lunes, 1 de junio de 2009

Nada más parecido al amor que el cristal

Hay libros que aparecen en nuestra vida de modo improvisado, como por casualidad. Pasas por un centro comercial, lo ves, está muy rebajado de precio, la portada y el resumen te llaman la atención, lo compras en un impulso momentáneo sin esperar demasiado de él... y resulta ser una verdadera joya. Eso s exactamente lo que me ha pasado con El misterio de Murano, la primera novela de la escritora Marina Fiorato.
El libro, a primera vista, me pareció la típica novela de intriga histórica, de esas que aparecen como churros por las librerías últimamente siguiendo la estela de El código DaVinci y que nunca me han llamado demasiado la atención, ya que siempre me han parecido clónicas, como hechas en serie. Por ello, suelo pasar de largo cuando las veo en las librerías (a no ser que me hablen muy bien de ellas previamente), y no hubiera escogido este libro de no ser porque:

a) estaba rebajado en el Carrefour a 6 euros en lugar de los 19 y pico que costaba habitualmente.

b) Hablaba de Venecia, que es mi ciudad preferida.

Y, la verdad, ha sido una más que agradable sorpresa. Es cierto que se cumplen algunos de los tópicos del género (bella, joven y artísticamente talentosa protagonista acompañada por un joven y atractivo investigador), pero también hay cosas nuevas. En esta novela no hay asesinatos rituales, sectas extrañas, obras de arte robadas, conspiraciones vaticanas ni manuscritos perdidos. Hay, sencillamente, una mujer destrozada por el abandono de su marido que decide romper con todo e irse a vivir a Venecia (la ciudad en la que nació y de donde que su madre inglesa se la llevó tras la muerte de su padre veneciano), para convertirse en sopladora de vidrio, un arte que siempre la ha apasionado. La historia del arte del vidrio de Murano sirve como enlace para la trama paralela del libro: la historia de Corradino Manín, único superviviente de la purga contra una familia noble caída en desgracia que acaba convirtiéndose en el mejor soplador de vidrio de la Serenissima, y cuya historia Leonora Manín (la protagonista de la actualidad) se dedica a investigar para tratar de encontrar lazos con su pasado y con la ciudad en la que ahora vive.
Los personajes son maravillosos. A Corradino y a Leonora se les pilla cariño en seguida, y pronto pasan de ser personajes literarios a rebosar vida y convertirse en viejos conocidos. Los secundarios también tienen una profundidad excelente y se hacen de querer tanto como los dos personajes principales (los únicos que son un poco flojos son Stephen y Alessandro, ex marido y nuevo amor de Leonora respectivamente, que aparecen un tanto planos, sosos y desdibujados, sin que su personalidad y sus motivaciones se comprendan muy bien). Es entrañable reconocer entre las páginas de este libro un profundo amor y una genuina descripción de Venecia y de su historia, aunque, a decir verdad no sabría decir qué porcentaje de la trama histórica es verdad y qué porcentaje es ficción, pero la parte ficticia se me asemeja más cuantiosa que la histórica. No sé si la historia de Corradino y su familia es cierta, basada en algo que sucedió de verdad, o directamente inventada (me parecen más factibles estos dos últimos extremos), pero sí he podido contemplar algunas inexactitudes, en su mayor parte dirigidas a pintar el Consejo de los Diez (la Deccia, como se llamaba) como un grupo de dictadores en la sombra sin escrúpulos y sin compasión. El gobierno de la Serenissima era duro, nadie lo duda, pero han exagerado mucho, por ejemplo, las penas de traición contra la República (en el libro, te lo ponen al estilo de la Roma clásica; cuando acusan a alguien de traición le matan a él y a toda su familia. Sin embrago, hubo casos de traidores como Marino Faliero, del cual la Historia nos cuenta que fue, efectivamente, ejecutado, pero de ningún modo se exterminó a toda su familia. Los Faliero permanecieron como nobles, eso sí, caídos en desgracia y con la prohibición de poder volver a ostentar cargos en el gobierno).
Sea como sea, y al margen de esos pecadillos, no puedo dejar de recomendar este libro, que me ha permitido saborear a lo largo de sus páginas el agradable viaje a Venecia que hice en Octubre y ha exaltado el amor que siento por esa bellísima ciudad. Os aconsejo a todos que le deis una oportunidad y le echéis un vistacillo: puede que no sea la obra maestra de la década, pero seguro que este verano os absorbe a fondo entre sus páginas :-)

1 comentario:

Rrruciela dijo...

Gracias por la recomendación n_n tomo buena nota del libro.

También tengo ya en mi poder "Los hombres que no amaban a las mujeres", que de momento ni fu ni fa. Pero espero que me dé una sorpresa n_n

Atte,

Sweet Shadow