, su esposa Nissa Nissa, para forjar a Portadora de Luz. En el caso de Daenerys, la auténtica princesa, este sacrificio ya ha tenido lugar: mató con sus propias manos a Khak Drogo y prendió su hoguera, tras lo cual sus tres dragones surgieron de los huevos fosilizados. En el caso de Stannis, el sacrificio inicial es Edric Tormenta, su sobrino, pero al eliminar este personaje de la serie quien nos queda es su hija Shireen.
Ahora bien, como sabemos, y la propia Melisandre nos cuenta, el sacrificio supremo se hace para conseguir el don supremo, para lograr algo legendario y milagroso (dragones, espadas mágicas) en una situación desesperada (la llegada de la Larga Noche y de los Otros). ¿Y para detener una tormenta de nieve, o para conseguir tomar un castillo?

Para responder a esta pregunta, es necesario recordar lo que sabemos de los poderes de R'hllor. Melisandre de Asshai no es la única Sacerdotisa Roja que aparece en esta historia, ni tampoco la única maga de sangre. Estos poderes también los dominan Thoros de Myr y Morroqo, ambos sacerdotes del Dios Rojo. Gracias a todos ellos, sabemos que la magia y los rituales en nombre de R'hllor no son caprichosos ni arbitrarios, sino que siguen unas reglas bien definidas. A determinado hechizo o sacrificio, le sigue un resultado concreto. Veamos algunos de ellos:

-Resurreción: beso de la vida (Thoros de Myr resucita a Beric Dondarrion varias veces con este método).

-Mejorar condiciones climáticas: quemar a un infiel (Alester Florent es quemado por Melisandre para que el viento sea favorable a los barcos de Stannis, Morroqo quema al maestre Kerwin para conseguir ese mismo efecto para los barcos de Victarion Greyjoy, y en el asedio a Invernalia los tres soldados caníbales son sacrificados en las llamas para detener la tormenta de nieve).

-Provocar la muerte de un rey: quemar sangre de rey (Melisandre quema sanguijuelas llenas de sangre de Stannis para provocar las muertes de Robb, Balon y Joffrey).

-Adivinar el futuro: hacer una hoguera y observar las llamas (tanto Melisandre como Morroqo son capaces de ver el futuro contemplando las llamas de un fuego consagrado a R'hllor).

-Engendrar una sombra: mantener relaciones sexuales con un hombre, se supone que de manera ritualizada (por razones obvias, este hechizo sólo lo hace Melisandre. Sus sombras sirven tanto para infiltrarse en el campamento de Renly y matarlo, como para tomar Bastión de Tormentas).

-Conseguir arma mítica para vencer a los Otros y salvar el mundo: sacrificio de un ser amado y/o de sangre real (Azor Ahai con su esposa, Daenerys con Drogo).


Y aquí viene el quid de la cuestión: por qué es totalmente absurdo e innecesario sacrificar a Shireen para tomar Invernalia. Frente a los Bolton, Stannis tiene dos problemas: la tormenta de nieve y las puertas cerradas del castillo, tras las cuales aguardan Roose y Ramsay.
La solución al primer problema es evidente: para detener la tormenta de nieve hace falta quemar a alguien, pero esa persona no tiene por qué ser Shireen. Ni quisera tiene que ser alguien de sangre real. Para lograr un viento favorable, Melisandre quema a Alester Florent y Morroqo un maestre; para detener la tormenta del norte en Danza de Dragones, Stannis manda quemar a tres soldados condenados a muerte por haber cometido canibalismo.
En cuanto al segundo problema, Melisandre perfectamente podría acostarse con un hombre cualquiera (no hace falta que tenga sangre real; en Tormenta de Espadas le pide el "favor" a ser Davos, un caballero de origen plebeyo), engendrar una sombra y enviarla a Invernalia para que mate a Roose y a Ramsay. Tras la muerte de los Bolton, los soldados Bolton quedarían desorganizados y descoordinados, sin ningún señor a quien servir; es probable que en ese caso, y con el enemigo a las puertas, decidieran arrimarse al caballo ganador y rendirse a Stannis. Incluso es posible que los propios criados norteños que siguen siendo fieles a los Stark, le abrieran la puerta a Stannis y éste se encontrara con que ha conquistado Invernalia sin una sola baja y tiene a lady Sansa Stark contentísima de haber enviudado y dándole la bienvenida.

¿Que si Melisandre sería capaz de sacrificar a Shireen? Sin ninguna duda; si lo considera necesario para el triunfo de R'hllor, a Shireen y a quien haga falta. Pero para tomar Invernalia, este sacrificio no sólo es totalmente innecesario, sino que la propia Melissandre se encargaría de impedirlo si a alguien se le ocurriera la peregrina idea de sugerirlo. Para Melisandre la superviviencia de los soldados de Stannis o incluso la toma de un castillo es algo completamente secundario, indigno de tamaño sacrificio.

"Hay dos, Caballero de la Cebolla. Ni siete, ni uno, ni cien ni un millar. ¡Dos! ¿O creéis que he cruzado medio mundo para poner a otro rey soberbio en otro trono vacío? La guerra se lleva disputando desde el principio de los tiempos y antes de que acabe cada hombre tendrá que elegir en qué bando está. Uno es el de R'hllor, el Señor de la Luz, el Corazón de Fuego, el Dios de la Llama y de la Sombra. Contra él se alza el Otro cuyo nombre no debe pronunciarse, el Señor de la Oscuridad, el Alma de Hielo, el Dios de la Noche y del Terror. No se trata de decidir entre Baratheon y Lannister, entre Greyjoy y Stark... Elegimos la muerte o la vida. La oscuridad o la luz".
Melisandre a Davos, Tormenta de Espadas.

En otras palabras: Melissandre jamás malgastaría a una víctima potencial como Shireen en algo tan mundano como tomar una fortaleza. Lo de que Stannis se convierta en rey para Melissandre es sólo circunstancial: su verdadero y principal objetivo es que derrote al Señor de la Oscuridad. Si los sacrificios de un ser amado o de una persona de sangre real (¡y Shireen es ambos!) sería lo único capaz de despertar a los dragones de la piedra para darle a Stannis el arma de la victoria definitiva, ¿cómo va a desperdiciarla en tomar Invernalia, cuando ella misma podría parir una sombra o quemar a un pazguato cualquiera y conseguir igualmente ese objetivo?

martes, 9 de junio de 2015

Juego de Tronos, capítulo 9, quinta temporada: que paren el tren que yo me bajo


Que los guionistas de Juego de Tronos odian la religión es algo que ya nos ha quedado a todos lo bastante claro. Pero la odian a muerte, con todas sus fuerzas, con toda su pasión. No tengo nada en contra del ateísmo, siempre y cuando no pretendan convertirlo en un panfleto, a costa encima de una historia ya preexistente como es Canción de Hielo y Fuego.
En la serie Juego de Tronos, la religión apesta. Pero apesta hasta puntos que no sólo son increíbles, sino que entran en franca contradicción con los libros.

Primero tuvimos la Fe de los Siete. En las novelas, los septones, hartos de ver cómo la gente humilde es abusada, masacrada, saqueada y maltratada por las tropas de los grandes señores ante la indiferencia absoluta de aquellos que deberían protegerlos, se organizan para protestar. Es lógico: Poniente es una sociedad feudal, y en el feudalismo los campesinos trabajan las tierras del señor y le entregan unos impuestos a cambio de quedarse con parte de las cosechas para consumo propio y de protección para sus vidas, sus familias y sus hogares. Si cuando llega una guerra el señor se encierra en su castillo o en su torreón y deja que el pueblo se muera de hambre, sus casas sean quemadas, sus mujeres violadas y sus hijos asesinados, es normal que se les hinchen las pelotas y cuando los septones dicen "un momento, esto es injusto, el fuerte ha de proteger al débil, el rey debe defender a su pueblo en nombre de los diosas" la gente diga "oigan, pues sí", y los apoyen al ser los únicos que defienden sus derechos. Una vez llega al poder, el Gorrión Supremo no restaura la fe militante para dedicarse a destrozar burdeles, matar puteros o detener homosexuales, sino para limpiar los caminos de saqueadores y bandidos, para proteger a los humildes, y para defender la honra de las septas y septones pacíficos. El Gorrión Supremo desconfía de Cersei porque es inteligente y sabe que ella pretende manipularlo en su propio beneficio, pero no odia a toda la nobleza per sé. Es, ante todo, un hombre genuinamente caritativo y justo.
En la serie, por el contrario, él y su banda de desharrapados son un claro guiño al Estado Islámico. En cuanto consiguen poder y armas, se dedican a cometer abusos ignorando sus objetivos iniciales (proteger y defender a los inocentes de los abusos de soldados y saqueadores). Para colmo, el actor que hace de Gorrión Supremo fue elegido con un asombroso parecido al papa Francisco. Demasiado, creo yo, para ser casual. Es como si los responsables de la serie estuvieran diciendo: "la religión jamás es buena; siempre engendra fanatismo. Incluso los que dicen buenas palabras y hablan de caridad y de justicia se comportarían como muyahidines sedientos de sangre si se les diera la oportunidad".

En segundo lugar, tenemos al Dios de los Muchos Rostros. Como por las intenciones poco le pueden sacar, porque está claro desde el principio que es el dios de la muerte, los guionistas le cambian el trasfondo. En la novela, Arya encuentra en verdad un hogar en la Casa del Blanco y el Negro. Al sacerdote que la entrena lo llama el Hombre Bondadoso, la chica que la ayuda a entrenar se convierte en su amiga, la cocinera la trata con amabilidad y le da bien de comer. Arya se siente segura, protegida y por fin en paz.
En cambio, en la serie, la Casa del Blanco y el Negro es un lugar tenebroso y siniestro que parece una especie de catacumba. El sacerdote que tan amablemente la acoge en el libro, en la serie la deja en la calle a la intemperie, sola toda la noche. La chica que la entrenaba y le hacía compañía a Arya en los libros se convierte en una joven odiosa, hostil y agresiva que la mira con desprecio y desconfianza. En cuanto al Jaqen-que-no-sabemos-si-de-verdad-es-Jaquen, la frialdad es el único sentimiento que le demuestra. Atya no está entre amigos aquí; está en un lugar extraño y poco acogedor donde la ponen continuamente a prueba.

Y en tercer lugar, tenemos a Rolón y su alegre panda de sacerdotes rojos. Estos tampoco es que fueran una perita en dulce en los libros: Melissandre de Asshai quema gente para conseguir favores de su dios, aquí no se llama nadie a engaño. Pero la Melissandre de los libros no es una zorra psicópata, lasciva y cruel como la de la serie. Asimismo, incluso los sacrificios humanos a R'hllor no se realizan jamás de manera gratuita o sin un propósito. Pongamos el ejemplo de la novela/serie para que se vea lo que quiero decir.
En la novela, Melissandre le sugiere a Stannis que queme a Edric Tormenta, uno de los bastardos de Robert Baratheon. Stannis se niega, se cabrea y se enroca en que no piensa hacerlo durante un libro entero. Sin embargo, la razón que esgrime Melissandre es muy poderosa: sólo ese sacrificio puede despertar a los dragones de la piedra y convertirlo en el Príncipe que Fue Prometido. Esto es debido a que Stannis, según Melissandre, es la reencarnación de Azor Ahai, héroe legendario y elegido de R'hllor. Se supone que hace miles de años, cuando el Largo Invierno invadió el mundo y los Otros avanzaban imparables arrasando todo rastro de vida, Azor Ahai forjó una espada de fuego mágico llamada Portadora de Luz que usó para derrotar a los Otros y salvar el mundo. Pero para poderla forjar, tuvo que templarla en el corazón de quien más amaba: su esposa Nissa Nissa, que se entregó voluntariamente al sacrificio y cuyo valor y fuerza espiritual pasaron al acero de la espada. Por supuesto, Melissandre está equivocada y no sabe que la verdadera reencarnación de Azor Ahai es Daenerys Targaryen, que ya despertó a los dragones de la piedra (los huevos fosilizados) matando a quien más amaba (a Khal Drogo, a quien asfixió con un almohadón para no verle agonizar). Melissandre (que por cierto tiene capítulo propio con su punto de vista en Danza de Dragones, donde podemos conocerla mejor) ni siquiera sugiere jamás a Shireen como sacrificio, ni en los momentos más desesperados. A día de hoy, la niña sigue vivita y coleando en las novelas, y hasta donde sabemos, goza de buena salud.
En la serie, Melissandre es una psicópata sin sentimientos que usa el sexo para manipular a todos los hombres que tiene a su alrededor y señala a Shireen como sacrificio con la tranquilidad más pasmosa. Claro, dirán algunos, es que Stannis tiene que sacrificar lo que más ama, como Azor Ahai... ¡Yeeee, para el carro! Aquí hay fallos MUY gordos. En primer lugar, el sacrificio de un ser amado de sangre real es el sacrificio supremo y máximo, por lo tanto está reservado para el milagro máximo, que viene a ser DESPERTAR A LOS PUTOS DRAGONES. En cambio, ¿aquí para qué es? ¿¿Para tomar Invernalia?? ¡¡Vamos, no me jodas!! ¿¿Y después de tomarla, qué?? ¿¿A quién va a sacrificar Stannis para despertar a los dragones y convertirse en el campeón del Señor de la Luz contra los Otros?? En realidad, a Stannis no le hace ninguna falta sacrificar a la pobre Shireen Baratheon para tomar Invernalia, y esto es debido a una gran cantidad de motivos:
1) Stannis, en la serie, tiene como principal objetivo gobernar. Alcanzar el trono. Matando a Shireen mata a su única heredera, puesto que Selyse es demasiado mayor para volver a concebir. Y aunque pudiera hacerlo, o aunque muriera y Stannis se casara con otra, si él muere antes de poder engendrar nueva descendencia, acaba de extinguir por completo a la familia Baratheon.
2) Si a pesar de ello, NECESITA sacrificar a alguien de sangre real, es tan jodidamente sencillo como trincarse a una salvaje, dejarla embarazada, y quemarla en la pira con el feto (de sangre real) dentro. Una putada como un piano de cola, sí, pero no tanto como cargarse a su propia hija y única heredera legítima.
3) ¿Tanto le costaba a Melissandre fabricar una sombra como la que fabricó para tomar Bastión de Tormentas? Ah, espera, que Jon Nieve no se la quiso follar... ¿¿Bueno, y qué?? ¿¿Que la sombra sólo podría ser de Jon Nieve?? Haberse follado a cualquier otro, que daba igual. En el libro intenta que se la trinque Davos para fabricar sombritas, así que tendría que haberle dado lo mismo quién se la tirara. Sólo necesitaba, hablando pronto y mal, un donante de semen que hiciera posible el hechizo.
4) Matar a tu propia hija delante de tus soldados es una de las cosas que probablemente más puede minar la moral de las tropas. No sólo porque hace que todos los soldados odien a su rey, sino porque les hace temer que ellos serán los siguientes: "joder, si ha podido matar a su única hija, este hijoputa mañana lo mismo me quema a mí... y le va a importar un cuerno si mis compañeros y yo morimos en la batalla... ¿sabes qué te digo? Que voy a desertar y me paso a los Bolton/Lannister/Arryn/Tyrell, que dan una paga digna, una comida caliente, y no queman vivos a los niños y esas cosas".
5) Insisto en el punto fundamental: quemar a un ser amado o a un ser de sangre real es el sacrificio má-xi-mo. Nivel forjar súper espada mágica, despertar dragones, aniquilar hordas de zombies helados... ESE tipo de nivel. Para tomar Invernalia, en las novelas, Stannis NO necesita hacer semejante sacrificio. De hecho, tiene prisionera a Asha Greyjoy, que teóricamente es de sangre real (su padre, Balon, se proclamó Rey del Hierro), y ni siquiera la quema pudiendo hacerlo porque para ganar el favor del Señor de la Luz en la toma de un castillo basta quemar a personas vulgares y corrientes. En este caso concreto, a tres soldados que han sido sorprendidos practicando el canibalismo.
¿Moraleja de la burrada absurda y completamente innecesaria de Shireen en este episodio? "Ser religioso es TAn malo, pero que TAN, TAN malo, que los padres que se vuelven religiosos son capaces de quemar vivos a sus propios hijos para satisfacer a su deidad. Y sin derramar una lágrima ni dudar más que lo justo (por lo menos, él)", lo cual por cierto se da de patadas con la famosa escena de "papi y su nena" de dos episodios atrás. ¿¿Tanto que la quiere Stannis y al final la única que llora por ella es Selyse??

Todo esto ha supuesto una amarga, amarguísima decepción para mí, que lo que quiero, lo que siempre he querido como fan acérrima de Canción de Hielo y Fuego que soy, es ver una adaptación digna de mi saga literaria favorita, no un panfleto anticlerical y misógino (porque, qué casualidad, el 90% las putadas más gordas en esta serie van siempre contra las mujeres, y cuanto más inocentes, puras y buenas son, más sufrimiento les toca. Preguntádselo a Sansa, a Talysa y a Shireen, que de esto saben un rato). Un panfleto que, además, está perdiendo cada vez más coherencia y autenticidad en pro del efectismo. "Cuantas más tetas salgan y más personajes mueran, más molamos", parecen pensar los responsables de la serie. Y no, señores. Se han equivocado ustedes. Los fans de Canción de Hielo y Fuego no leemos la saga porque nos guste ver morir a los personajes. Lo hacemos porque nos mata de la emoción saber qué va a pasar, con la incertidumbre absoluta de saber que nadie está completamente a salvo, que todo puede suceder. Que si han de suceder muertes, sucederán. Pero es que las muertes de la saga literaria son coherentes. No pasan por horrorizar, no pasan por escandalizar, no pasan porque así de gordas tenemos las pelotas y aquí hay que jugar al más difícil todavía. Nos prometían "una escena peor que la Boda Roja" y así ha sido. Peor. Pero en todos los sentidos. la Boda Roja tenía un impacto dramático adecuado y un propósito narrativo. El impacto dramático era mostrarnos la ruinidad de los traidores: Frey y Bolton, los malos, asesinando a traición a los buenos Stark. El propósito narrativo está claro: todo ha sido una felonía orquestada por Tywin Lannister para impedir que Robb Stark siga ganando batallas y haga el yunque y el martillo mano a mano con Stannis contra Desembarco der Rey. El asesinato de Shireen, en cambio, no tiene propósito narrativo (es absurdo y perfectamente evitable, por las razones que he explicado ya), y su impacto dramático es en realidad un bajón: el bajón horrendo y esperpéntico de ver, no cómo un enemigo traicionero mata a un héroe engañado, sino cómo unos padres queman viva a sangre fría a su propia hija, a una niña inocente. Es la brutalidad por la brutalidad. Es la crueldad por la crueldad. Y es el escándalo por el escándalo.
A todo esto súmese el hecho de que estoy bastante sensible con este tema en particular porque tengo una hija de un año y la mera idea de que sufra algún daño es bastante para hacerme entrar en un estado mezcla de frenesí de terror y furia berserker, por hablar en términos roleros, y se comprenderá mi actitud.
Y mi actitud es esta: como ya me planteé en su momento si pasaba lo que ha pasado en este capítulo, a partir de hoy, suspendo el visionado y seguimiento de esta serie. No sé cuánto me va a durar. Lo mismo me animo la semana que viene, lo mismo no me animo nunca más. Pero por ahora, ya no tengo interés por seguir viendo Juego de Tronos. Todo dentro de mí grita "¡no, no, no!". Por supuesto, voy a seguir siendo fiel lectora y seguidora de la saga literaria, seguiré publicando artículos en este blog sobre de mis teorías e impresiones acerca de ella, y devoraré Vientos de Invierno en cuanto sea publicado y caiga en mis manos, pero de momento he perdido toda ilusión y todo interés por la serie. Porque. como ya dije en cierta ocasión, a estas alturas se ha convertido en el fan-fiction más caro del mundo, y yo sólo sigo un fan-fiction cuando me gusta cómo va.
No quiero dar un adiós definitivo a la serie porque sonaría pretencioso; como he dicho, lo mismo en una o dos semanas, o en la temporada que viene, me vuelve a entrar el gusanillo y vuelvo a verla y a comentarla. Pero los sentimientos que tengo a día de hoy, ahora mismo, me dicen que no hay ganas, no hay ilusión y no hay disfrute. Sólo hay decepción, rabia y un leve sentimiento de amargura. Así que si esto era lo que buscaban los creadores de la serie, si esto es lo que pretendían, tendré que darles mi enhorabuena.
Esta jodida vez lo han conseguido.

martes, 2 de junio de 2015

Crítica de Juego de Tronos (Octavo capítulo, quinta temporada): Winter is here, bitches!

Jo-der.
No puedo decir mucho más.
Vale, sí, puedo.
JO-DER.
Tanto que nos quejamos de que no respetan la saga original, y os voy a decir una cosa, niños: me alegro infinitamente de que haya sido así en este capítulo. Porque si algo le faltaba a Danza de Dragones era una buena batalla, una buena escena épica como Dios manda (que para hiatus ya habíamos tenido bastante con Festín de Cuervos, a cuyo título, por cierto, alude directamente Ramsay Bolton en ese episodio).
En este capítulo, en cambio, hemos tenido acción. A raudales. De hecho, hemos tenido tanta acción que los viente últimos minutos del capítulo se han comido con patatas los cuarenta restantes, opacando todas las demás escenas del capítulo, que por otra parte no han sido especialmente reseñables.
Agarrad el vidriagón y abrochaos los abrigos porque llega el invierno... quiero decir, los SPOILERS:


Lo que me ha gustado:


-Llega un momento al final del capítulo en que uno se pregunta si está viendo Juego de Tronos o The Walking Dead. ¿La respuesta? ¿A quén demonios le importa? ¡Relájate y disfruta! Aunque lo de relajarse es un decir, porque la batalla contra los Otros en Casa Austera me ha tenido al borde del asiento desde la primera a la última escena. Dejando de lado la puntualidad británica de los Otros (ya es casualidad que se presenten justito justito cuando acaban de terminar las negociaciones con los salvajes), la batalla no tiene desperdicio. Bebe de lo mejor de género zombie filmado en los últimos años, y lo hace con sabiduría. La esclaofriante secuencia en la cual los salvajes que se han quedado fuera del poblado e intentan entrar enmudecen de repente, la inesperada supervivencia de Edd el Penas (cuando ya estábamos todos casi convencidos de que se lo habían cargado), la heroica resistencia de Tormund, la aparición estelar del gigante Wun Wun (bastante más imponente e intimidante del bicho-tonto-pero-grande que aparece en el libro), y, sobre todo, la épica batalla de Jon Nieve contra uno de los Otros... todo, de principio a fin, es ÉPICO. Genial y magistral golpe de efecto el de jugar con la desesperación del personaje y el espectador porque no hay manera de conseguir las armas de vidriagón, para en el último momento darnos cuenta de que ¡¡la espada de Jon Nieve es de acero valyrio, y el acero valyrio también mata a los Otros!! Esta batalla se lleva un 9'5, y se habría llevado un 10 de no ser por un detalle que comento al final de la reseña y que personalmente no me ha gustado.

-Gata de los Canales (no entiendo por qué la llaman Lanna, que en los libros, por cierto, es el nombre de una prostituta bravoosi). Como ya he dicho en otras ocasiones, la trama de Braavos es una de las más fieles a la novela original, y ver a Arya convertida en Gata, que en lugar de asalariada se nos ha vuelto autónoma (obviamente para ahorrarse los papeles de Brosco y sus hijas en la serie) entonando su famoso:"¡Ostras, almejas, berberechos!", ha sido una gozada. Un auténtico guiño a los lectores, casi tan reconfortante como ponerse unas cómodas zapatillas viejas al volver a casa. También vemos al malvado corredor de seguros que será su primera víctima, y al que nos muestran estafando a sus clientes para que no nos quede ninguna duda de lo mucho que lo debemos odiar.


Lo que no me acaba de convencer:

-¡Por fin se encuentran Tyrion y Daenerys! Sobre el duelo verbal entre estos dos magníficos personajes no tengo queja; me ha encantado. El principal problema lo veo con ser Jorah. ¿Daenerys no lo deja ni decir hola y vuelve a echarlo, sin más? Joder, nena, creo que ya ha demostrado lo suficiente su lealtad, ¿no crees que deberías dejar de hacerle sufrir? ¿No te está perdiendo el orgullito? Me sorprende que con todo lo que ha pasado Daneerys aún no se dé cuenta de que la lealtad auténtica escasea tanto como el amor auténtico, y Jorah Mormont le ofrece ambos de manera desinteresada. Lo único que quiere ser Jorah es estar junto a ella, protegerla y morir por ella. ¡Un hombre así no tiene precio para un monarca, por muchas cartitas que le escribiera en el pasado a Varys! ¿De verdad se puede permitir el lujo de rechazarlo? Aunque, por otra parte, parece que a ser Jorah le gusta que le den caña, porque no hace más que intentar regresar junto a Daenerys una y otra vez. Lo que le falta a él de dignidad es lo que le sobra a ella de orgullo.

-Me da muy mal rollo la conversación entre Sam y Olly. Parece que no aporta nada a la trama, pero me temo que sea una advertencia: a cualquiera que le entren dudas, después de ver el magnífico duelo de titanes entre Jon Nieve y el Otro, si realmente los guionistas de la serie perpetrarán el enorme desperdicio que supone matar a Jon (que es el héroe de la trama del Norte, y no Stannis), aquí tiene a Olly para recordarle que hay una persona que tiene motivos personales para cargarse al Lord Comandante, y probablemente sea él quien lo haga, sea o no en connivencia con otros hermanos negros. Es sólo uan teoría, por supuesto, pero en mi humilde opinión creo que acabarán el último capítulo de la serie con Olly apuñalando a Jon y dejando en el aire si éste muere o no para la siguiente temporada, con la esperanza de que George R.R.Martin haya sacado el sexto libro para entonces y solucione la cuestión.


-Las escenas de Cersei tampoco me parecen muy logradas. Lo de negarle el alimento y hasta la bebida para que confiese me parece pasarse mil pueblos (una cosa es que la tengan durmiendo lo mínimo y a pan y agua, como en el libro, y otra cosa muy diferente que estén dsipuestos a dejarla morir de hambre y sed si no confiesa lo que las septas quieren oír), y la conversación con Qyburn tampoco me convence nada (no queda claro el por qué de su consejo de confesar, ni se explica lo de la Misericordia de la Madre, que tanta importancia va a tener al final de esta temporada).


Lo que NO me ha gustado:

-Vamos a ver: ¿por qué cuernos tiene que morir la mamá salvaje? Es el personaje más carismático de Casa Austera, y apenas la ves despidiéndose de sus dos hijitas te das cuenta de que la han metido ahí exclusivamente para que dé pena cuando se la carguen. Me parece injusto. Y aún me parece peor la manera en la que muere: devorada por NIÑOS zombies porque claro, como son niños, le dan PENA. ¿¿Pero es que nadie va a pensar en los niñooos?? Menuda estupidez, por Dios. Si al menos hubieran sido sus hijas, todavía sería comprensible, pero que unos cuántos zombies esqueléticos de tamaño mini la dejen tan flipada que lo único que puede hacer es dejarse derribar en el suelo para que la usen como juguetito de mascar... no sólo no me lo trago, sino que además me fastidia muchísimo porque le quita el 10 a una parte que de no ser por este patinazo habría resultado perfecta.

-Sansa y Theon parecen empeñados en ganar el premio al Gilipollas del Mes. Su trama está siendo la más absurda y aburrida de toda la temporada. Por una parte, Sansa se pone chula una y otra vez con todos los que la rodean pero es absolutamente incapaz de tener una idea, una iniciativa o cualquier otra estratagema para intentar escapar o pedir ayuda. Parece una gata enjaulada que se dedica a darle arañazos a todo el que se le acerca. ¿Esta era la estupenda trama que iban a darle y por la que había que cambiar la historia del Nido de Águilas? Francamente, para esta mierda preferiría verla manipulando a Robalito y toreando a Meñique en el Valle de Arryn. El otro que tampoco parece tener las neuronas en su sitio es Theon, que para estar tan muerto de miedo hacia Ramsay y tener prohibido por él revelar la verdad acerca de Rickon y Bran, no duda demasiado antes de proferírsela a Sansa a gritos. Si Ramsay tiene espías con el oído pegado a la puerta me imagino que se habrá enterado de todo en menos que aúlla un huargo.