Alucinada me hallo con el revuelo que se ha montado estos últimos días en los medios de comunicación por culpa de unas viñetas cómicas que aparecen en la publicación de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia. Leyendo artículos como este, o este, no puedo estar más atónita.
Yo no sé si la gente lo sabe, pero los chistes son eso; chistes. Son para reírse de una situación extraña o ridícula, no para ser tomados en serio. Y, aunque puede que ese tipo de humor no le guste a todo el mundo, lo cierto es que en ningún momento es una falta de respeto hacia nadie, ni una muestra de misoginia. A mí no me ha molestado ninguna, y algunas de ellas me han hecho bastante gracia.
Me he quedado atónita leyendo declaraciones, demagógicas a más no poder, en plan "A los de SEGO les aconsejaría que estudiaran por qué son los profesionales más denunciados, en lugar de perder el tiempo en una estupidez como esta, hecha con mala fe y con maldad" (Leire Pajín, Ministra de Sanidad), o "se ríen con maldad de los pacientes" "son unos impresentables que incumplen el código ético y se hacen llamar médicos" (Carmen Flores, Asociación el Defensor del Paciente).
Ni la señora Flores ni la señora Pajín son médicos (muy curioso, sobre todo en el caso de una Ministra de Sanidad, que no sé cómo coño lleva su ministerio si no tiene ni idea de lo que está dirigiendo). No creo que tengan ni idea de lo que significa tener que contemplar la enfermedad, el sufrimiento, y desgraciadamente a veces la muerte de pacientes que conoces con nombre y apellidos y con los que muchas veces no puedes evitar establecer lazos de aprecio, sobre todo en el caso de los ginecólogos, que llevan mes a mes todo el seguimiento del embarazo de sus pacientes. No sé si saben lo que es comerse guardias, tener que trabajar en Navidad, levantarse a las cuatro de la mañana para atender un parto y tener que reaccionar poniendo en juego toda la pericia profesional posible si llegan complicaciones. Yo no soy médico, pero tengo familiares que sí lo son, y por mi profesión he llevado MUCHOS casos de denuncias y demandas a médicos, ya que uno de los abogados con los que trabajo está especializado en ese tema.
Los médicos, señoras y señores, están expuestos a un agotamiento mental, a una tensión y a un estrés terrible, de la presión de saber que de ellos depende la vida y la salud de otras personas. En circunstancias como esas, o te ríes de ti mismo y de los gajes de tu profesión para desdramatizar, o te vuelves loco. Y eso es lo que hace el autor de esas tiras cómicas, con más o menos gracia según la viñeta pero estoy segura de que sin mala fe: tratar de reírse de las situaciones en lugar de deprimirse por ellas.
Eso NO significa que sean malas personas o malos médicos. Eso NO significa que incumplan lo que la señora Flores llama "el código ético", mal llamado por cierto ya que no es código ético sino código deontológico y en ninguna parte estipula la prohibición de hacer chistes sobre la ginecología, máxime cuando no se trata de chistes que se repartan a los pacientes o se publiquen en revistas de maternidad sino chistes privados que se publican exclusivamente en la gaceta de la SEGO, y que por consiguiente sólo son un chiste interno entre profesionales.
Echar en cara, como hace la señora Pajín, a los ginecólogos, que "son los profesionales más denunciados" y acusarles de "mala fe y maldad", es tener muy poca vergüenza o ser muy tonta. Mala leche y maldad es lo que tiene su jefe Zapatero cuando sube el IVA y baja los sueldos y las pensiones a los españoles mientras se rodea de cargos inútiles que cobran una millonada porque son amigos del partido. Curiosamente, Pajín habla del número de denuncias que reciben los médicos, pero no del número de condenas que devienen esas denuncias. Yo llevo muchos asuntos penales de supuesta negligencia médica, y puedo jurar aquí mismo que en la mayoría de ellos han dictado auto de sobreseimiento (para los legos en Derecho, que ni siquiera han sido juzgados por lo Penal porque el juez de Instrucción ha considerado que ni siquiera había indicios de delito). Igual es que tengo yo muy buena suerte... ¿no?
Lo cual me hace pasar a la señora Carmen Flores, presidenta de la Asociacion el Defensor del Paciente. Quiero pensar que esta señora no es mala persona y actúa por el trauma que sufrió, lamentable por otra parte, pero eso no es excusa para que haya montando una página web como la que tiene. La web de la Asociación el Defensor del Paciente, para empezar, aparte de tener en sí un montón de viñetas cómicas que presentan a los médicos como unos incompetentes peligrosos a los que no les importan sus pacientes, posee como logo la imagen de una Justicia con una balanza: en la parte de arriba hay una señora con cara de disgusto, en el plato de abajo hay un médico con cara de malo y con un serrucho. Yo me pregunto si el Colegio de Médicos no la tendría que estar requiriendo a ella para que retirase esa imágenes, que son a mi juicio bastante más ofensivas para los médicos de lo que las viñetas de la SEGO puedan serlo para las mujeres (desde mi punto de vista, que soy mujer, inofensivas por completo).
Esa página web no se limita a dar consejos a los ciudadanos acerca de cómo actuar para tener todas las garantías de que su médico le trata bien y saber qué hacer caso de irregularidades, no. Esa página se dedica a presentar a los médicos como un colectivo irresponsable y peligroso que mata más que cura, anima a los pacientes a denunciar a la mínima insatisfacción que tengan, y tienen incluso perlas como, por ejemplo, la recomendación de no firmar consentimientos informados o la calumnia y la injuria sistemática a todos los jueces y órganos judiciales que no sentencian lo que ellos quieren.
Igual la señora Flores no sabe que a los jueces nadie les unta para que absuelvan a los médicos y que son independientes, del mismo modo que no sabe que los médicos también son personas y una denuncia injusta puede joderles la vida. Porque, no sé si lo saben, pero los seres humanos son mortales, y la medicina no es infalible. Según la ley, para que haya responsabilidad por negligencia médica no basta con que algo salga mal o haya un daño, sino que deben darse tres supuestos:
a) La existencia de un daño (y que este daño no sea imprevisible y/o inevitable).
b) Una mala praxis médica (es decir, una actuación negligente o equivocada por parte del médico).
c) Una relación de causalidad entre la mala praxis y el daño sucedido.
En resumen, que si se produce un daño en el paciente, pero este daño era imprevisible o inevitable y el médico ha hecho todo correctamente y ha hecho todo lo que razonablemente ha podido, no hay responsabilidad económica, ni hay delito alguno. Porque la medicina no es una ciencia exacta y por mucho que los médicos se esfuercen hay veces que se dan complicaciones raras, o imprevisibles, o hay complicaciones que no dan síntomas hasta que es demasiado tarde, o el paciente no sigue al pie de la letra las indicaciones del médico, y entonces se produce un daño, que en el peor de los casos es el fallecimiento del paciente. Y sí, es una putada para él y para la familia, pero de ningún modo el dolor puede justificar la búsqueda ciega de un culpable que no es tal, sino que ha hecho todo lo que ha podido para salvar a su paciente. Y al que, por cierto, le joden la vida y la carrera, porque una denuncia o una demanda pone en entredicho su profesionalidad ya que, como se dice, "calumnia que algo queda". Aparte de que el estrés, el miedo y la impotencia de verse sentados en un banquillo destroza la salud y hasta el matrimonio de muchos facultativos, que, ¡oh, sorpresa!, luego resulta que son inocentes.
Ojo, no digo que los médicos que cometen negligencias no deban pagar por ellas, ni que los pacientes que sufren una no tengan derecho a denunciar. Pero una cosa es eso, y otra muy distinta lo que propone la web dirigida por esa señora: que todos los médicos son presuntamente culpables y que hay que denunciar siempre, y si cuela, cuela. Y luego, si se ha denunciado temerariamente y el juez absuelve al médico y condena al demandante a pagar las costas, todo son lamentaciones y qué malos son los médicos y los jueces, que se conchaban con ellos. PUES NO.
Claro que lo de Pajín y lo de Flores aún tiene explicación, porque al fin y al cabo no entienden de medicina. Lo que me parece aún peor es lo que dice un ginecólogo de Valladolid, que los chistes le parecen "horrorosos y franquistas". Lo de horrorosos lo entiendo, porque bien pueden no gustarle, pero, ¿franquistas? No me joda, hombre. ¿Dónde aparece en esas viñetas una apología del general Franco o de su dictadura? ¿O es que hemos llegado al extremo de la estupidez demagógica e ignorante de identificar el machismo con el franquismo, como si todo el que hace un comentario o chiste machista (que insisto en que a mí no me parecen tal cosa) tenga que ser admirador de Franco por cojones? Está claro que ese ginecólogo sabe tan poco de política como Pajín y Flores de medicina.
Y, por encima de todo, el Instituto de la Mujer me parece profundamente hipócrita. Porque están poniendo el grito en el cielo por esa chorrada de viñetas y luego, a la hora de ofrecer ayuda a las madres sin recursos o proteger a las embarazadas de los abusos de los empresarios, no mueven ni un dedo. Lo que las madres gestantes necesitan no es que se retiren esas viñetas, sino que los políticos legislen y trabajen para que se acaben los contratos temporales encadenados a las mujeres jóvenes en edad de quedarse embarazadas, los despidos a las madres gestantes, y la nula flexibilidad de horarios que hace que muchas mujeres tengan que posponer, limitar o renunciar a la maternidad porque es incompatible con su vida laboral y su puesto de trabajo.
Lo que es misógino no es dibujar esas viñetas, sino el hecho de que hoy en día los permisos de paternidad sean sólo de quince días, que los padres no puedan optar a la baja para cuidar de sus hijos, y que todo ello repercuta en que los empresarios prefieran contratar antes a los hombres. Misógino es que las mujeres cobremos menos y se nos mire mal por irnos a trabajar y dejar en casa a nuestros hijos con su padre, mientras que si es el padre el que se pasa todo el día fuera la gente lo entiende mucho mejor, porque, claro, es un hombre.
ESO es machista y misógino, y por eso deberíais estar protestando a voz en grito, malditos demagogos ignorantes. No por las viñetas.
2 comentarios:
no tenía ni idea de lo de las viñetas que comentas, pero es difícil no estar de acuerdo con gran parte de lo que dices. No obstante, respecto a las viñetas tengo que decir lo mismo que con cierta publicación desafortunada de El Jueves en la que salían los principitos de España... hay muchas formas de ser ingenioso y no hace falta ser tan gráficos. Pero eso más bien hace referencia a lo de expresar las cosas con más o menos gracia. Desde luego, hay faltas de respeto más grandes, como la que cometen contra nosotros ciertos ministros que no saben hacer bien su trabajo.
Sobre el Instituto de la Mujer prefiero no hablar, tengo los ánimos calentitos porque esta semana tuve que contactar con ellos y me pareció lamentable, la verdad.
OLE, OLE y OLE!!. Una vez más me deleito en uno de tus geniales artículos!. Y por noscuantaenesima vez estoy de acuerdo contigo, hasta en los puntos y comas.
Narwen
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