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viernes, 30 de abril de 2010

Pues no

Que no, hombre, que no me lo trago. Que no.
Estoy empezando a estar harta de que, cada vez que hay una modelo o actriz que no está anoréxica, bulímica, o parece un saco de huesos andantes sin pecho, caderas ni culo, automáticamente la llamen "chica con curvas", "chica sin complejos" e incluso "rellenita atractiva" en algunos medios de comunicación. me revienta, por ejemplo, que me pongan delante fotos de Scarlett Johansson, Jennifer López, Mónica Bellucci o Megan Fox, y me digan que esas mujeres tienen curvas y no están delgadas.


Jennifer López, mostrando orgullosa sus kilos de más


A ver, lo que pasa es que no son anoréxicas, no tienen una delgadez extrema y no están enfermas. Su delgadez es sana y tienen el cuerpo proporcionado, con vestigios de pecho y trasero. Pero eso NO significa que dejen de estar delgadas. Ninguna de ellas usa más de una talla 38, aunque yo creo que es más factible que lo que usan sea una 36, porque yo he usado la talla 38 y jamás estuve tan delgada como ellas.


Megan Fox, enseñándonos que las redondeces y michelines también son sexys

Las cosas como son: si hoy en día el cánon de belleza es el de la delgadez, admitámoslo y punto. Estas actrices tienen una delgadez no extrema, sino sala y saludable. Pero delgadez, al fin y al cabo: barriga inexistente, caderas estrechas, piernas finas y largas, brazos también delgados. Así que felicitémoslas por guardar así la línea sin llegar a caer enfermas, y a otra cosa, mariposa. Pero no las llamemos rellenas, ni curvilíneas, porque eso es un insulto al resto de mujeres mortales que las vemos por televisión, un puñetazo a nuestra autoestima, porque, claro, si ellas tienen curvas, ¿el resto de la mujeres mortales que usamos una talla 40-42 qué es lo que tenemos? ¿El trazado completo de la A7?


¿Qué es eso que asoma debajo del seno derecho? ¡Pero si es una costilla? A ver, ¿pero esta mujer no estaba rellenita?

Ellas son mujeres esbeltas y delgadas, no curvilíneas, por mucho que Cosmopolitan y Glamour se empeñen en decir lo contrario (por cierto, curiosa paradoja esas revistas femeninas que ensalzan lo de "quererte a ti misma" y "aceptarte como eres" y "lucha contra la anorexia", y luego te meten en los reportajes de modas unos espárragos esqueléticos cuya cintura podría rodearse con las manos).


Mónica Bellucci, paradigma de la mujer real... ¿o no?

Así que, al próximo que me venga diciendo que Scarlett Johansson es una muestra de que las mujeres pueden ser bellas y rellenitas, me va a permitir que, con mi mejor sonrisa y mucha educación, lo mande elegantemente al carajo.


Chicas, no permitamos que los medios de comunicación nos transmitan una imagen irreal del mundo, un mundo en el que lo que antes eran mujeres anoréxicas y mujeres delgadas, hoy en día son mujeres delgadas y mujeres con curvas. Hay modelos bellísimas como Tara Lynn, Crystal Reid y Mia Tyler (hermana de Liv Tyler) que SÍ son bellezas rellenitas y curvilíneas.
Que todo el mundo sepa que, mal que le pese a los periodista del corazón, a las revistas de moda y a los modistos gays de turno, una mujer rellenita y bella, con curvas, es ESTO:


Crystal Renn, modelo, talla 42, 1'75 m de altura y 75 kg de peso

jueves, 29 de abril de 2010

Crítica de "Alicia en el País de las Maravillas"

Hacía tiempo que no posteaba en el blog, básicamente porque aparte de tener en obras la cocina y andar agobiada con el trabajo y los preparativos de la boda, tampoco tenía mucho más que decir. Pero, después de haber visto ayer Alicia en el País de las Maravillas de Tim Burton, me ha apetecido escribir una entrada sobre ella.
Porque lo vale. Porque es una película preciosa. Tim Burton es uno de mis directores favoritos, me ha decepcionado muy pocas veces, y desde luego esta no ha sido una de ellas. Es una pasada de película. Personajes maravillosos, diálogos estupendos, estética genial (muy burtoniana, por supuesto), y un guión entretenido y muy bien llevado que hace que la película pase en un suspiro, durante el cual la mitad del tiempo estás con la boca abierta y la otra mitad al borde de la butaca.
Muy bien Alicia, la Reina Roja y la Reina Blanca, espectacular el Sombrerero Loco (¡cómo no iba a ser de otra manera, con Johnny Depp interpretándolo! ¡ADORO a ese hombre!), que ha hecho que automáticamente los Malkavian ganen varios puntos en mi lista de clanes de Vampiro favoritos, y también destacable el capitán de la guardia de la reina, que con su palidez espectral, su cabello negro, su cicatriz, su parche y su porte chulesco (a lo Grima Lengua de Serpiente pero en guapo y sexy, vamos), acaba de entrar en mi Top 5 de "Malos fornicables".
Vamos, que me ha encantado, no os la perdáis :-)
Dejo el resto de comentarios en SPOILER:

Sólo veo tres fallos en la película que impiden que se lleve un 10 y la hacen quedarse en un 7. Lo primero es el final: no me parece nada creíble que en plena sociedad victoriana una mujer pueda convertirse en empresaria y hacerse socia del que compró la empresa de su padre para largarse a China en un barco en *modo Marco Polo victoriano con tetas on*. En el País de las Maravillas puede suceder cualquier cosa, pero en nuestro mundo no, y una mujer en la época victoriana dudo que alguna vez hubiese llegado a más que a trabajar de diseñadora de modas, maestra o institutriz (si tuviera suerte) o de obrera en una fábrica o costurera (si no la tuviese).
El segundo detalle que me chirría es el de la fuga del Sombrerero Loco de la celda donde lo tiene encerrado la Reina Roja. Porque, si el que llevan al cadalso es a un falso Sombrerero (que luego se desmaterializa porque es en realidad el gato de Chesire), ¿a dónde había ido el auténtico? ¿Cómo escapó? ¿Y cómo es que de repente aparece detrás de la Reina Roja, en el palco real?
Y, el tercero: si la Reina Roja tenía el Oráculo y sabía que se acercaba el Día Gloricioso, ¿cómo puñetas se le ocurre soltar al Galimatazo y dejar que pelee contra Alicia? ¡Si estaba provocando que se cumpliera la Profecía que la derrotaría! Que, por cierto, lo del Galimatazo es otra cosa rara... un bicho lo bastante terrorífico como para tener sometido por el miedo a un reino entero, y Alicia lo mata de un modo reñativamente sencilla, sin llevarse ni un rasguño (al final el terrible dragón lo único que sabe es dar coletazos). Aunque, en fin, eso se puede justificar con el rollo de que la espada Vorpalina es la auténtica enemiga del Galimatazo, que sabía lo que tenía que hacer y que sólo necesitaba un brazo que la empuñara para actuar por ella misma...

Dejando al margen estos detalles, la película está muy bien. Me encantó la estética del palacio y los vestidos de la Reina Blanca, tan mágica e inmaculada. Y, desde luego, si hubo algo que me entristeció fue el final: si yo hubiese sido Alicia, me hubiera quedado en el País de las Maravillas con el Sombrerero, y que le fueran dando al mundo real. No hubiese vuelto ni por todo el oro del mundo. Qué lástima que Alicia decida volver, no sabe lo que se ha perdido, porque si para algo pueden servir los Malkavian, es para novios. ¿Por qué? Porque seguramente deben amar con locura ;-)

lunes, 12 de abril de 2010

Pasan estas cosas y yo como que me cabreo...

Acabo de enterarme de que el Jueves Santo detuvieron a un grupo de turistas musulmanes en Córdoba que organizaron un escándalo porque no les dejaron rezar a Alá en la catedral (que como todo el mundo sabe está dentro de lo que antes fue una mezquita).

Sólo tengo una cosa que decir: soy la primera que está a favor de ecumenismo y de la tolerancia, pero, si los musulmanes desean llevar un imán y rezar a Alá en la catedral de Córdoba, que permitan a los cristianos celebrar misa mayor en Santa Sofía de Constantinopla.

viernes, 9 de abril de 2010

Chistes Aído: ¡Escuche el disparate más divertido!

Acabo de encontrarme con esta noticia mientras vagabundeaba por la página de Terra, y, la verdad, lo primero que he hecho es mirar la fecha en la que estamos para asegurarme de que yo no había estado confundiendo las Pascuas con las Navidades y hoy no era el Día de los Inocentes.

La podéis leer aquí. Al parecer, la última idea de bombero de nuestra inteligente y querida Bibiana Aído, que viene a ser a la política lo que Perla Shumajer a los fanfictions, y que como todos sabemos tiene el mayor coeficiente intelectual que se ha dado jamás en un ministro (ups, perdón, que se ha dada jamasa ena una ministra), es... ¿a que no lo adivináis? ¡Prohibir los cuentos clásicos infantiles tipo Blancanieves o Cenicienta porque están llenos de estereotipos machistas!

Dígase en primer lugar que el artículo donde lo he leído tampoco está escrito por una lumbrera, puesto que quien lo ha escrito habla de "cuentos clásicos de Disney", supongo que ignorando que Blancanieves es de los hermanos Grimm, y Cenicienta y La Bella Durmiente de Charles Perrault. Dejando al lado este detalle, lo cierto es que me parece increíble que Aído salga con esas cosas. Pero, ¿de verdad cree que los cuentos clásicos son la causa del machismo en el mundo? A ver, en primer lugar, si a un niño en casa se le educa desde pequeño para que haga sus tareas y sea limpio igual que las niñas, y se acostumbre a respetarlas y a jugar con ellas, no va a tener ninguna actitud machista de mayor, por mucho que le lean La bella Durmiente.
En segundo lugar, si esas tenemos, vamos a tener que eliminar de la lista de lecturas infantiles prácticamente todas las novelas y cuentos anteriores al siglo XX, ¿no? Que nadie se le ocurra dar a leer a un menor Don Quijote de la Mancha, El conde Lucanor, La Celestina, Romeo y Julieta, Macbeth, Otelo, Drácula, las Rimas y Leyendas de Becquer o El libro del buen amor. ¡Más machismo imposible!
A ver, que los cuentos clásicos suelen presentar a las mujeres como víctimas rescatables nadie lo ha discutido nunca, pero no creo que por eso sean malos o deban ser prohibidos. En todo caso, deberían ser prohibidos si hicieran apología de la violencia contra ellas, o algo así. Pero lo que hacen, como mucho, es presentar mujeres en apuros a los que los hombres acuden a salvar. A mí no me parece perjudicial un cuento que anima a los hombres a ayudar a las mujeres siempre que estas se encuentren en apuros.
Y, sobre todo, dudo muchísimo que si reciben una educación adecuada los niños se vuelvan machistas sólo por oír cómo el príncipe despertó a la Bella Durmiente con un beso. eso un niño no se lo plantea. Los niños escuchan los cuentos de hadas y sueñan con magia, fantasía, amor, aventuras, dragones, brujas y hadas, no se ponen a reflexionar sobre quién tenía más razón, si Torquemada o Simone de Beauvoir. No van a volverse machistas subliminalmente si luego los padres los hacen jugar con niños del sexo contrario, les reparten las tareas de casa igualitariamente y les dejan salir hasta la misma hora.

Y otra cosa que me mata es esto:

Hay que olvidarse de los «príncipes azules», las «bellas durmientes» y las «medias naranjas» porque, según recoge el texto, «si os paráis un momento a pensar, la “media naranja” implica que somos seres “a medias” o inacabados hasta que no encontramos una pareja que nos complemente, que dé sentido a nuestra vida»

En primer lugar, la señora ministra parece olvidarse de que la famosa naranja tiene DOS mitades. Es decir, que si la mujer está incompleta sin un hombre que sea su pareja, también el hombre está incompleto sin una mujer que sea la suya. Entonces, ¿dónde carajo está el machismo?
En segundo lugar, tal vez Bibiana Aído no sepa que somos seres sociables, que necesitamos ser amados, y que si una pareja no fuera necesaria para hacernos sentir felices y realizados viviríamos en la soledad más absoluta y nos reproduciríamos por bipartición como las amebas. Yo me siento mucho más feliz y realizada desde que encontré a mi futuro esposo y creo que todas las personas enamoradas y felizmente emparejadas pueden decir lo mismo. Tal vez el problema de Aído es que no encuentra a nadie lo bastante tonto como para quererse casar con ella y ha decidido hacer como la zorra hambrienta en la fábula de La zorra y las uvas, que como no podía alcanzarlas por mucho que saltara se fue diciendo que no las quería porque no estaban maduras.
Y, en tercer lugar, eso de que lo de "media naranja" implica que somos "seres a medias" denota a alguien con mucha imaginación, muchos porros fumados, mucho tiempo libre para pensar, y mucho sueldo para las gilipolleces que se dedica a decir en lugar de, por ejemplo, luchar por unas mejores condiciones laborales que permitan a las mujeres conciliar la vida laboral y la familiar y que fomenten las bajas de paternidad equiparadas a las de las mujeres, para que los empresarios dejen de contratarles más a ellos pensando que ellas piden más días libre para cuidar del bebé. Ah, no, espera, que eso requeriría saber de leyes y además gastar dinero de las arcas públicas. ¡Ni de coña entonces!


Ah, y, por cierto, seguimos en crisis, mi novio sigue sin encontrar trabajo, yo sigo sin poder cobrar la mitad de mis minutas, y Zapatiesta y sus amigos siguen jodiendo el país. Lo digo para que nadie piense que lo han vuelto a conseguir y esta gilipollez supina de la señora Aído ha hecho que me olvide de lo que es realmente importante.