jueves, 9 de abril de 2009

De cómo vivimos la Semana Santa

Ando por tierras oscenses, en el pueblo de mis suegros, pasando mis vacaciones de Semana Santa. Lo de "ando" es literal, porque, gracias a Dios, por fin vuelvo a poder caminar sin muletas. Al final me hicieron una resonancia magnética y averiguaron lo que tenía: desgarro parcial del tendón deltoideo, con un edema que provocaba inflamación. El traumatólogo me recetó dos anti inflamatorios bastante potentes (uno de pomada y otro en pastilla), y desde que los uso el dolor ha remitdo de forma espectacular y ya puedo andar y todo. Aún me duele un poco si ando demasiado, así que no puedo abusar, pero... en fin, algo es algo. Si no se me curara después de fiestas, tendría que volver al médico para me me infilitraran con aguja no sé qué mejunje que me quitaría la inflamación por completo, pero con lo bien que voy me parece que no me va a hacer falta ^^
He aprovechado para llevarme de viaje dos libros: La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina, de Stieg Larsson, y Cuentos de Bereth I: Encatamiento de Luna, de mi amigo Javier Ruescas. Estoy a punto de acabarme el primero y pronto empezaré el segundo, así que ya colgaré alguna crítica cuando los haya terminado.

Pero, en fin, comentaba yo que estoy aquí pasando la Semana Santa. Ayer estuve en una de las procesiones, del mismo modo que planeo ir a verlas hoy (porque mañana han anunciado lluvias y va a estar chungo). Y, mientras veía a los nazarenos desfilar, mientras escuchaba los tambores y veía desfilar las imágenes, me puse a reflexionar.
Resulta increíble que, más de 2000 años después de que Cristo fuera torturado y muriera en la cruz en Jerusalén, hoy, en España y en todo el mundo, haya tantos millones de personas desfilando o contemplando esas procesiones (participando en ellas, en cualquier caso), viviendo la Semana Santa y haciendo muestra de su devoción. Para los creyentes, Jesús es el Mesías que murió para salvarnos, para mostrarnos el camino de la redención. Para los no creyentes, Jesús es un idealista que murió defendiendo unos ideales que han calado en millones de personas de todo el mundo a lo largo de los siglos. Un personaje admirable, desde cualquier punto de vista. Y también me puse a pensar (y a darle las gracias mentalmente) a toda la gente que a lo largo de los siglos ha seguido su ejemplo y se ha sacrificado por los demás y ha dado su vida por amor, o por un mundo más justo. Me parece maravilloso que todos dediquemos estos días a recordar a Jesús y las hazañas de todos los héroes y mártires que han seguido su camino.
Sin embargo, debo confesar que hay ciertas muestras de devoción de la Semana Santa que no me gustan, y nunca me han gustado. Principalmente, son dos. La primera se da más en Castilla y la segunda más en Andalucía, pero suceden en todas partes.
-La primera son los actos de masoquismo que se viven en algunas procesiones. Considero que es un bonito gesto que en estos días hagamos algún sacrificio por los demás en memoria del que Jesús hizo por nosotros, pero con lo de "sacrificio" yo entiendo algo razonable y productivo: renunciar a parte de nuestro dinero o nuestro tiempo en beneficio de otras personas, dedicar algunos de los momentos que podríamos pasar en la playa o divirtiéndonos en rezar por la gente que lo necesita o por las almas de los que ya no están... cosas así. Lo que no me parece productivo, sino salvaje, es el sacrificio que deciden hacer algunos: esas típicas imágenes que se ven por la televisión de personas que se azotan y se sangran a sí mismas o se atan los brazos a una cruz, haciéndose daño de verdad. Y no hablemos de la forma en la que esta práctica se lleva al extremo en algunos lugares tercermundistas como San Pedro de Cutud en Filipinas, en el que hay voluntarios a los que se crucifica de verdad (con el de verdad me refiero a de verdad: con arrastre de cruz de 60 kilos, azotes varios y clavos en manos y pies incluidos... vamos, que les hacen de todo menos matarlos con la lanzada, claro). A mí eso no me parece devoción sino puro masoquismo (y, en el caso de Filipinas, una salvajada demencial propia de los sanguinarios ritos paganos aztecas, no del cristianismo).
Hay que tener siempre en cuenta dos cosas, creo yo: en primer lugar, que Dios no quiere vernos sufrir ni sentir dolor, sino vernos felices y sanos. Y, en segundo lugar, la razón por la cual Jesús sufrió y murió en la cruz. Jesucristo no se dejó prender, juzgar, humillar, torturar y crucificar porque el sufrimiento fuera signo de santidad o porque le gustara que le dieran caña, sino porque era un mal, necesario pero inevitable, que debía sufrir aunque no quisiera como precio por la salvación de todos nosotros. Jesús no deseaba sufrir y vivió el calvario a pesar de ello, no por su deseo (recordemos la frase "Padre, si quieres, aparte de mí este cáliz, pero no se haga mi voluntad sino la tuya"). Y la razón por la que lo sufrió fue precisamente para que nosotros no tuviéramos que pasar por algo semejante. Así que el hecho de que unas personas se sometan voluntariamente a torturas que no benefician a nadie es, bajo mi punto de vista, no comprender el mensaje de Jesús ni el motivo por el cual sufrió lo que sufrió.
-La segunda son los piques, en algunos casos violentos, que tienen los de una cofradía con otra. Tengo familia y conocidos en Andalucía, y según me han contado a veces es flipante la inquina que tienen, por ejemplo, los de la Hermandad de la Soledad con la Hermandad de la Dolorosa porque "mi Virgen es mejor y más santa y poderosa que la tuya" (el nombre de las dos vírgenes no es más que un ejemplo, no hablo de hermandades reales sino que he mencionado las dos primeras vírgenes que se me han pasado por la cabeza; así que, que nadie se sienta aludido, por favor).
A mí eso me deja asombrada. ¡Si Virgen María sólo hay una y siempre es la misma! ¿Qué más dará que aparezca representada con una espada en el pecho que portando la imagen de su Hijo grabada en una sábana? Sigue siendo sólo una, se la llame como se la llame. El hecho de que haya cofrades o devotos que se pelean con otros defendiendo a su Virgen o a su Cristo, demuestra que están más cerca de la idolatría que del verdadero sentimiento cristiano, porque con su actitud demuestran que el objeto de su adoración no son María o Jesús, sino las imágenes que pasean bajo palio los días de Semana Santa, del mismo modo que las tribus africanas e indias adoraban a su tótem sagrado.

Ningún cristiano debe olvidar que estas fechas no son para autolesionarse, para sufrir ni para pelear fanáticamente defendiendo una escultura, sino para disfrutar de las maravillosas procesiones que desfilan en muchos puntos de España, para descansar, y, sobre todo, para reflexionar profundamente y con agradecimiento sobre el gran sacrificio que Jesús hizo por nosotros y tratar de emularlo (ahora y todos los días) sacrificando nosotros también nuestro dinero, nuestro tiempo y nuestro egoísmo para ayudar a los demás y hacer de este mundo un lugar un poco mejor.
¡Felices fiestas a todos! :-)

7 comentarios:

Izhak dijo...

Me pone muy contento que te hayas puesto a reflexionar esas cosas, Luthien. Sobre todo si tenemos en cuenta que cada vez más gente (supuestamente creyente) se olvida del verdadero significado de la Pascua (aunque en realidad tiene que ver con la salida de los hebreos de Egipto... pero yo hablo de la conmemoración de la muerte y posterior resurrección de Jesús). Y aún así, están los que participan de esas fiestas en las que se hacen procesiones por el solo hecho de ir, sin saber la esencia del asunto.
Acá en Argentina la mayoría de la gente (casi todos "cristianos") ya ni recuerda la Pascua, sólo se acuerdan de que en Semana Santa se trabajan menos días y que el domingo se comen los huevos de chocolate que venden en los supermercados.

Eso de crucificar gente de verdad ( O_O ), lo de la autotortura y lo demás, no tenía ni idea. ¡Qué barbaridad!

Y acerca de lo de las peleas entre cofradías de vírgenes: aún yo, como protestante (que no creo en la virgen María más que como madre de Jesús) sabía que supuestamente las vírgenes son apariciones de una única María. ¿Qué es eso de enemistar hermanos en la fe por esos motivos estúpidos?

¡Feliz Pascua para todos!

Estelwen Ancálimë dijo...

Gracias por tu comentario, Izhak ^^
Lo de las crucifixiones reales no es aquí en España, sino en Filipinas. Sin embargo, me parece una burrada. Lo que sí se hace aquí que es lo de atarse y azotarse, aunque no es tan heavy, también es espeluznante. En mi opinión, los que hacen eso cometen el mismo error que los que discuten acerca de qué imagen de la Virgen es más molona: tergiversar la fe y la devoción y convertirla en un fanatismo que roza la idolatría.

Por cierto, tengo curiosidad; ¿cómo celebran la Semana Santa los protestantes? ¿Es muy distinto de las celebraciones católicas? ¿También hacéis procesiones?

Felices Pascuas para ti también, que lo pases genial ;-)

Luthien Black.

Izhak dijo...

Jaja, ya había entendido que lo de las crucifixiones era en Filipinas. Las hagan en España, en Filipinas o en la Antártida, es igual de erróneo, creo yo XD Por eso mi cara de O_O cuando lo leí, ya que no tenía ni idea. Sabía que en otros países hay costumbres raras, pero esa ni se me había cruzado por la cabeza.

Los protestantes (al menos los evangélicos) no hacemos una "celebración" especial por la Pascua. De todos modos depende mucho de la iglesia en particular. Hay algunas que hacen campañas evangelísticas en Semana Santa (o sea, salir a predicar o a cantar a la calle o a alguna plaza, hacer algún concierto, repartir panfletos...), y otras no. A decir verdad, estas campañas están más o menos distribuidas a lo largo del año (de nuevo, esto depende de cada iglesia). A veces se las hace coincidir a propósito con Pascua, pero no es una regla ni nada por el estilo.
En las campañas se supone que la iglesia participa TODA. Tampoco es obligatorio, pero queda en cada uno servir o no al Señor ;-)

No hacemos procesiones, ya que nosotros no tenemos imágenes ni estatuas de santos o de vírgenes, y en realidad tampoco de Jesús. Como bien debés saber, consideramos que tener imágenes, estatuas, reliquias, y venerarlas, es idolatría.

El domingo, en las reuniones (que vendría a ser nuestra "misa", por así decirlo) se hace lo de siempre: se canta, se ora/reza, el pastor da una palabra tomada de la Biblia (en general, en Pascua tiene que ver con el tema, obvio XD) y se toma la Santa Cena, que es comer el pan y beber el vino, tal cual mandó Jesús que lo hiciéramos.

Como ves, no tiene mucho misterio =P

En cuanto a las costumbres católicas, cuando estuve en Italia me sorprendió mucho la fiesta que se hacía en el pueblo de mis abuelos en la fecha de San Giacomo (que vendría a ser San Santiago Apóstol): sacaban a la imagen/estatua del santo del templo y lo llevaban a pasear por el campo, y luego lo estampaban contra una pared hecha especialmente para derribarla.

El año pasado vi por primera vez en mi ciudad cómo habían sacado a una virgen y había bastante gente siguiéndola. La verdad ni me había enterado que iban a hacer eso (después me enteré que ese día era el de la virgen de Itatí, y ahí caí en la cuenta).

Maku dijo...

Completamente de acuerdo con este post... es lo que yo intento transmitirles a mis catecúmenos año tras año, ¡espero que algo se les quede! XD
Solo una pequeña corrección: la Verónica no es una advocación de la virgen María, es un personaje aparte, una joven que según la tradición apareció mientras Jesús iba camino del Gólgota y le enjugó el rostro (quedando milagrosamente impresa su imagen en el paño). Una especie de Cireneo femenino, por decirlo así...
Sé que solo era un ejemplo :P pero es que da la casualidad de que en mi cofradía la Verónica es un personaje especialmente importante... y por eso estoy tan familiarizada con la historia.
Por cierto, lo que dices de Andalucía es verdad, yo soy testigo O_oU... aunque también es verdad que tampoco es que la gente se lleve a matar por ello... al final acaban todos de cervecitas en el bar de la esquina xD
De todas maneras, el absurdo de considerar que hay muchas vírgenes y muchos cristos en lugar de uno solo, en Andalucía, o al menos en Sevilla, está exacerbado, hasta el punto de que a veces me parece que en Semana Santa lo que aquí celebramos es el politeísmo popular puro y duro... en fin n_nU

Un saludo, feliz Pascua.
Maku

pd: en el anterior post, sigo en desacuerdo contigo, pero ya lo dejo por imposible... creo que jamás llegaremos a entendernos en eso.

Estelwen Ancálimë dijo...

Ok. Gracias por la puntualización de la Verónica, Maku. Voy a editarlo ^^

c dijo...

Oops, llego tarde, lo sé, pero durante la Semana Santa no he pasado por los Blogs =$
Te comento en esta entrada porque coincido totalmente contigo. De hecho, el otro día estuve debatiendo sobre ello con mi padre ^^
Aquí, en Huelva, la Semana Santa no es tan grande ni tan famosa como en otras zonas de Andalucía (Sevilla, Málaga), pero se vive igual.
Has descrito igual que yo lo que es para mí Jesús, como atea que soy, un idealista, que murió por defender sus creencias.

Ahora paso a hablarte de la segunda parte de tu actualización, la del "fanatismo". De Castilla sólo puedo decir que sé lo mismo que tú, y no me parece la forma más adecuada de demostrar tu fe...
Pero el segundo punto, el que se da aquí, en Andalucía, me toca de cerca. Aquí, hay dos hermandades, cuyas vírgenes (representaciones), siempre han estado reñidas:la Esperanza, y la Victoria. LLega hasta tal punto que una de las hermandades se tuvo que refugiar en el templo de la otra, y estuvieron a punto de dejarla fuera o_O La gente de la Esperanza dice que la Victoria es fea, menos santa, etc etc, y viceversa.
Eso es lo que menos me gusta de la Semana Santa, de Huelva, y en general ¬¬"

Un saludo!

Estelwen Ancálimë dijo...

Gracias por comentar, Cris :-)
La verdad es que eso que cuentas de Huelva ilustra perfectamente lo que yo critico en este post: que muchos de esos "devotos" en realidad no son más que idólatras, porque no adoran a la Virgen María por medio de esas imágenes, sino que adoran directamente a las imágenes, sin más. Así, no me extraña que los protestantes, como cuenta Izhak, las rechacen por decir que fomentan la idolatría (y esto no es nuevo, ¿eh? Pasó ya en el Bizancio medieval, que la gente adoraba más los iconos en concreto que aquello que representaban, y al final tuvieron lugar las guerras iconoclastas).
Pero yo tampoco es que esté a favor de prohibir o desechar esas imágenes. Lo que habría que prohibir es ese sentimiento mal entendido e mucha gente que les hace ser adoradores de una imagen en concreto, sin darse cuenta de que tanto la Esperanza, como la Victoria, como todas las demás, son sólo una única persona: María, la madre de Jesús.

Un saludo:

Luthien Black.