Desde que posteé esta entrada, hablando sobre los libros que quería leerme, han caído unos cuantos. También he leído otros que no estaban en la lista inicial pero que vi en la librería y que por un motivo u otro me llamaron la atención. Los comento, por si alguien le interesa, de mejor a peor (los spoilers están ocultos, para leer resaltar las zonas ocultas con el ratón).
El Camino de los Reyes, de Brandon Sanderson: El mejor de los libros que he leído últimamente ha resultado ser una sorpresa. Sanderson ya me sorprendió muy agradablemente con su novela de fantasía autoconclusiva Elantris, de modo que cuando he visto que había sacado un libro nuevo, no he dudado en comprármelo a pesar de su precio y sus circunstancias (se trata de una saga de al menos diez libros y el primero de ellos supera las mil páginas). Ante una saga titánica y desde luego no barata, podría haberme echado atrás; pero estamos hablando de Brandon Sanderson. Pensaba que no me decepcionaría, y no me ha decepcionado: un mundo curradísimo, unos personajes geniales y una historia adictiva escrita con un estilo impecable, que engancha desde la primera página. Uno de sus mayores méritos es, precisamente, su poder de adicción: hay que esperar a llegar casi al final de la novela para poder empezar a entender el argumento de la saga, y aún así te das cuenta de que sólo has avistado la punta del iceberg. Pero, aún así, consigue enganchar hasta límites casi georgemartinianos. El ritmo, aunque algo pausado en ocasiones, no decae, los personajes están perfectamente construidos, y el final es de infarto. No me atrevo a calificar la saga habiendo leído sólo el primer libro, pero si sigue como hasta ahora y no se le va demasiado la pinza, puede que se convierta en una de mis favoritas.
El circo de la noche, de Erin Morgenstern: Curioso libro este. Está magníficamente escrito, se lee rápido, de hecho vale la pena leerlo despacio, paladeándolo como se saborea un dulce delicioso. Sin embargo, lo acabé con la sensación de haberme gustado más el trasfondo que la historia principal. Los protagonistas, Celia y Marco, no acabaron de caerme bien ni empaticé demasiado con ellos (de hecho, Marco llegó a caerme muy mal por la forma en que trata a Isobel; me gustó más su historia de amor con ella que con Celia, que es demasiado repentina; la pareja Marco-Celia no tiene química y no logró emocionarme en ningún momento). La trama principal del duelo de magos, por otra parte, ni es tanto como parecía ni se explican los motivos de la competición (realmente, ¿por qué la competición tiene que acabar a la fuerza con la muerte de uno de los dos contendientes? ¿Acaso no es un desperdicio encontrar y entrenar a dos buenos magos para que uno de ellos acabe muriendo por narices? Y tampoco se explica qué motiva a Alexander y a Hector a llegar a tales extremos). Sin embargo, el trasfondo del libro es brillante: dan ganas de saber más y más acerca de ese maravilloso circo y de esos secundarios geniales, mil veces mejores y más cercanos que los protagonistas. En definitiva, es una lectura preciosa, tranquila, muy recomendable, pero que deja con la sensación de que la historia podría haber sido más de lo que en realidad ha sido.
Ah, por cierto, aconsejo evitar leer la contraportada del libro: en el resumen te revientan tres cuartas partes de la hisyoria, incluyendo una de las grandes sorpresas argumentales, que supuestamente hay que esperar más de 300 páginas para averiguar.
Caminos cruzados, de Ally Condie: Ni chicha, ni limoná. No es malo, pero tampoco me ha dicho nada. Es la continuación de Juntos, una distopía que pintaba muy interesante, pero la verdad es que la continuación ha pegado un bajón en cuanto a emoción, calidad narrativa y argumento. Bien es cierto que el segundo libro suele ser el más difícil de una trilogía porque no tiene ni el factor sorpresa de la primera parte ni el clímax final de la tercera, pero aún así, podría haberse hecho mucho mejor. La prosa es muy simplona, los personajes son más superficiales que en la primera parte, y encima la historia no avanza todo lo que uno desearía (los personajes describen una especie de círculo porque quedan exactamente igual que al principio: separados. La única diferencia es que trabajan para la resistencia. Y el reencuentro entre Cassia y Ky queda demasiado frío, la química, la ternura y la intensidad de sentimientos brilla por su ausencia). Se lee rápido y no aburre, pero el libro sabe a poco. Esperemos que la tercera parte recupere el nivel de la primera.
La Maldición de Thot, de Michael Peinkoffer: Encontré este libro de bolsillo en una librería, me atrajo la historia de la contraportada y decidí comprármelo. Fue uno de los mayores errores literarios de mi vida. Es un libro malo, pero malo con ganas. La receta de su escritura podría ser la siguiente: Tómense todos los tópicos habidos y por haber de las películas de aventuras tipo "Las Minas del Rey Salomón", "Indiana Jones" y "La Momia". Añádanse una prosa facilona tipo bestseller, unos personajes estereotipados hasta la náusea y un misterio histórico-científico de lo más absurdo. Servir tibio. Por favor, que nadie pierda tiempo leyendo este libro. No es más que un cúmulo de tópico tras tópico, anacronismo tras anacronismo, incoherencia tras incoherencia, hasta llegar a uno de los finales más absurdos que he leído jamás. Es TAN malo que en casa, a partir de ahora, a la comisión de semejantes fallos narrativos vamos a llamarle "hacer un Peinkoffer". Detalles argumentales en el spoiler. (Bien, primero tenemos a Sarah Kincaid alias "weee, soy la mejor arqueóloga de Inglaterra a pesar de ser mujer y soy súper feminista pero todos los hombres, pasando por policías y nobles victorianos hasta moros del desierto me ADORAN y reconocen como una igual porque soy súper guapa y lista y progre de la muerte", tenemos a Kamal, alias "soy la típica figura cambiante de manual de escritor que al principio parece que soy un moro traidor pero luego resulto ser un príncipe tuareg guapo, valiente, maravilloso, y que además siendo un egipcio musulmán del siglo XIX no tengo ni rastro de machismo ni de misoginia encima, porque yo lo valgo". Al final, el capitán Hayden, supuestamente colocado ahí por el escritor para que los lectores le odien, es el único personaje que me cayó bien porque es el único que PARECE lo que es: un militar inglés de la época victoriana. Francamente, muy mal lo tiene que estar haciendo el autor cuando el "personaje que te debe caer mal" te cae bien, mientras que los "protagonistas perfectos y adorables" te dan asco. Segunda cosa: el malo. ¡Ooooh, el malo es Mortimer Layton, el padrino de ella! Pues lo estaba viendo venir cantado desde que le secuestran, menuda sorpresa. Que sea el ÚNICO secuestrado cuando la secta chunga mata a todos los demás, junto a lo que sabemos de que hay un traidor inglés cercano al grupo implicado que debe ser de la Liga Egipcia... manda huevos, por Dios, si es que no podía ser otro. Y su actuación final de "bwajajajaja, qué malo soy, me gusta ser maaaalo, ahora te explicaré mi plan con todo lujo de detalles y además maté a tu padre" es sencillamente patética. Y finalmente quedan, por supuesto, las preguntas incontestables: ¿Por qué el tío mata a todas las mujeres de Whitechapel para que Sarah vaya YA a buscar el secreto de Thot cuando podría sencillamente haber esperado un año o dos hasta que se le pasara el disgusto por la muerte del padre? ¿Por qué los malos intentan matar a Sarah en El Cairo si lo que quieren es precisamente que ella encuentre el secreto de Thot? ¿Por qué se empeñan en matar a Du Gard cuando ese pobre hombre ni sabe nada, ni sospecha nada (olé la clarividencia selectiva), ni sirve de nada en la misión como no sea de recurso dramático "cof, coff, voy a morir, oh Sarah te amo cumple tu misión"? ¿Por qué cuando Kamal mató a todos esos hombres en Londres no se envió a Scotland Yard tras él, si Egipto es protectorado británico y por lo tanto la policía y el gobierno inglés tienen tanta jurisdicción allí como en Inglaterra? ¿Quién coño alimenta, limpia los cubiles y retira los cadáveres de los cocodrilos y los murciélagos de las trampas durante 3000 años? ¿Cómo es posible que nadie se haya hecho antes con el secreto de Thot y de repente, después de que Sarah y Kamal lleguen a la cámara, aparezcan detrás y sin hacer ruido el padrino de ella y veinte esbirros? ¿Qué pasa, que ya no hay murciélagos, que sólo se trataba de mandar a dos pringados para que se comieran la trampa y luego pasar tranquilamente? Y, por cierto, si el camino es tan complicado (ir saltando de columna en columna con un precipicio al fondo), ¿cómo hacen Sarah y Kamal el camino de vuelta con el padrino herido a cuestas? ¿Cómo es posible que la estatua que lanza rayos por los ojos se mueva sola porque sí? ¿Por qué Kamal regresa de repente a Londres vestido como un gentleman al final del libro, cuando no sólo sigue siendo un fugitivo, sino que no tiene dinero, y era el jefe de la tribu tuareg? ¿Qué ha hecho, convocar elecciones a jefe y volverse a Inglaterra por la buenas? Y, ¿cómo es posible que Milton Fox, que estuvo en la expedición, no sólo no le dé importancia a la fuga del Leyton de Bethlam sino que ni él ni nadie de Scotland Yard le relacione después con Jack el Destripador?
Y luego está la cuestión del fuego de Ra... menuda mierda de arma. Un juego de espejos que concentra el calor del sol y hace soltar rayos por los ojos a una estatua. Pues vale. Arma cara de realizar, pesada de transportar y maniobrar (ni me imagino lo que debe ser hacerla rodar por la arena), inútil de noche o con el cielo nublado, y tremendamente fácil de inutilizar mediante el simple procedimiento de lanzar un proyectil que rompa uno sólo de los espejos (incluso con una flecha o con un escorpión, que son armas que ya se conocían en el Imperio Romano). Es decir, una absoluta mierda comparada con la ametralladora, que en la época en la que suceden los hechos del libro ya existía. ¿Y esa es el arma definitiva con el que la secta de los malos va a dominar el mundo? Venga ya. Saca el enemigo una ametralladora Gatling y en menos de treinta segundos se van a tomar por el saco Thot, Ra, su fuego y todos sus putos sectarios).
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