martes, 1 de febrero de 2011

Mis ratitas ^^

¡Por fin tengo fotos para presentar a mis dos ratitas en sociedad! Las dos son hembras, claro, porque como tengas ratas de diferente sexo en la misma jaula van a procrear como ídem y al cabo de un año puedes pasar de dos a mil ratas, lo cual no es precisamente viable, al menos en la casa que tengo. Se llaman Esmeralda y Turquesa, están conmigo desde finales de Octubre, y son las mascotas más listas, divertidas, simpáticas y limpias que pueda uno imaginar. Aquí os las enseño, y luego os cuento cosas de ellas para que las conozcáis un poco mejor:


Esta es Esmeralda, la más atrevida y aventurera de las dos. Es la dominante, y por lo tanto es la que va delante a todas partes y la que come primero.


Esta es Turquesa, la más tímida y mimosa. Antes era muy nerviosa y asustadiza y no quería salir de la jaula, pero ahora ya ha cogido confianza y es muy juguetona.



Cosas que no sabías sobre las ratas:

-Son muy limpias, y aprenden a hacer sus necesidades sólo en el sustrato de la jaula, como los gatos. También se lamen todo el cuerpo para limpiarse, como los gatos, e incluso se echan agua del bebedero en las manos para limpiarse el hocico después de comer y para lavarse la cara y las patas.

-Al contrario de lo que se piensa, se alimentan sobre todo de vegetales. Aunque son omnívoras, su dieta debe estar compuesta principalmente de cereales, semillas, frutas y verduras, y sólo comen proteína cada 15 días como mínimo (generalmente, queso o huevo duro).

-NO son carroñeras ni les gusta la basura. Eso sólo lo comen para no morirse de hambre cuando están en la calle. En realidad, las ratas no sólo adoran la comida fresca, sino que son auténticos gourmets, muy selectivas con lo que les gusta y lo que no. También son muy delicadas del estómago, porque no pueden vomitar ni eructar, y por lo tanto no pueden comer nada flatulento, ni ácido, ni picante.

-Las ratas producen de forma natural su propia vitamina C, y por lo tanto no es conveniente que coman cítricos.

-Las ratas viven una media de dos años, aunque algunas pueden llegar a vivir tres o cuatro.

-Las ratas que hay en la calle hoy en día, así como las domésticas que tiene la gente de mascota, pertenecen al género rattus norvegicus, que llegó a Europa desde Asia en el siglo XVIII. La rata que había antes era la rata negra, del género rattus rattus, que hoy está en peligro de extinción porque quedó casi exterminada tras las epidemias de Peste Negra y fue sustituida por la rattus norvegicus, que era inmune a la enfermedad.

-La Peste Negra, en contra de lo que la gente cree, no fue transmitida por las ratas, sino por una pulga, que infectaba a las ratas de la enfermedad y cuando estas morían saltaban a otros animales, o al hombre. Por eso, matar a las ratas negras agravaba las epidemias, porque al morir la rata la pulga saltaba a buscar otros anfitriones.

-De nuevo en contra de lo que la gente cree, las ratas no son agresivas. No son depredadores, sino presas, y por lo tanto su instinto natural es el de esconderse y huir cuando se sienten amenazadas, no el de cazar o atacar (como sí es el caso de perros y gatos). Las ratas tienen más miedo de las personas que las personas de ellas, y, a no ser que esté enferma de rabia, una rata jamás morderá a un ser humano ni a ningún otro animal a no ser que se vea acorralada o atrapada por él y crea que su única salida para escapar es morder. Así que, esas historias acerca de que las ratas muerden a niños, son totalmente falsas.

-Las ratas chasquean los dientes cuando están contentas, igual que los perros mueven la cola y los gatos ronronean.



Cosas que no sabías sobre mis ratas:

-Son muy tiquismiquis con la comida, y no les gusta cualquier cosa. Por ejemplo, no son muy amigas del dulce, prefieren lo salado. También hay casos en los que sólo se comen algo si está cocinado porque crudo no les gusta (por ejemplo, la zanahoria). Además de la mezcla de semillas y cereales secos que les dos habitualmente, adoran el pan, la lechuga fresca, el queso tierno y el maíz dulce. Toleran el plátano, la pera y las uvas, pero no he conseguido que se coman ni la manzana, ni el tomate, ni el melocotón, ni el calabacín, la zanahoria cruda. A las dos princesas no les gustan.

-Son tan increíblemente listas, que son capaces de comunicarse con nosotros. Cuando quieren salir, se agarran a los barrotes de la jaula y miran con ojitos suplicantes. Cuando se ha acabado la comida, emiten un chillidito para avisar y que se la repongamos. Cuando una de ellas se quedó atrapada detrás de una puerta y no podía salir, la otra vino a buscarme y me apoyó las patitas en la rodilla y empezó a dar vueltas a mi alrededor como si fuera un perro para indicarme que la siguiera. Cuando me levanté y la seguí, echó a correr hacia donde estaba la otra, mirando hacia atrás de ver en cuando para asegurarse de que yo la seguía.

-Tienen mucho carácter. Cuando estamos un par de días fuera y volvemos a casa, están enfadadas con nosotros por habernos ido y como castigo no se quieren subir a nuestros brazos. Aunque al cabo del rato siempre acaban haciendo las paces :-)

-Ya han memorizado a qué hora se las suele sacar, y si por alguna de aquellas se nos olvida hacerlo, ya están ellas chillando y armando jaleo para que nos acordemos de que quieren salir.

-A Turquesa le encantan las cosquillitas en las orejas, y es capaz de quedarse sobada en brazos de alguien mientras se las hacemos. Esmeralda, por el contrario, prefiere que le acaricien el lomo de la cabeza a la cola.

-Su sitio favorito, después de la jaula donde viven, son los brazos y hombros de sus amos humanos y el sofá del salón. Por contra, odian el cuarto de baño, porque huele diferente al resto de la casa.

5 comentarios:

Narwen dijo...

^^ adorables! me alegré mucho de ver fotos en serio!.

Lo que no sé es que harán cuando vean a extraños. Los animales en general me respetan bastante. Sobretodos los gatos y los caballos.

Con los perros me llevo fenomenal, me pregunto que haría una rata....

Bueno, te he babeado el facebook y ahora te babearé el blog...

Mis cositas dulces y pequeñitaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas ^^

Unknown dijo...

¡Qué bonitas!!!
Hasta se me antojó tener una, pero como tengo gátos... ¡Ni soñar!

¿Cómo le haces cuando sales de viaje?

=)

Estelwen Ancálimë dijo...

Narwen: Con los extraños son como todos los animales; en general desconfiadas, pero depende del humor del que estén y del tipo de humano. Si hay mucho ruido, mucha gente, luz muy brillante, olores muy fuertes y nuevos o están en un sitio que no conocen, su reacción es ponerse nerviosas en intentar esconderse. También suelen percibir si a una persona le gustan las ratas o no. Por ejemplo, con la gente que las miraba con cara de "aj, una rata" no quieren irse, pero con Findûriel que se quedó encantada con ellas cuando vino a mi casa, sí que se fueron, hasta se le subieron encima.

Tony: Las ratitas se pueden quedar solas varios días, más o menos como un gato (una semana como máximo). Basta con dejarles bastante comida y agua. Sin embargo, si te quieres ir dies días o más de vacaciones, tienes que dejárselas a alguien, o darle a alguien las llaves del piso, para que les reponga los víveres y les limpie la jaula.
Yo personalmente las prefiero a los gatos, no sólo porque los gatos me dan alergia, sino porque las ratas no se afilan las uñas en los muebles ni llenan los sofás de pelos, y si las vigilas tampoco roen nada (o, bueno, roen sólo lo que tú les das para que roan) :-P

Findûriel dijo...

- Tienen a tita Findûs desde el primer día encandilada. Como tita Findûs adora los roedores, supo enseguida que a alguna le volvería loca que le rascaran las orejotas. Se subieron a tita Findûs desde el principio y ella las echa terriblemente de menos u.u

Estelwen Ancálimë dijo...

Creo que ellas también te echan de menos a ti. Seguro que se llevan un alegrón cuando vuelvas -)