sábado, 14 de noviembre de 2015

Yihad, Islam y terrorismo: ¿por qué?


No creo poder expresar con palabras lo que siento, lo que todos sentimos, ante lo que está haciendo el Estado Islámico. Y no hablo sólo de la salvajada que han perpetrado en París (en la que, según las áultimas noticias, ha muerto al menos un ciudadano español); a día de hoy, sumando los brutales atentados del 13-N a lo que han hecho en Turquía, Líbano y Egipto, sumamos la escalofriante cifra de 600 muertos en sólo un mes a manos del Estado Islámico. Si nos ponemos a sumar todos los atentados yihaidistas que ha habido hasta la fecha (eso sin contar las guerras propiamente dichas)... hagan ustedes los cálculos. Y horrorícense.
Hablando de este tema con Tindomion, hemos llegado a una serie de conclusiones que, la verdad, nos ha nacido poner por escrito porque creo que son verdades como puños acerca del Islam y el yihadismo que muchas personas se empeñan en ignorar, debido sobre todo a una mezcla de la incultura creciente en estos tiempos con la idiotez contumaz del partidismo. Así que hoy toca post conjunto, como podría decirse, porque en situaciones como esta no podemos quedarnos callados.

-La inmensa mayoría de los inmigrantes musulmanes que intentan llegar a Europa, especialmente los que vienen de Oriente Medio, lo hacen huyendo precisamente de los fundamentalistas islámicos. Eso significa que el 99% de ellos no son radicales fanáticos, aunque muchos sean conservadores y tradicionalistas con sus costumbres y creencias. No deben pagar justos por pecadores y no se debe meter en el mismo saco a yihadistas y musulmanes. Por tanto, el tema de los inmigrantes debe ser tratado con sentido común.

-El Islam no es una religión de paz, pues tiene un credo proselitista que acepta o incluso fomenta la violencia hacia los infieles (algunas de las 114 suras del Corán contienen aleyas que incitan a la violencia o la justifican), pues es el deber de todo buen musulmán extender su fe por medio de la palabra o de la espada. Pero tampoco es una religión maligna ni odiosa, pues su fundación se produjo en la alta Edad Media (una época en la que era corriente el empleo de la violencia para solventar cualquier conflicto, ya fuera político o religioso) y por tanto es producto de su tiempo. No obstante, el mensaje agresivo original ha sido tamizado por las distintas culturas en las que se ha extendido el Islam (sirios, egipcios, persas, hispanos, indios, etc) hasta llegar a crear una civilización que fue más progresista que el Cristianismo durante la baja Edad Media, con unos pilares fundamentales que son tan protosocialistas como el admirable paleocristianismo.

-Como hemos dicho, el Islam perdió buena parte de su agresividad gracias a las culturas en las que se integró (por tanto, son los propios musulmanes los que dan moderación al Islam cuando el fanatismo no enturbia su entendimiento... por ello, no puede juzgarse colectivamente). Esto permitió que tuviera una edad de oro entre los siglos X-XIII de gran esplendor cultural que, salvo algunos momentos en los que surgían movimientos fundamentalistas (bereberes y turcos principalmente), gozó de bastante tolerancia hacia los "pueblos del libro" (cristianos, judíos y mazdeístas). El problema es que, con el resurgir durante la crisis mundial del siglo XIV de los fundamentalistas (es decir, los que predican la vuelta a los principios fundamentales del Islam), los musulmanes se estancaron mientras que los cristianos occidentales tuvimos un Renacimiento y luego (como reacción a las guerras religiosas de los siglos XVI-XVII que colmaron nuestra paciencia) una Ilustración. Y es precisamente ésto, la ausencia de una Ilustración, lo que ha dejado al Islam anclado en la Edad Media aunque sus seguidores usen móviles, vean la televisión y viajen en automóviles.

-Las crisis siempre son caldo de cultivo para los extremismos. Y el mundo islámico lleva en crisis desde el siglo XIV, con el único momento de esplendor que propició el Imperio Otomano (que, sin embargo, aceptaba y promovía muchas tesis fundamentalistas) que llegó a su fin en 1919 tras dos siglos de creciente decadencia (precisamente los turcos, tan integristas durante mucho tiempo, fueron capaces de reaccionar bajo el liderazgo de Mustafá Kemal y lograron evolucionar con la formación de Turquía). El resto del mundo islámico apenas progresó hasta que los avances de Occidente llegaron hasta ellos. Precisamente, con las sucesivas crisis regionales que han sufrido los musulmanes a lo largo de los siglos XIX y XX, junto a la humillación del colonialismo, ha sido cómo se han ido fraguando los distintos fundamentalismos contemporáneos que han llevado a muchísimos musulmanes a radicalizarse. Azuzados por la vergüenza de su decadencia, su pérdida de la hegemonía frente a los infieles de Occidente que han desarrollado una civilización mejor que la suya, la envidia a no tener lo que tienen los judeocristianos gracias a su progreso científico y filosófico, la indignación por haber sido colonizados y luego usados como peones en la Guerra Fría, y la infamia de sus gobiernos dictatoriales sostenidos por los intereses económicos occidentales (aunque algunos de ellos son teocracias al más puro estilo islamista, como los casos Saudí e Iraní, regímenes ideales desde la perspectiva más integrista), han surgido los actuales fundamentalismos que odian a Occidente con envidia y rencor. Fundamentalismos que han calado hondo en una juventud desesperada por la miseria inherente de su mundo decadente del mismo modo que los extremismos políticos lo hicieron en Europa en los años 30.

-Aunque parte de la miseria que les desespera y enfurece es causada por los intereses económicos (al igual que sucede en todo el mundo, incluidos los países occidentales dónde también hay miseria por esos mismos intereses... por lo que es algo coyuntural a todo el mundo y no sólo a los musulmanes), una buena parte de la misma viene de su estancamiento como civilización. Como señaló una licenciada árabe que vive en EEUU durante un debate en Al-Jazeera con un clérigo musulmán saudí, la ventaja de Occidente para ostentar la hegemonía mundial es que "los occidentales son gente de muchos libros, no como los musulmanes que son gente de un único libro". Y seguidamente, esa mujer habló de cómo la mayor parte de los Premios Nobel de ciencias son judíos cuando no otros occidentales (cristianos o ateos), de cómo todos los manuales técnicos que se emplean son occidentales o japoneses (pero ninguno de un autor musulmán, en referencia a perteneciente a un país islámico), de cómo hombres y mujeres son libres como personas para disfrutar de sus vidas sin que ninguna ley religiosa les imponga nada bajo pena de ser castigados (incluso de no creer en Dios, algo aberrante para un musulmán), etc. Y luego, apostilló que el Islam había renunciado a la ciencia (dónde tenía hegemonía en la Edad Media) por centrar su mensaje sólo en la fe y en la recuperación de las trasnochadas tradiciones.

- Así pues, es un conjunto de circunstancias las que han motivado la aparición de los fundamentalismos islámicos que tanto daño han hecho al mundo (sobre todo, al propio mundo musulmán) y que han auspiciado el desarrollo de monstruos como el Daesh, paradigma de la brutalidad sanguinaria y culminación de los radicalismos religiosos que se han nutrido de la desesperanza y la envidia. Decir que los atentados de París son culpa de la OTAN, EEUU o Israel es tan estúpido como decir que la culpa es del Islam en general y que los musulmanes deben ser exterminados o por lo menos aniquilados como civilización. El Daesh y sus crueles asesinos son el equivalente musulmán al nazismo y al comunismo que surgió en Occidente y azotó (y sigue azotando el segundo) al mundo causando millones de víctimas inocentes. Y el nazismo y el comunismo tuvieron origen en diversas circunstancias complejas que convergieron en un momento dado de la Historia, del mismo modo que ha sucedido en el Islam con el yihadismo (aunque éste tenga una larga trayectoria). Occidente superó mayoritariamente el peligro de los extremismos (aunque aún quedan remanentes de uno y otro signo), su deber es servir de ejemplo para que el mundo musulmán supere la aberración que lo subyuga desde dentro en forma de fundamentalismo y que se ha manifestado desde hace décadas por medio del terrorismo (el arma del cobarde homicida). El Daesh debe ser aniquilado como lo fue la Alemania Nazi, pero del mismo modo no se debe castigar a los musulmanes más allá de la responsabilidad que tuvieron (por ejemplo) los alemanes en su particular infierno.

Francia, Israel, EEUU, Rusia, China, Irán, Marruecos, Cuba, Indonesia o Arabia Saudí tendrán sus intereses sucios y ocultos que perjudiquen a otras partes del mundo. Pero esos intereses no son promovidos por el PUEBLO de ninguna de esas naciones: la gente corriente, que vive para trabajar y disfrutar durante el breve tiempo que existimos en éste mundo, no es culpable de lo que haga un gobierno a espaldas de su pueblo. Por tanto, NADA justifica que se mate a la gente inocente por ningún motivo. El terrorismo nunca es un medio para ningún fin. No importa qué ideales o creencias defienda.

19 comentarios:

Anónimo dijo...

Completamente de acuerdo con todo lo que has dicho. Sigamos soñando con un mundo en que todas las diferentes creencias y opiniones sean respetadas, y luchando (pero sin rebajarnos a su nivel de masacrar inocentes) para que puedan verlo nuestros descendientes.

Laura Niphredil dijo...

El reciente atentado en París ha abierto de nuevo el debate sobre el terrorismo yihadista, tema que nunca terminará mientras esos asesinos sanguinarios sigan existiendo.

Pero no estoy de acuerdo con la creencia de que el Islam no es una religión de paz, y explico por qué. Si echamos un vistazo al Corán, veremos que hay muchas suras que hablan contra el infiel, siendo este el que no toma a Alá como dios único y verdadero. Sin embargo el Corán, como sucede con la Biblia, no puede ser tomado literalmente, sino que tiene que ser sometido a interpretación. No son unas normas que haya que seguir a rajatabla, sino una guía para mejorar la relación de los creyentes con Dios/Alá.

Hoy por hoy, el Islam está considerado una religión de paz. El Islam no permite la coacción en la difusión de su propio mensaje. Así pues, el terrorismo no es compatible con las enseñanzas islámicas. De hecho, una de las principales enseñanzas del Islam (y que Mahoma enseñaba) es que a menos que el hombre aprenda a vivir en paz consigo mismo y con su prójimo, no podrá vivir en paz con su Dios. Por lo tanto, los terroristas no están llevando a cabo la misión de Alá, como ellos aseguran. Están utilizando el nombre de Alá por puro fanatismo, porque son personas con deseo de matar para imponer su voluntad. Pero eso no es Islam.

En todo lo demás, completamente de acuerdo.

Estelwen Ancálimë dijo...

El tema de la Yihad está ahí y es absurdo negarlo. Pero la rama moderada y progresista del Islam resuelve la cuestión interpretando que la guerra santa en realidad es una lucha interior contra nuestro lado oscuro, que todos los fieles deben luchar contra sí mismos para auto imponerse la virtud. El problema es quien interpreta el Corán al pie de la letra y por la vía ultra ortodoxa.

Malena dijo...

Estoy de acuerdo con Laura de Noves que apartando el concepto de yihad, el Islam puede ser una religión positiva. Y Estelwen lo pruebas con esa otra interpretación de la yihad como una lucha interna del individuo contra sus pasiones oscuras. Lo que me preocupa es que despues de medio siglo de terrorismo, todavía vemos al mundo islámico como un bloque sin reparar en lo fragmentado que esta. Por eso aplaudimos a facciones que resurgen para derribar tiranías cuando los nuevos son peores que los anteriores. Ahi el caso de Irán. Lo único que el mundo musulmán tiene en comun es la sensacion de que han sido traicionados por Occidente y que siempre verán al Primer Mundo con desconfianza

Estelwen Ancálimë dijo...

Ojo, que la ecuación Islam ≠ yihaidismo, no significa tampoco Islam = bueno. El Islam actual, incluso el que es pacífico en cuanto al concepto de yihad, tiene mucho, mucho, mucho camino por recorrer antes de hacerse aceptable para los estándares actuales.
Estamos hablando de una religión con millones de fieles que la toman como base para justificar la pena de muerte, de azotes o de prisión contra las mujeres que tienen sexo fuera del matrimonio, los homosexuales, los no creyentes en el Islam que viven en un país islámico o que se convierten a otras religiones. En países más extremistas, se usa incluso para legitimar matrimonios de niñas menores con hombres adultos, la violencia doméstica, y para impedir que las mujeres estudien, conduzcan o salgan de casa sin vestir un atuendo determinado. Incluso se usa para legitimar la ablación genital, aunque esta práctica no está recogida en el Corán porque tiene su origen en la tradición animista africana.
No os engañéis; mientras el Islam siga moral y filosóficamente anclado en la Edad Media, nunca va a progresar, y mientras no progrese seguirá en crisis, y los fanatismos se seguirán sucediendo. Que esos fanatismos deriven en yihaidismo sólo será cuestión de tiempo. Aunque el Islam en general NO sea igual a yihaidismo, y la mayoría de sus fieles rechacen esta interpretación extrema, es el caldo de cultivo ideal para que el yihaidismo florezca mientras no tenga, como ya hemos comentado en el artículo, una Ilustración como la tuvo la cultura judeocristiana.
Hoy por hoy, el Islam tiene el potencial de ser una religión positiva, pero tal y como están las cosas, por desgracia, los musulmanes que desarrollan esre potencial son muy pocos, y casi todos viven en Occidente.

Malena dijo...

Me ha chocado en estos días leer mensajes en castellano en diversas redes sociales “excusando” este atentado. Entre ellos están los memos de siempre: los anti Usa y anti-Israel, los que creen en conspiraciones, ect. Pero muy desagradable es ver en acción a la agenda atea más extremista, ósea los que pregonan que “si no existieran las religiones, esto no pasaría”.
Es por eso que soy cautelosa al culpar al Islam. El problema es mas profundo que el oportunismo de los Hermanos Musulmanes y los facciosos que los acolitan. Que no se crea que favorezco a los musulmanes. Como judía, mujer, habladora (y activa sexualmente sin tener marido) soy víctima potencial del radicalismo islámico, pero la religión es solo un tentáculo del pulpo terrorista. Otros tentáculos son nacionalismos, motivos económicos e ideologías. Hay que pensar que Al-Fatah y la OLP (hasta hoy) eran /son de izquierda, que Hezbollah a veces tiene tendencias fascistas.
Es cierto que el Islam ampara lecturas aberrantes de los textos sagrados, pero muchas de las prácticas que mencionas existen fuera del Islam. La ablación nació en África antes de la Héjira y se sigue practicando en países africanos no-musulmanes (incluso en la Etiopia cristiana). Hay islas caribeñas y de la polinesia donde la homosexualidad es ilegal, cuando es legal en países musulmanes como Turquía, Jordania y el Líbano.
Yo con el Islam me mareo porque es una cacofonía de voces. Que si los chiitas, que si los suníes, ahora me entero que la rabia con Assad y su elite no es que sean tiranos nepotistas sino que son alawites (o como se llamen en castellano).Pero las veces que países del Cercano Oriente han intentado progresar hacia gobiernos semi-seglares les ha ido como en feria (ej. El Irán del Shah y me temo que Turquía va hacia allá también) y son las minorías descontentas con determinados regímenes las que sirven de caldo de cultivo para el radicalismo islámico.

Amiga Querida, yo creo que todas las religiones pasan a ser "malas" si se las interpreta sin humanidad ni sentido común, pro si aun en el Occidente ilustrado son escasas esas virtudes ¿qué se pude esperar de un mundo que no tiene opciones?

nerimane dijo...

Ufffff este es un tema tan amplio y complicado...

Entre los blogueros que sigo hay fervientes antiislamistas. Entre ellos y mi habitual pesimismo, mi visión del tema no es muy promusulmana.

A cuantos musulmanes conoces? Yo a varios. Varios de mis familiares se han convertido y otras se lo pensaron. Hasta mi madre me sugirió que me convirtiera para casarme con una mora (no me ve muchas posibilidades de encontrar pareja).
Hay gente de todo tipo. Conozco a auténticos sinverguenzas, pero no estoy seguro de si conozco a alguno modélico. No sé si conozco a algun moro que no haya intentado aprovecharse de, o someter a su pareja occidental.
Por cierto, cuanto mas pobres, mas ignoran el contacto con la sociedad que los acoge (si esta no es musulmana) de acuerdo con mi experiencia.

-Sí, la mayoría de los que vienen no son fundamentalistas. ¿Que serán sus hijos? Una parte de ellos sin duda tenderá al fundamentalismo. Y parece muy cierto eso que dicen que cuanto mayor es el % de musulmanes de un país, mas intolerantes son, al menos en la actualidad. Mala cosa teniendo en cuenta que la pobreza suele aumentar la tasa de natalidad.

-Cierto, los fundamentalismos islámicos suelen venir de zonas áridas. Y ahora mismo Arabia tiene muho poder gracias al petróleo, lo que les permite difundir su versión rigorista del Islam. Gran parte de los medios musulmanes están financiados por los árabes. Por eso las energías renovables me parecen uno de los grandes medios para combatir el extremismo islámico.

Por cierto, en el otro blog te he dado la vara con Dune. Dune salió en 1962, 2 años después de la fundación de la OPEP.
En la novela, el prota une a las tribus de Arrakis, el planeta desértico que produce la droga cuyo comercio controla la economía de la galaxia. Controlando el planeta controló la droga, así se hizo con el poder del imperio.
La alegoría tiene toda la pinta de ser intencionada. Muchos opinan que la crisis de petróleo fué el comienzo de la crisis de Occidente y el actual auge islámico.

A mí me da miedo de los musulmanes que están ahora en una fase expansiva. Ahora son orgullosos, dinámicos, quieren expandirse e imponerse. Ya ven lo que hizo Europa con el mundo en su propia fase arrogante y expansiva. Al menos los musulmanes no son tan racistas como los eropeos de entonces.
Además, los musulmanes son como lapas, una vez llegados a un sitio, es casi imposible echarlos, ahí suelen permanecer y suelen acabar adueñándose del cotarro y convirtiéndose en casi toda la población.
Cuantos habitantes de minorías religiosas hay actualmetne en países musulmanes?
El intento de Occidente de asimilarlos me parece un experimento muy interesante y con mucho potencial, ciertamente los musulmanes son menos radicales en climas suaves, pero la historia no habla muy bien de sus posibilidades de éxito.

Ey, sobre lo que dice esa autora de que en Occidnete son de muchos libros y que qui tenemos la primacía cintífica... Ya se sabe que creatividad y estrechez de miras y comportamiento no van muy de la mano. Quizá su manera cuadriculada de ver las cosas no les ayuda a tener nuevas ideas.

Estelwen Ancálimë dijo...

Conozco a dos familias musulmanas, ninguna de ellas son amigos cercanos. Una de ellas, de origen marroquí, está perfectamente integrada (ya llevan muchos años en España), todos van vestidos de occidentales, y tanto la mujer como la hija sin velo y con estudios. Vamos, como cualquier familia normal pero de aspecto árabe y acento extranjero.
La otra familia son muy simpáticos y la señora y sus hijos son muy amables conmigo con mi nena cuando nos encontramos; con el resto de vecinos son por el estilo. Sin embargo, aunque el hombre va de occidental, la mujer va vestida de mora, con hiyab y ropa musulmana, y no trabaja, dedica todo su tiempo a cuidar de los tres niños. Respecto a los niños, son dos críos y una niña, y dado que aún es pequeña no sé si la dejarán ir a la occidental o la vestirán como la madre en cuanto tenga la regla.
Si se trata de musulmanes que no conozca de mi día a día sino del trabajo, ahí sí que he visto auténticas aberraciones, desde mujeres con chador a las que sólo se les ven los ojos a moros malolientes (literalmente, su olor me daba ganas de vomitar) que pegaban a la mujer y apenas sabían hablar español.
No sé qué conclusiones se pueden sacar de esto.

Malena dijo...

Anoche iba a responderte cuando pasó un incidente que, además de dejarme “p’adentro” como decimos en Chile, me cambió la perspectiva de lo que estaba escribiendo. Yendo por partes, te iba a decir que yo no conozco ese rostro del colectivo islámico que describes y que es EL ROSTRO que se conoce en Europa hoy en día y que lamentablente es el nido donde empollan a futuros terroristas.
Aun así, yo he vivido medio siglo rodeada de gente de origen árabe o nacida en el Cercano Oriente. La comunidad árabe en Chile ya tiene un siglo de vida. Originalmente estuvo compuesta por palestinos, luego tuvo un fuerte influjo de inmigrantes sirios y libaneses. Como era gente de bien, trabajadora y productiva, pronto se integró a la sociedad chilena y hoy los encuentras en todos los campos y ámbitos. Originalmente, los palestinos eran cristianos, pero los que los siguieron eran musulmanes. Lo curioso es que aunque hay chiitas y suníes, y desde siempre han existido escuelas y cementerios musulmanes, la primera mezquita fue construida en 1990, la segunda en 19999 y la ultima, la de Coquimbo, en el 2007. Y de ahí surgen dos postulados: que los musulmanes chilenos no eran tan religiosos, y que la construcción de mezquitas coincide con un auge en el fundamentalismo islámico.
Yo crecí con gente de origen “turco”, como se dice en Chile, y eran como todo el mundo. Jamás vi un velo ni ninguna otra prenda distintiva para ninguno de los sexos. Hasta la Guerra de Yom Kippur, la comunidad árabe y la judía fueron súper unidas. Un ejemplo es nuestro campeón olímpico de tenis, Nicolás Massu, hijo de libanes y judía. En este siglo ha habido otra invasión del Cercano Oriente una que trae mujeres veladas y niñas que van a las escuelas con nikab y se niegan a quitárselo. Esa invasión es promovida por parlamentarios de antiguas familias inmigrantes que creíamos totalmente integradas a la sociedad chilena. Aun peor, esos mismos parlamentarios fomentan el nuevo antisemitismo que aflora en Chile, mal disfrazado de anti sionismo y ya es un secreto a voces (aunque no sea oficial) que hay células de Hezbollah en territorio chileno. Ahí se ve la evolución o lo contrario. Ahí te preguntas si es posible integrar realmente a una comunidad. (sigo en otro comentario)

Malena dijo...


Por otro lado, hace 18 años que salí de USA. Viví en Nueva York 23 años y JAMAS vi a ninguna mujer con la cabeza o cara tapada. Al menos ninguna árabe, y viví rodeada de musulmanas, tanto en la Escuela de las Naciones Unidas como en mi barrio de Parqway Village, que originalmente había sido creado para que lo habitara el personal de la ONU. En la UNIS conocí egipcios, jordanos, persas, pakistaníes, musulmanes de Brunei, Indonesia y Nigeria. Estuve enamorada de un afgano, casi salgo con un turco de Estambul. Pero jamás vi a ninguna estudiante o maestra en burka ni con la cabeza cubierta. En la Unís vi trajes típicos de Pakistán, saris hindúes, kimonos y vestimentas típicas africanas, pero nunca chadors ni hiyabs. Es cierto que los estudiantes fueran hijos de funcionarios o diplomáticos, eran una elite, y gran parte del radicalismo islámico es contrario a las elites a las que acusan de ser una clase opresora, impía y blasfema en su empeñó de ser “moderna”.
Lo irónico es que mis amigos (y no tan amigos) de este colectivo eran nacionalistas y militantes. Todos eran anti-Israel, pero no eran antisemitas. No usaban velos ni chilabas, pero hombres y mujeres se envolvían kuffiyas a cuadro s alrededor del cuello como símbolo de adhesión la causa palestina, En esos días del radical chic, la mayoría eran de izquierda y creían que las revoluciones laicas y socialistas eran la única salvación para el Cercano Oriente. Pero esta gente también apoyaba al terrorismo de entonces. Un terrorismo seglar, pero igualmente letal. Las nuevas generaciones creen que el terrorismo islámico nació con Las Torres Gemelas. Nunca han oído hablar de Múnich, o Entebbe, ni siquiera del bombardeo de la AMIA. La diferencia es que el tema “Yihad” no era parte de la ecuación terrorista de entonces.
De entre esa gente yo hice una estrecha amistad con una niña siria a la que llamaré M. Ella iba a la UNIS y vivía cerca de mi casa, por lo que pasábamos visitándonos. Su madre era alemana y su educación era bastante moderna. Fuimos muy amigas hasta que fui a la escuela judía. Ahí nos separamos, pero retomamos nuestra amistad en la universidad. ´
M. siempre estuvo luchando entre dos mundos lo que le causó muchos problemas. Eventualmente se casó con un médico libanes, hijo de amigos de los padres (un matrimonio semi arreglado) y se fue a vivir a Baltimore. Perdimos contacto. Anoche cuando escribía esto, se me ocurrió buscarla y encontré bastante sobre ella en la red. ES siquiatra, vive en Florida, está separada y parece llevar una vida desligada del mundo islámico, pero entre su lista de amigos de Facebook, encontré una niña que se llamaba igual. Una breve investigación me dio a entender que era su sobrina, pero lo que me sorprendió fue que la nueva “M”, que vive en Alemania con los parientes de su abuela, en todas las fotos salía tapada de la cabeza a los pies. Eso me chocó, es como que todo lo que avanzó M, todos sus intentos para ser parte de una sociedad progresista desaparecieran ante una nueva generación que solo ve un futuro para su cultura en volver al pasado. Y eso me puso muy triste.

Estelwen Ancálimë dijo...

Es curioso. Ahora me viene a la cabeza que los únicos musulmanes integrados que conozco, la familia esa que salvo por su acento y por la religión que profesan son en todo como otros occidentales más, son inmigrantes que llevan muchos años en España. Ninguna familia que haya inmigrado en los últimso 15 años se ha intergado de ese modo. Y sin embargo, la inmigración no para de aumentar. Diríase que cada vez tienen más ganas de vivir en Occidente pero con nulas ganas de vivir como Occidentales. Pero eso sí, como tú vayas a su país de origen, en aras del respeto y la tolerancia exigen que te adaptes a sus costumbres. En algunos países musulmanes como Arabia Saudí, Afganistán, Somalia, Irán, Yemen... está incluso prohibido profesar cualquier fe que no sea el Islam, o se somete a graves discriminaciones a aquellos que la profesan.
No hay actualmente un sólo país de mayoría musulmana en el mundo donde no se quebranten sistemática y gravemente los derechos humanos y se discrimine o se violente a los creyentes de otras religiones. ¿Pasaba eso hace 40 años?

Malena dijo...

No, es que ya no quieren integrarse. Mi Ma decía hoy “hay que cerrar las fronteras de Francia”. ¿Para qué? El peligro ya está adentro. Hay barrios musulmanes en Paris donde a toda boca están gritando “Abajo Francia”. ¿Cómo se entiende eso? Tienes a tu enemigo ahí mismo, adentro de tu casa. No se oculta, no se avergüenza. Es aberrante. Y no solo en Francia. Me cuentan de barrios musulmanes en Berlín donde ni la misma policía alemana se atreve a entrar. Cuando la gente te dice “es que vienen a invadir” uno dice “¡Qué exagerado!” Pero si lo piensas ya no suena tan descabellado.
Hace 50 años, irán era un paraíso para los occidentales y tenía una floreciente comunidad judía. Y ahora nada. Turquía desde Erdogan se esta radicalizando paulatinamente y dejando de ser un país europeo.
La pregunta es ¿Por qué no quieren integrarse? Y la respuesta es que el mundo Occidental y su cultura les parecen corruptos. Para ellos nosotros deberíamos vivir como musulmanes. Y el modo en que reclutan es ofreciéndole gente a la deriva, confusa y frustrada una oportunidad de vivir mejor, de tener poder, de subir de categoría en un mundo donde si siguen sus reglas serán felices y buenos. Mas o menos lo que los Nazis hicieron en Alemania

Fátima dijo...

Estoy bastante de acuerdo en general con el post, solo guataría hacer incapié en un tema que tú has mencionado por encima y a mí me parece fundamental: la violación del principio de no ingerencia de EEUU, Francia, Gran Bretania y, más posteriormente, Israel tras la independencia de los países de Medio Oriente de sus respectivas Metrópolis. Por intereses geopolíticos, estratégicos y económicos han estado haciendo lo que les ha dado la gana con impunidad. Si investigas un poco, te darás cuenta de que los grupos terroristas como Hamás, Hezbolá y demás surgieron para combatir la represión política de dichos países y los gobernantes que habían puesto en el poder. Y estou hablando de principios del soglo XX no del terrorismo yihadista de ahora, sino de grupos terrorista islamistas pero que tenían como objetivo liberar a sus países de la represión e ingerencia occidental, no la yihad. Es decir, la causa directas no es el Islam per se, sino una mezcla de política, interese económicos, historia y religión que de un tiempo a esta parte a degenerado en yihadiamo entendido como guerra contra todo lo que no sea como ellos creen que debería ser todo, desde el régimen político mundial hasta las capas de ropa que debe llevar una mujer. Ya más recientemente y tras la guerra del Golfo y la de Irak y Afganistán y ese brillante intento de darles a los pobres árabes reprimidos por los dictadores democracia a cañonazos, la miseria y el ansia de venganza a creado un caldo de cultivo de gente sin escrúpulos que no tiene nada que perder ni miedo a morir que va por ahí con armas de última generación de fabricación occidental y clavando cabezas en picas. Y la respuesta ha sido otra vez, viendo como funcionó en el pasado, bombardear a los terroristas llevándose por delante "daños colaterales" que crearán más dolor y ansia de vengaza, en fin, una estrategia que no aprende nada del pasado y que no tiene un plan de acabar con esos monstruos a largo plazo.
Absolutamente de acuerdo con que los que pagamos los platos rotos de nuestros dirigentes (sea pagando deudas de bancos privados con dinero público o muriendo en atentados en todo en mundo) somos los ciudadanos, cuanta impotencia joder.

Estelwen Ancálimë dijo...

A lo mejor es que el ateísmo y el relativismo generalizado es una mierda, como siempre he pensado. Ojo, no que existan personas ateas o relativistas, que eso es totalmente respetable, sino que sea una línea de pensamiento que se fomente y se aplauda desde las instituciones y los medios de comunicación, poniendo como gilipollas a los que son creyentes o tienen valores de los llamados "tradicionales". Si ni los propios europeos respetan su bagaje judeocristiano, ¿cómo lo van a respetar los de fuera? Y lo más importante, ¿acaso no se está enviando un mensaje -en cierto modo justificado- de rechazo y terror a la cultura occidental, por dar la sensación de que quien se integra en Occidente corre el peligro de volverse ateo y relativista por influencia social? Esto no es ninguna broma; la famosa activista Ayaan Irsi Ali e incluso la mujer del debate de Al Jazeera de quien hemos hablado en esta entrada, se declaran abiertamente ateas. Todos los "musulmanes" que critican el radicalismo en el Islam y reclaman apertura y modernización, no son musulmanes en realidad, porque son ateos. ¿Qué tipo de mensaje le está llevado esta situación a unas personas para las cuales la religión es un pilar capital en su vida?
Acabas de abrirme los ojos, Malena.

Malena dijo...

Es que yo estoy abriendo los ojos también, Ana, y te agradezco la oportunidad de intercambiar opiniones. Me doy cuenta, como dije en un principio, esto es mucho más complejo que acusar a una religión, porque si la religión fuera tan horrorosa, nadie querría practicarla.
Hace unos años vi un programa sobre una mujer pakistaní que se había criado en Londres. Tenía títulos universitarios, había hecho carrera, había vivido a la moderna, pero tras un viaje a su país había optado por ropa y vida de acuerdo a las tradiciones islámicas. A la pregunta de por que rechazaba su vida anterior, respondió que no se podía vivir en un mundo donde todo incitaba a comportamientos inmorales. “No puedo criar a mis hijas en ese ambiente sin darles valores para defenderse de esa presión” dijo. Y yo, en contra de mi sensatez, tuve que estar de acuerdo con ella porque son palabras que he oído cien veces de parte de gente de mi misma comunidad.
Yo he visto mujeres que han dejado atrás el infierno de las drogas y promiscuidad sexual para empezar de nuevo dentro de un judaísmo ortodoxo. Yo misma no vine a saber lo que era “autoestima” hasta que fui a la escuela judía, a los 16 años. En ese sentido, valoro la influencia religiosa.
El problema es que tu entras en ese mundo con buena fe y puedes caer en manos de gente que quiere utilizarte o controlarte malinterpretando os textos sagrados. Por ejemplo, estuve muchos años dentro de una comunidad ortodoxa “moderada”. Me retiré porque tengo otras maneras de vivir mi fe, pero conservo mucho respeto por ese modo de vida. En cambio, me exasperan ciertas corrientes ortodoxas extremas que ya parecen talibanes. Yo no tocaría ciertos sectores y barrios Haredi de Israel donde en el bus me obligaran a sentarme en la parte de atrás. Primero porque va en contra de las leyes del país, segundo porque me mareo y voy a vomitar, y tercero porque en ninguna parte de la Tora o el Talmud dice que por ser hembra yo tengo que viajar atrás como un burro.
Por último, es cierto como dice Fátima, que el problema viene de mucho atrás. Que el colonialismo tiene gran parte de culpa. Que la fragmentación del antiguo Imperio Otomano fue grotesca, ect. Y si vamos mas allá, los nacionalismos árabes nacieron como reacción a la opresión turca, no de Occidente. Pero que lo que entra en juego no es quien tiene la culpa sino el modo de tratar de remediar las cosas, de cambiar las cosas y de hacer justicia. El terrorismo no es la respuesta. El terrorismo es deleznable, inexcusable e inútil. Como la tortura solo trae males peores, pero no han sido los musulmanes los únicos en practicarlo. Ustedes en España lo vivieron con ETA.

Fátima dijo...

Estoy contigo Malena. Yo no soy creyente, pero hay maneras de practicar la religión que no tienen que ir en contra de derechos fundamentales ni coartar la libertad individual de las personas, el problema viene cuando interpretas los textos como Ley de Dios y la pones por encima de las leyes terrenales y te las pasas por el arco del triunfo, de ahí viene la importancia de lo que menciona Estelwen de que el Islam no ha vivido su Renacimiento (humanismo) ni su Ilustración desde dentro y de lo necesario que es no interpretar literalmente los textos sagrados de cualquier religión porque fueron escritos en épocas donde los derechos que menciono al principio ni existían.
Respecto al ateísmo y el relativismo, yo no veo como negativo que los medios de comunicación sean neutros y sin una línea editorial confesional, porque si fomentasen alguna religión dejarían de ser objetivos e imparciales, es más el mayor problema que tienen los medios actualmente es que pertenecen a multinacionales con ideologías políticas muy claras y eso se refleja en su modo de informar. No me parece una solución adecuada responder a su fanatismo religioso haciéndonos más religiosos porque lo que debemos defender son nuestros derechos y libertades, que es lo queellos detestan y consideran que violan sus creencias. Aunque algunos ya dicen que ese es precisamente el mayor problema de la democracia, que al haceptar muchas formas de pensar es mucho más fragil que un pensamiento único y totalitario.

Estelwen Ancálimë dijo...

La solución que propongo no es fomentar una religión en concreto desde los medios de comunicación, sino dejar de culpar a la religión de todos los males del mundo y mostrarla como una creencia estúpida y absurda propia de supersticiosos medievales que no tiene cabida en una sociedad moderna salvo de puertas de casa para adentro.
Respecto al relativismo moral, no deja de recordarme a la decadencia del imperio romano, y en el fondo es normal que frene a los musulmanes a la hora de integrarse. Si a mí, que soy una cristiana progresista criada en una democracia liberal, me da asco ver artículos de la Cosmopolitan diciendo lo molón que es el "poliamor" y páginas web como esa tan famosa que organiza affairs a los que quieren ser infieles, cómo reaccionará alguien que venga, por ejemplo, de Jordania? Normal que se cierren en banda a integrarse, vamos. Y de aferrarán a la ultraortodoxia musulmana más que nunca, no sea que el vecino piense que si Sabira la del quinto se ha quitado el velo es porque piensa empezar a tener follamigos.

Malena dijo...

Estoy de acuerdo, Fátima, en que los medios deben ser neutros, porque vivimos en una democracia que promulga libertad de cultos, pero me molesta que muchas veces esa libertad permita la ridiculización de algunas religiones solo porque sus feligreses son gente pacífica o apática. Siempre debemos recordar que Charlie Hebdo se burlaba de todas las religiones, pero los que masacraron la revista fueron musulmanes.
Tampoco apruebo ese rechazo a la fe. Por eso me es más fácil dialogar con un agnóstico que con un ateo, porque mas allá de si la religión es mala, decir que porque creo que existe una fuerza superior a los famélicos humanos sea yo una desquiciada o retrograda es…
También, Ana, (lo viví cuando llegué a Usa a los catorce años,) muchos inmigrantes encuentran refugio y protección al trauma del trasplante, encerrándose en su propia cultura, su gente, sus costumbres. Mal que mal, nuestra cacareada sociedad occidental asusta. Me asusta a mí que soy gallina vieja, no los va a asustar a ellos.
Pero estos babuinos del ISIS son otra cosa. Cuanto más leo sobre ellos más aberrantes me parecen Con razón el mundo islámico los rechaza (aparte que ellos rechazan a más de la mitad del Islam). Son peores que los talibanes y que Al Qaeda juntos. Pero en medio de tanta tragedia me ha hecho gracia leer que rechazan a Hamas por ser suníes y los acusan de apostatas ¡y les niegan el derecho de proclamar una yihad! Ósea “yo si puedo, ¡tú no!”
Me ha recordado cuando hace unos años un grupo neonazi en Alemania mandó un mensaje por Internet a un grupo neonazi que se había formado en Bolivia, diciéndolos que tenían prohibido llamarse “nazis” y usar los distintivos del Nacional Socialismo porque eran nada más que un puñado de “indios”. Entre locos se entienden.
Es cierto Fátima el pluralismo nos debilita. ¡Qué triste ¡ En esa luz ahora entiendo el esfuerzo de los Reyes Católicos, pero se pierde tanto en un mundo totalitario.

nerimane dijo...
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