sábado, 6 de abril de 2019

Valencia: mi guía dulce


Una de las cosas que más preguntan los turistas y la gente que viene de fuera a visitar Valencia, ya sea por placer o por negocio, es por la comida. Generalmente se centran en dos tipos: dónde comerte una buena paella y dónde probar unos buenos dulces.
Sobre la paella ya me pronuncié en su debido momento, pero los dulces los tengo pendientes y ya va siendo hora. Así que aquí va mi guía dulce valenciana, con mis rincones favoritos y las especialidades que más me gustan de cada uno de ellos.
Ojo, quiero dejar claro en primer lugar que este no es un post patrocinado (ninguna de las tiendas me paga nada ni me ha pedido aparecer aquí, las nombro porque me gusta lo que sirven), y en segundo lugar de que se trata de una guía personalísima, limitada no sólo a mis gustos personales sino a los lugares donde yo he estado (por ejemplo, una pastelería que en Valencia tiene mucha fama es La Rosa de Jericó, pero no la incluyo porque la verdad es que nunca he probado nada suyo y no voy a recomendar lugares en los que no he estado).
Vamos allá:


-PASTELERÍA COMEDIAS



¿Dónde? Calle de las Comedias nº 11

Recomendaciones: Sin lugar a dudas, el dulce más famoso de Comedias son las "antidepresivas" (sí, se llaman así, lo juro): magdalenas de chocolate gigantes con trocitos de chocolate dentro y un delicioso glaseado de ganache chocolateado por fuera, que además de estar de muerte sirve como capa aislante y hace que se conserven súper tiernas. Imposible pasar por la calle de la Paz y no desviarse para comprar una (en mi caso siempre suelen caer dos, una para comer al momento y otra para desayunar al día siguiente, jejeje). También están riquísimas las berlinas, con o sin cobertura de chocolate.


-HORCHATERÍA FABIÁN



¿Dónde? Calle Císcar nº 5

Recomendaciones: Para mi gusto, la mejor horchatería de Valencia, junto a Daniel y a Santa Catalina. Hay que tener en cuenta que la horchata fresca tiene un sabor completamente diferente a la pasteurizada, motivo por la cual quienes beben horchata de birck (Chufi y similares) no conocen el sabor de la auténtica horchata. Se trata de un producto muy perecedero, ya que se rancia en cuestión de horas, y por lo tanto hay que tomarlo en el momento. Siempre que alguien me pregunta por una buena horchatería en el centro de Valencia, menciono dos: Fabián y Santa Catalina (esta última se encuentra en la plaza de la Reina y también es muy recomendable). Pero además Fabián es conocida por su gran especialidad: los buñuelos de calabaza. En Navidad y Fallas se abre la veda del buñuelo e invariablemente se forman colas que en hora punta llegan a la esquina de la calle, donde no es raro encontrar a futbolistas y políticos ansiosos por llevarse su ración de buñuelos (yo en la cola de Fabián he visto a Carboni, a Cañizares y a Rita Barberá, mirando la pila de buñuelos fritos con los mismos ojos golosos que cualquier hijo de vecino). Si alguna vez estáis en Valencia por esas fechas, ignorad los puestos ambulantes de fritanga e id directos a por los buñuelos de Fabián. ¡La espera merecerá la pena! Además tienen el plus de que te los comes calentitos y recién hechos, porque tienen tanta demanda que no da tiempo a que se enfríen en el mostrador. En el momento de llevártelos te los meten en un cucurucho de papel y espolvorean dentro una cucharada generosa de azúcar blanco que se pega al buñuelo y sabe a gloria bendita. Y a pesar de estar fritos en aceite, no son nada empalagosos, pesados ni grasientos. En definitiva, ¡deliciosos!


-HORCHATERÍA DANIEL:



¿Dónde? Avenida de la Horchata nº 41 (Alboraya)

Recomendaciones: Daniel es toda una institución en Valencia, y aunque corre peligro de morir de éxito, lo cierto es que sus bocados siguen valiendo mucho la pena. Por supuesto, si no te importa coger el metro y alejarte del centro es otro de los grandes templos de la horchata, de hecho forma el Top 3 valenciano junto a Fabián y Santa Catalina. Además de una increíble y estupenda variedad de dulces a base de horchata, muchos de los cuales se venden para llevar, me encanta el trío de ases formado por los danielets (hojaldres rellenos de crema), los chocotets (danielets rellenos de chocolate y con cobertura chocolateada por encima) y los tonets (fartons rellenos de crema de chocolate y cubiertos con crocanti de almendra).


-GALDÓN



¿Dónde? Calle Campoamor nº 7

Recomendaciones: Galdón es la clásica panadería de barrio que a simple vista parece indistinguible de cualquier otra panadería, hasta que pruebas las maravillas que sirven en el mostrador. Tiene tres grandes top-wins: las tartas (riquísimas todas, pidas la que pidas), las bandas (láminas de hojaldre cubiertas de crema, frutas o ganache de chocolate, al gusto del consumidor) y los dulces estaciones: pestiños en primavera, huesos de santo y frutitas de Sant Donís en otoño, roscón de reyes en invierno. También sirven todo el año unos estupendos mini-cruasanes rellenos de chocolate que cuando los pillas recién hechos, todavía tibios y con la crema del relleno todavía líquida, están de muerte lenta.


-FORN MIGUEL MARTÍNEZ



¿Dónde? Calle Císcar nº 29

Recomendaciones: Este horno no sólo vende el mejor pan que he comido en mi vida (soy capaz de tragarme yo solita una barra entera a palo seco) sino que prepara unos dulces espectaculares, todos caseros, entre los que destacan los merengues, los susús (bollitos azucarados rellenos de crema) y dos delicias chocolateadas: las virutas de chocolate almendrado y los mexicanitos, que son una especie de bombones redondos y planos rellenos de ganache. Aunque, la verdad, todo lo que venden en este sitio está buenísimo.


-TRUFAS MARTÍNEZ



¿Dónde? Calle Ruzafa nº 12

Recomendaciones: A pesar de llamarse Martínez no tiene nada que ver con el Miguel Martínez de antes, al menos que yo sepa. La tienda está especializada en chocolate y todo lo que venden tiene una calidad excelente, pero sin lugar a dudas la joya de la corona son las trufas, blandas y duras: una sinfonía de frutos secos, nata y chocolate en una bola cremosa y deliciosa que se funde en la boca. ¡Es imposible comerse sólo una! Ojo, estas delicias no son baratas, pero valen con creces cada euro que pagas por ellas. Es uno de esos dulces que no comes a diario (tanto por el precio como por las calorías), pero que se reservan para ocasiones especiales por lo maravillosos que son. Cuando cumplí los 18 años, mi madre encargó como tarta especial una trufa gigante (sí, las venden). Aún recuerdo el glorioso momento en que me la encontré delante, con las velitas encima y todo. La única pega es que se trata de un producto que debe ser conservado en frío, preferentemente entre 4 y 6 grados (en la nevera, vamos), de modo que no es adecuado comprarlas como souvenirs si vienes de lejos a no ser que traigas una nevera portátil, porque a poco que se calentasen llegarían arruinadas.


-CHOCOLATERÍA VALOR



¿Dónde? Plaza de la Reina nº 20

Recomendaciones: Cuando era pequeña y llegaban las vacaciones de verano, celebrábamos que las había aprobado todas yendo a merendar a Valor. Yo siempre pedía una copa guineana (tres bolas de helado de chocolate decoradas con nata y un bombón) y después nos íbamos al Corte Inglés o a la librería París-Valencia y me compraban un libro por asignatura (podrán parecer muchos, pero a mediados de Julio ya me los habían fundido todos). No recuerdo si siguen sirviendo esa copa hoy en día, pero creo que ya no sería capaz de terminármela. Lo que suelo pedir ahora es un chocolate frío a la francesa o un granizado de chocolate, ambos absolutamente deliciosos, y en invierno, cuando aprietan el hambre y el frío, un crepe de chocolate o una taza de chocolate caliente con churros. Como ya habréis adivinado, aquí se viene a comer chocolate, y todo, absolutamente todo, es delicioso. Lo más difícil es elegir qué pedir, ¡porque me comería la carta entera! Y encima está en plena plaza de la Reina, a dos pasos de la catedral, así que si hacéis visita turística y os apetece parar a tomar algo dulce, este es un lugar imprescindible.


-HORCHATERÍA SANTA CATALINA



¿Dónde? Plaza de Santa Catalina nº 6

Recomendaciones: Si os quedáis con hambre después de pasar por Valor, o simplemente preferís una horchata al chocolate, a un paso de distancia tenéis la tercera horchatería mítica de Valencia junto a Fabián y Daniel: Santa Catalina. La más antigua de Valencia -junto a la puerta se puede ver la mesa donde merendó la reina Isabel II en una de sus visitas a la ciudad, con su placa conmemorativa-, y todo un clásico para disfrutar de una buena merienda junto a la catedral y la iglesia barroca de Santa Catalina. ¿Productos? De muy buena calidad y sin sorpresas: horchata fresca, deliciosa y del día, normal o granizada, fartons y buñuelos en invierno. Si pasas poco tiempo en Valencia y quieres aprovechar para probar la horchata de verdad, es un imprescindible, ya que se encuentra en pleno corazón del centro turístico.