Leo con estupor en el Mujer de Hoy (un suplemento gratuito que viene con el periódico Las Provincias) que mucha gente, harta de los bombones en forma de corazón y los ositos de peluche de San Valentín, se han organizado en una especie de movimiento en contra, llevando camisetas con angelitos acribillados a flechazos, eslóganes sarcásticos tipo "La media naranja está carísima", o incluso reuniéndose en fiestas decoradas con flores muertas y corazones negros, donde el único requisito para asistir es no tener pareja.
En primer lugar, me gustaría aclarar una cuestión acerca de San Valentín y de Cupido. Punto uno, Cupido no es un ángel. Cupido es la forma romanizada de llamar al dios griego Eros, hijo de Afrodita (hijo de Venus en la mitología romana), el cual se representada con alas, flechas y los ojos vendados para dar a entender que el amor llega de improviso, puede herir a las personas, y es ciego porque afecta a todos por igual. Así que no sé a santo de qué imprimir angelitos acribillados en las camisetas cuando Cupido no es un ángel.
Respecto a San Valentín, tampoco es un invento de los americanos como creen muchos: San Valentín fue un obispo romano que casaba a los chicos y chicas que se amaban y cuyas familias no permitían su matrimonio porque habían concertado otras uniones: uniones sin amor, pero más adecuadas para dar lustre a la familia. El obispo Valentín creía injusto obligar a casarse a personas que no se amaban separándolas del verdadero objeto de su amor, y por eso decidía casar a aquellos que se querían de verdad en secreto, sin la autorización de sus familias. Fue condenado a muerte por ello. Personalmente, es uno de mis santos favoritos.
En segundo lugar, debo decir que todos los que imprimen camisetas con eslóganes, llevan anillos de soltero y se reunen en fiestas anti-San Valentín, son todos unos amargados y unos envidiosos. Así de claro. Están amargados por no tener pareja y envidian a los que sí la tienen, y esos numeritos que montan es su forma de liberarse de su amargura. No creo ni por asomo que sea para protestar por la comercialidad y superficialidad de la fiesta, porque ellos hacen exactamente lo mismo que los que compran tartas en forma de corazón y ositos que dicen "te quiero", pero al revés: se gastan dinero en merchandaising absurdo y en tontadas mediáticas. Y su fiesta es MUCHO más comercial, porque al menos San Valentín es una figura histórica, mientras que el anti-San Valentín sólo es una forma de hacer que los amargados que no tienen pareja consuman igual que los que sí la tienen.
Dicho esto, me gustaría explicar las razones que me llevan a mí a no querer celebrar San Valentín:
-Como tradición, prefiero regalar algo a mi pareja el día 9 de Octubre, día de San Dionisio (Sant Donís en valenciano), que es el Día de los Enamorados en la Comunidad Valenciana desde la Edad Media. Hay una tradición centenaria por la cual los chicos regalan a las chicas unos mazapanes en forma de frutitas, envueltos en un bonito pañuelo de seda. Mi novio y yo compramos a medias los mazapanes y luego nos hacemos algún chorriregalo que nos haga ilusión, generalmente un libro.
-No me gusta la horterada mediática en la que se ha convertido San Valentín: para mí el amor no tiene nada que ver con bombones en forma de corazón, flores rosas y ositos de peluche, sino en demostrar el amor de forma fiel, tierna y constante los trescientos sesenta y cinco días del año. Demasiadas parejas hay que el día de San Valentín se regalan chorraditas y el resto del año discuten por tonterías, se faltan al respeto, ponen los cuernos, pasan de la otra persona y van a su bola... para los que aman, el Día de los Enamorados debería ser todos los días, no sólo el 14 de Febrero.
-Me parece que el consumismo exacerbado no es la mejor opción para honrar la memoria de San Valentín, que se jugó (y perdió) el cuello por permitir que los que se amaban de verdad pudieran casarse aunque su familia y la sociedad no lo vieran bien. El que de verdad quiera honrar el significado de la onomástica del 14 de febrero, que resuelva los conflictos que tiene con su pareja, que le diga el "perdón", el "te quiero" o el "cásate conmigo" que el orgullo o el miedo no le dejan decir. Creo que su pareja lo valorará mucho más que un pastelito rosa con forma de corazón donde pone "Tú y Yo".
¿Y vosotros? ¿Celebráis San Valentín?
3 comentarios:
Bueno, yo no lo celebro porque no tengo pareja, y personalmente tampoco me gusta en lo que se ha convertido. Como bien dices, para quien se quiere, San Valentín debe ser todos los días, ya que el mejor regalo no es material, si bien creo que es bonito por la tradición.
Pero también opino que el movimiento ese anti-San Valentín es un poco/bastante absurdo, sobre todo porque parte igualmente de la comercialidad.
En fin, yo lo celebraré con mis familiares y amigos, que son las personas que más quiero.
Pues yo sí celebro San Valentín n_n' bueno, este será el segundo año. Aunque toda esa tontería de corazoncitos y moñadas varias las dejo para las bromas y demás, porque no me va mucho ese rollo. Pero sí me gusta regalarle algo especial a esa persona especial que hace que mis días sean un poquito (bueno, reconozco que mucho) mejores. Más que nada porque no nos compramos nada por meses y eso, así que San Valentín es la excusa perfecta para hacerle un detalle y que no se sienta mal por no hacérmelo a mí (que el pobre tiene suficiente con aguantarme xDD).
De todas formas, esa moda de ahora de proclamar el anti-San Valentín es, como tú misma dices y a mi sincera opinión, una excusa para que esos amargados que no tienen pareja o no saben mantenerla se sientan "modernos", "sofisticados" y "guays". Argh. No aguanto a las personas que van así, como proclamando su modernidad, su estúpido y patético intento de sentirse mejores que el resto de las personas. Aunque coincida en diversas cosas, creo que hay otras tantas que no merecen ser cambiadas ni modificadas porque son atemporales. Es como si cogieran... mmm... Narnia y la escribieran para un "público" moderno, o para una pandilla de adolescentes hormonados. Es lo mismo, pero no lo hacen porque ni se lo plantean. Eso es lo que demuestra su superficialidad. No los aguanto.
Y bueno, respondiéndote un poco al post que me contestaste unas entradas más antiguas, te diré que me alegro mucho de que estés en el foro para opinar como lo haces. A veces me da un poco la sensación de que a cada cosa que dices, la van a analizar íntegramente y parte por parte para poder contradecirte. Por ejemplo, en el de la homosexualidad en los libros de Laura Gallego. Se podía entender perfectamente que lo de "anormal" no se refería a los gays, si no al hecho de que aparecieran en los libros. Pero lo sacaron de contexto y ea, a acribillarte. Uff, debe ser agotador tener que explicar mil veces lo que escribes.
Y ahora paso al que has dejado en mi blog: Marcada no es exactamente la historia de vampiro-que-tiene-más-años-que-Matusalén con humana-tonta-y-pava-que-necesita-atención-médica. Es bastante de, por decirlo así, aventura. Narra la historia de Zoey como iniciada vampira, pero como vampira guay, claro. Y paralelo a eso tenemos la historia de amor más cutre con otro iniciado (éste más mayor, casi un vampiro adulto). Y todo esto sucede en una escuela para vampiros bastante colegio-ideal-mega-pijo. Así que no necesitas más para hacerte una idea. Le falta mucha más descripción, creo yo, y no vendría mal algo más realista y menos serie tipo Física y Química.
No sé por qué, mis posts aquí son kilométricos xDD espero que no te canses de leer. Ah, y gracias por poner la historia de San Valentín *_* no tenía ni idea y la verdad es que me ha gustado muchísimo. Es decir, es admirable que en aquella época alguien se opusiera a los códigos absurdos como los matrimonios sin amor.
En fin, me voy ya o te escribo el Quijote aquí xDD
Byee n_n
Muhcas gracias por vuestros comentarios, chicas ^_____^
Una cosa, Sweet Shadow, no me molestan en absoluto los posts kilométricos, me encanta leer tu comentarios, igual que me encanta leer los de Kaoru ^^
Y, como dices, la historia de San Valentín es preciosa. Es uno de mis santos favoritos precsiamente por eso: porque, a diferenecia de muchos de los que ocupan los altares (por ejemplo el chiflado de Escrivá de Balaguer, el que fundó el Opus, cuando me enteré de que canonizaban a ese fanático me dieron ganas de vomitar), este SÍ se merecía ser santo. Lástima que no hubiera más como él en aquellos tiempos, ya que a casi todos los curas de por aquel entonces les importaba un cuerno que las parejas que casaban se amasen o no. La típica hipocresía de siempre, vamos.
Un abrazo a las dos y espero seguir leyéndoos :-)
Luthien Black.
Publicar un comentario