domingo, 20 de enero de 2013

¿Santos o pecadores?


Hay muchas figuras del cristianismo que son considerados santos. Ojo, digo del cristianismo porque hay algunas figuras del protestantismo y del anglicanismo que, aunque no son considerados santos al estilo católico u ortodoxo, sí que han sido elevados a los altares como una suerte de ejemplo e inspiración a seguir.
Y de todos estos santos, de todos estos inspiradores, hay unos cuántos que, válgame Dios, a poco que se conoce un poco sobre su vida y sus actos, una no puede dejar de preguntarse cómo es posible que semejantes individuos pudieran ser considerados santos.

Antes de nada,. supongo que tendré que dejar claro lo que yo considero (y se considera en general) que es un santo. Un santo no se convierte en tal porque haya sido muy docto, muy poderoso, muy influyente o muy conocido, o porque le dé la gana a la Iglesia cristiana de turno que no canonice. Un santo (definición de la Delegación Episcopal para las causas de los santos) es "aquel cristiano que ha imitado a Nuestro Señor Jesucristo a través de una vida que se caracteriza por el cumplimiento en su vida del amor a Dios, que se concreta en la práctica de las virtudes o del acto supremo del martirio".
Lo cual viene a decir que hay dos formas de alcanzar la santidad: vivir imitando el ejemplo de Cristo, o morir por la fe cristiana. Sobre lo del martirio, poco más que añadir, aunque personalmente no estoy de acuerdo en eso de atribuir la santidad por el simple hecho del martirio (en todo caso, ser un mártir de la fe te concedería la salvación, el Cielo inmediato, pero no la santidad). Pero, ¿qué pasa con los que no murieron mártires? Se supone que deberían haber alcanzado la santidad por haber imitado a Jesucristo durante sus vidas. ¿Y qué significa imitar a Cristo? Yo creo que eso poca discusión tiene; los valores básicos que nos enseñó Jesús fue el amor a los enemigos, la paz, el perdón, la caridad, la misericordia, la humildad...

Pues bien, hay una serie de santos, venerados por distintas Iglesias cristianas (no me refiero sólo a la católica) de los que se podría decir que estas virtudes escaseaban, cuando no brillaban por su ausencia. Y no estamos hablando de pecadores que luego se arrepintieran (tipo Saulo de Tarso o San Juan de la Cruz), sino de personas que, aún siendo santos, demostraron ser crueles, vengativas, misóginas, prejuiciosas o egoístas. ¿Ejemplos? Seguro que me dejo muchos, pero he aquí unos cuántos:

-San Pedro Damián:

Cardenal católico del siglo XI, muy amiguito del Papa Gregorio VII (supongo que eso sienta ya un precedente, ya que este Papa fue el que tuvo la brillante idea de decretar el celibato obligatorio de todos los sacerdotes y anular por las buenas todos los matrimonios de los que ya estaban casados, pasándose un poco por el forro la indisolubilidad del matrimonio y destrozando miles de familias en el proceso). Este hombre de misericordioso tenía más bien poco, a juzgar por los durísimos juicios de valor a los que sometía a los demás, llegando a alegrarse de las desgracias ajenas cuando el ajeno en cuestión no era de su gusto. Como muestra, la malsana satisfacción que destilaban sus palabras al comentar la muerte de la princesa bizantina María Argyra a causa de la peste, enfermedad que también se llevó a su esposo, hijo del Dogo de Venecia, y al único hijo de ambos. Según Pedro Damián, el trágico destino de la princesa era un merecidísimo castigo por sus horribles pecados... consistentes en ser una mujer limpia y aseada. He aquí sus palabras:

(La princesa) se negaba incluso a lavarse con agua normal, y obligaba a sus sirvientes a recoger el rocío que caía el cielo para bañarse en él. Tampoco se dignaba a tocar los alimentos con las manos, sino que ordenaba a sus eunucos que se los cortaran en pequeño trozos que luego ensartaba con cierto instrumento dorando dotado de dos púas mediante el que se los llevaba a la boca. Sus estancias, asimismo, se hallaban tan impregnadas de incienso y perfumes diversos que me resulta nauseabundo referirme a ellos, y pienso que a mis lectores les costará trabajo creer mis palabras. La vanidad de esta mujer, sin embargo, resultaba odiosa a los ojos de Dios Todopoderoso, e Él, sin duda, ha descargado Su venganza. Alzó sobre ella la espada de Su justicia divina corrompiendo su cuerpo, marchitando sus extremidades y llenando su alcoba de un hedor insoportable (...) Así, tras un lento declinar y unos atroces sufrimientos, exhaló su último suspiro para gozoso alivio de sus amigos.

Lo cual más o menos viene a significa: "¡Es una mujer, y encima osa lavarse con agua limpia, perfumar su habitación y comer con tenedor en lugar de meter los dedos en el plato! ¡Pecado mortal! ¡Merecía morir entre atroces sufrimientos! No como yo, por supuesto, que soy un dechado de virtudes.
Esta evidente falta de compasión, de caridad y de misericordia, muy poco cristiana, demuestra además la nula higiene que se traían los medievales en general, y este señor en particular.

-Santa Helena:

Emperatriz romana, madre el emperador Constantino, su principal gracia consiste en haber convencido a su hijo de convertirse al cristianismo (y hacerla religión oficial del Imperio Romano). Muy buena obra, de no ser porque algunos de los métodos que usó para encontrar la Vera Cruz no fueron, cómo decirlo finalmente, piadosos.
O si alguien que me lea considera que es digno de un santo y una imitación de las virtudes de Cristo irse a Jerusalén, preguntar a los sabios judíos dónde estaba la Vera Cruz (ya me diréis qué iban a saber los pobres hombres, si la crucifixión de Cristo pasó desapercibida en su momento y a los judíos en particular, al no convertirse al cristianismo, la cruz donde fue crucificado se la traía bastante al fresco), y como lógicamente los pobres hombres no supieron qué contestarle, santa Helena no tuvo otra feliz idea que mandarlos torturar a todos hasta que alguno de ellos confesara. Al final se supone que la tortura dio resultado y encontró la Vera Cruz, aunque creo que con todos los fragmentos que hay repartidos por el mundo se podrían recomponer seis leños...

-Martín Lutero:

Ya oigo a quien me acuse de ir en contra de Lutero porque era protestante. Pues no, es más, debo admitir que siento simpatía por muchos de los preceptos de protestantismo, aparte de que en el contexto histórico en que surgió estaba totalmente justificado y era hasta necesario. No; la cuestión por la que Lutero entra en mi lista es , entre otras cosas, por su furibunda misoginia y su desprecio hacia las mujeres, manifestado en perlas como estas:

"Las mujeres estériles son débiles y poco saludables; aquellas bendecidas con muchos hijos son más saludables, limpias y alegres. Pero si eventualmente se agotan y mueren, no importa. Que mueran dando a luz, que para eso están".
Vamos, que las mujeres no son seres humanos, son fábricas de niños. Y si se rompe una, compre usted otra.

"Las niñas empiezan a andar y a hablar antes que los niños porque las malas hierbas crecen siempre más rápido que las buenas semillas".
Para que no parezcan superiores, las compara con un vegetal y se queda más ancho que alto.

-San Agustín de Hipona:

Volvemos al catolicismo, pero seguimos en la misoginia. San Agustín debería ser el santo más odiado por todas las mujeres cristianas del mundo, ya que fue él quien sentó las bases de la feroz misoginia eclesiástica que aún se sigue arrastrando hoy en día en el catolicismo (por ejemplo, en el hecho de que las mujeres tengan prohibido ser sacerdotisas, como si ser mujer nos hiciera indignas de ese sacramento). Este hombre, que sería muy leído pero que tenía de humilde, misericordioso y caritativo lo que yo de portera de fútbol, dejó para la posteridad frases como estas, que encima mucha gente creyó como si hubieran sido predicadas por Cristo en persona (sí, el mismo Cristo que tomaba por discípulas a las mujeres y las consideraba iguales en dignidad a los varones):

"Ya sea esposa o madre, es Eva, la tentadora, de quien debemos cuidarnos en toda mujer. No alcanzo a ver qué de utilidad puede servir la mujer para el hombre, si se excluye la función de concebir niños".
Otro como Lutero, que cree que las mujeres son máquinas de hacer niños. Curioso que a pesar de ello insista en Eva y se olvide de María, por la cual vino la salvación al mundo al dar a luz a Jesús.

"Las mujeres no deben ser iluminadas ni educadas de forma alguna. De hecho, deberían ser segregadas, ya que son causa de involuntarias e insidiosas erecciones en los santos varones".
Y se quedó tan pancho. Me sorprende que no inventara el burka.

"Nada rebaja tanto la mente varonil de su altura como acariciar mujeres".
Este hombre tenía algún tipo de trauma, ¿no?

"La mujer es un ser inferior y no está hecha a imagen y semejanza de Dios".
Y encima, ahora, suelta una herejía en contradicción directa con el Génesis.

"El padre tiene que ser más amado que la madre y merece mayor respeto porque su participación en la concepción es activa y la de la madre simplemente pasiva y material".
Ahora demuestra, además, que desconoce cómo nacen los niños, porque parece no tener ni idea de que era la mujer quien llevaba al niño en la barriga y quien se jugaba la vida dándolo a luz, mientras que el padre se limitaba a meterla cinco minutos y a olvidarse del tema.

Si a estas alturas aún os estáis preguntando cómo es posible que este hombre fuera canonizado, y en qué criterios se basaron para subirlo a los altares, no os preocupéis; no sois los únicos.

Aparte de Lutero y Agustín, en el club de la misoginia también tenemos a muchos otros muchachos, demasiado numerosos para enumerarlos a todos, entre los cuales se cuentan:

-San Pablo: "Las mujeres callen en las iglesias, que no les está permitido hablar durante la reunión. Deben quedarse en silencio, como manda la Ley. Si quieren saber más información, que se la pidan a sus maridos en casa, pues no está bien visto que una mujer hable en una asamblea". "La mujer aprenda en silencio con toda sumisión, pues no permito a la mujer que enseñe, ni que domine al hombre, sino que esté en silencio".
Las palabras de San Pablo son especialmente graves en cuanto se redactaron cuando los cristianos eran mucho más fieles al mensaje de Cristo y las mujeres actuaban en igualdad con los hombres en las iglesias, ocupando algunas de ellas cargos de importancia e incluso de sacerdocio, algo que San Pablo no aprobaba en absoluto. No deja de ser irónico que este hombre haya sido la figura más escuchada e imitada por generaciones sucesivas, cuando a diferencia de los apóstoles NO conoció a Cristo en persona. Entre él y Tertuliano, otro misógino de mierda considerado doctor de la Iglesia, consiguieron cargarse por completo lo que en el paleocristianismo era una realidad: la igualdad entre mujeres y varones a todos los efectos, sacerdocio incluido.

-San Juan Crisóstomo: Otro que odiaba furibundamente a las mujeres, atribuyéndoles con toda tranquilidad la culpabilidad colectiva del pecado en el mundo y de todos los males de la humanidad: "¿No sabéis que cada una de vosotras es una Eva? (...) Vosotras sois la puerta del infierno.Tú eres la que empezaste el árbol prohibido.Tú eres la primera que desertaste de la ley divina.Tú eres la que le corrompió a él, a quien el diablo no se atrevió a atacar. Por causa de tu mérito, que es la muerte, incluso el Hijo de Dios tuvo que morir".
Vale, podríamos decir, este tío odia a Eva porque le echa la culpa de todo (lo de que la serpiente y no ella fuera la primera tentadora, o lo de que Adán también se comiera alegremente la manzana cuando habría podido negarse, parece que se la trae al fresco). Pero, ¿qué tienen que ver en esto la restantes mujeres de la Humanidad? Nuestro simpático amigo nos lo aclara en un instante:
"No sólo Eva sufrió el engaño, sino que "la Mujer" fue engañada. La palabra "Mujer" no debe aplicarse a una, sino a todas las mujeres. Por tanto toda la naturaleza femenina ha caído en el error".
Tócate los huevos con la conclusión a la que llega este hombre. Seguro que me puede explicar cómo todas esas mujeres fueron engañadas si aún no habían nacido. ¿Alguien más piensa que este tío era un gayer reprimido o que la niña mona de su pueblo le dio calabazas cuando intentó sacarla a bailar en las fiestas del pueblo?

-Santo Tomás de Aquino: "La mujer es defectuosa y mal parida, desde el momento en que la fuerza activa de la semilla masculina tiende a la producción de la similitud perfecta en el sexo masculino; mientras que la producción de una mujer deriva de un defecto en la fuerza activa o de alguna indisposición material, o de alguna influencia externa".
Nuestro amigo Tomás me recuerda a una cosa que le dijo mi tío el anestesista a una monja que le puso exceso de anestesia a un paciente por error: "Usted sabrá mucho de Dios, pero de medicina no tiene ni puta idea". Me pregunto si alguien le propuso a Santo Tomás que contara cuánto creía que iba a tardar la humanidad en extinguirse si las semillas dejaban de ser defectuosas y el mundo se llenaba exclusivamente de varones.

Habrá quien me diga que estos señores no hacían más que expresar lo que era una opinión más o menos generalizada en sus tiempos, y que hay que leerles en su contexto. Esto sólo es verdad hasta cierto punto. En primer lugar, tengamos en cuenta que estos señores son los llamados Padres de la Iglesia. Es decir, los que sentaron la doctrina que imperó en los siglos sucesivos. En segundo lugar, recordemos que la santidad viene de seguir a Jesucristo, no las modas o las opiniones imperantes. Jesús no seguía las modas, Jesús fue un innovador, un rabino que escandalizaba por tomar a mujeres como discípulas y tratarlas como iguales. El que dijo "no juzguéis si no queréis ser juzgados". Era el Hijo de Dios, el Mesías, y eligió a tres mujeres para que fueran las primeras que lo vieron resucitado y llevaran la noticia a los demás, las mismas tres mujeres que permanecieron a su lado hasta el final cuando los hombres lo negaban o huían. Que Agustín, Pablo, Tomás de Aquino y Juan Crisóstomo odiaran y despreciaran a las mujeres de ese modo no los hace distintos a la mayoría de hombres de su época, pero por eso precisamente, tampoco los hace santos. Porque su forma de sentir, de hablar y de pensar en este sentido era radicalmente contraria a la forma en que sentía, hablaba y pensaba Cristo.

-San Cirilo de Alejandría:

Este es conocido a raíz de la (lamentable y poco fiel a la Historia) película sobre Hypatia de Alejandría. Sin embargo, películas aparte, es cierto que este hombre tenía poco de santo. Para empezar, era un hombre bastante fanático, que odiaba a los judíos, a los paganos y a las mujeres (no necesariamente en ese orden).
Además de instigar varios pógromos contra judíos que se saldaron con bastantes víctimas, les expropió las sinagogas, las propiedades, y finalmente los expulsó por las buenas de Alejandría, al más puro estilo Adolf Hitler, lo cual cabreó bastante al emperador Teodosio II de Constantinopla porque encima Cirilo ni siquiera tenía derecho legal a tomar semejantes medidas.
También instigó ataques y agresiones contra los paganos. Una de sus víctimas más famosas en este sentido fue la pobre Hypatia, una pagana neoplatónica muy bien relacionada entre las familias pudientes cristianas porque era una famosa preceptora y educadora que tenía amistad incluso con Orestes, el prefecto bizantino en Alejandría. Como además de ser pagana era mujer, inteligente y bien relacionada política y socialmente, Cirilo le tenía un odio que no te cuento, de modo que fue el instigador de un grupo de fanáticos que la asaltaron cuando regresaba a su casa tras una jornada de enseñanza y la violaron en grupo para luego descuartizarla viva. La pobre señora tenía unos 60 años en el momento de su muerte.
Nuevamente, no sé quién tuvo la idea de canonizar a un fanático violento, lleno de odio, que instigó más de un asesinato.


De momento, estos son bastante ejemplos para ilustrar lo que quería decir en esta entrada. Y dicho todo esto, quiero dejar clara otra cuestión: estas personas no eran Dios. No eran un ejemplo. Ni siquiera eran cristianos ejemplares, y nunca debieron ser canonizados. Sus palabras ni son reflejo ni tienen nada que ver con el mensaje de Jesús, por eso me duele tanto que se empleen como supuesta prueba de que el cristianismo es misógino, intolerante o absurdo.
Los que sí eran misóginos, intolerantes y absurdos, fueron los que tuvieron la brillante idea de elevar a los altares a este tipo de gentuza.

19 comentarios:

Malena dijo...

Gracias por el post. Ya sabes que soy muy sincretista en lo que tiene que ver con religión, pero marco una raya cuando de santos se trata, porque muchas veces su santidad oculta prejuicios muy poco caritativos.
Como judía no puedo considerar santos a gente como La Emperatriz Helena (y eso que llevo su nombre) o como San Juan Crisóstomo o San Cirilo, el mismo Lutero que era muy dado a comentarios judeofobos.
San Pablo, y conste que hay muchas cosas que dice en sus epislas que son verdad y belleza, era un individuo muy raro para su entorno. ¿Dónde se ha visto un rabino soltero? Y eso de que las mujeres deben quedarse calladas en el templo... Mira que una razón por la que separaban a los sexos en las sinagogas europeas era porque las mujeres parloteaban mucho y no dejaban rezar. Ya hubiera ido San Pablo a predicar en mi sinagoga, las señoras lo hubieran sacado a escobazos.
Tengo una amiga católica que me dice "a ti te gustan los santos judíos (San Pedro, Santa Marta, Sana María Magdalena) o los que han sido buenos con los judíos (San Maximilian Kolbe)". Pero también me gustan los santos “activos”. En Chile tenemos a Santa Teresita de los Andes, una niña bien que ingresó a un convento carmelita y se la pasó el resto de su vida enclaustrada en una orden contemplativa. Discúlpenme los católicos, pero no me parece un gran merito. Ósea, no hablaba con los lobos como San Francisco, ni expulsaba culebras como San Patricio, no les daba palos a los ingleses como Santa Juana, no andaba atendiendo pobres como San Vicente de Paul o el mismo San Alberto Hurtado, otro santo chileno.
El martirio lo puedo considerar como un merito para la santidad, si es realmente por la fe, como ocurrió no solo en la era romana, hubo mártires ingleses de la época isabelina, mexicanos de la Guerra Cristera, y hasta el día de hoy hay mártires misioneros. Pero con toda la lástima que le tengo al Zar y su familia, no entiendo por que la Iglesia Ortodoxa los canonizó. Murieron por ser los que perdieron la Revolución, no por su ideología religiosa. Lo mismo me ocurre con Santa Edith Stein, ella murió por ser judía, no por ser monja.

Narwen dijo...

Estoy de acuerdo contigo Estelwen. Si las protestantes de ahora supieran un poquito sobre Lutero y por ello se tomaran como dogma de fe las cosas que decía.. muchas no podrían ocupar responsabilidades de evangelización. Si Lutero decía esas cosas, seguro que pensaría que las mujeres no deberían ir casa por casa propagando la palabra de Dios.

No sabía nada sobre esos supuestos santos, te agradezco el post.

Lo cierto es que pienso que el único que puede hacer santos es Dios mismo. Porque solo Él conoce la vida y el corazón de las personas, no el Papa de turno ni quien sea, por eso no soy muy amiga de las estampitas de santos.

Y he remarcado lo del protestantismo porque sé que hay muchos protestantes que atacan la figura del catolicismo aludiendo a la figura de los santos como supuesta idolatría, cuando la gente los venera porque son intercesores, no son dioses. Ahora, también hay muchos católicos que es para darles de comer aparte, y por desgracia son los que más ruido hacen.

Estelwen Ancálimë dijo...

A ver... también hay santos que realmente merecen serlo, un ejemplo perfecto es San Francisco de Asís, o San José, esos sí que eran SANTOS con mayúsculas. Pero hay que molestarse en estudiar la hagiografía antes de decidir si realmente un santo es venerable o no.
No sabía que los ortodoxos habían canonizado al zar Romanov y a su familia, pero si es así me parece horrible. No fueron mártires de la fe, sino mártires políticos, y aunque la familia se libre (al fin y al cabo poco pintaban las mujeres entonces, para bien o para mal) dudo mucho que un sujeto como el zar Nicolás (que se vestía de oro mientras su pueblo se moría de hambre, que envió a millones de hombres en levas forzadas a morir en la Primera Guerra Mundial, y que mandaba fusilar en masa a los pobres desgraciados que se atrevían a protestar por ello) sea un ejemplo de virtud y de bondad cristianas.

Unknown dijo...

La supuesta opresión de la mujer por parte de Pablo se ha basado en planteamientos suyos tomados fuera de contexto (como cuando les pide a los corintios que piensen en la posibilidad de ser una pizca más convencionales), o en comentarios irónicos malinterpretados por lectores ocasionales (cosa que ocurre si unas cartas, escritas para ocasiones ha tiempo olvidadas, circulan durante dos mil años). Las peores nuestras de machismo paulino, por ejemplo, las infames observaciones de 1 Timoteo, que prohíbe a las mujeres hablar en el templo y les recomendad dedicarse a la crianza, hacen parte de cartas atribuidas a Pablo pero escritas cuarenta o más años después de su muerte. En las iglesias paulinas las mujeres tenían tanta libertad para hablar, evangelizar y administrar como cualquier hombre. 1 Timoteo pertenece a la época en que las iglesias cristianas se hacen patriarcales, cuando los obispos empiezan a sugerir como los únicos lideres legítimos y, al contemplar el desorden ( o mejor la falta de uniformidad) que los rodeaba, se
esfuerzan por meter en cintura los entusiasmos de la iglesias paulinas. En último término, Pablo es el máximo demócrata del Nuevo Testamento y resulta una ironía patética que la primera persona de la historia que aparto de su cabeza, de manera consciente, todo los escalafones sociales, los ismos y los prejuicios --ni privilegios de nacimiento, ni etnias, ni religiones, ni condición económica, ni clases, ni género, es decir cualquier cosa que pretendiera hacer a uno mejor que otro--, termine con tanta frecuencia acusado por lo contrario de lo que con tanta pasión creyó en la vida.

Fragmento del libro de Thomas Cahill, El deseo de las colinas eternas. Un ensayo sobre la vida de Jesús.

Un articulo muy interesante Estelwen Ancálimë, pero no todos en la iglesia fueron unos misóginos.

Ten un feliz semana.

DAMABLANCA dijo...

Bueno, es obvio que a estos chicos les fue mal en el amor o a la madre se les resbalaron cuando eran chicos.
Con respecto a San Pablo, no es de extrañar. Antes de convertirse en un fanático cristiano fue un fanático fariseo. Los fanáticos pueden cambiar de bando con facilidad, siempre son iluminados, cuya verdad es la única verdad. Su figura se contrapone a la de Pedro, que según se sabe estaba casado, y al parecer la esposa también predicaba, era una activa sacerdotisa. Hay quien dice que la rivalidad surgía no entre Pedro y Pablo, sino entre el y la mujer del otro. Pero la Iglesia borró su historia de la faz de la Tierra.
Con respecto a San Agustín, el muchacho se dio la vida cuando era joven, tenia dinero y una vida familiar bastante disfuncional. El padre abusaba de la madre, la madre aceptaba todo porque era lo que una mujer debía hacer(aun hoy muchas creen eso), y no educó al hijo precisamente para tratar bien a las chicas. Una vez al parecer se enamoró en serio y la madre movió cielo y tierra para separarlo de su amante. Entonces el niño se metió a religioso. Y canonizó a la madre por ser tan "abnegada". Pero parece que la abstinencia no le cayó bien, porque veía en cada mujer una tentación, ni siquiera podía estar a solas con su madre. Ya cuando estaba a punto de morir escribió una especie de retractación y nadie le dio bola.
La figura de Jesús es interesante. El principal apoyo económico que tenía, según se dice, era de las mujeres, y existe también un innegable apoyo moral, en María, Magdalena, etc.. Lo malo es que la Iglesia utilizó la figura de María(con la bendita discusión de si era virgen o no)para detener el avance del feminismo durante siglos.
Pero ese discurso misógino no fue solo producto del prejuicio, la estupidez y los serios trastornos sexuales de esta gente. Estaba primero la necesidad de concentrar el poder en manos masculinas(que sería el mundo si las mujeres fueran iguales a los hombres? Muchos decían que ni alma teníamos)y luego concentrar los bienes de la Iglesia de forma que estos se quedaran en ella y no fueran heredados por la prole de los sacerdotes(que llegó a ser muy numerosa).

DAMABLANCA dijo...

Ah, pero para no ser tan malvada con el celibato y el cristianismo, hay que acotar que el sistema de la salud de la época dejaba mucho que desear y por ende las practicas promiscuas alentaban mucho el avance de la enfermedades venéreas. Como no tenían forma de protegerse(y tampoco se les ocurrió que la fidelidad también servía)decidieron optar por un discurso de abstinencia o celibato ya desde la época de Cristo=)

Estelwen Ancálimë dijo...

¡Interesantes comentarios! :-)

Ricardo, no creo que todos en la Iglesia fueran unos misóginos. He hablado de algunos santos en concreto, no de todos. De hecho, la figura principal de la Iglesia, que es el mismísimo Cristo, era todo un pionero del feminismo.
En cuanto a eso de que las cartas de Pablo fueron escritas tras su muerte, no sé nada al respecto. Esas palabras están atribuidas a Pablo en el evangelio y como tal las he tomado. De todos modos, escritas por él o no, dudo mucho que tales afirmaciones puedan sacarse de contexto.

Damablanca: Según tengo entendido, Pablo no era un fariseo, sino un romano que perseguía cristianos. Se supone que tuvo una revelación y se convirtió, pero no era judío. Era oriundo de Tarso y su lengua materna, al parecer, era el griego.
Respecto a lo de María Magdalena, sí creo que fue una figura MUY importante en la Iglesia primitiva ninguneada injustamente, aunque no me queda claro qué tipo de relación tenía con Jesús. Tampoco es algo que me importe mucho, realmente. Si estaba casada con él, por mí bien, si no, pues también.

Lo que no creo es que María fuese una figura anti-feminista; más bien todo lo contrario. La devoción mariana a lo largo de la Baja Edad Media y del Renacimiento fue lo que permitió rehabilitar la figura de la mujer, pues muchos religiosos (entre ellos San Francisco de Asís, por cierto) dejaron de identificar a la mujer con Eva (mala, pecadora, tentadora de la que protegerse) para identificarla con María (la madre, la dadora de vida y adalid y guardiana de la bondad y la pureza). Digamos que María fue fundamental para pasar de la misoginia, del odio a la mujer, al machismo cortés (la mujer era el bello sexo, al que había que cuidar y proteger a toda costa), que perduró hasta principios del siglo XX.

Lo del celibato, según tengo entendido, tiene mucho más que ver con el nepotismo y la simonía que con las enfermedades venéreas. Al fin y al cabo, se suponía que si casabas con una mujer honesta y virgen esta no tenía que tener enfermedad alguna, las venéreas las transmitían las prostitutas y las mujeres de vida disoluta.
Lo cierto es que el celibato fue una medida para tratar de impedir que los altos cargos eclesiásticos se volvieran hereditarios, de padres a hijos, como los títulos nobiliarios. Aunque tampoco consiguieron gran cosa porque los que no tenían hijos a los que colocar en puestecillos jugosos colocaba al sobrino (o al "sobrino", ya me entiendes). Realmente me gusta más la solución que adoptaron los ortodoxos: si quieres ascender en la jerarquía, no puedes casarte, pero si te conformas con ser cura y nada más, con tu parroquia, puedes casarte y tener hijos.

Edu dijo...

He estudiado la vida de Pablo y me parece que tengo que romper una lanza a su favor. En primer lugar tengo que darle la razón a Damablanca: Pablo sí era judío, de pura sangre, rabino fariseo discípulo de Gamaliel, pero además era oriundo de Tarso y vivía en un ambiente helenista y grecoromano, y tenía la ciudadanía romana. Él mismo se describe como judío en la Carta a los Gálatas.
El profesor que me dio la asignatura sobre él decía que psicológicamente Pablo era de tendencias compulsivas y tenía un caracter fuerte, a veces fundamentalista, pero él se daba cuenta de ello (la famosa frase: hago el mal que no quiero...) seguramente va por ahí. Gran parte de estos problemas los compensaba con su apertura al mundo. De hecho, Pablo era el "progue" de la época, y sus comunidades unos verdaderos "antisistemas".

Sobre el tema de la misoginia, también es cierto lo que dice Ricardo: se cree que hay fragmentos alterados y añadidos en las palabras de Pablo que no son de él, y que de hecho entran en contradicción flagrante con otros textos y situaciones. Por ejemplo, Pablo tuvo buena amistad con multitud de mujeres: María, madre de Juan Marcos; Lidia; Damaris; Febe; Priscila, mujer de Aquila; María; Junia, mujer de Andrónico; Pérside, Trifena y Trifosa; Julia; Cloe; Evodia y Síntique; Ninfa; Afia; Lois y Eunice; Claudia... Algunas de ellas fueron simples cristianas laicas, otras fueron diaconisas en sus comunidades, otras compartieron con Pablo la misión apostólica... Pablo les dedica muchos saludos afectuosos en varias de sus cartas. No tiene demasiado sentido, y actualmente se cree que los textos misóginos son añadidos escritos un siglo o dos más tarde.

DAMABLANCA dijo...

No quiero discutir demasiado sobre religión, porque como la politica son temas en donde uno puede hundirse como en arenas movedisas, pero la figura de María ha sido siempre una espada de doble filo para la concepción cristiana de la mujer. Yo no veo que haya ayudado demasiado al desarollo del pensamiento critico sobre el papel de la mujer en la sociedad. Primero por la aseveración de que la pureza de alma está en estrecha relación con la pureza del cuerpo. "Sin pecado concebida", una frase que la pone por encima de todas las mujeres, que sí hemos sido concebidas en "pecado" y concebiremos en iguales circunstancias. Intelectualmente ha servido también como ejemplo para aleccionar sobre como tiene que ser una buena mujer. La virgen es venerada como símbolo de pureza, creando un concepto ficticio de lo que debe ser una mujer y reforzando estereotipos perjudiciales sobre el sexo. Claro, esto viene de una tradición mas antigua que la judeocristiana. Ademas, en épocas bastante represivas para las mujeres(como el final de la edad media o el inicio del renacimiento)se iniciaron sectas de mujeres que alegaban que la salvación había llegado solo para los hombres y las mujeres debían buscar su propia salvación. Por ende, María como figura matriarcal me parece débil. Como no soy católica, supongo que hubiera preferido a una mujer un poco mas humana, capaz de tener una familia en la que José no se revelara casi como personaje anecdotico.

Estelwen Ancálimë dijo...

Mujer, ten en cuenta que estamos hablando desde la perspectiva del siglo XXI. Evidentemente, la imagen que a lo largo del siglo XX se ha pretendido dar de María para justificar "la divina misión de la mujer como madre y ángel del hogar" no concuerda con la imagen de fuerza, capacidad e igualdad que el feminismo ha conseguido para todas nosotras.
Pero si retrocedemos a la época en la que San Agustín, San Juan Crisóstomo y Santo Tomás, entre otros, habían instaurado la idea de que la mujer era una Eva tentadora, malvada y pecadora, un ser inferior e indigno, es decisiva la figura de María para rehabilitar la figura de la mujer y hacer que deje de ser consideraba un ser despreciable para convertirse en un ideal, un ser hermoso y puro que debe ser protegido.

Evidentemente, y como ya dije antes, esto no es feminismo ni igualdad, es pasar de la misoginia a un machismo cortés. Pero fue, en definitiva, un paso necesario para conseguir llegar donde nosotras estamos ahora. El primer paso para conseguir la igualdad en derechos y dignidad era dejar de ser despreciadas y comenzar a ser admiradas y tenidas en cuenta, y fue María quien lo consiguió.
Lo de la pureza y la virginidad, ya lo traté en un post anterior de este mismo blog hablando sobre sexo y cristianismo, y como bien dices el tema de la importancia de la virginidad y la castidad de la mujer es algo que viene desde bastante atrás del judeocristianismo, prácticamente desde que las herencias se transmiten por línea paterna.
De todos modos, en el cristianismo hay muchas más figuras femeninas aparte de la de María, e incluso esta no es tan débil como podría aparentar a simple vista.

DAMABLANCA dijo...

Jeje, me has convencido con "es decisiva la figura de María para rehabilitar la figura de la mujer y hacer que deje de ser consideraba un ser despreciable para convertirse en un ideal, un ser hermoso y puro que debe ser protegido."
Ea, busco el post que escribiste sobre sobre sexo y religión=)

Estelwen Ancálimë dijo...

Por si tenes problemas en encontrarla, estos son los links (es una entrada dividida en dos partes):

Parte 1: http://laluzdevalinor.blogspot.com.es/2011/06/sexo-y-cristianismo-una-perspectiva.html

Parte 2: http://laluzdevalinor.blogspot.com.es/2011/07/sexo-y-critianismo-una-perspectiva.html

Laura Niphredil dijo...

¡Ah, una entrada con tintes históricos y medievales! Justo lo que mejor se me da, jejeje!

El nombramiento de algunas personas como santos tiene muy poco que ver, en este caso, con sus méritos o virtudes cristianas. Yo soy atea, pero respeto las creencias de los demás (y sé que, de haber vivido en otra época, me habrían echado a la hoguera sin piedad alguna), aunque por las de estos santos padres de la Iglesia no paso.

La Edad Media (y encuadro esta época porque es donde proliferan los santos) es una de las épocas en las que la mujer sale menos favorecida (y no siempre: sobre los siglos VI y VIII, la mujer podía administrar sus propiedades y negociar su dote, además de poder casarse una vez enviudara si quería), pero eso no quiere decir que careciera de alma. Es cierto que los Padres de la Iglesia la ven como una criatura funesta, la hija de Eva, la primera pecadora... pero ojalá se hubieran acordado también de que Dios trajo a su hijo al mundo por mediación de una mujer. Si era un ser tan despreciable, ¿por qué utilizarla?

Supongo que gran parte de esa misoginia viene de que la mujer, según el Génesis, no se creó a imagen y semejanza de Dios, mientras que el hombre sí. En ese caso, se ve a la mujer como un ser imperfecto derivado del hombre, un mero receptáculo para que no caiga en la sodomía o en el bestialismo. Sin embargo, si has leído El Paraíso Perdido, de Milton, te emocionaría la alegría de Adán al ver que Dios le ha dado una compañera como él, su igual, para que no esté solo.

Supongo que la mujer estaba relacionada con el pecado por culpa de Eva y su transgresión con la manzana. Sin embargo, podríamos pensar que Eva comió la manzana porque quería saber lo que sabía Dios, comprender sus misterios, acercarse a su Luz y conocimientos... mientras que Adán sólo comió porque Eva le ofreció la manzana. O sea, por inercia, no por curiosidad científica.

En el Nombre de la Rosa también se ilustran ejemplos de la misoginia medieval. La mujer tiene tendencia a querer fornicar con el Diablo (como quiera que sea eso) y a la brujería. Adso se confiesa con Guillermo acerca de su amor por la campesina y le pregunta si la mujer es mala; la respuesta de Guillermo no deja lugar a dudas: "Desde luego, no cuento con tu experiencia. Pero encuentro difícil convencerme a mí mismo de que Dios introdujera a un ser tan malo en la Creación sin dotarlo con algunas virtudes".

La mujer estaba vista como un ser imperfecto, como una menor de edad, una débil mental que necesitaba al hombre para hacerlo todo. Algunos incluso la describen como un saco de excrementos que sólo vale la pena utilizar para la procreación. Es vanidosa, porque le gusta mirarse al espejo y alterar su rostro con maquillajes, estropeando la obra de Dios (la historia de la princesa bizantina María Argyra tiene que ver absolutamente con su "vanidad"). Su única función es servir al marido, callar en la iglesia, obedecer, rezar y mantener su pureza virginal en la medida de lo posible. Si va a tener hijos, que sea estando debidamente casada. No puede ser sacerdotisa ni predicar; en cambio, Jesucristo aceptaba a las mujeres, eran sus amigas, les enseñaba igual que a los hombres y las instaba a predicar también. Fue una mujer quien le dio a luz, y una mujer quien le vio resucitar. Las mujeres estuvieron con él en sus últimos momentos al pie de la cruz, mientras que sus propios Apóstoles se escondieron, llenos de miedo.

Y podría seguir, aunque ahora mismo no tengo aquí los ejemplos que quería citarte por si te interesa el tema. Pero me parece patético que en tiempos actuales se siga viendo a estos hombres como santos, y que haya personas que les recen, sin saber que a lo mejor están arremetiendo contra ellas por sus creencias.

Estelwen Ancálimë dijo...

Gracias por tu comentario, Laura :-)
La verdad es que si hubieras nacido en la Edad Media dudo que hubieses sido atea, más que nada porque habrías estado inmensa en una cultura muy diferente, sin la mayoría de la información a la que tienes acceso ahora, y tu forma de pensar también habría sido muy diferente. De todos modos, supongo que con callarte tu ateísmo para ti y no pregonarlo en la plaza del pueblo te habrías librado de la hoguera. Ojos que no ven... ;-P

Como este tema me interesa bastante, hace un tiempo hice un par de entrada sobre el asunto del sexo, la misoginia y el cristianismo (tienes los enlaces en los comentarios de esta entrada, por si te interesa). Y realmente el asunto es mucho más complejo y viene de mucho más allá que el Génesis. De hecho, el Génesis no es más que el reflejo de una mentalidad que ya imperaba en la época en la que se escribió; el patriarcado viene de muy, muy atrás, y hunde sus raíces en culturas pre judeo-cristianas.

Lo de que en los siglos VI y VIII la mujer podía administrar sus propiedades y negociar su dote es muy relativo; todo depende de la zona geográfica a la que ye estés refiriendo. No era lo mismo vivir en centroeuropa que en Constantinopla, por ejemplo. En el Imperio Bizantino las leyes daban bastante libertad a la mujer, pero en las zonas controladas por los godos y los visigodos, por ejemplo, la cosa estaba mucho más chunga. Según tengo constancia, Bizancio y el antiguo Egipto eran las dos únicas sociedades antiguas donde la mujer gozaba de relativa libertad y derechos sociales, seguidos (a cierta distancia) por el Imperio Romano. Fuera de ahí, y aparte de ciudades-estado como Venecia, de fuerte influencia bizantina... poco o nada, la verdad.

Laura Niphredil dijo...

Pues es verdad... No creo que pudiera ser atea en el medievo. Pedro Abelardo era uno de los mayores sabios de su época y dijo textualmente "No quiero ser Aristóteles si para ello tengo que renunciar a Cristo". Pero que daría mucha guerra, eso seguro!!! XD

Lo de las mujeres administradoras, me refiero a las mujeres del
ámbito centroeuropeo, y más concretamente en la Península Ibérica. Cuando estudiaba Historia, vimos documentación sobre el derecho visigodo y, con algunas salvedades, la mujer recibía la dote de su marido, consistente en esclavos y propiedades, y podía administrarla como quisiera ella. Eso sí, destaco que esa fase no duró mucho. Dentro de poco colgaré en mi blog una entrada sobre la mujer en la Edad Media, con más datos e información, por si quieres echarle un ojo.

Nos leemos!

Estelwen Ancálimë dijo...

¡Me gustaría muchísimo leerlo! Siempre intento aprender lo máximo posible del verdadero papel de la mujer a lo largo e la Historia, y si puedo encontrar un artículo que señale e incluso cite fuentes, es un gustazo. ¡Avísame cuando lo publiques! :-)

Laura Niphredil dijo...

Pues ya lo tengo colgado!! Pásate cuando quieras y deja tu opinión o comentarios, que serán bien recibidos. El nombre del artículo es "Vagando por la Historia: La mujer en la Edad Media". Prometo escribir sobre otros temas históricos, y acepto sugerencias.

Besos!!

Sopho dijo...

Um, esas palabras de San Pablo siempre me han hecho dudar. Según algunos se trata de interpolaciones tardías, pues el mismo Pablo reconoce la existencia de mujeres profetisas. Y en cualquier caso, tenemos sus cartas en las que nos informa de mujeres de gran poder e incluso de una Apóstol, Junia (que luego tradujeron por Junius, pero esta traducción parece ser inexacta pues era considerada mujer por algunos padres de la Iglesia que sí dominaban el griego. Incluso Juan Crisóstomo tuvo que reconocer que debió haber sido una mujer realmente sabia para haber sido nombrada apóstol). También Priscila intervino junto a su marido en la formación cristiana de un hombre muy culto de acuerdo con Pablo y de muchas mujeres, algunas matronas y trabajadoras como Lidia, que sin duda desempeñaban un gran papel en la iglesia primitiva.

Me sorprende mucho lo que dicen algunos de esos Santos, aunque hay otros que no compartían la misma opinión (no sé si fue Clemente de Alejandría o Orígenes los que dijeron que los cristianos trataban a sus mujeres no como a esposas, sino como a hermanas (en el sentido de plena igualdad). San Pablo dice en sus cartas que "en Cristo no hay hombre ni mujer" y que el cuerpo del hombre no pertenece a él sino a la mujer, y viceversa, unas ideas ciertamente revolucionarias en el mundo romano, donde la mujer no gozaba de tantos derechos como la gente piensa. Hay escritores romanos que criticaron a los cristianos por sus ágapes (comidas cristianas) porque se juntaban hombres y mujeres a comer juntos y recuerdo leer un escrito de un oficial romano que detuvo a dos mujeres cristianas que gozaban de autoridad en la Iglesia (algo que no contemplaba el derecho romano).

Sopho dijo...

He encontrado el texto de Clemente de Alexandría (150 d.c) sobre los dones de las mujeres. Eso sí, está en inglés. "“Let us recognize, too, that both men and women practice the same sort of virtue. Surely, if there is but one God for both, then there is but one Educator for both.”