martes, 17 de mayo de 2016

Crossover I: reto literario


Una de las cosas buenas de haber publicado La Senda Oscura es que he tenido la oportunidad de conocer a muchos profesionales interesantes del mundillo literario, algunos de los cuales, además, se han convertido en amigos.
Y como cuando los juntaletras se juntan (valga la redundancia) pasa lo que pasa, me he asociado en un pequeño aquelarre literario con Susana Bielsa, Nía van Der Veer y Carolina Bensler, escritoras de romántica e ilustradora respectivamente. La cosa funciona así: por turnos, nos proponemos un reto literario las unas a las otras. Para inciarme en la secta el grupo, que por algo soy la última en llegar, Carolina me ha propuesto un relato de 200 palabras, escrito en la voz que quieras, del género que quieras y que debe trascurrir en invierno y alguien debe gritar ¡socorro!
 
Así que, como ya dijo Becquer cuando escribió El Monte de las Ánimas, "ahí va, como el as de copas":





Jari se había perdido. Había visto las huellas de un reno internándose en el bosque y las había seguido. Pero había comenzado a nevar otra vez, y la nieve había cubierto sus huellas y las del animal. Ya tendría que haber llegado al poblado, pero no veía ni rastro de las tiendas.
“No importa”, pensó. “Encontraré el camino”.
Un sami no se perdía en la nieve, aunque fuera un niño. Y no iba a tener miedo. Las ancianas susurraban acerca de la Reina del Invierno, una poderosa hada que se llevaba a los niños perdidos a su palacio de hielo, de donde no volvían a salir jamás, pero Jari sabía que aquello no era más que un cuento. No era real.
Entonces, escuchó un sonido a sus espaldas. Jari dio media vuelta, sobresaltado. Tras él se había detenido un gran trineo blanco, tirado por seis renos del mismo color. Y sobre él había una hermosa dama envuelta en pieles de oso ártico que llevaba sobre los rubios cabellos una corona de cristal. Sus fríos ojos atravesaron a Jari mientras alargaba la mano hacia él.
-Socorro- gimió el niño, temblando bajo el hechizo de aquella mirada.
No pudo decir nada más.


Y ahora, el reto a la siguiente escritora de la lista, Susana Bielsa: un relato de 300 palabras, escrito en tercera persona, género libre, que transcurra en Praga y en el que alguien pregunte: "¿te acuerdas de mí?".


PD: A todos los impacientes, la crítica del cuarto capítulo de la sexta temporada, mañana sin falta ;-)

5 comentarios:

sexfight dijo...

Hola Stelwen. El tema de relatos breves me ha intrigado y he escrito uno: 300 palabras (bueno, 315 en realidad) redactado en tercera persona, la acción transcurre en Praga y un personaje pregunta: "¿Te acuerdas de mi"?

CUANDO EL PASADO TE ALCANZA:

Damek Novotny sonreía satisfecho. La campaña electoral iba muy bien y dentro de poco, con la colaboración de unos cuantos millones de imbéciles, entraría por la puerta grande en el Castillo de Praga como nuevo gobernante del país. La táctica de denunciar a todo género de antiguos comunistas verdaderos o supuestos le estaba funcionando estupendamente.
Damek despidió a sus sirvientes y solicitó una acompañante de alto standing. Cuando la cortesana llegó, se aseguró de que venía sola y abrió la puerta. Era un bellezón de cuarenta y pocos años, con un cuerpazo curvilíneo y atlético, ataviada con prendas de cuero negro medio deportivas medio sadomaso que resaltaban su piel de alabastro.
-¿Te acuerdas de mí? –Preguntó la mujer.
-¿Eh?
-Yo era Vondra Macek.
-¡Imposible! Tu… ¡Estas muerta!
-Desde que tenía quince años, señor teniente de la StB reconvertido en demócrata de toda la vida. ¿Recuerdas cuando me encadenab…?
Damek la derribó de un puñetazo a la mandíbula, pero en vez de quedar noqueada, Vondra se levantó y devolvió el golpe.
El antiguo policía político y su antigua víctima se enzarzaron en una pelea mortal. Damek era más alto y ancho de hombros pero Vondra era más joven y era evidente que estaba muy bien entrenada. Pelearon por toda la mansión intercambiando golpes y arrojándose cualquier objeto que encontrasen. Rodaron por el suelo y cayeron por las escaleras mientras se estrujaban, golpeaban y mordían.
Damek se relamía pensado en violar a Vondra cuando terminase de machacarla. La idea de que una pava pudiera derrotarle ni se le cruzaba por la mente. Tardo casi una hora en comprender su error y media hora más en morir.
-Treinta… años… entrenando… -jadeo Vondra, depositando sobre el cadáver las pruebas de que el fanático cazador de rojos era un antiguo polizonte comunista reciclado bajo identidad falsa.
Pese a la frenética búsqueda, nunca se volvió a saber nada de Vondra Macek.

Estelwen Ancálimë dijo...

Pues me ha molado un montón. Escribes muy bien. Me has dejado con ganas de saber más acerca de los personajes :-D

sexfight dijo...

Estimada Estelwen:

La frase ¿Te acuerdas de mí? Implicaba una larga separación. Me sugirió una historia romántica y nostálgica, pero luego también pensé en una venganza. El escenario checo me llevó a la Revolución de terciopelo en 1989.

En 1987 Vondra Macek tenía 15 años. Damek, de 22 años, era un subteniente infiltrado de la policía política comunista, la Státní Bezpečnost, o StB. Para salvar a su hermano, disidente político, la pobre Vondra tuvo que someterse a las sevicias del sádico Damek, que la maltrató de tal manera que la dejó por muerta. Luego se cargó a su hermano para encubrir sus crímenes y proteger su tapadera. En realidad Vondra estaba viva, pero un médico certificó su muerte y la dejaron internada bajo la identidad de otra paciente muerta con su familia en un accidente de automóvil. Cuando e imperio soviético comenzó a colapsarse, Vondra pudo cruzar ilegalmente la frontera con Hungría.

En el exilio, Vondra trabajó, estudió, formó una familia y se preparó para su venganza. Al principio no denunció a Damek porque no conocía a nadie en la disidencia, por falta de pruebas y por miedo. Luego trazó un plan a largo plazo: se entrenó durante años en diversas técnicas de lucha y se metió en peleas clandestinas para curtirse. Pasaron los años y Vondra, bajo otro nombre, tuvo una vida feliz y normal.

Mientras tanto Damek consiguió borrar cualquier huella de que hubiera trabajado alguna vez para el StB, la temida policía del régimen. Todo lo contrario: su participación en la disidencia, incluidos algunos arrestos simulados, le permitieron entrar en política con aureola de héroe. Durante los años siguientes, los muy pocos que podían testificar la verdad sufrieron “accidentes”.

Hacia 2014-2016, la crisis económica y la avalancha de refugiados provocaron una oleada reaccionaria en toda Europa. Entonces Damek dio el gran salto: formó su propio partido ultranacionalista imitando a los hermanos Kaczyński en Polonia o a Víctor Orban en Hungría y pronto tuvo las encuestas a favor. Pero sin que él lo supiese, su pasado estaba observándole.

Vondra había regresado a su Praga natal de vez en cuando, utilizado su primera identidad falsa, conseguida en el hospital. Luego en el exilio se había fabricado otra. Con Chequia dentro de la UE, sus viajes por tierra no dejaban rastro. Se hizo muy amiga de un periodista que se ocupaba de la actualidad política. Sin demasiado esfuerzo, le sonsacó informaciones impublicables sobre la vida sexual de Damek y otros personajes. Entre un revolcón y el siguiente, ella le “confesó” al periodista sus imaginarios apuros económicos y se mostró interesadísima en el negocio de la prostitución de alto standing. Luego visitó otras capitales europeas y ofreció sus servicios a los burdeles mas selectos. Aceptaba unos pocos clientes durante, cumplía a las mil maravillas y luego desaparecía para regresar unos meses después.

Ahora que su némesis estaba rozando el cielo con la punta de los dedos, había llegado el momento de la venganza. Vondra se presentó en el servició de citas que frecuentaba Damek. Esta parte fue con diferencia la más difícil porque en un negocio que abastece a la elite del estado no se admite a la primera que llega sin hacerle un montón de preguntas. Sin embargo ella disponía de referencias de algunos de los burdeles más caros, exclusivos y elegantes de Berlín, París, Varsovia… Ella era el tipo de mujer que le gustaba a Damek y había dejado muy claro que aceptaba el juego duro: cuero, látigos, cadenas, etc, sin ningún problema. Solo quedaba esperar. Su primer cliente fue un embajador, el segundo un millonario, el tercero un viceministro. El cuatro fue Damek.

En el momento del enfrentamiento final, Vondra tenía 45 años y Damek 52. Nadie sabe cómo logró salir de Praga; probablemente en su propio vehículo. Los servicios secretos de toda Europa buscaron a una mujer de origen eslavo de unos 45 años, alta, morena, en excelente forma física, experiencia en artes marciales, con obvias señales de violencia (Damek se defendió encarnizadamente) pero jamás dieron con ella.

Anónimo dijo...

¿Te has basado en las Crónicas de Narnia? Porque la descripción de la Bruja Blanca es idéntica :3 Pobre Jari, espero que lograse huir después de robarle un par de delicias turcas~

Estelwen Ancálimë dijo...

Me he basado más bien en el cuento de Hans Christian Andersen, "La Reina de las Nieves" ;-)