Hay una serie de cosas que yo, como cristiana, no entiendo. Todo el mundo parece aceptarlas como un cuasi dogma, pero yo jamás les he visto sentido alguno. Y, dado que a quien he preguntado nunca ha sabido (o querido) responderme al respecto, me gustaría que si hay alguien por ahí que conoce la respuesta se mojara y me la dijera, porque a veces me resulta muy, muy difícil seguir perteneciendo a una Iglesia tan anacrónica y que escucha y se comunica tan poco con sus fieles como es la Católica.
-¿Por qué se han hecho tantas manifestaciones en favor de la familia a causa del matrimonio gay, y en cambio aún no se ha hecho una sóla manifestación por los derechos de las mujeres maltratadas por sus esposos?
Nunca he entendido cómo es posible que haya tantos católicos que consideren el matrimonio de los homosexuales una amenaza para la familia, y en cambio silben y miren para otro lado cuando salen mujeres muertas o golpeadas por sus esposos en el telediario. A ver, digo yo que el hecho de que un gay se case, a las familias tradicionales se la sopla, porque yo personalmente no voy a dejar de casarme ni de tener hijos sólamente porque mis amigos gays también se puedan casar. ¿Qué en lugar de matrimonio sería mejor llamarlo por otro nombre, por ejemplo unión civil, como se llama en Francia? Completamente de acuerdo. Pero que la nomenclatura no sea la indicada no significa que el acto de la unión en sí entre esas dos personas atente contra el concepto de familia tradicional. Porque la familia compuesta por marido+esposa+hijos, va a seguir existiendo siempre, puedan casarse los homosexuales o no.
¿Acaso no atenta mucho más contra la familia el hecho de que los hombres (o las mujeres, que aunque la gente crea que no ellas también maltratan) peguen a sus parejas? ¿Y por qué entonces no vemos a ningún obispo ni cardenal arremetiendo contra ello con la furia con la que arremeten contra los homosexuales? ¿Es que es mejor un matrimonio heterosexual desgraciado y con malos tratos que una pareja homosexual feliz y enamorada? Yo no lo creo así.
-¿Por qué no se permite el divorcio por considerar el matrimonio indisoluble, pero luego se permite a una persona volverse a casar tras la muerte de su cónyuge, si se supone que vivimos eternamente?
Cada vez que pienso en esto, me convezco más de que hay muchos católicos que en realidad no creen en la vida eterna. Porque, vamos a ver, partimos de la base de que no puede haber divorcio porque el matrimonio es indisoluble, ¿no? Hasta que la muerte los separe, ¿no? Bueno, pero es que resulta que según el credo cristiano la muerte del cuerpo no implica la muerte del alma. Aunque mi cuerpo muera, yo voy a seguir existiendo, porque mi verdadero yo es mi alma, y mi alma es inmortal. Y dado que en mi alma anidan mis sentimientos y recuerdos, incluído el amor que yo siento por mis seres queridos, ¿a santo de qué disolver mi matrimonio por el hecho de que mi alma se vaya al Cielo, si cuando mi pareja muera va a reunirse conmigo y volveremos a estar juntos en el Reino de Dios? En este caso, si el matrimonio es realmente indisoluble, la muerte del cuerpo es sólo una separación temporal, con lo cual no debería disolver el matrimonio. Yo siempre he creído que el amor es más fuerte que la muerte. Yo amo a mi novio, y cuando me case con él no deseo que nuestro vínculo se rompa jamás, porque no quiero separarme de él jamás, y, en cuerpo y alma, siempre voy a amarle. Y no me da la gana de que por el mero hecho accidental de que uno de los dos muera antes, mi pareja y yo veamos roto porque sí nuestro matrimonio, si nuestro amor anida en nuestra alma y esta es inmortal.
Lo cual nos lleva a:
-Si el matrimonio es entre dos personas que se aman, ¿por qué la Iglesia pretende obligar a personas que no se aman a continuar casadas?
El hecho de no permitir el divorcio voluntario cuando ya no hay amor en una pareja, me parece una de las cosas más rastreras e incomprensibles que hace la Iglesia. Decir que el matrimonio es indisoluble independientemente de que haya amor o no, desvirtúa pro completo el carácter sagrado del mismo, equiparándolo a un mero contrato. El matrimonio, al menos para mí, es consagrar ante los ojos de Dios el amor verdadero que hay entre dos personas. Cuando ese amor se acaba, si es que lo hace, el matrimonio ya no tiene ningún sentido. Porque los seres humanos somos falibles y podemos equivocarnos, y una persona se puede casar enamorada para luego descubrir que su pareja cambia, o que ella misma cambia, o un hombre puede descubrir que su esposa se la pega con el vecino, o una mujer que el marido cuando llega borracho a casa se pone a sacudirle ostias. Mil cosas, vamos. O que sencillamente ese amor que la pareja creía verdadero en realidad sólo era superficial y se apaga con el tiempo. Si eso sucede, los cónyuges deben ver disuelto su vínculo y sentirse libre para intentar encontrar al verdadero amor de su vida.
Y que nadie me venga con que el divorcio es malo para los niños, porque yo soy hija de padres divorciados y siempre he preferido mil veces ver a mis padres felices, viviendo su vida por separado y siendo buenos amigos, que verles juntos, peleándose y a disgusto. Y siempre me he sentido querida y cuidada por los dos, aunque no estuvieran juntos.
Es la gran contradicción dle matrimonio católico: nunca he entendido cómo es posible que la Iglesia impida el divorcio a dos personas que se quieren separar voluntariamente, y en cambio rompa unilateralmente el matrimonio entre dos personas enamoradas cuando una de ellas se va al Cielo, cuando las dos quieren seguir unidas.
-¿Por qué la Iglesia ve mal el uso de anticonceptivos?
Tampoco voy a entender esto nunca. Entiendo que se oponga al aborto, que al fin y al cabo es acabar con una vida humana en ciernes (yo estoy a favor en determinados casos puntuales, pero eso ya es otra cuestión), pero, ¿estar en contra de la anticoncepción? ¿Dónde puñetas se dice en el Nuevo Testamento que la anticoncepción sea algo malo? No se está atentando contra ninguna vida, en ciernes o no, sencillamente porque lo que se intenta, precisamente, es que la concepción no llegue a producirse. ¿Y qué hay de malo en el control de natalidad? ¿Por qué es mejor que una pareja se ponga a tener hijos como conejos, hijos que no van a poder mantener y a los que no vana poder prestar toda la atención que necesitan? En la antiguedad, cuando pocos niños llegaban a adultos porque el frío, el hambre, la falta de asepsia y las enfermedades y guerras se llevaban a la mayoría de ellos, es comprensible que las parejas intentaran tener todos los posibles a fin de asegurar su descendencia. Pero hoy esas precauciones son inútiles, en cuanto el avance de la medicina y la calidad de vida hacen que prácticamente todos los niños que nacen lleguen a adultos.
-¿Por qué las mujeres no pueden ordenarse sacerdotisas?
Esta es buena. La Iglesia Caólica al parecer presupone que yo, por el mero hecho de ser una mujer, no tengo capacidad para ser sacerdotisa y administrar los sacramentos. La pregunta es, ¿por qué? ¿Por qué haber nacido con un cuerpo del sexo femenino me hace ser menos digna o estar menos capacitada que un varón para ejercer el sacerdocio? Me parece enormemente injusto. Yo soy igual de inteligente y apta que cualquier persona del sexo masculino, y si mi fe y mi vocación son igual de fuertes, ¿por qué no se me considera digna o capaz de ejercer el sacerdocio? ¿Por qué no puedo? ¿Qué es lo que impide que una mujer sea sacerdotisa, obsipa o papisa?
Y que nadie me diga que es porque Cristo lo dijo. En ninguna parte de la Biblia dice Jesucristo que las mujeres sean menos dignas o capaces que los hombres para hacer nada. De hecho, Jesús tenía como discípulas a mujeres, como María y Marta de Betania y la propia María Magdalena, además de muchas otras. Y fue una mujer (Magdalena) quien le vio por primera vez resucitado y llevó la noticia a los demás. No creo de ninguna manera que Jesús fuera machista; todo lo contrario. Es la Iglesia la que es machista, por instaurar exclusivamente el sacerdocio masculino e impedir que miles de mujeres profundamente devotas y capaces puedan ejercerlo también. La pregunta es: ¿por qué?
-¿Por qué el celibato sacerdotal es obligatorio?
Yo creo que el hecho de casarse o no, de tener relaciones sexuales o no, no tiene nada que ver con la fe y la vocación de cada uno. De hecho, hay muchas ramas del cristianismo, como la Protestante y la Ortodoxa, en la cual los sacerdotes son libres de casarse si así lo desean.
Nunca he entendido por qué la Iglesia Católica ve el sexo (con amor, se entiende) como algo malo, sucio o enfermizo. Y, si no es así, ¿por qué se le prohíbe a los sacerdotes? ¿Acaso amar a una mujer y casarse con ella les incapacita para administrar los sacramentos? Me parece una necedad. De hecho, hasta el siglo XI los curas católicos se podían casar. La prohibición de matrimonio no tiene nada que ver con la fe y se instauró para evitar el nepotismo (que los hijos de los curas heredaran los cargos eclesiásticos como un noble heredaría el título nobiliario, vamos). Pero lo cierto es que el nepotismo se puede dar igual entre tíos y sobrinos, ¿no? Y, además, en la Iglesia se pueden instaurar mecanismos lo suficientemente eficientes para garantizar que se elige al más apto y no al que tiene enchufe. Entonces, ¿por qué hacer incompatibles el sacerdocio y el amor romántico, que es una de las cosas más bellas de la vida y uno de los mayores regalos que nos ha dado Dios? No lo entiendo.
miércoles, 25 de febrero de 2009
lunes, 23 de febrero de 2009
The Devil is a loser, and he's my bitch!: LORDI 2009
Ayer, Tindomion y yo volvimos de pasar un estupendo fin de semana en Barcelona. No sólo lo pasamos genial en compañía de los buenos amigos que nos acogieron (Silventíniel, Silmaril, Vestri y Nilechorwen, ¡muchas gracias por todo! ^^), no sólo fuimos a la ya famosa (para los frikis) calle Tallers y conseguimos un buen botín (yo un corsé gótico precioso aunque algo asfixiante, de color negro con bordados plateados, y Tindomion una camisa negra adornada en cuello y puños con encaje también negro, muy a lo Entrevista con el vampiro), sino que, además, estuvimos en el concierto de Lordi.
Los Lordi, igual que hicieron en su gira del año pasado por España, no decepcionaron. Todo lo contrario. Siguen siendo de los grupos más simpáticos, más puntuales y con mejores directos que hay en el panorama de hard rock y heavy metal actual.
Para empezar, el concierto fue en la sala Apolo, lo cual ya de entrada me puso contenta, porque prefiero mil veces la Apolo a la Razzmatazz. Apolo es más bonita, mejor decorada, más accesible en transporte público, y encima no sólo tiene un guardarropa decente, sino también asientos en los laterales, algo tremendamente útil para que las góticas que van con botas de tacón, como yo (más que nada porque las deportivas con una falda como la mía quedaban mal) puedan empezar el concierto sin tener los pies ya destrozados.
Después de unos teloneros más que dignos (el grupo Fatal Smile me sorprendió agradablemente, y encima eran tan majos que se quedaron después de tocar en su propio stand firmando camisetas), llegaron, puntuales como siempre, los Lordi. No tengo más que palabras de elogio para ellos: la puesta en escena genial, divertida, original y gore-chorra, muy a su estilo (con hachas que goteaban sangre de verdad y autopsias en las que Mr.Lordi fingía comerse los órganos que extraía, por ejemplo, o cuando Kita arrancaba la cabeza a un monstruo y la clavaba junto a la batería, como trofeo XD). Los disfraces geniales, y la música también, en especial la voz de Mr.Lordi y los magníficos solos de guitarra eléctrica de Amen.
Sólo tengo dos peros que hacen que el concierto no alcanzase la perfección absoluta: uno, que a veces la música era tan potente que se comía la voz de Mr.Lordi. Otro, que no cantaran la que precisamente era mi canción favorita del nuevo disco: The devil hides behind her smile.
He aquí la lista de canciones que cantaron:
Girls go chopping
Bite it like a bulldog
Man skin boots
Dr.Sin is in
Evilyn
Raise hell in heaven
Deadache
Missing miss Charlene
Who's your daddy?
The night of the loving dead
Bringing back the balls to rock
Wake the snake
Monster, monster
Blood red sandman
Would you love a monsterman?
Devil is a loser
Hard rock hallelujah
En total, 17 canciones, que no está mal, aunque para mí hubiera sido perfecto si hubieran metido cuatro o cinco más, o incluso si hubieran cambiado unas por otras (yo hubiera preferido The chainsaw buffet o It snows in hell antes que The night of the loving dead, y también hubiera preferido Last kiss goodbye, Icon on dominance, The children of the nigth o Dinamyte tonigth antes que Monster, Monster y Wake the snake). Se centraron mucho en cantar canciones del disco nuevo, y me hubiera gustado escuchar más cosas de los discos anteriores. Aunque esto último, supongo, es comprensible: a más discos, más posibilidad de repetorio, y al fin y al cabo la gira era la de Deadache. Sin embargo, qué queréis, ha sido inevitable echar algunos clásicos de menos.
De las 17 canciones, 8 son de Deadache, 4 de The Arockalypse, 2 de The Monsterican Dream, y 3 de Get heavy. De todas las que he mencionado, las cuatro últimas eran inevitables, creo yo, porque son las cuatro más emblemáticas del grupo (en especial Hard rock hallelujah, que es la que cierra siempre los conciertos desde que sacaron The Arockalypse, y Devil is a loser, que tanto por música como por letra es mi favorita de los Lordi).
Ahora, a esperar a que vuelvan. Cuando lo hagan, pueden contar que, salvo causa de fuerza mayor, Tindomion y yo estaremos de nuevo allí, coreando sus canciones y saltando como locos ^o^
Los Lordi, igual que hicieron en su gira del año pasado por España, no decepcionaron. Todo lo contrario. Siguen siendo de los grupos más simpáticos, más puntuales y con mejores directos que hay en el panorama de hard rock y heavy metal actual.
Para empezar, el concierto fue en la sala Apolo, lo cual ya de entrada me puso contenta, porque prefiero mil veces la Apolo a la Razzmatazz. Apolo es más bonita, mejor decorada, más accesible en transporte público, y encima no sólo tiene un guardarropa decente, sino también asientos en los laterales, algo tremendamente útil para que las góticas que van con botas de tacón, como yo (más que nada porque las deportivas con una falda como la mía quedaban mal) puedan empezar el concierto sin tener los pies ya destrozados.
Después de unos teloneros más que dignos (el grupo Fatal Smile me sorprendió agradablemente, y encima eran tan majos que se quedaron después de tocar en su propio stand firmando camisetas), llegaron, puntuales como siempre, los Lordi. No tengo más que palabras de elogio para ellos: la puesta en escena genial, divertida, original y gore-chorra, muy a su estilo (con hachas que goteaban sangre de verdad y autopsias en las que Mr.Lordi fingía comerse los órganos que extraía, por ejemplo, o cuando Kita arrancaba la cabeza a un monstruo y la clavaba junto a la batería, como trofeo XD). Los disfraces geniales, y la música también, en especial la voz de Mr.Lordi y los magníficos solos de guitarra eléctrica de Amen.
Sólo tengo dos peros que hacen que el concierto no alcanzase la perfección absoluta: uno, que a veces la música era tan potente que se comía la voz de Mr.Lordi. Otro, que no cantaran la que precisamente era mi canción favorita del nuevo disco: The devil hides behind her smile.
He aquí la lista de canciones que cantaron:
Girls go chopping
Bite it like a bulldog
Man skin boots
Dr.Sin is in
Evilyn
Raise hell in heaven
Deadache
Missing miss Charlene
Who's your daddy?
The night of the loving dead
Bringing back the balls to rock
Wake the snake
Monster, monster
Blood red sandman
Would you love a monsterman?
Devil is a loser
Hard rock hallelujah
En total, 17 canciones, que no está mal, aunque para mí hubiera sido perfecto si hubieran metido cuatro o cinco más, o incluso si hubieran cambiado unas por otras (yo hubiera preferido The chainsaw buffet o It snows in hell antes que The night of the loving dead, y también hubiera preferido Last kiss goodbye, Icon on dominance, The children of the nigth o Dinamyte tonigth antes que Monster, Monster y Wake the snake). Se centraron mucho en cantar canciones del disco nuevo, y me hubiera gustado escuchar más cosas de los discos anteriores. Aunque esto último, supongo, es comprensible: a más discos, más posibilidad de repetorio, y al fin y al cabo la gira era la de Deadache. Sin embargo, qué queréis, ha sido inevitable echar algunos clásicos de menos.
De las 17 canciones, 8 son de Deadache, 4 de The Arockalypse, 2 de The Monsterican Dream, y 3 de Get heavy. De todas las que he mencionado, las cuatro últimas eran inevitables, creo yo, porque son las cuatro más emblemáticas del grupo (en especial Hard rock hallelujah, que es la que cierra siempre los conciertos desde que sacaron The Arockalypse, y Devil is a loser, que tanto por música como por letra es mi favorita de los Lordi).
Ahora, a esperar a que vuelvan. Cuando lo hagan, pueden contar que, salvo causa de fuerza mayor, Tindomion y yo estaremos de nuevo allí, coreando sus canciones y saltando como locos ^o^
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Bringing back the balls to rock,
querido diario
jueves, 19 de febrero de 2009
Libros poco conocidos, pero que a mí me encantaron
En contraposición al post del otro día sobre libros que me desagradaron, hoy quiero hablar sobre varios libros que poca gente ha leído, o que tienen fama de pesados, pero que a mí, cuando los leí, me encantaron. No sé por qué hay tan poca gente que los conoce o se ha atrevido con ellos, pero no quiero dejar pasar la oportunidad de recomendarlos; vale la pena darles una oportunidad. Esta es mi selección (que, como en el hilo anterior, tampoco es exhaustiva, seguro que me dejo alguno, pero estos son los que me vienen a la cabeza ahora):
-El Silmarillion, de J.R.R.Tolkien: La mayoría de la gente dice que este libro le tira para atrás porque parece denso y pensado, pero a mí me gustó incluso más que la trilogía de El Señor de los Anillos. Creo que debe ser por la pasión que tengo por la mitologia, puesto que este libro, aparte de tener romance, emoción, aventuras, épica, drama y fantasía, es mitología pura y dura. Me encantó cómo Tolkien diseñó la creación de su porpio universo en el Ainulindalë y en el Valaquenta. El cuerpo central del libro, el Quenta Simarillion, es sencillamente genial: primero se centra en contar el nacimiento de los Eldar (los elfos) y sus primeros e idílicos años en la tierra bendita de Valinor, y el posterior regreso de los orgullosos Noldor a la Tierra Media. Luego, va encadennado una serie de relatos épicos y maravillosos que no tienen desperdicio. Aunque todos son estupendos, mis favoritos son la historia de Túrin Turambar, la de la caída de Gondolin, la de la Nirnaeth Arnoediad, y, sobre todo, el relato-capítulo que para mí es la parte cumbre de El Silmarillion: la historia de Beren y Lúthien. Cuando la leí, se convirtió en mi historia de amor favorita, y de hecho mi nick está tomado del nombre de ella, Lúthien Tinúviel, que casualmente también es mi personaje favorito de Tolkien.
El cuento de Beren y Lúthien se puede leer por separado, pero pierde mucho, ya que no tienes muy claro quién es Morgoth, qué son los Silmarils, por qué Lúthien es tan poderosa, quién es Finrod Felagund... si no has leído antes los relatos anteriores, porque van formando una historia cronológicamente ordenada de los tiempos antiguos de la Tierra Media. La última parte es Akallabêth: La caída de Númenor, que narra la revisión del mito de la Atlántida bajo el prisma de Tolkien, contando cómo la hermosa isla de Númenor, una mezcla entre la mítica Atlantis y la perdida Bizancio, cae desde la beatitud a la ruina a causa del orgullo de los hombres.
-La rosa del profeta, de Margaret Weiss y Tracy Hickman: Esta es una de las trilogías fantásticas más divertidas y originales que he leído jamás. Siempre me ha resultado curioso que la pareja de escritores Weiss/Hickman sea conocida precisamente por su obra menos lograda, la Dragonlance, que no es que sea mala, pero es la menos original y la más tediosa de todas sus obras. En La rosa del profeta tenemos tres planos: el de los dioses, el de los inmortales (ángeles, djinns, demonios...) y el de los humanos, con historias que se entrecruzan y que tienen como telón de fondo una yihad entre los distintos dioses. Si estáis de bajón y necesitáis un subidón de ánimo, os recomiendo encarecidamente que leáis estos libros: no sólo os reiréis a carcajadas, sino que la historia os mantendrá en tal tensión y os enganchará de tal forma, que os olvidaréis de todos vuestros problemas por un buen rato.
-El ciclo de la puerta de la muerte, de Margaret Weiss y Tracy Hickman: Otra serie de libros de los geniales Weiss y Hickman, esta vez una heptalogía. Aún más original, completa, elaborada y fascinante que La rosa del profeta, aunque mucho más épica y dramática, esta, sin lugar a dudas, es para mí la mejor obra de estos dos escritores. No voy a intentar resumirla porque no podría hacerlo en pocas palabras, sólo os diré una cosa: Leedla. Ya. No conozco a una sola persona a la que esta saga no le haya encantado, y no es para menos: no sólo está construída con la precisión de un reloj suizo, bien narrada y con unos personajes inolvidables, sino que encima tiene la capacidad de dejar una profunda huella en el corazón de todos los lectores que se acercan a ella. En mi caso, por lo menos, los mundos de Ariano, Prynn, Abarrach y Chelestra, así como los conmovedores personajes que los pueblan, se han hecho un hueco para siempre. Si os gusta la fantasía, no os la podéis perder.
-La dama número trece, de José Carlos Somoza: José Carlos Somoza, a quien tengo el gusto de conocer personalmente, es mi escritor español favorito, y La dama número trece (seguida de cerca por La llave del abismo y Clara y la penumbra) es para mí su obra cumbre. Las novelas de Somoza siempre mezclan la fantasía, la psicología, el terror y el arte de un modo admirable, y esta historia es la mejor exponente de ello. No voy tampoco a detallar nada del argumento de ninguna novela de Somoza, por un motivo: es mejor llegar vírgen de spoilers y de detalles a ellas, pues sólo así se puede caer en su hechizo por completo. Lo que sí puedo decir de La dama número trece es que es la mejor novela de terror que he leído en mi vida (fundamentalmente terror psicológico, aunque tiene varias pinceladas gore), que es adictiva, que engancha, que apasiona, que provoca escalofríos, que sorprende, que emociona, que aterra, y que tiene uno de los mejores finales que he leído jamás. Espero que esto sea suficiente para picaros la curiosidad y que os atreváis con ella.
-La llave del abismo, de José Carlos Somoza: No voy a recoger en este post todas las novelas de Somoza que me han gustado por aquello de la variedad y la brevedad, pero creo que esta (la más reciente, por cierto) se merece un comentario aparte. Aunque no llega al nivel de La dama número trece, para mí es la segunda mejor novela del autor (el triunvirato lo completa, como ya he dicho antes, Clara y la penumbra, que tampoco puedo dejar de recomendar). Recomiendo esta obra, una mezcla de terror y ciencia ficción futurista, a todo el mundo, pero muy especialmente a los fans de H.P.Lovecraft, que seguro que cuando lean esta novela la contarán entre sus favoritas. ¿Que por que? Bueno, ya he dicho que no pensaba dar detalles de la tramas de Somoza. La respuesta, entre las páginas del libro ;-)
-Trilogía Abhorsen, de Garth Nix: Parece mentira que, con tanto libros fantásticos clónicos y de calidad regular que pueblan las librerías, unos libros tan geniales como Sabriel, Lirael y Abhorsen hayan pasado desapercibidos para tanta gente. Compré el primero por casualidad, y lo onsidero una de mis decisiones más afortunadas en materia literaria: no sólo tiene una trama interesante y un tranfondo y unos personajes etupendos, sino que el mundo en el que está ambientado es bastante original (y bastante macabro): los libros están repeltos de nirgomantes, zombies y espíritus, y la descripción que hay acerca del camino que recorren los muertos hasta llegar a su lugar de descanso final es de las más impactantes, hermosas y fascinantes que he leído nunca.
-Ha llegado un extraño, de Mollie Hunter: Este libro estaba en la colección de El barco de vapor cuando yo tenía once o doce años, pero hace bastante tiempo que no lo veo por ahí. Y es una lástima, porque siendo niña me encantó y se convirtió en uno de mis libros favoritos. Está basado en las leyendas escocesas de las islas Sethland sobre los selkies, y la magia, la intriga y la emoción que destilan sus páginas son perfectas para leer la novela una tarde lluviosa, con una taza de chocolate caliente y el teléfono desconectado.
-Historia de Venecia, de John Julius Norwich: Este libro fui un regalo de mi novio, que sabe lo mucho que me gusta esta ciudad y es un gran aficionado a la Historia, y acertó de pleno. Al ser un libro de no ficción, histórico, igual puede tirar para atrás, pero a mí personalmente me ha encantado. Relata la historia de la República de Venecia de un modo ameno, sencillo e incluso adictivo: he llegado a leerme más de cien páginas seguidas sin parar porque necesitaba saber qué iba a pasar en la ciudad. Supongo que es porque no se limita a describir los acontecimientos, los movimientos políticos y las guerras en las que tomó parte la ciudad, sino que también cuenta anécdotas sobre los personajes más relevantes y los muestra como personas, con sus virtudes y sus defectos. Si os interesa, aunque sea un poco, la Historia, y queréis saber más de Venecia sin teneros que leer un tocho infumable, metedle mano a este libro. No sólo es un libro histórico completo, ameno e interesanbte, sino una buena manera de aprender sobre el pasado disfrutando.
-La República, de Platón: Me tuve que leer este tratado de filosofía obligatoriamente en COU, y lo cierto es que es el único libro de esas características que me he leído a gusto (a diferencia de Nietzche, Aristóteles y Rousseau, que me parecieron más coñazos). Llamadme rara, pero me encantó, e iba más avanzada en su lectura que el resto de la clase porque me gustaba leerlo por mi cuenta, en casa. Supongo que es porque estoy de acuerdo en muchas cosas con Platón, y las más raras, al menos, eran igualmente bonitas de leer. Hay que reconocer que el hombre se explicaba muy bien y sabía provocar en el lector el interés por continuar la lectura. Y, además, me sorprendió y me encantó que en esa época Platón (a diferencia de Aristóteles, que era un machista de mierda) dijera con toda convicción que las mujeres podían ser gobernantes de la República tan bien como los hombres, porque en todo eran iguales y podían hacer lo mismo que ellos.
-El concierto de San Ovidio, de Antonio Buero-Vallejo: Otra lectura de mis tiempos de estudiante de COU (en esta ocasión de Literatura), y que también acabé devorando por mi cuenta en casa. Es una obra de teatro ambientada en la Francia del siglo XVII que cuenta la historia de un grupo de mendigos ciegos que luchan por mantener su dignidad humana en una sociedad que se burla de ellos por su deficiencia, y en la que un taimado empresario pretende manipularles. Es a la vez una denuncia social de la crueldad de la gente con los que son diferentes, y una historia de amor trágica que acabó haciéndome llorar a lágrima viva. También es amena de leer, ágil, y al ser un guión de teatro no tiene muchas páginas. Aunque no soy muy aficionada a leer teatro, me encantó, de modo que os animo desde aquí a que le déis una oportunidad.
-El Silmarillion, de J.R.R.Tolkien: La mayoría de la gente dice que este libro le tira para atrás porque parece denso y pensado, pero a mí me gustó incluso más que la trilogía de El Señor de los Anillos. Creo que debe ser por la pasión que tengo por la mitologia, puesto que este libro, aparte de tener romance, emoción, aventuras, épica, drama y fantasía, es mitología pura y dura. Me encantó cómo Tolkien diseñó la creación de su porpio universo en el Ainulindalë y en el Valaquenta. El cuerpo central del libro, el Quenta Simarillion, es sencillamente genial: primero se centra en contar el nacimiento de los Eldar (los elfos) y sus primeros e idílicos años en la tierra bendita de Valinor, y el posterior regreso de los orgullosos Noldor a la Tierra Media. Luego, va encadennado una serie de relatos épicos y maravillosos que no tienen desperdicio. Aunque todos son estupendos, mis favoritos son la historia de Túrin Turambar, la de la caída de Gondolin, la de la Nirnaeth Arnoediad, y, sobre todo, el relato-capítulo que para mí es la parte cumbre de El Silmarillion: la historia de Beren y Lúthien. Cuando la leí, se convirtió en mi historia de amor favorita, y de hecho mi nick está tomado del nombre de ella, Lúthien Tinúviel, que casualmente también es mi personaje favorito de Tolkien.
El cuento de Beren y Lúthien se puede leer por separado, pero pierde mucho, ya que no tienes muy claro quién es Morgoth, qué son los Silmarils, por qué Lúthien es tan poderosa, quién es Finrod Felagund... si no has leído antes los relatos anteriores, porque van formando una historia cronológicamente ordenada de los tiempos antiguos de la Tierra Media. La última parte es Akallabêth: La caída de Númenor, que narra la revisión del mito de la Atlántida bajo el prisma de Tolkien, contando cómo la hermosa isla de Númenor, una mezcla entre la mítica Atlantis y la perdida Bizancio, cae desde la beatitud a la ruina a causa del orgullo de los hombres.
-La rosa del profeta, de Margaret Weiss y Tracy Hickman: Esta es una de las trilogías fantásticas más divertidas y originales que he leído jamás. Siempre me ha resultado curioso que la pareja de escritores Weiss/Hickman sea conocida precisamente por su obra menos lograda, la Dragonlance, que no es que sea mala, pero es la menos original y la más tediosa de todas sus obras. En La rosa del profeta tenemos tres planos: el de los dioses, el de los inmortales (ángeles, djinns, demonios...) y el de los humanos, con historias que se entrecruzan y que tienen como telón de fondo una yihad entre los distintos dioses. Si estáis de bajón y necesitáis un subidón de ánimo, os recomiendo encarecidamente que leáis estos libros: no sólo os reiréis a carcajadas, sino que la historia os mantendrá en tal tensión y os enganchará de tal forma, que os olvidaréis de todos vuestros problemas por un buen rato.
-El ciclo de la puerta de la muerte, de Margaret Weiss y Tracy Hickman: Otra serie de libros de los geniales Weiss y Hickman, esta vez una heptalogía. Aún más original, completa, elaborada y fascinante que La rosa del profeta, aunque mucho más épica y dramática, esta, sin lugar a dudas, es para mí la mejor obra de estos dos escritores. No voy a intentar resumirla porque no podría hacerlo en pocas palabras, sólo os diré una cosa: Leedla. Ya. No conozco a una sola persona a la que esta saga no le haya encantado, y no es para menos: no sólo está construída con la precisión de un reloj suizo, bien narrada y con unos personajes inolvidables, sino que encima tiene la capacidad de dejar una profunda huella en el corazón de todos los lectores que se acercan a ella. En mi caso, por lo menos, los mundos de Ariano, Prynn, Abarrach y Chelestra, así como los conmovedores personajes que los pueblan, se han hecho un hueco para siempre. Si os gusta la fantasía, no os la podéis perder.
-La dama número trece, de José Carlos Somoza: José Carlos Somoza, a quien tengo el gusto de conocer personalmente, es mi escritor español favorito, y La dama número trece (seguida de cerca por La llave del abismo y Clara y la penumbra) es para mí su obra cumbre. Las novelas de Somoza siempre mezclan la fantasía, la psicología, el terror y el arte de un modo admirable, y esta historia es la mejor exponente de ello. No voy tampoco a detallar nada del argumento de ninguna novela de Somoza, por un motivo: es mejor llegar vírgen de spoilers y de detalles a ellas, pues sólo así se puede caer en su hechizo por completo. Lo que sí puedo decir de La dama número trece es que es la mejor novela de terror que he leído en mi vida (fundamentalmente terror psicológico, aunque tiene varias pinceladas gore), que es adictiva, que engancha, que apasiona, que provoca escalofríos, que sorprende, que emociona, que aterra, y que tiene uno de los mejores finales que he leído jamás. Espero que esto sea suficiente para picaros la curiosidad y que os atreváis con ella.
-La llave del abismo, de José Carlos Somoza: No voy a recoger en este post todas las novelas de Somoza que me han gustado por aquello de la variedad y la brevedad, pero creo que esta (la más reciente, por cierto) se merece un comentario aparte. Aunque no llega al nivel de La dama número trece, para mí es la segunda mejor novela del autor (el triunvirato lo completa, como ya he dicho antes, Clara y la penumbra, que tampoco puedo dejar de recomendar). Recomiendo esta obra, una mezcla de terror y ciencia ficción futurista, a todo el mundo, pero muy especialmente a los fans de H.P.Lovecraft, que seguro que cuando lean esta novela la contarán entre sus favoritas. ¿Que por que? Bueno, ya he dicho que no pensaba dar detalles de la tramas de Somoza. La respuesta, entre las páginas del libro ;-)
-Trilogía Abhorsen, de Garth Nix: Parece mentira que, con tanto libros fantásticos clónicos y de calidad regular que pueblan las librerías, unos libros tan geniales como Sabriel, Lirael y Abhorsen hayan pasado desapercibidos para tanta gente. Compré el primero por casualidad, y lo onsidero una de mis decisiones más afortunadas en materia literaria: no sólo tiene una trama interesante y un tranfondo y unos personajes etupendos, sino que el mundo en el que está ambientado es bastante original (y bastante macabro): los libros están repeltos de nirgomantes, zombies y espíritus, y la descripción que hay acerca del camino que recorren los muertos hasta llegar a su lugar de descanso final es de las más impactantes, hermosas y fascinantes que he leído nunca.
-Ha llegado un extraño, de Mollie Hunter: Este libro estaba en la colección de El barco de vapor cuando yo tenía once o doce años, pero hace bastante tiempo que no lo veo por ahí. Y es una lástima, porque siendo niña me encantó y se convirtió en uno de mis libros favoritos. Está basado en las leyendas escocesas de las islas Sethland sobre los selkies, y la magia, la intriga y la emoción que destilan sus páginas son perfectas para leer la novela una tarde lluviosa, con una taza de chocolate caliente y el teléfono desconectado.
-Historia de Venecia, de John Julius Norwich: Este libro fui un regalo de mi novio, que sabe lo mucho que me gusta esta ciudad y es un gran aficionado a la Historia, y acertó de pleno. Al ser un libro de no ficción, histórico, igual puede tirar para atrás, pero a mí personalmente me ha encantado. Relata la historia de la República de Venecia de un modo ameno, sencillo e incluso adictivo: he llegado a leerme más de cien páginas seguidas sin parar porque necesitaba saber qué iba a pasar en la ciudad. Supongo que es porque no se limita a describir los acontecimientos, los movimientos políticos y las guerras en las que tomó parte la ciudad, sino que también cuenta anécdotas sobre los personajes más relevantes y los muestra como personas, con sus virtudes y sus defectos. Si os interesa, aunque sea un poco, la Historia, y queréis saber más de Venecia sin teneros que leer un tocho infumable, metedle mano a este libro. No sólo es un libro histórico completo, ameno e interesanbte, sino una buena manera de aprender sobre el pasado disfrutando.
-La República, de Platón: Me tuve que leer este tratado de filosofía obligatoriamente en COU, y lo cierto es que es el único libro de esas características que me he leído a gusto (a diferencia de Nietzche, Aristóteles y Rousseau, que me parecieron más coñazos). Llamadme rara, pero me encantó, e iba más avanzada en su lectura que el resto de la clase porque me gustaba leerlo por mi cuenta, en casa. Supongo que es porque estoy de acuerdo en muchas cosas con Platón, y las más raras, al menos, eran igualmente bonitas de leer. Hay que reconocer que el hombre se explicaba muy bien y sabía provocar en el lector el interés por continuar la lectura. Y, además, me sorprendió y me encantó que en esa época Platón (a diferencia de Aristóteles, que era un machista de mierda) dijera con toda convicción que las mujeres podían ser gobernantes de la República tan bien como los hombres, porque en todo eran iguales y podían hacer lo mismo que ellos.
-El concierto de San Ovidio, de Antonio Buero-Vallejo: Otra lectura de mis tiempos de estudiante de COU (en esta ocasión de Literatura), y que también acabé devorando por mi cuenta en casa. Es una obra de teatro ambientada en la Francia del siglo XVII que cuenta la historia de un grupo de mendigos ciegos que luchan por mantener su dignidad humana en una sociedad que se burla de ellos por su deficiencia, y en la que un taimado empresario pretende manipularles. Es a la vez una denuncia social de la crueldad de la gente con los que son diferentes, y una historia de amor trágica que acabó haciéndome llorar a lágrima viva. También es amena de leer, ágil, y al ser un guión de teatro no tiene muchas páginas. Aunque no soy muy aficionada a leer teatro, me encantó, de modo que os animo desde aquí a que le déis una oportunidad.
miércoles, 18 de febrero de 2009
¿El sexo es pecado? ¡No, peor, es delito!
Resulta que a los señores del Congreso de los Diputados, que al parecer tienen todos un coeficiente intelectual menor a 90, se les ha ocurrdido una brillantísima idea para prevenir y castigar como es debido el gravísimo problema de la pederastia: elevar la edad legal para mantener relaciones sexuales consentidas.
Plas. Plas. Plas. (Luthien Black apalude irónicamente).
Bien, a estas alturas todos sabíamos ya que los políticos eran lelos. Lo que jamás hubiera pensado es que su estupidez e incompetencia se elevara a cotas tan astronómicas. Porque, a ver, imbéciles congresistas, un agresor sexual es un agresor sexual, e igualmente comete una violación o un abuso cuando agrede a una niña de ocho, que la de diez, que la de trece, que la de quince, y que la de dieciocho. TODAS ellas, tengan la edad que tengan, tienen un denominador común: NINGUNA de ellas ha consentido la relación sexual, tenga la edad que tenga. La propia redacción de la frase lo dice: "edad para mantener relacioens sexuales consentidas". Es decir, que se va a convertir en delincuente al chico de dieciocho años que se acuesta con su novia de trece o catorce (la cual actúa libremente, enamorada y con un calentón por el chico que ni te cuento), pero, ¿va eso a acabar con los delitos de pederastia? Evidentemete, no. Lo único que esta estúpida reforma va a conseguir es que se considere pederastia algo que antes no lo era.
Y es que yo creo que es de lógica: si una chica de trece años en adelante quiere mantener, libremente y sin coacción alguna, sexo con un chico, pues que lo haga, que está en la edad de ennamorarse y tener experiencias nuevas (siempre que lo haga de forma responsable). Y, si no quiere mantenerlas y el chico la fuerza, va a ser una violación a los trece años del mismo modo que a los once o a los cincuenta. Así que no sé qué cojones pretende con esa ley. Desde luego, no tiene nada que ver con la prohibición de colgar las fotos de esas chicas por Internet ni nada de eso, porque la prostitución de una menor de edad es siempre delito, y colgar imágenes de una persona e internet sin su autorización, también. Tenga la edad que tenga esa persona.
Así que, por favor, que alguien me diga si esta gilipollez que están planeando hacer Zapatitos y su cohorte de gallinas cluecas tiene otra razón de ser que la demagogia y la legislacióna golpe de telediario para complacer a la chusma descerebrada. Más les valdría aprobar la cadena perpetua revisable para los delitos más graves, la castración química de los delincuentes sexuales reincidentes, o instaurar tratamiento psiquiátrico obligatorio para ellos en las prisiones, si realmente quieren hacer algo contundente.
Plas. Plas. Plas. (Luthien Black apalude irónicamente).
Bien, a estas alturas todos sabíamos ya que los políticos eran lelos. Lo que jamás hubiera pensado es que su estupidez e incompetencia se elevara a cotas tan astronómicas. Porque, a ver, imbéciles congresistas, un agresor sexual es un agresor sexual, e igualmente comete una violación o un abuso cuando agrede a una niña de ocho, que la de diez, que la de trece, que la de quince, y que la de dieciocho. TODAS ellas, tengan la edad que tengan, tienen un denominador común: NINGUNA de ellas ha consentido la relación sexual, tenga la edad que tenga. La propia redacción de la frase lo dice: "edad para mantener relacioens sexuales consentidas". Es decir, que se va a convertir en delincuente al chico de dieciocho años que se acuesta con su novia de trece o catorce (la cual actúa libremente, enamorada y con un calentón por el chico que ni te cuento), pero, ¿va eso a acabar con los delitos de pederastia? Evidentemete, no. Lo único que esta estúpida reforma va a conseguir es que se considere pederastia algo que antes no lo era.
Y es que yo creo que es de lógica: si una chica de trece años en adelante quiere mantener, libremente y sin coacción alguna, sexo con un chico, pues que lo haga, que está en la edad de ennamorarse y tener experiencias nuevas (siempre que lo haga de forma responsable). Y, si no quiere mantenerlas y el chico la fuerza, va a ser una violación a los trece años del mismo modo que a los once o a los cincuenta. Así que no sé qué cojones pretende con esa ley. Desde luego, no tiene nada que ver con la prohibición de colgar las fotos de esas chicas por Internet ni nada de eso, porque la prostitución de una menor de edad es siempre delito, y colgar imágenes de una persona e internet sin su autorización, también. Tenga la edad que tenga esa persona.
Así que, por favor, que alguien me diga si esta gilipollez que están planeando hacer Zapatitos y su cohorte de gallinas cluecas tiene otra razón de ser que la demagogia y la legislacióna golpe de telediario para complacer a la chusma descerebrada. Más les valdría aprobar la cadena perpetua revisable para los delitos más graves, la castración química de los delincuentes sexuales reincidentes, o instaurar tratamiento psiquiátrico obligatorio para ellos en las prisiones, si realmente quieren hacer algo contundente.
lunes, 16 de febrero de 2009
Libros que han gustado a mucha gente, pero no a mí
Hay una serie de novelas que, por un motivo u otro, le han encantado a mucha gente, pero a mí no. Y no es sólo que me hayan dejado fría, en plan ni chicha, ni limoná, sino es que he acabado aborreciéndolas. Nunca llueve a gusto de todos y cada cual tiene sus propias decepciones, supongo. Aquí están las mías. Probablemente no están todas las que son (seguro que me dejo alguna en el tintero) pero sí son todas las que estan.
-Dos velas para el diablo, de Laura Gallego: ¿Alguien dudaba de que este libro iba el primero de la lista? Repugnante, blasfemo, insultante, desagradable y vomitivo hasta limites insospechados. Me hizo llorar de rabia cuando lo leí, sobre todo porque conozco a la escritora que lo hizo, y, de algún modo, me sentí traicionada porque fuera precisamente ella la autora de algo que me dejó tan mal cuerpo. Aparte de lo mal que me puedan caer los protagonistas (sobre todo el masculino), aparte de la rayada mental que supone al argumento, está la perla de las perlas de la cabecita pensante de Laura Gallego: que los ángeles un día se cansaron de luchar contra los demonios, pensaron que los chicos malos tenían su puntito sexy, y se dedicaron a follárselos para quedarse embarazados de ellos y dar a luz a la raza humana. Precioso, ¿verdad? El hecho de que los ángeles y los demonios no sólo no tengan cuerpo, sino tampoco sexo, parece ser irrelevante aquí. Lo realmente divertido es que la señora Gallego utiliza los nombres reales de los ángeles y demonios reales de la fe cristiana, judía y musulmana. No se los podía haber inventado, no. Metió a ángeles reales que tienen a millones de devotos que les rezan con frecuencia (yo entre ellos) como folladores de demonios, y se quedó tan tranquila. Con dos ovarios.
Por cierto, la frase genial que usa para justificar esa burrada es: Si los ángeles pueden matar, ¿por qué los demonios no pueden amar? Toma ya. En vista de esto, me encantaría aprovechar la ocasión para aclarar dede aquí que lo contrario de AMAR no es matar, es ODIAR. Y los ángeles, mire usted por dónde, NO odian.
-Cumbre borrascosas, de Emily Brontë: La compré porque todo el mundo me la ponía como una de las mejores historias de amor del mundo, pero ni siquiera pude acabarme el libro de lo aburrido que fue. Los protagonistas, Catherine y Heathcliffe, están como dos malditas cabras, no se entienden ni ellos, y además tienen tendencias psicopáticas peligrosas. No tuve ningún tipo de simpatía ni conexión emocional con esos dos personajes tan bestiajos, ni tampoco entendía por qué hacían lo que hacían, de modo que su historia de amor me aburrió y la dejé inacabada. Especialmente me dejó flipada Catherine, que la pintan como una chica liberada a la que le importan un cuerno las convenciones sociales y lo que la gente piense de ella, y luego comete el inexplicable acto de casarse sin amor con un rico sólo por convención social.
-Harry Potter, de J.K.Rowling: He de reconocer que la saga me entusiasmó y fui una auténtica fangirl... hasta el cuarto libro. Después de lo que pasa al final de quinto, me indigné tanto que no quise seguir leyendo la historia. Y por lo que sé no me he perdido mucho; todo el mundo coincide en que a partir del quinto libro, este inclusive, la saga va cuesta abajo sin frenos. Me da especial rabia porque hasta el cuarto libro pinaba genial, como un hito en la fantasía, y podría haberlo sido; lástima que haya caído en manos de una escritora con nula habilidad para describir relaciones y sentimientos, que mata a personajes carismáticos y encantadores como a moscas, a menudo de forma ridícula o sin molestarse siquiera en describir la muerte, mientras nos mantiene a un protagonista idiota y abofeteable. Y por supuesto está la gran pifia: el epílogo y su Albus Severus de la leche. La verdad es que no sé si odio o compadezco a Rowling por destrozar de semejante manera su propia saga.
-Wicked: memorias de una bruja mala, de Gregory Maguire: Otro que compré con ilusión, pero que me pareció un muermazo. Conseguí acabarlo, pero a duras penas. Además de destrozar por completo El mago de Oz, es denso, lento, infumable, esperpéntico hasta el hastío (desde la escena surrealista del reloj ese extraño que aparece en los primeros capítulos, hasta el triángulo tan bizarro que forman Melena, Frex y Corazón de Tortuga) y bastante aburrido. Sé que ha salido una segunda parte, pero no me voy a molestar en leerla ni de la biblioteca.
-Orgullo y prejuicio, de Jane Austen: Yo tengo un problema con Jane Austen, lo admito. Y es que, por mucho que sus novelas le gusten a todo el mundo, a mí me parecen tan pesadas que ya he renunciado a la idea de acabármelas. Y no es que no me guste el rollo de la Inglaterra Victoriana; he leído las novelas de Anne Perry ambientadas en esa época y esas sí que me gustaron. Pero el estilo de escribir y la temçatica de las noevlas de Austen no son para nada mi estilo. Me joroba, porque me da la sensación de estar perdiéndome algo, pero así es. Orgullo y prejuicio me interesó tan poco desde el principio que ni siquiera pude pasar de la página 20; con eso lo he dicho todo.
-La Materia Oscura, de Phillip Pullman: Con esta trilogía me pasó algo curioso: el primer libro me lo leí relativamente deprisa y no me desagradó. No entendía ni la mitad de la mitología que aparecía en él (los daimonions, el Polvo...), pero pensé: "bah, lo normal es que no entienda nada al principio, ya lo irán explicando". Pero acabó el primer libro y no explicaron nada. Cogí el segundo, y cuál fue mi sorpresa cuando no sólo tampoco explicaban nada, sino que la historia se iba rayando todavía más con unos ángeles rarísimos y unos bichos llamdos "espantos" que eran todavía más raros. Intenté leerme el tercero, pero ya lo dejé por imposible: además de no explicar nada se estaba metiendo en teorías metafísicas bastante surrealistas, y el nivel de literatura rayante al que puedo ser somtida tiene un límite. Lástima de trilogía, que prometía mucho; quizás si el autor hubiera abandonado sus pretensiones filosófico-metafísicas y se hubiera limitado a escribir una historia de fantasía, la trama habría salido ganado. Y los lectores, o al menos yo, también.
-Elric de Melinboné, de Michael Moorcock: En cierto modo, creo que lo que me pasó con este libro, al menos en parte, es que había leído ya TANTAS historias de fantasía cuando lo cogí, que esta sólo me pareció un sucecesión más de sus tópicos más típicos (comprensible si tenemos en cuenta que este libro fue uno de los creadores de esos tópicos). Tampoco ayudó en nada que la chica de la historia, Cymoril, sea una pavisosa que hace de la típica doncella en apuros, que es incapaz de mover un dedo para defenderse y que pronto queda relegada de la trama prisionera de un hechizo de sueño (total, para lo que hace...), mientras que Elric, su enamorado, va por ahí corriendo aventuras y de paso tirándose a alguna chica buenorra si se le presenta y se le pone a tiro (la guarra de Oone, por ejemplo) sin remordimiento alguno, como buen héroe machote ¬¬UU
-El último unicornio, de Peter S. Beagle: Historia que no es que sea mala, pero tampoco tuve por dónde cogerla. Ya de pequeñita vi la película de dibujos animados basada en el libro y me dejó bastante O_o De hecho, recuerdo que incluso me dejó mal sabor de boca. Sin embargo, como ya había tenido una experiencia semejante con otra película infantil (Nimh, el mundo secreto de la aeñora Frisby) que me dejó rayada y con mal cuerpo, y luego leí el libro original (La señora Frisby y las ratas de Nimh) y me encantó, me figuré que aquí sería lo mismo, que en la película habrían cambiado/simplificado cosas y que el libro estaría mejor. Pero no, señores; el libro seguía siendo, para mí, bstante flojo, con un argumento que no me enganchó y unos personajes que no me convencían del todo. Si a eso le sumamos el final, que me pareció triste y anticlimático, tenemos la explicación de por qué ese libro, a diferencia de a la mayoría de la gente, no me gustó demasiado.
-Dos velas para el diablo, de Laura Gallego: ¿Alguien dudaba de que este libro iba el primero de la lista? Repugnante, blasfemo, insultante, desagradable y vomitivo hasta limites insospechados. Me hizo llorar de rabia cuando lo leí, sobre todo porque conozco a la escritora que lo hizo, y, de algún modo, me sentí traicionada porque fuera precisamente ella la autora de algo que me dejó tan mal cuerpo. Aparte de lo mal que me puedan caer los protagonistas (sobre todo el masculino), aparte de la rayada mental que supone al argumento, está la perla de las perlas de la cabecita pensante de Laura Gallego: que los ángeles un día se cansaron de luchar contra los demonios, pensaron que los chicos malos tenían su puntito sexy, y se dedicaron a follárselos para quedarse embarazados de ellos y dar a luz a la raza humana. Precioso, ¿verdad? El hecho de que los ángeles y los demonios no sólo no tengan cuerpo, sino tampoco sexo, parece ser irrelevante aquí. Lo realmente divertido es que la señora Gallego utiliza los nombres reales de los ángeles y demonios reales de la fe cristiana, judía y musulmana. No se los podía haber inventado, no. Metió a ángeles reales que tienen a millones de devotos que les rezan con frecuencia (yo entre ellos) como folladores de demonios, y se quedó tan tranquila. Con dos ovarios.
Por cierto, la frase genial que usa para justificar esa burrada es: Si los ángeles pueden matar, ¿por qué los demonios no pueden amar? Toma ya. En vista de esto, me encantaría aprovechar la ocasión para aclarar dede aquí que lo contrario de AMAR no es matar, es ODIAR. Y los ángeles, mire usted por dónde, NO odian.
-Cumbre borrascosas, de Emily Brontë: La compré porque todo el mundo me la ponía como una de las mejores historias de amor del mundo, pero ni siquiera pude acabarme el libro de lo aburrido que fue. Los protagonistas, Catherine y Heathcliffe, están como dos malditas cabras, no se entienden ni ellos, y además tienen tendencias psicopáticas peligrosas. No tuve ningún tipo de simpatía ni conexión emocional con esos dos personajes tan bestiajos, ni tampoco entendía por qué hacían lo que hacían, de modo que su historia de amor me aburrió y la dejé inacabada. Especialmente me dejó flipada Catherine, que la pintan como una chica liberada a la que le importan un cuerno las convenciones sociales y lo que la gente piense de ella, y luego comete el inexplicable acto de casarse sin amor con un rico sólo por convención social.
-Harry Potter, de J.K.Rowling: He de reconocer que la saga me entusiasmó y fui una auténtica fangirl... hasta el cuarto libro. Después de lo que pasa al final de quinto, me indigné tanto que no quise seguir leyendo la historia. Y por lo que sé no me he perdido mucho; todo el mundo coincide en que a partir del quinto libro, este inclusive, la saga va cuesta abajo sin frenos. Me da especial rabia porque hasta el cuarto libro pinaba genial, como un hito en la fantasía, y podría haberlo sido; lástima que haya caído en manos de una escritora con nula habilidad para describir relaciones y sentimientos, que mata a personajes carismáticos y encantadores como a moscas, a menudo de forma ridícula o sin molestarse siquiera en describir la muerte, mientras nos mantiene a un protagonista idiota y abofeteable. Y por supuesto está la gran pifia: el epílogo y su Albus Severus de la leche. La verdad es que no sé si odio o compadezco a Rowling por destrozar de semejante manera su propia saga.
-Wicked: memorias de una bruja mala, de Gregory Maguire: Otro que compré con ilusión, pero que me pareció un muermazo. Conseguí acabarlo, pero a duras penas. Además de destrozar por completo El mago de Oz, es denso, lento, infumable, esperpéntico hasta el hastío (desde la escena surrealista del reloj ese extraño que aparece en los primeros capítulos, hasta el triángulo tan bizarro que forman Melena, Frex y Corazón de Tortuga) y bastante aburrido. Sé que ha salido una segunda parte, pero no me voy a molestar en leerla ni de la biblioteca.
-Orgullo y prejuicio, de Jane Austen: Yo tengo un problema con Jane Austen, lo admito. Y es que, por mucho que sus novelas le gusten a todo el mundo, a mí me parecen tan pesadas que ya he renunciado a la idea de acabármelas. Y no es que no me guste el rollo de la Inglaterra Victoriana; he leído las novelas de Anne Perry ambientadas en esa época y esas sí que me gustaron. Pero el estilo de escribir y la temçatica de las noevlas de Austen no son para nada mi estilo. Me joroba, porque me da la sensación de estar perdiéndome algo, pero así es. Orgullo y prejuicio me interesó tan poco desde el principio que ni siquiera pude pasar de la página 20; con eso lo he dicho todo.
-La Materia Oscura, de Phillip Pullman: Con esta trilogía me pasó algo curioso: el primer libro me lo leí relativamente deprisa y no me desagradó. No entendía ni la mitad de la mitología que aparecía en él (los daimonions, el Polvo...), pero pensé: "bah, lo normal es que no entienda nada al principio, ya lo irán explicando". Pero acabó el primer libro y no explicaron nada. Cogí el segundo, y cuál fue mi sorpresa cuando no sólo tampoco explicaban nada, sino que la historia se iba rayando todavía más con unos ángeles rarísimos y unos bichos llamdos "espantos" que eran todavía más raros. Intenté leerme el tercero, pero ya lo dejé por imposible: además de no explicar nada se estaba metiendo en teorías metafísicas bastante surrealistas, y el nivel de literatura rayante al que puedo ser somtida tiene un límite. Lástima de trilogía, que prometía mucho; quizás si el autor hubiera abandonado sus pretensiones filosófico-metafísicas y se hubiera limitado a escribir una historia de fantasía, la trama habría salido ganado. Y los lectores, o al menos yo, también.
-Elric de Melinboné, de Michael Moorcock: En cierto modo, creo que lo que me pasó con este libro, al menos en parte, es que había leído ya TANTAS historias de fantasía cuando lo cogí, que esta sólo me pareció un sucecesión más de sus tópicos más típicos (comprensible si tenemos en cuenta que este libro fue uno de los creadores de esos tópicos). Tampoco ayudó en nada que la chica de la historia, Cymoril, sea una pavisosa que hace de la típica doncella en apuros, que es incapaz de mover un dedo para defenderse y que pronto queda relegada de la trama prisionera de un hechizo de sueño (total, para lo que hace...), mientras que Elric, su enamorado, va por ahí corriendo aventuras y de paso tirándose a alguna chica buenorra si se le presenta y se le pone a tiro (la guarra de Oone, por ejemplo) sin remordimiento alguno, como buen héroe machote ¬¬UU
-El último unicornio, de Peter S. Beagle: Historia que no es que sea mala, pero tampoco tuve por dónde cogerla. Ya de pequeñita vi la película de dibujos animados basada en el libro y me dejó bastante O_o De hecho, recuerdo que incluso me dejó mal sabor de boca. Sin embargo, como ya había tenido una experiencia semejante con otra película infantil (Nimh, el mundo secreto de la aeñora Frisby) que me dejó rayada y con mal cuerpo, y luego leí el libro original (La señora Frisby y las ratas de Nimh) y me encantó, me figuré que aquí sería lo mismo, que en la película habrían cambiado/simplificado cosas y que el libro estaría mejor. Pero no, señores; el libro seguía siendo, para mí, bstante flojo, con un argumento que no me enganchó y unos personajes que no me convencían del todo. Si a eso le sumamos el final, que me pareció triste y anticlimático, tenemos la explicación de por qué ese libro, a diferencia de a la mayoría de la gente, no me gustó demasiado.
domingo, 15 de febrero de 2009
La vida de un friki es la vida mejor
Bueno, ya están compradas las entradas para el concierto de Lordi, y arreglado el asunto del alojamiento (suerte que en Barcelona contamos con amigos estupendos, además de hospitalarios ^^). Además, Tindomion y yo nos hemos apuntado ya a la Mereth Erukermë (o Eruquiéreme, como la llaman este año) que el smial de Númenor celebrará a finales del Abril, así que la temporada finales de invierno-principios de primavera, se presenta de lo más friki. ¡Genial!
Además, hemos tenido un fin de semana sumamente entretenido. El viernes hubo sesión rolera (¡con el momento cumbre de la partida!), el sábado Tindomion y yo nos fuimos a cenar al Sushi Cru (el Sushi Cru es un restaurante japonés que está en el barrio del Carmen de Valencia. Si os gusta la comida japonesa y algunas vez pasáis por allí, os lo recomiendo; las ensaldas, las sopas y el sushi están realmente deliciosos, y encima te ponen una tapa gratis y te traen gominolas con la cuenta para endulzártela, como ellos dicen XD), y hoy domingo hemos ido a una feria medieval que había en la plaza de toros. Nos lo hemos pasado genial; me he comprado una coronita de flores preciosa para mis trajes élficos, y encima hemos cenado unos bocadillos deliciosos, aderezados con un vaso de caldo de carne y otro de vino caliente especiado, al más puro estilo medieval. ¡Qué gusto sentirte en el siglo XIII, aunque sólo fuera por unas horas! Había mucha gente, pero me alegro, porque con semejante ambientazo lo más seguro es que la repitan en Fallas.
Y mañana a trabajar otra vez, qué coñazooo... pero, en fin, me consuela saber que el domingo, si Dios quiere, estaremos metidos en un tren, rumbo a Barcelona, dispuesto a disfrutar tanto de la compañía de buenos amigos como de la música en directo de nuestros monstruos preferidos ^^
Además, hemos tenido un fin de semana sumamente entretenido. El viernes hubo sesión rolera (¡con el momento cumbre de la partida!), el sábado Tindomion y yo nos fuimos a cenar al Sushi Cru (el Sushi Cru es un restaurante japonés que está en el barrio del Carmen de Valencia. Si os gusta la comida japonesa y algunas vez pasáis por allí, os lo recomiendo; las ensaldas, las sopas y el sushi están realmente deliciosos, y encima te ponen una tapa gratis y te traen gominolas con la cuenta para endulzártela, como ellos dicen XD), y hoy domingo hemos ido a una feria medieval que había en la plaza de toros. Nos lo hemos pasado genial; me he comprado una coronita de flores preciosa para mis trajes élficos, y encima hemos cenado unos bocadillos deliciosos, aderezados con un vaso de caldo de carne y otro de vino caliente especiado, al más puro estilo medieval. ¡Qué gusto sentirte en el siglo XIII, aunque sólo fuera por unas horas! Había mucha gente, pero me alegro, porque con semejante ambientazo lo más seguro es que la repitan en Fallas.
Y mañana a trabajar otra vez, qué coñazooo... pero, en fin, me consuela saber que el domingo, si Dios quiere, estaremos metidos en un tren, rumbo a Barcelona, dispuesto a disfrutar tanto de la compañía de buenos amigos como de la música en directo de nuestros monstruos preferidos ^^
viernes, 13 de febrero de 2009
Los beneficios de la crisis
Hoy he leído en el periódico gratuito de turno que, al parecer, con esto de la crisis ha aumentado el número de personas que buscan pareja por Internet y se ha reducido considerablemente el número de separaciones y divorcios. ¿Y cuál puede ser la causa? Los cínicos probablemente dirán que es porque las hipotecas se pagan mejor en pareja, pero yo no creo, ni muchos menos, que vayan por ahí los tiros.
Creo que esto ha puesto al descubierto las carencias que tiene nuestra sociedad. Parece que, cuando todo va bien, tenemos buen nivel económico y podemos comprar lo que queremos, la avaricia nos cosume y nos hace olvidarnos de lo realmente importante. El consumismo exacerbado y la acumulación de bienes materiales nos hace minusvalorar las relaciones personales, ya que, de algún modo, igual que le pasaba al Ciudadano Kane en la película de Orson Welles, la avaricia y la acumulación nos provocan una especie de euforia pasajera que confundimos con la felicidad, y empezamos a pensar que la felicidad no nos la dan los demás, sino el dinero. Y muchos empiezan a poner el dinero y la ascensión profesional por delante de lo verdaderamente importante, que son la pareja, la familia y los amigos. Y para muestra un botón: ¿cuántas veces en estos últimos años alguien ha tenido un problema o un bajón emocional, y, en lugar de quedar con un buen amigo para recibir comprensión y consuelo, ha optado por guardarse sus cosas para sí e irse de compras para olvidar las penas y subirse la autoestima?
En cambio, ahora estamos en crisis económica: toca apretarse el cinturón. Ya no se puede comprar un coche nuevo, irse de vacaciones al Caribe, reformar la casa, comprar ropa de lujo ni caprichos caros. Ya no se pueden desahogar las frustraciones en el consumismo y suplir la felicidad verdadera con la euforia artificial de la "tarde de compras". Y es entonces, supongo, al vernos sin aquello que nos habían dicho que hacía feliz a la gente, cuando descubrimos lo que realmente la hace feliz: el amor, las relaciones personales y la compañía. Porque, como dijo una vez el filósofo Fernando Savater, "de una cosa, aunque se a la mejor cosa del mundo, sólo pueden sacarse... cosas". Y la felicidad no es una cosa, sino un sentimiento profundo y auténtico que no podemos conseguir si no es con ayuda del amor, la complicidad y el cariño de otros seres humanos. Por eso, ahora la gente se está aferrando a su pareja, a sus amigos, a sus seres queridos: a todo eso tan importante que no puede comprar el dinero y no depende de nuestra capacidad adquisitiva. A aquello que permanecerá con nosotros y que siempre podremos encontrar aunque suban los precios, bajen los sueldos y la economía entre en recesión.
Es momento de hacer una reflexión y darnos cuenta de que esta crisis económica, en lugar de una maldición, puede ser un toque de atención para que nos demos cuenta de lo que es realmente importante en la vida, y lo que, por muy guay que parezca, es en el fondo accesorio. Y para que, cuando este bache económico acabe y volvamos a tener la solvencia que antes teníamos, hayamos adquirido la experiencia y la madurez suficiente como para dar importancia sólo a lo realmente importante, y para dar gracias a Dios por los bienes materiales sin dejar de cosumirlos con cabeza. Y siempre, siempre, compartiendo lo que nos sobra con los más necesitados.
Creo que esto ha puesto al descubierto las carencias que tiene nuestra sociedad. Parece que, cuando todo va bien, tenemos buen nivel económico y podemos comprar lo que queremos, la avaricia nos cosume y nos hace olvidarnos de lo realmente importante. El consumismo exacerbado y la acumulación de bienes materiales nos hace minusvalorar las relaciones personales, ya que, de algún modo, igual que le pasaba al Ciudadano Kane en la película de Orson Welles, la avaricia y la acumulación nos provocan una especie de euforia pasajera que confundimos con la felicidad, y empezamos a pensar que la felicidad no nos la dan los demás, sino el dinero. Y muchos empiezan a poner el dinero y la ascensión profesional por delante de lo verdaderamente importante, que son la pareja, la familia y los amigos. Y para muestra un botón: ¿cuántas veces en estos últimos años alguien ha tenido un problema o un bajón emocional, y, en lugar de quedar con un buen amigo para recibir comprensión y consuelo, ha optado por guardarse sus cosas para sí e irse de compras para olvidar las penas y subirse la autoestima?
En cambio, ahora estamos en crisis económica: toca apretarse el cinturón. Ya no se puede comprar un coche nuevo, irse de vacaciones al Caribe, reformar la casa, comprar ropa de lujo ni caprichos caros. Ya no se pueden desahogar las frustraciones en el consumismo y suplir la felicidad verdadera con la euforia artificial de la "tarde de compras". Y es entonces, supongo, al vernos sin aquello que nos habían dicho que hacía feliz a la gente, cuando descubrimos lo que realmente la hace feliz: el amor, las relaciones personales y la compañía. Porque, como dijo una vez el filósofo Fernando Savater, "de una cosa, aunque se a la mejor cosa del mundo, sólo pueden sacarse... cosas". Y la felicidad no es una cosa, sino un sentimiento profundo y auténtico que no podemos conseguir si no es con ayuda del amor, la complicidad y el cariño de otros seres humanos. Por eso, ahora la gente se está aferrando a su pareja, a sus amigos, a sus seres queridos: a todo eso tan importante que no puede comprar el dinero y no depende de nuestra capacidad adquisitiva. A aquello que permanecerá con nosotros y que siempre podremos encontrar aunque suban los precios, bajen los sueldos y la economía entre en recesión.
Es momento de hacer una reflexión y darnos cuenta de que esta crisis económica, en lugar de una maldición, puede ser un toque de atención para que nos demos cuenta de lo que es realmente importante en la vida, y lo que, por muy guay que parezca, es en el fondo accesorio. Y para que, cuando este bache económico acabe y volvamos a tener la solvencia que antes teníamos, hayamos adquirido la experiencia y la madurez suficiente como para dar importancia sólo a lo realmente importante, y para dar gracias a Dios por los bienes materiales sin dejar de cosumirlos con cabeza. Y siempre, siempre, compartiendo lo que nos sobra con los más necesitados.
martes, 10 de febrero de 2009
Exportaciones al por mayor (IV): Corsés góticos y cascos de walkiria
Este es otro de los artículos de mi anterior blog que he querido exportar aquí. Aunque casi todo el contenido es de Arturo Pérez-Reverte y no mío, me gusta tanto que no he podido resistirme a colocarlo también aquí ^^
Hace tiempo que quería colgar este artículo en mi blog, y hoy he tenido un huequecito para hacerlo. Siempre me ha gustado Pérez-Reverte, con su prosa deslenguada que dice lo que quiere decir cuando lo quiere decir y le importa una mierda lo que piensen los demás. Se puede estar de acuerdo o en desacuerdo con él, pero lo cierto es que la mayoría de las veces yo estoy de acuerdo, y más cuando habla de un tema tan cercano para mí como es el heavy metal. Así que, señoras y señores, les dejo con el señor Arturo Pérez-Reverte.
CORSÉS GÓTICOS Y CASCOS DE WALKIRIA
No soy muy aficionado a la música, excepto cuando una canción –copla, tango, bolero, corrido, cierta clase de jazz– cuenta historias. Tampoco me enganchó nunca la música metal. Me refiero a la que llamamos heavy o jevi aunque no siempre lo sea, pues ésta, que fue origen de aquélla, es hoy un subestilo más. Siempre recelé de los decibelios a tope, las guitarras atronadoras y las voces que exigen esfuerzo para enterarse de qué van. Las bases rítmicas, el intríngulis de los bajos y las cuerdas metaleros, escapan a mi oído poco selectivo. Salvo algunas excepciones, tales composiciones y letras me parecieron siempre ruido marginal y ganas de dar por saco, con toda esa parafernalia porculizante de Satán, churris, motos y puta sociedad. Incluidas, cuando se metían en jardines ideológicos, demagogia de extrema izquierda y subnormalidad profunda de extrema derecha. Etcétera.
Sin embargo, una cosa diré en mi descargo. De toda la vida me cayeron mejor esos cenutrios largando escupitajos sobre todo cristo que los triunfitos relamidos, clónicos y saltarines, tan rubios, morenos, rizados y relucientes ellos, tan chochidesnatadas ellas, con sus megapijerías, sus exclusivas de tomate y papel cuché, y toda esa chorrez envasada en plástico y al vacío. Al menos, concluí siempre, los metaleros tienen rabia y tienen huevos, y aunque a veces tengan la pinza suelta y hecha un carajal, éste suele ser de cosas, ideas, fe o cólera que les dan la brasa y los remueven, y no de cuántas plazas será el garaje de la casa que comprarán en Miami cuando triunfen y puedan decir vacuas gilipolleces en la tele como Ricky, como Paulina, como Enrique.
Pero de lo que quiero hablarles hoy es de música metal. Ocurre que en los últimos tiempos –a la vejez, viruelas– he descubierto, con sorpresa, cosas interesantes al respecto. Entre otras, que esa música se divide en innumerables parcelas donde hay de todo: absurda bazofia analfabeta y composiciones dignas de estudio y de respeto. Aunque parezca extraño y contradictorio, la palabra cultura no es ajena a una parte de ese mundo. Si uno acerca la oreja entre la maraña de voces confusas y guitarras atronadoras, a veces se tropieza con letras que abundan en referencias literarias, históricas, mitológicas y cinematográficas. Confieso que acabo de descubrir, asombrado, entre ese caos al que llamamos música metal, a grupos que han visto buen cine y leído buenos libros con pasión desaforada. Ha sido un ejercicio apasionante rastrear, entre estruendo de decibelios y voces a menudo desgarradas y confusas, historias que van de las Térmópilas a Sarajevo o Bagdad, incluyendo las Cruzadas, la conquista de América o Lepanto. Como es el caso, verbigracia, de Iron Maiden y su Alexander the Great. La mitología –Virgin Steele, por ejemplo, y su incursión en el mundo griego y precristiano– es otro punto fuerte metalero: Mesopotamia, Egipto, La Ilíada y La Odisea, el mundo romano o el ciclo artúrico. Ahí, los grupos escandinavos y anglosajones que cantan en inglés copan la vanguardia desde hace tiempo; pero es de justicia reconocer una sólida aportación española, con grupos que manejan eficazmente la fértil mitología de su tierra: Asturias, País Vasco, Cataluña o Galicia. Tampoco el cine es ajeno al asunto; las películas épicas, de terror o de ciencia ficción, La guerra de las galaxias, Blade Runner, Dune, las antiguas cintas de serie B, afloran por todas partes en las letras metaleras. Lo mismo ocurre con la literatura, desde El señor de los anillos hasta La isla del tesoro o El cantar del Cid. Todo es posible, al cabo, en una música donde el Grupo Magma canta en el idioma oficial del planeta Kobaia –que sólo ellos entienden, los jodíos– mientras otros lo hacen en las lenguas de la Tierra Media. Donde Mago de Oz alude –La cruz de Santiago– al capitán Alatriste y Avalanch a Don Pelayo. Donde los segovianos de Lujuria lo mismo ironizan sobre la hipocresía de la Iglesia católica en cuestiones sexuales que largan letras porno sobre Mozart y Salieri o relatan, épicos, la revuelta comunera de Castilla. Y es que no se trata sólo de estrambóticos macarras, de rapados marginales y suburbanos, de pavas que cantan ópera chunga con corsé gótico y casco de walkiria. Ahora sé –lamento no haberlo sabido antes– que la música metal es también un mundo rico y fascinante, camino inesperado por el que muchos jóvenes españoles se arriman hoy a la cultura que tanto imbécil oficial les niega. El grupo riojano Tierra santa es un ejemplo obvio: su balada sobre el poema La canción del Pirata consiguió lo que treinta años de reformas presuntamente educativas no han conseguido en este país de ministros basura. Que, en sus conciertos, miles de jóvenes reciten a voz en grito a Espronceda, sin saltarse una coma.
Hace tiempo que quería colgar este artículo en mi blog, y hoy he tenido un huequecito para hacerlo. Siempre me ha gustado Pérez-Reverte, con su prosa deslenguada que dice lo que quiere decir cuando lo quiere decir y le importa una mierda lo que piensen los demás. Se puede estar de acuerdo o en desacuerdo con él, pero lo cierto es que la mayoría de las veces yo estoy de acuerdo, y más cuando habla de un tema tan cercano para mí como es el heavy metal. Así que, señoras y señores, les dejo con el señor Arturo Pérez-Reverte.
CORSÉS GÓTICOS Y CASCOS DE WALKIRIA
No soy muy aficionado a la música, excepto cuando una canción –copla, tango, bolero, corrido, cierta clase de jazz– cuenta historias. Tampoco me enganchó nunca la música metal. Me refiero a la que llamamos heavy o jevi aunque no siempre lo sea, pues ésta, que fue origen de aquélla, es hoy un subestilo más. Siempre recelé de los decibelios a tope, las guitarras atronadoras y las voces que exigen esfuerzo para enterarse de qué van. Las bases rítmicas, el intríngulis de los bajos y las cuerdas metaleros, escapan a mi oído poco selectivo. Salvo algunas excepciones, tales composiciones y letras me parecieron siempre ruido marginal y ganas de dar por saco, con toda esa parafernalia porculizante de Satán, churris, motos y puta sociedad. Incluidas, cuando se metían en jardines ideológicos, demagogia de extrema izquierda y subnormalidad profunda de extrema derecha. Etcétera.
Sin embargo, una cosa diré en mi descargo. De toda la vida me cayeron mejor esos cenutrios largando escupitajos sobre todo cristo que los triunfitos relamidos, clónicos y saltarines, tan rubios, morenos, rizados y relucientes ellos, tan chochidesnatadas ellas, con sus megapijerías, sus exclusivas de tomate y papel cuché, y toda esa chorrez envasada en plástico y al vacío. Al menos, concluí siempre, los metaleros tienen rabia y tienen huevos, y aunque a veces tengan la pinza suelta y hecha un carajal, éste suele ser de cosas, ideas, fe o cólera que les dan la brasa y los remueven, y no de cuántas plazas será el garaje de la casa que comprarán en Miami cuando triunfen y puedan decir vacuas gilipolleces en la tele como Ricky, como Paulina, como Enrique.
Pero de lo que quiero hablarles hoy es de música metal. Ocurre que en los últimos tiempos –a la vejez, viruelas– he descubierto, con sorpresa, cosas interesantes al respecto. Entre otras, que esa música se divide en innumerables parcelas donde hay de todo: absurda bazofia analfabeta y composiciones dignas de estudio y de respeto. Aunque parezca extraño y contradictorio, la palabra cultura no es ajena a una parte de ese mundo. Si uno acerca la oreja entre la maraña de voces confusas y guitarras atronadoras, a veces se tropieza con letras que abundan en referencias literarias, históricas, mitológicas y cinematográficas. Confieso que acabo de descubrir, asombrado, entre ese caos al que llamamos música metal, a grupos que han visto buen cine y leído buenos libros con pasión desaforada. Ha sido un ejercicio apasionante rastrear, entre estruendo de decibelios y voces a menudo desgarradas y confusas, historias que van de las Térmópilas a Sarajevo o Bagdad, incluyendo las Cruzadas, la conquista de América o Lepanto. Como es el caso, verbigracia, de Iron Maiden y su Alexander the Great. La mitología –Virgin Steele, por ejemplo, y su incursión en el mundo griego y precristiano– es otro punto fuerte metalero: Mesopotamia, Egipto, La Ilíada y La Odisea, el mundo romano o el ciclo artúrico. Ahí, los grupos escandinavos y anglosajones que cantan en inglés copan la vanguardia desde hace tiempo; pero es de justicia reconocer una sólida aportación española, con grupos que manejan eficazmente la fértil mitología de su tierra: Asturias, País Vasco, Cataluña o Galicia. Tampoco el cine es ajeno al asunto; las películas épicas, de terror o de ciencia ficción, La guerra de las galaxias, Blade Runner, Dune, las antiguas cintas de serie B, afloran por todas partes en las letras metaleras. Lo mismo ocurre con la literatura, desde El señor de los anillos hasta La isla del tesoro o El cantar del Cid. Todo es posible, al cabo, en una música donde el Grupo Magma canta en el idioma oficial del planeta Kobaia –que sólo ellos entienden, los jodíos– mientras otros lo hacen en las lenguas de la Tierra Media. Donde Mago de Oz alude –La cruz de Santiago– al capitán Alatriste y Avalanch a Don Pelayo. Donde los segovianos de Lujuria lo mismo ironizan sobre la hipocresía de la Iglesia católica en cuestiones sexuales que largan letras porno sobre Mozart y Salieri o relatan, épicos, la revuelta comunera de Castilla. Y es que no se trata sólo de estrambóticos macarras, de rapados marginales y suburbanos, de pavas que cantan ópera chunga con corsé gótico y casco de walkiria. Ahora sé –lamento no haberlo sabido antes– que la música metal es también un mundo rico y fascinante, camino inesperado por el que muchos jóvenes españoles se arriman hoy a la cultura que tanto imbécil oficial les niega. El grupo riojano Tierra santa es un ejemplo obvio: su balada sobre el poema La canción del Pirata consiguió lo que treinta años de reformas presuntamente educativas no han conseguido en este país de ministros basura. Que, en sus conciertos, miles de jóvenes reciten a voz en grito a Espronceda, sin saltarse una coma.
lunes, 9 de febrero de 2009
Por qué no celebro San Valentín
Leo con estupor en el Mujer de Hoy (un suplemento gratuito que viene con el periódico Las Provincias) que mucha gente, harta de los bombones en forma de corazón y los ositos de peluche de San Valentín, se han organizado en una especie de movimiento en contra, llevando camisetas con angelitos acribillados a flechazos, eslóganes sarcásticos tipo "La media naranja está carísima", o incluso reuniéndose en fiestas decoradas con flores muertas y corazones negros, donde el único requisito para asistir es no tener pareja.
En primer lugar, me gustaría aclarar una cuestión acerca de San Valentín y de Cupido. Punto uno, Cupido no es un ángel. Cupido es la forma romanizada de llamar al dios griego Eros, hijo de Afrodita (hijo de Venus en la mitología romana), el cual se representada con alas, flechas y los ojos vendados para dar a entender que el amor llega de improviso, puede herir a las personas, y es ciego porque afecta a todos por igual. Así que no sé a santo de qué imprimir angelitos acribillados en las camisetas cuando Cupido no es un ángel.
Respecto a San Valentín, tampoco es un invento de los americanos como creen muchos: San Valentín fue un obispo romano que casaba a los chicos y chicas que se amaban y cuyas familias no permitían su matrimonio porque habían concertado otras uniones: uniones sin amor, pero más adecuadas para dar lustre a la familia. El obispo Valentín creía injusto obligar a casarse a personas que no se amaban separándolas del verdadero objeto de su amor, y por eso decidía casar a aquellos que se querían de verdad en secreto, sin la autorización de sus familias. Fue condenado a muerte por ello. Personalmente, es uno de mis santos favoritos.
En segundo lugar, debo decir que todos los que imprimen camisetas con eslóganes, llevan anillos de soltero y se reunen en fiestas anti-San Valentín, son todos unos amargados y unos envidiosos. Así de claro. Están amargados por no tener pareja y envidian a los que sí la tienen, y esos numeritos que montan es su forma de liberarse de su amargura. No creo ni por asomo que sea para protestar por la comercialidad y superficialidad de la fiesta, porque ellos hacen exactamente lo mismo que los que compran tartas en forma de corazón y ositos que dicen "te quiero", pero al revés: se gastan dinero en merchandaising absurdo y en tontadas mediáticas. Y su fiesta es MUCHO más comercial, porque al menos San Valentín es una figura histórica, mientras que el anti-San Valentín sólo es una forma de hacer que los amargados que no tienen pareja consuman igual que los que sí la tienen.
Dicho esto, me gustaría explicar las razones que me llevan a mí a no querer celebrar San Valentín:
-Como tradición, prefiero regalar algo a mi pareja el día 9 de Octubre, día de San Dionisio (Sant Donís en valenciano), que es el Día de los Enamorados en la Comunidad Valenciana desde la Edad Media. Hay una tradición centenaria por la cual los chicos regalan a las chicas unos mazapanes en forma de frutitas, envueltos en un bonito pañuelo de seda. Mi novio y yo compramos a medias los mazapanes y luego nos hacemos algún chorriregalo que nos haga ilusión, generalmente un libro.
-No me gusta la horterada mediática en la que se ha convertido San Valentín: para mí el amor no tiene nada que ver con bombones en forma de corazón, flores rosas y ositos de peluche, sino en demostrar el amor de forma fiel, tierna y constante los trescientos sesenta y cinco días del año. Demasiadas parejas hay que el día de San Valentín se regalan chorraditas y el resto del año discuten por tonterías, se faltan al respeto, ponen los cuernos, pasan de la otra persona y van a su bola... para los que aman, el Día de los Enamorados debería ser todos los días, no sólo el 14 de Febrero.
-Me parece que el consumismo exacerbado no es la mejor opción para honrar la memoria de San Valentín, que se jugó (y perdió) el cuello por permitir que los que se amaban de verdad pudieran casarse aunque su familia y la sociedad no lo vieran bien. El que de verdad quiera honrar el significado de la onomástica del 14 de febrero, que resuelva los conflictos que tiene con su pareja, que le diga el "perdón", el "te quiero" o el "cásate conmigo" que el orgullo o el miedo no le dejan decir. Creo que su pareja lo valorará mucho más que un pastelito rosa con forma de corazón donde pone "Tú y Yo".
¿Y vosotros? ¿Celebráis San Valentín?
En primer lugar, me gustaría aclarar una cuestión acerca de San Valentín y de Cupido. Punto uno, Cupido no es un ángel. Cupido es la forma romanizada de llamar al dios griego Eros, hijo de Afrodita (hijo de Venus en la mitología romana), el cual se representada con alas, flechas y los ojos vendados para dar a entender que el amor llega de improviso, puede herir a las personas, y es ciego porque afecta a todos por igual. Así que no sé a santo de qué imprimir angelitos acribillados en las camisetas cuando Cupido no es un ángel.
Respecto a San Valentín, tampoco es un invento de los americanos como creen muchos: San Valentín fue un obispo romano que casaba a los chicos y chicas que se amaban y cuyas familias no permitían su matrimonio porque habían concertado otras uniones: uniones sin amor, pero más adecuadas para dar lustre a la familia. El obispo Valentín creía injusto obligar a casarse a personas que no se amaban separándolas del verdadero objeto de su amor, y por eso decidía casar a aquellos que se querían de verdad en secreto, sin la autorización de sus familias. Fue condenado a muerte por ello. Personalmente, es uno de mis santos favoritos.
En segundo lugar, debo decir que todos los que imprimen camisetas con eslóganes, llevan anillos de soltero y se reunen en fiestas anti-San Valentín, son todos unos amargados y unos envidiosos. Así de claro. Están amargados por no tener pareja y envidian a los que sí la tienen, y esos numeritos que montan es su forma de liberarse de su amargura. No creo ni por asomo que sea para protestar por la comercialidad y superficialidad de la fiesta, porque ellos hacen exactamente lo mismo que los que compran tartas en forma de corazón y ositos que dicen "te quiero", pero al revés: se gastan dinero en merchandaising absurdo y en tontadas mediáticas. Y su fiesta es MUCHO más comercial, porque al menos San Valentín es una figura histórica, mientras que el anti-San Valentín sólo es una forma de hacer que los amargados que no tienen pareja consuman igual que los que sí la tienen.
Dicho esto, me gustaría explicar las razones que me llevan a mí a no querer celebrar San Valentín:
-Como tradición, prefiero regalar algo a mi pareja el día 9 de Octubre, día de San Dionisio (Sant Donís en valenciano), que es el Día de los Enamorados en la Comunidad Valenciana desde la Edad Media. Hay una tradición centenaria por la cual los chicos regalan a las chicas unos mazapanes en forma de frutitas, envueltos en un bonito pañuelo de seda. Mi novio y yo compramos a medias los mazapanes y luego nos hacemos algún chorriregalo que nos haga ilusión, generalmente un libro.
-No me gusta la horterada mediática en la que se ha convertido San Valentín: para mí el amor no tiene nada que ver con bombones en forma de corazón, flores rosas y ositos de peluche, sino en demostrar el amor de forma fiel, tierna y constante los trescientos sesenta y cinco días del año. Demasiadas parejas hay que el día de San Valentín se regalan chorraditas y el resto del año discuten por tonterías, se faltan al respeto, ponen los cuernos, pasan de la otra persona y van a su bola... para los que aman, el Día de los Enamorados debería ser todos los días, no sólo el 14 de Febrero.
-Me parece que el consumismo exacerbado no es la mejor opción para honrar la memoria de San Valentín, que se jugó (y perdió) el cuello por permitir que los que se amaban de verdad pudieran casarse aunque su familia y la sociedad no lo vieran bien. El que de verdad quiera honrar el significado de la onomástica del 14 de febrero, que resuelva los conflictos que tiene con su pareja, que le diga el "perdón", el "te quiero" o el "cásate conmigo" que el orgullo o el miedo no le dejan decir. Creo que su pareja lo valorará mucho más que un pastelito rosa con forma de corazón donde pone "Tú y Yo".
¿Y vosotros? ¿Celebráis San Valentín?
sábado, 7 de febrero de 2009
"Un amigo no deja que los amigos beban... a otros amigos"
Me he enganchado como una loca a una serie de televisión que se estrenó el pasado Diciembre en Canal+. Se llama True Blood y es sobre vampiros. El mero hecho de que salgan mis adorados chupasangres ya era una excusa más que aceptable para verla, pero es que encima la serie es genial.
Su argumento es el siguiente: Los japoneses han inventado una sangre artificial sintetizada químicamente que sustituye a la perfección la sangre auténtica. Esa sangre artificial es sumamente útil para salvar la vida de la gente en los hospitales mediante transfusiones, claro, pero también tiene otro efecto: nutre a los vampiros como si fuera sangre humana. Por ello, los chupasangres deciden salir a la luz y darse a conocer a la Humanidad; al poderse nutrir de sangre artificial ya no son peligrosos, dicen, de modo que reclaman ser considerados ciudadanos en igualdad de derechos con los seres humanos normales. En medio de este panorama, tenemos a Bill Compton, un vampiro de más de 170 años que llega a un pueblo de Louisiana para instalarse, y allí conoce a Sookie, una camarera humana que tiene poderes telepáticos y se siente inmediatamente atraída por el.
Dicho así parece que va a ser la típica trama pastelera-Crepúsculo, pero nada más lejos de la realidad. La serie es bastante durilla, sobre todo por la abundancia de escenas de sexo explícito y de sangre, ya que desde los primeros capítulos anda suelto un asesino en serie. Pero es que además True Blood tiene uno de los mejores guiones que he visto jamás: los personajes están bien construídos y en seguida les coges cariño (o manía), el argumento está muy bien llevado, con los diálogos te partes de risa y además la forma que tiene de retratar el vampirismo es excelente.
He aquí a los personajes principales:
-Sookie Stackhouse: La camarera con poderes telepáticos protagonista de la serie. A mí personalmente no me cae mal, pero tampoco me acaba de caer bien, porque se la ve demasiado indecisa respecto a los vampiros.
-Bill Compton: Un vampiro totalmente adorable. Es imposible no baber a medida que les vas concoiendo. Y es genial, porque, sin dejar de ser un vampiro adorable y humanziado, a veces llega a dar auténtico miedo y se le ve muy capaz de matar sin problemas a todo el que se interponga en su camino.
-Jason Stackhouse: Hermano menor de Sookie. Es el típico cachitas descerebrado dominado por sus hormonas que sólo piensa en el sexo. Y, naturalmente, por su inmadurez e inconsciencia siempre se está metiendo en líos. Al final acabas riéndote de lo patético que es.
-Tara Thornton: Mejor amiga de Sookie y uno de mis personajes favoritos, es una chica dura sin pelos en la lengua y con mucho carácter. Su vida no es fácil porque tiene una madre alcohólica y siempre ha estado enamorada de Jason en secreto. Es muy protectora con Sookie.
-Lafayette Reynolds: Es el primo de Tara y trabaja como cocinero en el bar donde son camareras ella y Sookie. Además, es homosexual, camello y gigoló en sus ratos libres. También es el alivio cómico de la serie, porque tiene bastante pluma y encima es un tío mordaz, sarcástico e ingenioso. Claro que también es capaz de sacar el genio si le discriminan, lo cual sucede a menudo. El personaje me gusta, aunque no deja de ser una lástima que sea, de nuevo, el estereotipo del gay promiscuo y mariposón que tan mal parados deja a los homosexuales normales.
-Sam Merlotte: Propietario del bar donde trabajan Sookie, Tara y Lafayette. Es la típica figura cambiante: a ratos parece encantador, a ratos desequilibrado. Es un auténtico misterio y nadie sabe realmente nada de él. Al principio parecía más inocente que un cubo, pero ahora tengo mis sospechas acerca de un posible lado oscuro. Está enamorado de Sookie y por eso Bill le cae bastante mal.
-Adele Stackhouse: Abuela de Jason y Sookie, es sin duda mi personaje favorito. Inteligente, dulce, abierta de mente, con un sentido del humor punzante y un gran corazón. Es la única que ve a los vampiros como personas, a diferencia de los demás, que los ven como amenazas o como instrumentos sexuales o incluso un método de ganar dinero, ya que hay humanos que atacan a los vampiros porque la sangre de estos es como una droga y hay quienes trafican con ella.
Quisiera animar a todos los que me lean a darle una oportunidad a esta magnífica serie. Si os gustan el misterio, los vampiros, el humor negro, los personajes creíbles y los guiones inteligentes, True Blood no os decepcionará en absoluto. Como ya he dicho, la hacen en el Canal+, pero yo la veo desde la página web Series Yonkis, genial porque tiene cientos de series de todo tipo para ver, con muy buena calidad de imagen, y encima no hace falta bajarse ningún archivo.
Su argumento es el siguiente: Los japoneses han inventado una sangre artificial sintetizada químicamente que sustituye a la perfección la sangre auténtica. Esa sangre artificial es sumamente útil para salvar la vida de la gente en los hospitales mediante transfusiones, claro, pero también tiene otro efecto: nutre a los vampiros como si fuera sangre humana. Por ello, los chupasangres deciden salir a la luz y darse a conocer a la Humanidad; al poderse nutrir de sangre artificial ya no son peligrosos, dicen, de modo que reclaman ser considerados ciudadanos en igualdad de derechos con los seres humanos normales. En medio de este panorama, tenemos a Bill Compton, un vampiro de más de 170 años que llega a un pueblo de Louisiana para instalarse, y allí conoce a Sookie, una camarera humana que tiene poderes telepáticos y se siente inmediatamente atraída por el.
Dicho así parece que va a ser la típica trama pastelera-Crepúsculo, pero nada más lejos de la realidad. La serie es bastante durilla, sobre todo por la abundancia de escenas de sexo explícito y de sangre, ya que desde los primeros capítulos anda suelto un asesino en serie. Pero es que además True Blood tiene uno de los mejores guiones que he visto jamás: los personajes están bien construídos y en seguida les coges cariño (o manía), el argumento está muy bien llevado, con los diálogos te partes de risa y además la forma que tiene de retratar el vampirismo es excelente.
He aquí a los personajes principales:
-Sookie Stackhouse: La camarera con poderes telepáticos protagonista de la serie. A mí personalmente no me cae mal, pero tampoco me acaba de caer bien, porque se la ve demasiado indecisa respecto a los vampiros.
-Bill Compton: Un vampiro totalmente adorable. Es imposible no baber a medida que les vas concoiendo. Y es genial, porque, sin dejar de ser un vampiro adorable y humanziado, a veces llega a dar auténtico miedo y se le ve muy capaz de matar sin problemas a todo el que se interponga en su camino.
-Jason Stackhouse: Hermano menor de Sookie. Es el típico cachitas descerebrado dominado por sus hormonas que sólo piensa en el sexo. Y, naturalmente, por su inmadurez e inconsciencia siempre se está metiendo en líos. Al final acabas riéndote de lo patético que es.
-Tara Thornton: Mejor amiga de Sookie y uno de mis personajes favoritos, es una chica dura sin pelos en la lengua y con mucho carácter. Su vida no es fácil porque tiene una madre alcohólica y siempre ha estado enamorada de Jason en secreto. Es muy protectora con Sookie.
-Lafayette Reynolds: Es el primo de Tara y trabaja como cocinero en el bar donde son camareras ella y Sookie. Además, es homosexual, camello y gigoló en sus ratos libres. También es el alivio cómico de la serie, porque tiene bastante pluma y encima es un tío mordaz, sarcástico e ingenioso. Claro que también es capaz de sacar el genio si le discriminan, lo cual sucede a menudo. El personaje me gusta, aunque no deja de ser una lástima que sea, de nuevo, el estereotipo del gay promiscuo y mariposón que tan mal parados deja a los homosexuales normales.
-Sam Merlotte: Propietario del bar donde trabajan Sookie, Tara y Lafayette. Es la típica figura cambiante: a ratos parece encantador, a ratos desequilibrado. Es un auténtico misterio y nadie sabe realmente nada de él. Al principio parecía más inocente que un cubo, pero ahora tengo mis sospechas acerca de un posible lado oscuro. Está enamorado de Sookie y por eso Bill le cae bastante mal.
-Adele Stackhouse: Abuela de Jason y Sookie, es sin duda mi personaje favorito. Inteligente, dulce, abierta de mente, con un sentido del humor punzante y un gran corazón. Es la única que ve a los vampiros como personas, a diferencia de los demás, que los ven como amenazas o como instrumentos sexuales o incluso un método de ganar dinero, ya que hay humanos que atacan a los vampiros porque la sangre de estos es como una droga y hay quienes trafican con ella.
Quisiera animar a todos los que me lean a darle una oportunidad a esta magnífica serie. Si os gustan el misterio, los vampiros, el humor negro, los personajes creíbles y los guiones inteligentes, True Blood no os decepcionará en absoluto. Como ya he dicho, la hacen en el Canal+, pero yo la veo desde la página web Series Yonkis, genial porque tiene cientos de series de todo tipo para ver, con muy buena calidad de imagen, y encima no hace falta bajarse ningún archivo.
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Criaturas de la noche,
Críticas peliculeras
viernes, 6 de febrero de 2009
Exportaciones al por mayor (III): tests interesantes^^
You Are 16% Evil |
You are good. So good, that you make evil people squirm. Just remember, you may need to turn to the dark side to get what you want! |
You Are 84% Pure |
You're so innocent, it's almost like you're not human. You're the type of person people feel bad cursing around. And while you may be inexperienced, you're not easy to corrupt. Taking this test is probably the naughtiest thing you've done in a while! |
You Are 32% Girly |
You are a pretty hardcore tomboy, and a very free spirit. Gender roles be dammed, you like to do things your way. |
Your Inner Eye Color Is Brown |
You're smart, thoughtful, and the ideal woman for most men You are kind and easy to trust. Men open up to you like no one else. It's this inner warmness that attracts guys - and makes you an instant soulmate. |
miércoles, 4 de febrero de 2009
Mártir: héroe con mala suerte
Hoy he ido al cine a ver Valkiria, el film que narra el atentado fallido que estuvo a punto de acabar con la vida de Adolf Hitler. Hacía mucho tiempo que no lloraba tanto viendo una película.
Es curioso que, cada vez que pensamos en los militares alemanes de la Segunda Guerra Mundial, siempre nos imaginamos a un malvado y depravado nazi sin compasión al que le encanta matar judíos. Esta película enseña a todo el mundo lo que algunos interesados por la Historia ya sabíamos: que no todos los alemanes eran malos. Que algunos no eran malas personas sino simplemente soldados que amaban a su país, y se dieron cuenta de que Hitler y el nazismo estaban desvirtuando todo aquello por lo que luchaban.
Estas personas arriesgaron su vida por sus convicciones, por su patria y por la justicia, pero fracasaron. Y murieron por ello. Hoy, esos hombres valientes son considerados héroes nacionales en Alemania, y sesenta años depués de sus muertes yo he llorado por la funesta suerte que tuvieron y por lo injusto de sus ejecuciones. Sabía que probablemente viendo esa película me pondría triste, pero fui a verla de todas maneras. No sólo porque era, como esperaba, una película estupenda, interesantísima y tan emocionante que aunque sepas de antemano lo que les va a pasar te pases todo el visionado sentada al borde de la butaca, sino porque, si alguien merece mis lágrimas, son ellos. Los que se arriesgaron por el bien y la justicia y perdieron.
Pero, al menos, tengo un consuelo. Ellos en este momento son considerados héroes, conservan su honor, y, aunque sin duda no eran perfectos y cometieron errores como otros tantos de ambos bandos en medio de una guerra, por su martirio seguramente están en el Cielo. Hitler, Göring, Goebbels, Himmler y toda esa panda de psicópatas racistas deben estar en un lugar muy diferente, y la Historia ha tendido una eterna capa de ignominia sobre ellos.
Así que, desde este humilde blog, me gustaría pedir una oración por las almas de estos hombres a los creyentes, y al menos un momento de recuerdo y de homenaje silencioso a su memoria a los no creyentes. Estos son sus nombres:
Claus von Stauffenberg
Ludwig Beck
Erwin von Witzleben
Henning von Tresckow
Friedrich Olbricht
Wilhelm Canaris
Carl Goeldeler
Werner von Haeften
Hans Oster
Ulrich von Hassel
Johannes Popitz
Josef Wirmer
Berthold von Stauffenberg
Peter York von Wartenburg
Erich Höepner
Hans Günther von Kluge
Carl-Heinrich von Stülpnagel
Los que he escrito aquí son sólo una escogidísima lista de conspiradores, los más conocidos, todos ellos decisivos. Hay una lista más extensa que ennumera a todos los participantes, para el que le interese, aquí.
Por último, una reflexión personal. ¿No es lamentable que estos hombres murieran por un mundo mejor, y las generaciones posteriores hayan convertido ese mundo en un lugar donde reinan el relativismo, la crisis de valores y lo único que importa es consumir, divertise y ganar dinero? ¿Es este el mundo que ellos imaginaban cuando llego su hora de morir? ¿No están aquellos que hoy viven en libertad insultando a su memoria con su comportamiento, al rechazar valores como el honor, la justicia, el valor, la responsabilidad e incluso la fe (Stauffenberg era un devoto cristiano, y eso fue decisivo para que su conciencia no le permitiera seguir dejando que Hitler y su camarilla controlasen Alemania), cuando precisamente gracias a que hubo hombres como Stauffenberg y sus compañeros que actuaron conforme a esos valores hoy podemos vivir en una Europa en paz?
Que cada cual, os lo ruego, se haga estas preguntas.
Es curioso que, cada vez que pensamos en los militares alemanes de la Segunda Guerra Mundial, siempre nos imaginamos a un malvado y depravado nazi sin compasión al que le encanta matar judíos. Esta película enseña a todo el mundo lo que algunos interesados por la Historia ya sabíamos: que no todos los alemanes eran malos. Que algunos no eran malas personas sino simplemente soldados que amaban a su país, y se dieron cuenta de que Hitler y el nazismo estaban desvirtuando todo aquello por lo que luchaban.
Estas personas arriesgaron su vida por sus convicciones, por su patria y por la justicia, pero fracasaron. Y murieron por ello. Hoy, esos hombres valientes son considerados héroes nacionales en Alemania, y sesenta años depués de sus muertes yo he llorado por la funesta suerte que tuvieron y por lo injusto de sus ejecuciones. Sabía que probablemente viendo esa película me pondría triste, pero fui a verla de todas maneras. No sólo porque era, como esperaba, una película estupenda, interesantísima y tan emocionante que aunque sepas de antemano lo que les va a pasar te pases todo el visionado sentada al borde de la butaca, sino porque, si alguien merece mis lágrimas, son ellos. Los que se arriesgaron por el bien y la justicia y perdieron.
Pero, al menos, tengo un consuelo. Ellos en este momento son considerados héroes, conservan su honor, y, aunque sin duda no eran perfectos y cometieron errores como otros tantos de ambos bandos en medio de una guerra, por su martirio seguramente están en el Cielo. Hitler, Göring, Goebbels, Himmler y toda esa panda de psicópatas racistas deben estar en un lugar muy diferente, y la Historia ha tendido una eterna capa de ignominia sobre ellos.
Así que, desde este humilde blog, me gustaría pedir una oración por las almas de estos hombres a los creyentes, y al menos un momento de recuerdo y de homenaje silencioso a su memoria a los no creyentes. Estos son sus nombres:
Claus von Stauffenberg
Ludwig Beck
Erwin von Witzleben
Henning von Tresckow
Friedrich Olbricht
Wilhelm Canaris
Carl Goeldeler
Werner von Haeften
Hans Oster
Ulrich von Hassel
Johannes Popitz
Josef Wirmer
Berthold von Stauffenberg
Peter York von Wartenburg
Erich Höepner
Hans Günther von Kluge
Carl-Heinrich von Stülpnagel
Los que he escrito aquí son sólo una escogidísima lista de conspiradores, los más conocidos, todos ellos decisivos. Hay una lista más extensa que ennumera a todos los participantes, para el que le interese, aquí.
Por último, una reflexión personal. ¿No es lamentable que estos hombres murieran por un mundo mejor, y las generaciones posteriores hayan convertido ese mundo en un lugar donde reinan el relativismo, la crisis de valores y lo único que importa es consumir, divertise y ganar dinero? ¿Es este el mundo que ellos imaginaban cuando llego su hora de morir? ¿No están aquellos que hoy viven en libertad insultando a su memoria con su comportamiento, al rechazar valores como el honor, la justicia, el valor, la responsabilidad e incluso la fe (Stauffenberg era un devoto cristiano, y eso fue decisivo para que su conciencia no le permitiera seguir dejando que Hitler y su camarilla controlasen Alemania), cuando precisamente gracias a que hubo hombres como Stauffenberg y sus compañeros que actuaron conforme a esos valores hoy podemos vivir en una Europa en paz?
Que cada cual, os lo ruego, se haga estas preguntas.
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martes, 3 de febrero de 2009
¡ALERTA ROJA A TODAS LAS UNIDADES!
¡Ay! ¡Ay quemedaquemedaquemedaalgoooooooo!
¡Ping! ¡Ping! ¡Ping! ¡Ping!
*Luthien Black salta despavorida de un lado a otro*
¡Que Lordi sacó nuevo disco en Octubre!
¡Y vienen de gira a finales de ESTE mes!
¡NUEVO DISCO EN OCTUBRE Y VIENEN ESTE MES!
¡Y YO SIN SABERLO!
Empiezo a estar harta de que sólo se promocione la salida de los dicos de los Triunfitos y de Britney Spears. ¿Qué pasa con el heavy metal? ¡Uno de mis grupso favoritos tenía disco nuevo desde Octubre y yo sin saberlo! ¡Cuando pienso en ciertos regalos inútiles que pedí en Reyes porque ya no se me ocurría nada más!
Tengo que conseguir el disco, y conseguir entradas, y conseguir algún amigo caritativo que me acoja una noche en Barcelona (por este orden).
¡AAAAAAGGHHH!
¡Ping! ¡Ping! ¡Ping! ¡Ping!
*Luthien Black se va sin dejar de dar saltitos con un repentino ataque de prisa*
¡Ping! ¡Ping! ¡Ping! ¡Ping!
*Luthien Black salta despavorida de un lado a otro*
¡Que Lordi sacó nuevo disco en Octubre!
¡Y vienen de gira a finales de ESTE mes!
¡NUEVO DISCO EN OCTUBRE Y VIENEN ESTE MES!
¡Y YO SIN SABERLO!
Empiezo a estar harta de que sólo se promocione la salida de los dicos de los Triunfitos y de Britney Spears. ¿Qué pasa con el heavy metal? ¡Uno de mis grupso favoritos tenía disco nuevo desde Octubre y yo sin saberlo! ¡Cuando pienso en ciertos regalos inútiles que pedí en Reyes porque ya no se me ocurría nada más!
Tengo que conseguir el disco, y conseguir entradas, y conseguir algún amigo caritativo que me acoja una noche en Barcelona (por este orden).
¡AAAAAAGGHHH!
¡Ping! ¡Ping! ¡Ping! ¡Ping!
*Luthien Black se va sin dejar de dar saltitos con un repentino ataque de prisa*
lunes, 2 de febrero de 2009
Exportaciones al por mayor (II): Mis proyectos literarios
No voy a dar detalles porque le he puesto mucho cariño a estas historias y no quiero que algún cabrito me las fusile, pero sí me apetecería hacer un post para comentar a los colegas y a toda la gente que se interese por ello en general) cómo van mis proyectos literarios, cuáles están empezados, cómo van, de qué van, y los que sólo son un proyecto en mi cabeza. Señoras y señores....
TERMINADO Y PUBLICADO:
-Tierra de leyendas: Libro de relatos cortos publicado por la Editorial Ábaco, de varios autores, una de los cuales es la que suscribe. Mi relato se llama La canguro y es de terror sobrenatural. Si a alguien le interesa, se puede conseguir el libro a través de la web de la editorial.
EMPEZADOS:
-La senda oscura: Novela de magos ambientada en la actualidad que trata temas como el amor, la traición, la ambición, el poder, la redención y la venganza. Tengo escrito más o menos un 65% del libro, y son casi 300 páginas de Word. Si me lo publican, creo que será bastante gordo, teniendo en cuenta que, según tengo entendido, al editar un libro la equivalencia suele ser de 2 páginas por cada una de Word.
-Crónicas de la guerra eterna (título provisional): Historia de vampiros que empieza en el siglo XI, en Venecia, y presumiblemente acabaría con el Apocalipsis. Proyecto muuuy largo y complicado, de momento tengo esbozados los cuatro primeros libros y escrito fragmentos de algunos de ellos, sobre todo del primero. Sería una saga kilométrica de esas que ríete tú de Robert Jordan, así que de momento escribo sin saber si va a tener un final, porque sería un proyecto que probablemente duraría décadas.
Va, como habréis supuesto ya, de la eterna lucha entre el bien y el mal, y supongo que a los fans de Laura Gallego no les gustaría demasiado, porque a diferencia de su último y asqueroso libro, en esta saga, los ángeles y los demonios (que salir saldrían y tendrían una papel bastante importante) serían ángeles y demonios de verdad y se dedicarían a joderse entre ellos en el mal sentido, no en el bueno.
-Alquania: Historia de sirenas (en la que las sirenas son llamados elfos marinos... claro que eso implicaría que tengo que meter elfos terrestres, aunque creo que estarán extinguidos, porque los terrestres me dan mucha flojera, están ya muy vistos). Tengo escrito un 40% del libro y de momento está aparcado por La senda oscura.
EN PROYECTO:
-Mundos paralelos (título provisional): No tengo ni medianamente esbozado el libro, porque es un proyecto muuuuy para el futuro y no tengo ni planteados los protagonistas, pero creo que es una buena idea, que es medianamente original, y ojalá algún día pueda llevarla adelante. Trata de una serie de universos, el nuestro incluido, interconectados los unos a los otros como una suerte de muñecas rusas, con un nexo en común: la escritura.
Y de momento, esto es todo. Ya os iré trayendo novedades ^^
TERMINADO Y PUBLICADO:
-Tierra de leyendas: Libro de relatos cortos publicado por la Editorial Ábaco, de varios autores, una de los cuales es la que suscribe. Mi relato se llama La canguro y es de terror sobrenatural. Si a alguien le interesa, se puede conseguir el libro a través de la web de la editorial.
EMPEZADOS:
-La senda oscura: Novela de magos ambientada en la actualidad que trata temas como el amor, la traición, la ambición, el poder, la redención y la venganza. Tengo escrito más o menos un 65% del libro, y son casi 300 páginas de Word. Si me lo publican, creo que será bastante gordo, teniendo en cuenta que, según tengo entendido, al editar un libro la equivalencia suele ser de 2 páginas por cada una de Word.
-Crónicas de la guerra eterna (título provisional): Historia de vampiros que empieza en el siglo XI, en Venecia, y presumiblemente acabaría con el Apocalipsis. Proyecto muuuy largo y complicado, de momento tengo esbozados los cuatro primeros libros y escrito fragmentos de algunos de ellos, sobre todo del primero. Sería una saga kilométrica de esas que ríete tú de Robert Jordan, así que de momento escribo sin saber si va a tener un final, porque sería un proyecto que probablemente duraría décadas.
Va, como habréis supuesto ya, de la eterna lucha entre el bien y el mal, y supongo que a los fans de Laura Gallego no les gustaría demasiado, porque a diferencia de su último y asqueroso libro, en esta saga, los ángeles y los demonios (que salir saldrían y tendrían una papel bastante importante) serían ángeles y demonios de verdad y se dedicarían a joderse entre ellos en el mal sentido, no en el bueno.
-Alquania: Historia de sirenas (en la que las sirenas son llamados elfos marinos... claro que eso implicaría que tengo que meter elfos terrestres, aunque creo que estarán extinguidos, porque los terrestres me dan mucha flojera, están ya muy vistos). Tengo escrito un 40% del libro y de momento está aparcado por La senda oscura.
EN PROYECTO:
-Mundos paralelos (título provisional): No tengo ni medianamente esbozado el libro, porque es un proyecto muuuuy para el futuro y no tengo ni planteados los protagonistas, pero creo que es una buena idea, que es medianamente original, y ojalá algún día pueda llevarla adelante. Trata de una serie de universos, el nuestro incluido, interconectados los unos a los otros como una suerte de muñecas rusas, con un nexo en común: la escritura.
Y de momento, esto es todo. Ya os iré trayendo novedades ^^
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Alquania,
escribiendo mis sueños,
Venethia sanguinis
Exportaciones al por mayor (I): Premios Daeva 2008
Con esto de que me me mudado de blog, voy a ir exportando cada día alguna de las entradas intemporales que tenía en el anterior y que me gustaría conservar aquí (antes de que blogs.ya.com se caiga definitivamente). Empezaré por una de las más recientes, publicada poco antes de Nochevieja: los Premios Daeva.
A poco menos de quince días para que acabe el año, tengo el placer de inaugurar una nueva sección en mi blog: los Premios Daeva. ¿Y qué son los Premios Daeva? Pues, ya que según el juego de rol Vampiro: el Requiem los Daeva son vampiros sensuales que disfrutan y aprecian el amor y la belleza, con estos galardones premio lo más hermoso, maravilloso, impactante y bello que he vitsto, oído, sentido, o de cualquier modo experimentado, a lo largo de un año.
Una vez aclarado esto, pasemos a anunciar a los ganadores ^^
El primer premio Premio Daeva 2008 es para:
La Sereníssima República di Venezia.
Sin duda, la ciudad más hermosa del mundo, o al menos la más hermosa de cuantes he visto (y he estado en Roma, en Londres y en París, que conste). Todo, todo, todo, en ella es maravilloso: desde sus gentes, personas amables y simpáticas que no se cortan a la hora de ayudar con una sonrisa a los extranjeros, hasta su comida, esas deliciosas sardinas en saor, los spaghetti alle vongole, los deliciosos platillos de pescado y marisco y la inevitable polenta con funghi porcini frescos, todo en ella es francamente perfecto. Sin olvidar, por supuesto, el dulce y musical idioma italiano, tan fácil de comprender para nosotros los españoles, y el clima, porque Venezia tiene algo especial: haga el tiempo que haga, vas a disfrutar de la ciudad. Desde la Venezia melancólica y gótica que se disfruta por la noche o los días de niebla y frío. hasta la Venezia romántica y seductora, lo que se experimenta cuando brilla el sol y los palazzos resplandecen bajo el cielo sin nubes mostrándonos un eco de sus tiempos gloriosos.
Y, por supuesto, no podemos dejar de hablar de lo más emblemático de Venezia: sus calles, sus casas y sus canales. No es frecuente ver en el mundo una ciudad cuyos edificios más recientes datan del siglo XVIII y cuya construcción más antigua, la catedral bizantina de Torcello, data del siglo VII. Al estar edificada sobre pilotes en medio de la Laguna, no puede expandirse, y, obviamente, nadie va a echar abajo los edificios históricos, así que Venezia permanece exactamente igual que la canción que Lúthien Tinúviel compuso en las Estancias de Mandos: inalterada, imperecedera, bella hasta las lágrimas. Cada callejón es un regalo, cada palazzo es un tesoro, cada esquina es una joya. Venezia no sólo es la piazza di San Marco; desde la más humilde dársena de Dorsoduro hasta la más bella iglesia de Canareggio, desde la más típica tienda de Santa Croce hasta el árbol más pequeño de Castello, desde el palazzo más suntuoso de San Marcos hasta el hotel más insignificante de la Giudecca, desde San Giorgio Maggiore hasta Torcello y desde Murano hasta el Lido, Venezia es un único monumento, un pedazo de Historia épico, conmovedor, bello e inigualable que protege la gloria de épocas pasadas de los estragos del tiempo.
Por esto, por todo ello y por mucho más, se lleva el primer premio.
El Segundo Premio Daeva 2008 es para:
El Monasterio de San Juan de la Peña.
Este verano, Tindomion y yo fuimos a Jaca desde su pueblo, Barbastro, y, cómo no, visitamos San Juan de la Peña. Sólo el entorno natural en el que se yergue ya es mágico; macizos de roca viva, bosques espesos de altos árboles y frondosos matorrales, naturaleza pura, vamos. Tan agreste es el paisaje, que no ves el monasterio hasta que no lo tienes delante.
San Juan de la Peña tiene la particularidad de que su techo y parte de sus paredes no están construídas por el hombre, sino que son una única y enorme roca (la "peña" que da nombre al monasterio). Su parte más antigua data de los siglos VIII al X, y se conserva magníficamente bien; además, en él se mezclan varios estilos arquitectónicos; desde el Románico más arcaico hasta el Neoclásico de las mejoras que hizo en él el Duque de Aranda. Contemplar San Juan de la Peña es recibir una completa y gratificante clase de historia del arte.
Pero lo que me hizo derramar lágrimas de emoción estando allí no fue sólo la belleza natural y arquitectónica, sino darme cuenta de la enorme fe y devoción que debían tener los monjes al elegir vivir allí, con el frío que debía hacer en invierno y lo peligroso que debía ser ponerse enfermo en un lugar que podía pasar semanas cercado por la nieve y los elementos. Según parece, antes había tanto monjas como monjes allí, pero al parecer, el amor, que poco entiende de reglas humanas, se dio una vuelta por allí, y al final mandaron a las monjas al pueblo de Santa María de Seros, dejando solos a los hombres (me oprime el corazón pensar en los corazones rotos que se debieron quedar por el camino ;_; ).
Y dos curiosidades sobre San Juan de la Peña: una, que los abades iban mitrados como los Obispos, un curioso privilegio. Y otra, probablemente será el único monasterio de España que tiene una cascada de agua subterránea y un pequeño lago en su interior.
En definitiva, por ser un canto a la fe, a la naturaleza, a la belleza y a la Historia, se lleva el segundo premio.
Y, el Tercer Premio Daeva 2008 es para:
El Messiah de Häendel.
Esta es una hermosa pieza musical barroca compuesta por el maestro Georg Friederich Häendel en el siglo XVIII. La escuché el pasado fin de semana con Tindomion en el Palau de la Música de Valencia, ya que la novia de mi padre tuvo la gran amabilidad de regalarnos entradas, sabiendo lo mucho que nos gusta la música clásica.
Casi todos los que lean este post conocerán el famoso Hallelujah, la parte más emblemática del Messiah, pero hay mucho más. De hecho, el Hallelujah sólo es un fragmento del final de la segunda parte de una magnífico oratorio en tres actos, que dura dos horas y media de concierto. Recomiendo a todo el mundo que aún no lo haya hecho que se acerque a esta espectacular pieza musical; ya os digo que el concierto duró dos horas y media, con un descanso, y no me aburrí ni un instante, ni se me hizo largo, ni nada.
Creo que la magia de la pieza consistió en buena parte en verla en directo, interpretada por una orquesta sinfónica (The English Concert, con su coro, English Voices), cuatro magníficos solistas (una soprano, Lucy Crowe, una contralto, Diana Moore, un tenor, Andrew Stalpes, y un bajo, Henry Waddington), dirigidos por Harry Bicket, y, lo más alucinante, un coro enorme, English Voices aparte, compuesto por casi 300 personas (de varios coros más pequeños y aficionados al canto coral). La primera vez que todos los miembros del coro se pusieron en pie para entonar la música, se me puso la carne de gallina. El auditorio estaba lleno hasta la bandera, y al terminar la obra estuvimos apaludiendo tanto tiempo (como diez minutos sin parar), que al final el director organizó un bis del Hallelujah. Fue muy emocionante, y, sobre todo, entrañable, porque había una enorme complicidad entre público, cantantes y músicos.
Además, el Messiah tiene algo de milagroso, porque resulta que el compositor creó la obra en tan sólo tres semanas; y, la verdad, eso de crear toda la historia de Jesús usando textos bíblicos como letra, en una composición de más de dos horas, en la que la genialidad de la melodía no decae ni un instante... pues tiene algo de inspiración divina, la verdad.
Así pues, por emocionarme, acercarme a la música clásica, encantarme y maravillarme, es justa ganadora del tercer premio.
A poco menos de quince días para que acabe el año, tengo el placer de inaugurar una nueva sección en mi blog: los Premios Daeva. ¿Y qué son los Premios Daeva? Pues, ya que según el juego de rol Vampiro: el Requiem los Daeva son vampiros sensuales que disfrutan y aprecian el amor y la belleza, con estos galardones premio lo más hermoso, maravilloso, impactante y bello que he vitsto, oído, sentido, o de cualquier modo experimentado, a lo largo de un año.
Una vez aclarado esto, pasemos a anunciar a los ganadores ^^
El primer premio Premio Daeva 2008 es para:
La Sereníssima República di Venezia.
Sin duda, la ciudad más hermosa del mundo, o al menos la más hermosa de cuantes he visto (y he estado en Roma, en Londres y en París, que conste). Todo, todo, todo, en ella es maravilloso: desde sus gentes, personas amables y simpáticas que no se cortan a la hora de ayudar con una sonrisa a los extranjeros, hasta su comida, esas deliciosas sardinas en saor, los spaghetti alle vongole, los deliciosos platillos de pescado y marisco y la inevitable polenta con funghi porcini frescos, todo en ella es francamente perfecto. Sin olvidar, por supuesto, el dulce y musical idioma italiano, tan fácil de comprender para nosotros los españoles, y el clima, porque Venezia tiene algo especial: haga el tiempo que haga, vas a disfrutar de la ciudad. Desde la Venezia melancólica y gótica que se disfruta por la noche o los días de niebla y frío. hasta la Venezia romántica y seductora, lo que se experimenta cuando brilla el sol y los palazzos resplandecen bajo el cielo sin nubes mostrándonos un eco de sus tiempos gloriosos.
Y, por supuesto, no podemos dejar de hablar de lo más emblemático de Venezia: sus calles, sus casas y sus canales. No es frecuente ver en el mundo una ciudad cuyos edificios más recientes datan del siglo XVIII y cuya construcción más antigua, la catedral bizantina de Torcello, data del siglo VII. Al estar edificada sobre pilotes en medio de la Laguna, no puede expandirse, y, obviamente, nadie va a echar abajo los edificios históricos, así que Venezia permanece exactamente igual que la canción que Lúthien Tinúviel compuso en las Estancias de Mandos: inalterada, imperecedera, bella hasta las lágrimas. Cada callejón es un regalo, cada palazzo es un tesoro, cada esquina es una joya. Venezia no sólo es la piazza di San Marco; desde la más humilde dársena de Dorsoduro hasta la más bella iglesia de Canareggio, desde la más típica tienda de Santa Croce hasta el árbol más pequeño de Castello, desde el palazzo más suntuoso de San Marcos hasta el hotel más insignificante de la Giudecca, desde San Giorgio Maggiore hasta Torcello y desde Murano hasta el Lido, Venezia es un único monumento, un pedazo de Historia épico, conmovedor, bello e inigualable que protege la gloria de épocas pasadas de los estragos del tiempo.
Por esto, por todo ello y por mucho más, se lleva el primer premio.
El Segundo Premio Daeva 2008 es para:
El Monasterio de San Juan de la Peña.
Este verano, Tindomion y yo fuimos a Jaca desde su pueblo, Barbastro, y, cómo no, visitamos San Juan de la Peña. Sólo el entorno natural en el que se yergue ya es mágico; macizos de roca viva, bosques espesos de altos árboles y frondosos matorrales, naturaleza pura, vamos. Tan agreste es el paisaje, que no ves el monasterio hasta que no lo tienes delante.
San Juan de la Peña tiene la particularidad de que su techo y parte de sus paredes no están construídas por el hombre, sino que son una única y enorme roca (la "peña" que da nombre al monasterio). Su parte más antigua data de los siglos VIII al X, y se conserva magníficamente bien; además, en él se mezclan varios estilos arquitectónicos; desde el Románico más arcaico hasta el Neoclásico de las mejoras que hizo en él el Duque de Aranda. Contemplar San Juan de la Peña es recibir una completa y gratificante clase de historia del arte.
Pero lo que me hizo derramar lágrimas de emoción estando allí no fue sólo la belleza natural y arquitectónica, sino darme cuenta de la enorme fe y devoción que debían tener los monjes al elegir vivir allí, con el frío que debía hacer en invierno y lo peligroso que debía ser ponerse enfermo en un lugar que podía pasar semanas cercado por la nieve y los elementos. Según parece, antes había tanto monjas como monjes allí, pero al parecer, el amor, que poco entiende de reglas humanas, se dio una vuelta por allí, y al final mandaron a las monjas al pueblo de Santa María de Seros, dejando solos a los hombres (me oprime el corazón pensar en los corazones rotos que se debieron quedar por el camino ;_; ).
Y dos curiosidades sobre San Juan de la Peña: una, que los abades iban mitrados como los Obispos, un curioso privilegio. Y otra, probablemente será el único monasterio de España que tiene una cascada de agua subterránea y un pequeño lago en su interior.
En definitiva, por ser un canto a la fe, a la naturaleza, a la belleza y a la Historia, se lleva el segundo premio.
Y, el Tercer Premio Daeva 2008 es para:
El Messiah de Häendel.
Esta es una hermosa pieza musical barroca compuesta por el maestro Georg Friederich Häendel en el siglo XVIII. La escuché el pasado fin de semana con Tindomion en el Palau de la Música de Valencia, ya que la novia de mi padre tuvo la gran amabilidad de regalarnos entradas, sabiendo lo mucho que nos gusta la música clásica.
Casi todos los que lean este post conocerán el famoso Hallelujah, la parte más emblemática del Messiah, pero hay mucho más. De hecho, el Hallelujah sólo es un fragmento del final de la segunda parte de una magnífico oratorio en tres actos, que dura dos horas y media de concierto. Recomiendo a todo el mundo que aún no lo haya hecho que se acerque a esta espectacular pieza musical; ya os digo que el concierto duró dos horas y media, con un descanso, y no me aburrí ni un instante, ni se me hizo largo, ni nada.
Creo que la magia de la pieza consistió en buena parte en verla en directo, interpretada por una orquesta sinfónica (The English Concert, con su coro, English Voices), cuatro magníficos solistas (una soprano, Lucy Crowe, una contralto, Diana Moore, un tenor, Andrew Stalpes, y un bajo, Henry Waddington), dirigidos por Harry Bicket, y, lo más alucinante, un coro enorme, English Voices aparte, compuesto por casi 300 personas (de varios coros más pequeños y aficionados al canto coral). La primera vez que todos los miembros del coro se pusieron en pie para entonar la música, se me puso la carne de gallina. El auditorio estaba lleno hasta la bandera, y al terminar la obra estuvimos apaludiendo tanto tiempo (como diez minutos sin parar), que al final el director organizó un bis del Hallelujah. Fue muy emocionante, y, sobre todo, entrañable, porque había una enorme complicidad entre público, cantantes y músicos.
Además, el Messiah tiene algo de milagroso, porque resulta que el compositor creó la obra en tan sólo tres semanas; y, la verdad, eso de crear toda la historia de Jesús usando textos bíblicos como letra, en una composición de más de dos horas, en la que la genialidad de la melodía no decae ni un instante... pues tiene algo de inspiración divina, la verdad.
Así pues, por emocionarme, acercarme a la música clásica, encantarme y maravillarme, es justa ganadora del tercer premio.
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Comentando lo del autobús, para no ser menos
Vamos a inaugurar este blog con un tema calentito. Como empiezo a estar harta de que día sí día también la gente esté todo el tiempo hablando sobre el dichoso autobús ateo, me gustaría consignar mi opinión aquí con una serie de puntos aclaratorios:
-Primero, un autobús no puede ser ateo, ni creyente. En todo caso, los ateos serán los que pagaron por colocar el anuncio. Basta ya de hablar incorrectamente.-Segundo, entiendo que lo pongan en Inglaterra porque allí ya estaban hasta le gorro de anuncios religiosos a diario en los autobuses, pero aquí, francamente, creo que no hacía falta, porque a diferencia de Inglaterra nunca habían aparecido eslóganes religiosos en los autobuses.
-Tercero, no me parece publicidad. No promocionan ningún producto ni siguen fines comerciales. Me parece proselitismo descarado y agresivo. ¿Alguna vez alguien ha visto anuncios en los transportes públicos firmados por cristianos exhortando a la gente a que vaya a misa, judíos amenazando con el Infierno si no se celebra el Hannuka, o musulmanes rexcordando a todos que deben ayunar en el mes de Ramadán?
-Cuarto, el mensaje que aparece en los autobuses me parece prepotente e insultante. ¿Qué es eso de "deja de preocuparte y disfruta de la vida"? Están insinuando que los que somos creyentes no disfrutamos de la vida, y eso me parece bastante arrogante. Yo creo en Dios y disfruto muchísimo de la vida, y soy muy feliz, como supongo que también lo serán muchos otros creyentes y muchos ateos. Del mismo modo, me figuro que los que llenan las consultas psiquiátricas aquejados de depresión o ansiedad son tanto creyentes como ateos. Así que es una sobrerana estupidez insinuar que hay que ser ateo para poder difrutar de la vida.
En segundo lugar, a mí no me provoca ninguna preocupación creen en Dios. Todo lo contrario. Lo que me preocuparía sería la posibilidad de que después de la muerte no haya nada y no poderme reencontrar en el Cielo con mis seres queridos fallecidos. Eso, a no ser que lo que realmente quieran decir (que es lo que me temo) sea "deja de preocuparte por los demás, y ve a tu rollo sin pensar en nadie que no seas tú, al fin y al cabo estamos convencidos de que el ser humano es egoísta por naturaleza y lo único que nos mueve a portarnos bien no es la bondad interior, sino el miedo al castigo divino". Eso es tener autoestima, muchachos.
-Quinto, lo anterior implica que los ateos, con todos mi respeto para ellos (que es más de los que ellos han tenido conmigo) no han entendido cómo vivimos los creyentes la relgiión. Seguramente se imaginan que somos una panda de reprimidos torturados y atormentados por el miedo a un dios vengativo y llenos de deseos ocultos que nuestro terror nos impide realizar. Bien, no niego que tal vez algunos extremistas del Opus Dei vivan así, pero yo personalmente creo en un Dios bondadoso, lleno de amor, que perdona y comprende a sus criaturas. Ah, y sigo los mandatos del Nuevo testamento, no los nuevos que se han ido inventando la Iglesia y sus muchachos (que son todos hombre, y por lo tanto falibles) a través de los siglos.
-Sexto, con ese mensaje están ofendiendo no sólo a los cristianos, sino también a los judíos, a los hinduístas, a los budistas, a los musulmanes... a todas las religiones. Al final va a parecer que todos ellos son una panda de amargados reprimidos ylos únicos que disfrutan de la vida sin preocupaciones son los ateos.
-Séptimo, me juego ahora mismo todos los ahorros que tengo en el banco a que todos los que han colaborado de alguna manera para poner ese anuncio en los autobuses no fueron a trabajar en Navidad a no ser que tuvieran guardia y no quedaran más cojones, y además recibieron regalos. ¿Por qué no trabajan el 25 de Diciembre y renuncian a todos los presentes, si se trata de una fiesta religiosa y ellos no creen en Dios? ¿O no será que en realidad son unos hipócritas y son ateos para hacerse los guays y llamar la atención colocando anuncios en los autobuses (habrían hecho mucho mejor servicio a la humanidad si la pasta que han pagado por ello la hubieran donado a una ONG, la verdad), pero luego ni se les ocurre ir a currar en Navidades o devolver a sus familiares y amigos el Ipod, la colonia, la ropa, los libros, o cualquiera de los regalos que les hacen? Espero equivocarme y que al menos alguno de ellos sea consecuente consigo mismo, pero lo dudo.
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