Una de las películas de terror de temática "satánica" que más me gusta es La bendición (a decir verdad, la única que realmente me gusta, porque las de tipo Damien o El exorcista nunca las he podido ver enteras, me dan demasiado mal rollo ^^UUU).
La película (de la que voy a soltar spoilers, ya aviso) dista mucho de ser perfecta. Hay algunos agujeros e incoherencias en la trama (los más gordos de ellos, que si el personaje de Kim Bassinger da tanto por el saco a los malos estos no se la quiten de en medio con un tiro en la cabeza, y que el malo y la madre de la niña intenten ganarse su custodia de buen rollo al principio de la película llamando así la atención sobre sí mismos, cuando si se hubiesen limitado a secuestrarla sin más la protagonista y el policía nunca hubieran sabido de qué hilo empezar a tirar ni quién podría ser el responsable), y partes del argumento son mejorables. Los efectos especiales y las interpretaciones son bastante aceptables, pero no llegan a ser sobresalientes. Aunque, eso sí, la película en sí es bastante entretenida y emocionante. Una más de intriga y terror sobrenatural, vamos, con sus cosas buenas y sus cosas malas. ¿Por qué, entonces, me gusta tanto y me parece tan especial?
En primer lugar, porque tiene algo bastante original dentro de su trama: en lugar de ser la vieja historia de siempre de "niño que encarna el mal con poderes paranormales que debe ser destruido por los buenos", la historia es justo lo opuesto, es decir "niña que encarna el bien con poderes benéficos a la que los malos intentan matar y que los buenos deben salvar". Es decir, le da la vuelta completamente a los tópicos del género. La segunda cosa que me gusta de esta película, que es lo que me llega al corazón, es la forma que tiene de tratar los milagros y las intervenciones del bien. Mientras que las actitudes de los malos satánicos y sus patrones demoníacos son bastante típicas, las de los buenos son tratadas y mostradas al espectador de una forma muy hermosa, y muy auténtica, que me encantó. El guionista de esa película podrá ser mejor o peor, pero entiende perfectamente lo que es un milagro.
Me explicaré. En la película salen dos tipos de milagros: los que hace la niña y los de "ayuda divina". Los de la niña, obviamente, son espectaculares, porque es una especie de Elegida del Bien y por lo tanto tiene poderes que recuerdan a los de Cristo (sanar heridas, curar la locura, incluso resucita a un pajarillo). Pero realmente la niña, que es muy pequeña y con un leve nivel de autismo, no es la que salva el día, sino la que debe ser salvada. Los buenos (la tía de la niña, el agente del FBI ex seminarista y el teólogo jesuita y sus ayudantes) tienen que enfrentarse contra los malvados sectarios satánicos que desean convertir al mal o destruir a la pobre niña, y dado que se enfrentan a fuerzas oscuras, obviamente las fuerzas del bien también mueven sus cartas y les ayudan, pero los milagros del Cielo para ayudarles no son como los de la niña, sino mucho más sutiles. Tenemos los siguientes ejemplos:
-El psiquiatra que aconseja a la tía de la niña al principio de la película le dice que la lleve a un colegio católico especial para niños con problemas leves de autismo. En ese colegio trabaja la monja amiga del teólogo jesuita que pondrá en contacto con él a la tía de la niña para que este la ayude.
-Cuando la tía de la niña huye con la pequeña de los malos, llega al metro justo cuando se están cerrando las puertas. Está a punto de perderlo (lo cual haría que los sectarios las atraparan) pero una amable mujer mantiene las puertas abiertas al verlas corriendo para que puedan subir en el último momento.
-Cuando la tía de la niña tiene un grave accidente de coche provocado por los malos, un transeúnte desconocido arriesga su vida para ayudarla a salir del coche antes de que este se precipite al vacío por un puente.
Como se puede ver, las intervenciones del Cielo son decisivas, pero sutiles. Realmente, un escéptico podría decir que eso no ha sido intervención alguna, que han sido casualidades, gente de bien y honrados ciudadanos que se mostraron solícitos, amables y corteses en el lugar adecuado y en el momento adecuado. Pero los que estamos viendo la película, a estas alturas, sabemos que hay algo más.
En el juego de rol Mago: La Ascensión, los magos tienen un problema: si realizan sus hechizos delante de gente que no cree en la magia, se genera una fuerza llamada Paradoja que se acumula dentro de ellos y que, si fallan un hechizo, estalla causando graves daños al mago. Para evitar la Paradoja, el manual del juego aconseja a los jugadores que hagan lo que se llama "magia coincidente": hacer que lo que los hechizos provocan parezca fruto de la casualidad, no algo abiertamente sobrenatural (por ejemplo, magia abierta es hacer que a un tipo le reviente la cabeza en plena calle, y magia coincidente sería hacer que resbalara y de un mal golpe en la cabeza se mate. Con las dos variantes del hechizo has acabado con él, pero la primera generará Paradoja y la segunda no).
Los milagros que aparecen en esta película son igual que la magia recomendada por este manual de rol: coincidentes. Decisivos pero sutiles. Inlcluso los ángeles aparecen sólo dos veces a lo largo de la película, y en ninguno de esos dos momentos le solucionan la papeleta a nadie, aunque su intervención también sea decisiva:
-Cuando el dectective del FBI se siente perdido, suplica ayuda. No recibe ayuda efectiva (no aparece un ángel con una espada dispuesto a hacerle una revelación o luchar por él), pero en ese momento el señor de la limpieza, un hombre negro de aspecto humilde, le dice que "ningún hombre bueno está solo". El policía ve en ese momento que las azucenas marchitas que hay junto a la ventana han florecido súbitamente, y cuando se gira para mirar al negro de la limpieza este ha desaparecido. El negro de la limpieza es un ángel, se entiende, pero no ha ido a resolver el caso por él, sino a darle fe, esperanza y ánimos, con lo cual consigue que el policía recupere la confianza en sí mismo y las energías para seguir adelante con el caso y resolverlo (por cierto, aunque es sólo una teoría mía, creo que el negro de la limpieza es en realidad Gabriel, ya que las azucenas blancas que reverdecen son un símbolo tradicional de este arcángel en la iconografía cristiana).
-Al final, cuando los malos están a punto de matar a la niña y a su tía, aparecen tres ángeles en el lugar del ritual. No son seres corpóreos, únicamente bolas luminosas con dos ramificaciones de luz que recuerdan vagamente a alas, y no combaten ni salvan a nadie: únicamente aterrorizan a los malos con su presencia para que estos vacilen y deslumbran al que lleva la pistola para que no pueda apuntar y disparar a la niña.
Incluso las ayudas notoriamente sobrenaturales no son un deux ex machina, sino simplemente ayudas.
Esta película, creo yo, nos trae una valiosísima enseñanza: nos muestra qué es realmente un milagro de hoy en día. Dios y sus ángeles no vienen en plan McGyver para salvar el día y hacer las cosas por nosotros, no. Dios sabe que tenemos libre albedrío y la capacidad para hacer las cosas, y quiere que seamos nosotros quienes demos el paso, quienes elijamos hacer las cosas bien. Quiere que el mérito sea todo nuestro, que seamos completamente libres e independientes. No es un Dios paternalista que va a sacarnos mágicamente de nuestros apuros como si fuera Superman. Los milagros son hechos aparentemente normales y casuales pero que, cuando los miras bien, te das cuenta de que te ha inspirado, te han salvado de un problema, te han dado fuerzas y esperanzas cuando no0 las tenías o han servido para impedir que alguien te hiciera daño.
Yo recuerdo perfectamente algunas intervenciones que mi Ángel de la Guarda ha hecho para ayudarme. La mas llamativa sucedió cuando tenía 15 años. Me bañaba en la playas de Puerto de Sagunto, y cometí la imprudencia de meterme en el agua con bandera roja (sí, era gilipollas, qué se le va a hacer). Sólo pretendía quedarme en la orilla, pero la fuerte resaca me llevó adentro sin darme cuenta: una ola más grande y fuerte de lo que pensaba me atrapó, me arrastró hacia adentro, y cuando quise darme cuenta ya no pude salir. La corriente me llevó cada vez más adentro, si nadaba no avanzaba ni un metro, y si me tumbaba para se llevada por las olas, estas eran tan grandes y violentas que en lugar de empujarme hacia la orilla me hundían en el agua. Hubiese terminado ahogada con toda seguridad si no llega a ser porque, en ese momento, un chico que hacía surf por esa zona me vio, me preguntó si podía salir, y cuando le conteste que no me dijo que me agarrara de su tabla y, con esfuerzo, nadó hasta la orilla y me sacó.
Ese chico me salvó la vida ese día. Podéis pensar que sólo fue una casualidad, pero yo digo que las casualidades no existen. Ese chico, entre todos los lugares, días y horas que podía elegir para hacer surf, eligió justo el lugar, el día y la hora en el que yo necesitaba ayuda para no ahogarme. Y creo que fue mi Ángel de la Guarda quien le inspiró y quien le trajo en mi ayuda.
Otro milagro que recuerdo fue una ocasión en la que me iba de viaje con Tindomion. En cierto momento, mientras caminábamos hacia el Metro, se detuvo y me dijo, sin razón aparente: "Mira a ver si llevas los billetes de tren". Yo estaba segura de que los había metido en el bolso, pero a pesar de todo miré. No estaban allí. Al mirar atrás, vi que unos diez pasos antes se me había caido sin darme cuenta. ¿Corazonada? ¿Casualidad? Tal vez. Pero si me preguntáis quién creo que inspiró a mi novio para que me preguntara de repente por los billetes en el momento apropiado, ya sabéis cuál va a ser mi respuesta.
Y, como esos ejemplos, se pueden dar otros mil. Mi Ángel de la Guarda no apareció revoloteando junto al mar para sacarme ni recogió los billetes del suelo para devolvérmelos, pero yo creo que fue por su intercesión por lo que tanto el chico surfista como mi novio actuaron en el lugar y momento adecuados. Y todo eso, sin pensar en la cantidad de veces que mi Ángel me habrá salvado de una buena o dado inspiración sin que yo haya sido consciente de ello, porque me ha apartado el camino que me iba a conducir al problema, no del problema en sí mismo.
Por eso, la próxima vez que estés en problemas y alguien aparezca para ayudarte en el momento justo, la próxima vez que caigas en la desesperación o la duda y un amigo inesperado aparezca dándote el ánimo y los consejos que necesitas, cada vez que casi te suceda algo malo pero por casualidad te libres de ello en el último momento... recuerda que, aunque no creas en él, hay un ser inspirado por Dios que siempre está a nuestro lado y que es el que ha dado ese empujoncito, tan sutil como efectivo, para que tu vida sea mejor y más feliz. Y recuerda también ayudar a los demás y echar una mano siempre que lo necesites, porque cada vez que superamos nuestro egoísmo y nuestro miedo y actuamos para ayudar a los demás, por pequeño que parezca el favor, es probable que estemos siendo el instrumento de Dios y de sus ángeles para hacer de este pequeño mundo un lugar mucho mejor.
4 comentarios:
Wow. Yo personalmente no creo en Dios como tal, pero sí creo en una especie de "destino", que puede ser lo que tú describes. No es un destino lineal, sino que tiene muchas ramificaciones y somos libres de elegir por cuál vamos. Pero no creo en la coincidencia :)
A mí también me han pasado cosas parecidas, no sé si han sido ángeles o simplemente algo "bueno" que me ha pasado, no lo sabría decir. Pero mola. Y lo tendré en cuenta :D
El tema de los ángeles no es el mío exactamente como ya sabes :P (en mi caso, las ayudas las atribuyo al Espíritu Santo, cosa que tampoco es tan distinta), pero coincido totalmente contigo en lo de los milagros.
Vi La Bendición hace tiempo, pero creo que no toda entera y hay detalles que no recuerdo. El del pajarito sí que lo recuerdo.
Además, me has recordado mucho otra película: Como Dios (la primera, no la de Noé). El negro haciendo limpieza XDDDD realmente es una escena clavada a Morgan Freeman haciendo de Dios en Como Dios. Y en esa película, pese a ser cómica, también se enseña muy bien qué es un milagro, cuando Dios le recrimina a Jim Carrey que lo que hace con sus poderes divinos son simplemente trucos de magia, que los verdaderos milagros son como el de aquella mujer que sola y con hijos, trabajando como puede es capaz de llegar a fin de mes para tirar adelante su familia.
Me ha encantado la entrada que has hecho =)
Como bien dices, los milagros no son efectos especiales de Holywood. Son personas, son sentimientos, son "casualidades". Muchas veces los he visto, aunque reconozco que a veces es un poco difícil verlos.
Sin embargo, confío totalmente en que cada uno tiene su ángel de la guarda particular, da igual como lo llamemos, siempre está ahí.
Me enrrollo, lo siento. Sólo quiero reiterarte una vez más que me ha encantado la entrada de hoy. Estoy de acuerdo con lo que has dicho (la película no la he visto xD ya la alquilaré).
Atte,
Sweet Shadow
Yami: Se crea en ángeles o en el destino, creo que lo fundamental del tema es saber darte cuenta de que esas cosas buenas que te pasan no te pasan "porque sí", sino porque algo o alguien (Dios, o el universo, o como quieras llamarlo) vela por tí :-)
Edu: No he visto "Como Dios", pero me han dicho que es bastante garciosa, así que la primera tarde de estas que tenga un rato muerto y me apetezca reírme la veré por inmternet (no puedo alquolarla porque han cerrado los dos videoclubs que ahbía al ladod e mi casa) y me fijaré en lo que comentas ^^
Por cierto, otra cosa que me gustó de "La bendición" es que la Elegida no es la super heroína que salva el día, sino un ser indefenso que debe ser protegido hasta que cerzca para cumplir su misión, y los héroes de la película son gente bienintencionada pero normal, sin súper poderes. En este sentido, me recuerda bastante a "Willow", que supongo que habrás visto, en la que la Elegida Elora Danan es un bebé (y ademas está el interesantísimo y paradójico tema de la profecía sobre ella... pero eso va mejor en otro post :-P)
Sweet Shadow: Gracias por tu comentario :-) Si ves la película, espero que te guste (aunque, por desgracia, esta estrada te ha destripado una parte importante del argumento ^^UUU)
Saludos:
Estelwen Ancálimë
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