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miércoles, 11 de julio de 2018

Por qué la propuesta de reforma del código penal de la Ministra de Igualdad es una burrada de proporciones épicas


Tengo bastante abandonado el blog últimamente, soy consciente de ello. No es que haya perdido el interés por él, es que sencillamente no me da el tiempo. Tengo mucho trabajo (afortunadamente) tanto en el despacho como fuera de él, y cuando tengo un poco de tiempo libre lo dedico a leer o a escribir mi nueva novela. Sin embargo, no quiero dejar de postear aquí, porque llevo muchos años con este blog a cuestas y ya es un poco como mi casa.

Así que hoy he sacado un ratito para compartir un artículo sobre algo que me tiene muy quemada: los despropósitos jurídicos que anda soltando la gente, en redes sociales e inclsuo fuera de ellas, desde que salió la sentencia de la Manada. El último ha sido el de la Ministra de Igualdad del nuevo gobierno del PSOE, que me ha movido a escribir este post con la esperanza de que la gente lo lea y entienda hasta qué punto supone una burrada, y hasta qué punto la prensa y las redes sociales están manipulando la realidad.

Vaya por delante: no soy una persona de izquierdas, al menos como se entiende la izquierda en este país. Es algo que nunca he ocultado (no tendría por qué, no es nada malo). Sin embargo, a pesar de no ser de izquierdas soy capaz de valorar una buena idea aunque venga de un gobierno izquierdista. Valoré positivamente, por ejemplo, la ley de matrimonio homosexual del PSOE. También soy capaz de criticar una mala idea aunque venga de un gobierno de derechas. Valoré negativamente, por ejemplo, la ley de amnistía fiscal del PP, y me alegré cuando el Constitucional la tumbó.

Con esto quiero decir que soy capaz de ser crítica al margen de la ideología; no valoro una idea en base a quién la proponga sino por sí misma. Es algo que creo que todos deberíamos hacer, porque no hay nada más pernicioso en política que el corporativismo y el fangirlismo.

Ahora, la Ministra de Igualdad del PSOE ha propuesto una idea: reformar el código penal para que, atención a la frase, "si una mujer no dice sí expresamente, todo lo demás es no".
Muy bien, analicemos por qué esa propuesta es una BURRADA.

1) "Si una mujer...": Se carga el principio de Igualdad, cambiando el tipo penal según la víctima sea de sexo masculino o femenino. El precedente de ésto más cercano en España es el código penal franquista, donde el delito de adulterio era penado de forma diferente según la víctima fuera el hombre o la mujer.

2) "No dice sí expresamente...": Si exigimos consentimiento expreso, entonces se está negando la posibilidad del consentimiento tácito. ¿Y qué es el consentimiento tácito? Pues lo que hacemos TODOS con nuestra pareja: se nos acerca, nos besa, se nos pone mimosona, nosotros respondemos y polvo al canto. Nadie ha preguntado: "¿deseas tener relaciones sexuales conmigo?", ni ha habido una respuesta en plan "Sí, acepto", pero tácitamente ambas personas han consentido en acostarse juntas. Si ya no cabe el consentimiento tácito, jamás podríamos volver a despertar a nuestra pareja por las mañanas con un beso en los labios y una caricia, porque se trataría de un abuso sexual (no ha podido dar consentimiento explícito, está dormido). Significa que si estás junto a una persona y hay una química alucinante, en lugar de atreverte a darle un beso tendrás que decirle "disculpa, pero en estos momentos tengo ganas de besarte, ¿me das tu expreso y libre consentimiento?", o estarás cometiendo un delito. Significa, además, que jamás podrás volver a tener contacto sexual alguno con tu pareja si alguno de los dos ha bebido alcohol, porque al estar "contentillo" el consentimiento podrá suponerse viciado y también se considerará delito.

3) "Todo lo demás es un no": Esto vendría a significar que toda relación sexual es una violación a no ser que exista consentimiento expreso por parte de la mujer. No sé si os dais cuenta en toda su magnitud de lo que ello implica. Hasta ahora el sexo siempre se ha considero un acto placentero y libremente consentido por ambas partes salvo prueba en contrario, porque ESO ES LO QUE ES conforme a su naturaleza. La reforma planteada por la Ministra de Igualdad implicaría convertir el sexo en un acto dañino por naturaleza, al mismo nivel que el robo. Cuando alguien se lleva algo nuestro, se presupone que ha sido contra nuestra voluntad a no ser que demos consentimiento expreso (por ejemplo, si un amigo se lleva un libro de tu casa te lo está hurtando a menos que te pida permiso o tú mismo se lo hayas prestado). La Ministra pretende que con el sexo ocurra lo mismo, al menos si se trata de sexo heterosexual o lésbico, ya que implica necesariamente una mujer para otorgar el consentimiento expreso.

Aparte, está el tema de cómo probar dicho consentimiento expreso, porque las relaciones sexuales suelen llevarse a cabo en la intimidad. ¿Vale sólo con testimonio de la supuesta víctima? Porque si es así cualquiera puede ir a denunciar mañana mismo a su pareja, afirmar que en la última relación no dio su consentimiento explícito y mandarlo directamente a prisión. Harán falta más pruebas, ¿no? ¿Cómo lo probamos? ¿Firmando un documento antes de follar? Pero claro, tampoco sirve, podría una arrepentirse al mitad del tema. ¿Habrá entonces que grabar todas las relaciones sexuales que tengamos, para acreditar el consentimiento expreso y continuado? ¿O directamente follamos ante notario?

He llegado a leer comentarios (completamente en serio) que daban como brillante solución invertir la carga de la prueba. os copypasteo uno que resume bastante bien la burrada:

"Quizás deberían probar los presuntos violadores que fue una relación consentida y deseada en lugar de tratar a la presunta víctima de mentirosa. Por desgracia parece que se juzga mas a la victima que al agresor".

Este comentario es la MAYOR ANIMALADA JURÍDICA que se pueda imaginar. Se trata de una absoluta falacia, porque en la violación, como en cualquier otro delito, no es que a las víctimas se las presuma mentirosas, es que al acusado se lo presume inocente, según la famosa presunción de inocencia que aparece tanto en la Constitución como en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Esa presunción no significa que las víctimas de los delitos se presuman mentirosas, significa que si a una persona se la acusa de haber cometido un delito es la acusación la que debe probar la culpabilidad, no el acusado su inocencia, y que no se le puede condenar sin pruebas. Por eso, con lo de "el presunto violador es quien debería probar" te cargas la presunción de inocencia. Siguiendo esa lógica yo voy a comisaría ahora mismo, denuncio por violación a quien me dé la gana, y si no puede demostrar que NO lo ha hecho, le caen veinte años de prisión.

A ver, almas de cántaro, ¿cómo va a probar alguien que NO ha hecho algo? ¿Cómo os pruebo yo que no maté a Yeremi Vargas, que no he atracado el banco de la esquina o que no he violado a mi vecina del quinto? Esto, que se llama "probatio diabolica" o "prueba inquisitorial" (típica del derecho penal medieval), es algo que NO PUEDE existir en un Estado de Derecho que respete la Declaración Universal de los Derechos Humanos, porque según ésta, TODO EL MUNDO tiene derecho a ser considerado inocente a menos que se demuestre lo contrario, con lo cual no tiene sentido probar la inocencia de alguien que ya es legalmente inocente por no aparecer pruebas de su culpabilidad, ya que la ley presume inocentes a todos aquéllos cuya culpabilidad no se pueda demostrar.

Por supuesto, esta reforma jurídica no podrá aprobarse JAMÁS, ya que el Tribunal Constitucional y el TEDH la tirarían atrás de inmediato, pero que la izquierda está dispuesta a aprobarla ya me parece sumamente preocupante. Y me parece preocupante porque sólo hay dos opciones: o les importan una mierda los derechos humanos y los principios rectores del Estado de Derecho y creen que se puede pasar por encima de ellos cuando lo exige una determinada ideología, o desean conscientemente engañar y manipular a sus electores mediante la demagogia de ofrecerles la expectativa de una reforma que ellos saben que es imposible.
Ninguna de las dos opciones me parece muy halagüeña. Y del mismo modo que yo abominé en su día de la reforma fiscal y la trama Gürtel del PP, creo que todos los ciudadanos de bien, objetivos y con espíritu crítico deberían abominar de esta propuesta de la Ministra de Igualdad. Aunque sean feministas y de izquierdas. Porque si para legislar conforme al feminismo y a la izquierda hay que pasar por encima de los derechos humanos y cargarse el Estado de Derecho, el futuro se presenta bastante más negro de lo que yo creía.