Critica de "Danza de Dragones"

Versión SIN SPOILERS:

Por fin he terminado de leerme el quinto libro de la archifamosísima saga Canción de Hielo y Fuego, que a estas alturas pocas presentaciones necesita (y menos en este blog). Ha sido un regalo adelantado por mi santo de Tindomion, al cual se lo agradezco mucho, ya que uno de los inconvenientes de este libro es sin duda su precio (38 euros te clavan por la versión en rústica), que me parece una absoluta sobrada por parte de la editorial Gigamesh, un abuso aprovechando la inmensa popularidad de la saga.

Centrándonos en el libro en sí, es claramente superior a Festín de Cuervos, pero no llega a la brillantez de los tres primeros libros de la saga. Esto es debido, creo yo, a que nos encontramos ante un libro de ritmo desigual, donde se pretende posicionar a todos los personajes en el punto adecuado para cuando arranque la traca final que, se supone, comenzará con Winds of Winter y culminará en A Dream of Spring, títulos provisionales del sexto y séptimo libros.

La trama está dividida entre varias zonas geográficas: por un lado tenemos el Norte y el Muro, por la otra, el Continente Oriental, y por último, algunos capítulos que retoman las tramas incompletas de Braavos y Desembarco del Rey. Una de las cosas más notables de este libro es que es el que más POV tiene de todos los publicados hasta ahora, muchos de ellos nuevos, y en varias ocasiones son POV que sólo aparecen una o dos veces, y/o lo hacen bien entrada la segunda mitad del libro. Esto en ocasiones puede frenar el ritmo de lectura y ser un poco desconcertante, porque cuando llevas todo el libro leyendo sobre unas tramas de repente saltas a una trama de Festín de Cuervos que en medio de este libro queda como un pegote.

Danza de Dragones no tiene tantas conspiraciones y tramas políticas como Juego de Tronos o Choque de Reyes, ni tanta acción como Tormenta de Espadas. Es, sobre todo, un libro de movimiento, en el que los personajes se dedican a tomar posiciones, a evolucionar, y a viajar de un sitio a otro. Como ya he comentado antes, esto hace que mientras las tramas de unos personajes avanzan muchísimo, otros se queden casi estancados donde están. Por supuesto, estamos en el mundo de Canción de Hielo y Fuego, de modo que vamos a encontrar sexo y violencia (aunque en dosis menores que en los libros anteriores), muertes sonadas y sorpresas todavía más sonadas. Acabaremos el libro sin estar seguros de si ciertos personajes están vivos o muertos, lo cual va a ser un buen acicate para que pasemos los próximos cinco años mordiéndonos las uñas (quisiera creer que Martin acabará el sexto antes, pero a estas alturas pocas esperanzas tengo).

Otra cosa que me ha sorprendido mucho es la cantidad de personajes nuevos (algunos de ellos importantísimos) que presenta este libro. A algunos no los conocíamos, pero otros de ellos son personajes de los que no se sabía nada desde Juego de Tronos, o que sólo habían aparecido en libros anteriores de forma testimonial, y que en Danza de Dragones cobran protagonismo convirtiéndose en secundarios importantes o incluso en personajes clave en la trama política de la historia. Por contra, hay personajes principales e importantísimos en libros anteriores que en este libro no salen, salen de forma testimonial, o incluso hacen mutis por el foro (a la manera de George Martin, ya se me entiende).

Hay una cosa que he notado a faltar en este libro, y es un buen corrector de estilo que le pasara una cepillada. Si yo fuese la editora de George Martin, le habría exigido que le quitase 400 páginas a Festín de Cuervos y otras 400 a Danza de Dragones y los publicase como un sólo libro, porque la historia habría ganado muchísimo. A los dos novelas les sobran páginas, y demasiados capítulos están llenos de paja descriptiva y trasfondística que, si bien es interesante, no aporta absolutamente nada a la trama y al final cansa. Personalmente, me quedo con la parte trasfondística. Descubrimos con ella datos muy interesantes para el lector acérrimo de la sala, como más detalles acerca de lo que realmente fue la Maldición de Valyria o la sorprendente historia de amor imposible que vivió el muy honorable ser Barristan Selmy. Dada mi natural curiosidad, aunque sean partes que no aportan mucho a la historia actual, me han gustado. Con lo que sí que no he podido es con ciertas descripciones. Hay una, en concreto, en la que George Martin empieza a enumerar las figuras que hay en una sala llena de blasones, que, la verdad, me la salté sin leerla. ¡Qué coñazo! Un buen corrector de estilo le habría dicho al autor que metiera tijeretazo.
Otro error del libro es que hay subtramas y puntos de vista que parece que el autor ha metido con la sana intención de dar tiempo a otros personajes a que lleguen a donde tienen que llegar, porque acaban en un callejón sin salida. Un buen ejemplo de esto es el POV de Melisandre de Asshai, que me parecía interesantísimo y que sólo sale UNA vez en todo el libro.

En resumen, que la nota que le pondría es un (generoso) 7, y lo mejor y lo peor de esta novela puede quedar resumido en lo siguiente:

LO MEJOR

-Las tramas del Norte, las más interesantes desde mi punto de vista.

-Las revelaciones y sorpresas inesperadas, que en este libro hay a montones (y por lo que recomiendo fervientemente NO tragarse spoilers, ya que tal cosa llevará al traste una de las mejores cosas que tiene este libro).

-Sabemos más cosas del trasfondo de Poniente, como por ejemplo la Maldición de Valyria, la familia Targaryen (en especial el reinado de nuestro querido Aegon en Improbable), la historia de Ashara Dayne, y muchas cosas más.


LO PEOR:

-El precio.

-El ritmo desigual y el hecho de que algunos de los mejores personajes (como Daenerys y Tyrion) hayan perdido bastante fuelle.

Le sobran páginas.

-El suspenso en el que nos quedamos cuando acaba el libro, porque hay muchos personajes cuyo destino es más bien incierto (vamos, que George Martin le ha cogido el gusto a eso de "hacernos un Brienne").


Y hasta aquí puedo leer. A partir de ahora, una crítica más detallada, comentando los personajes y lo más significativo de cada uno de ellos, y obviamente esta parte va a tener SPOILERS DEL TAMAÑO DE UN ESTADIO DE FÚTBOL. Por favor, si no os habéis leído el libro NO sigáis leyendo. Mirad que, si lo hacéis, os vais a quedar sin una de las mejores cosas de Danza de Dragones, que son los momentos sorpresa. A mí me spoilearon algunos y me mataron buena parte de la gracia de este libro. Por ello mismo, pido también a aquellos que me dejen comentarios que señalen los spoilers que pueda haber en ellos.


Daenerys Targaryen: La mayor decepción del libro, sin duda. La Madre de Dragones ha tenido una revolución hormonal y se nos ha vuelto una niñata ninfómana, superficial e insegura. Su obsesión sexual con Daario es vergonzosa (a la par que incomprensible, porque yo no entiendo qué le puede ver a ese tipo, a no ser que su bestialidad y brutalidad gratuitas le recuerden a un Khal Drogo descafeinado sin ápice de sentido común, de nobleza ni de carisma), y los motivos que tiene para rechazar al pobre Quentyn Martell, totalmente estúpidos. A eso se le suma la cuestión de que yo no sé qué puñetas hace en Meereen sin haber marchado aún a Poniente. Porque, hablemos claro, la única manera que tiene de evitar que se reimplante el esclavismo es quedarse a vivir allí. En el momento en que se largue, ya sea dentro de un mes o dentro de diez años, los esclavistas volverán a tomar el poder. ¿Qué pretende? ¿No volver a Poniente? ¿O dejar como regente a su marido (!) Hizdahr? Porque, en ese caso, no sé para qué se molesta en casarse con él, que le deje de regente y punto.
Y es que el famoso "matrimonio de conveniencia" es una de las cosas más estúpidas del libro (y, en mi opinión, un pegote narrativo cuya única función es mantener a Daenerys quietecita en Meereen hasta que lleguen a ella todos los personajes que tienen que llegar). Hizdahr no puede ser rey de Poniente, y si va a ser el rey de Meeren, ¿para qué atarse a él, teniendo en cuenta que ella tarde o temprano debería volver a Poniente para ser reina y casarse con alguien de allí? Si es por eso, que le entregue el poder a Hizdahr y embarque rumbo a Poniente de una maldita vez, que es lo que tendría que haber hecho desde que empezó el libro.
Y no sólo eso, sino que encima llega Quentyn Martell a ofrecerle el apoyo de Dorne para conquistar el Trono de Hierro... y ella le rechaza porque no es guapo y porque no trae a esos soldados prometidos. ¿Pero qué pretende, que todos los soldados de Dorne hagan el viaje con él? No, es que primero tiene que pacificar Meereen... ¡¡para que los esclavistas vuelvan a alzarse con el poder en cuanto lo abandone!! Al final va a pasar que Daenerys Targaryen es la versión masculina de Robert Baratheon: tan buena conquistadora/guerrera como desastrosa monarca/administradora.
Me parece a mí que Daenerys está empezando a desarrollar la locura Targaryen, porque las cosas que hace, como si pretendiera ser reina de Meeren y de Poniente a la vez, son totalmente absurdas. Además, esta no es la Dany que conocíamos. La Dany que yo recuerdo era una reina, que deseaba volver a Poniente por encima de todo y era más sabia de lo que correspondía a su edad. La de este libro es una niñata calentorra y estúpida que quiere cosas totalmente incompatibles entre sí y que no tiene la menor idea de cómo gobernar no ya un reino, sino su propia casa. Hay quien dice que esa descripción no es tan extraña si se tiene en cuenta que es una adolescente de 16 ó 17 años... ¡¡pero es que a los 13 y a los 14 era mucho más lista!! ¿Cómo es posible que sea más inteligente hace tres años que ahora? ¿Involucionan los Targaryen con la edad o qué?

Tyrion Lannister: Le falta chispa en este libro, pero es comprensible. Después de todas las putadas que le han gastado, se ha convertido en un hombre amargado, vengativo y traumatizado, y es normal que las heridas psicológicas que tiene sean tan profundas y tarden en sanar. Aún así, me da pena que sea tan duro con la pobre Penny, uno de los personajes más tiernos y entrañables de este libro, a quien el propio Tyrion compara acertadamente con la dulce e ingenua Sansa Stark. Es una lástima que él se cierre en banda a los intentos de aproximación de ella, lo cual demuestra que en el fondo él mismo tiene los prejuicios contra los enanos que tanto le molestan en las demás personas (le gustan las chicas guapas y altas, no se plantea fijarse como pareja en otra enana). Su trama va a salto de mata, lo que no es de extrañar teniendo en cuenta que algo tenía que hacer George Martin para separarlo de los dos Griff y compañía, dado que ellos van a Dorne mientras que él debe encaminarse sí o sí hacia Daenerys.
Los bailes que baila el enano en este libro son bastante interesantes (de fugitivo a esclavo y de esclavo a mercenario), y Tyrion se desenvuelve como puede en cada uno de ellos, mostrándonos que a pesar de todo sigue teniendo una mente brillante y una férrea voluntad de sobrevivir. Aún así, está tan apagado que se echan en falta sus diálogos y comentarios brillantes de los libros anteriores.
Una de las cosas que más me ha decepcionado de este libro, por cierto, es que Tyrion y Dany no lleguen a encontrarse todavía. Tenía la esperanza de que al final de Danza de Dragones ya estarían juntos, y me cabrea sobremanera tener que esperar otro libro más para presenciar en encuentro (y para saber qué es de Tyrion y de Penny).

Griff: Anonadada me he quedado con esto de que George Martin, por las buenas, haga aparecer a tres libros del final al mismísimo Aegon Targaryen, vivito y coleando. No porque haya sobrevivido, sino porque me parece rarísimo que un personaje de importancia tan capital para la saga haya estado desaparecido hasta el quinto libro. Demasiados cabos sueltos deja este asunto. Por ejemplo, ¿por qué Connigton no puso en contacto a Aegon con Daenerys y Viserys? Y, ya hablando fuera de la trama, ¿por qué George Martin ha esperado tanto para mostrarnos a este personaje? No entiendo por qué dar tanto la brasa con Daenerys por aquí y Daenerys por allá, cuando resulta que todo el tiempo había un candidato al trono más digno que ella (él, como hijo de Rhaegar, va antes en la línea de sucesión) y que, a diferencia de ella, es físicamente capaz de engendrar hijos vivos.

Jon Nieve: La gran sorpresa del libro... hasta cierto punto. Su asesinato hubiera sido mucho más sorpresivo si Melisandre no se hubiera pasado medio libro avisándole en plan "tenéis enemigos ocuuultos", "en vuestro futuro veo sangre y puñaaales", "no os separéis de vuestro looobo"... ¿y qué pasa? Pues que Jon Nieve, en un típico acto de estupidez Stark, ignora los consejos de Melisandre y acaba con más agujeros que un queso gruyere. Con bastante injusticia, creo yo, porque lo de meter a los salvajes tras el Muro para que ayuden a protegerlo contra los Otros es más que razonable, dado el limitado número de efectivos que tiene la Guardia de la Noche. Al margen de eso, por el amor de los Siete, ¿qué se gana con matarlo A ESTAS ALTURAS? Hubiese entendido que Bowen Marsh y compañía lo apuñalasen antes de que dejara entrar a la primera oleada de salvajes, incluso antes de que dejara entrar a Tormund con los demás. Pero, ¿ahora, con todos los salvajes al otro lado del Muro? De puta madre, muchachos, os habéis cargado al único hombre de la Guardia que podía controlarlos. Para eso, que lo maten antes de que los salvajes entren, porque si Jon Nieve muere no va a haber quien los controle y se va a armar la de Dios es Cristo. Además, ahora queda vacante el POV del Muro; ¿quién será? ¿Melisandre? ¿Edd el Penas? ¿Uno de los salvajes?
Y, ojo, nótese que he dicho "si muere", porque lo de la muerte no está tan claro. Ahora mismo, veo dos posibles salidas a que Jon Nieve siga teniendo su punto de vista en el sexto libro: una opción es que Melisandre le dé el beso de la vida (si Thoros de Myr puedo resucitar a Berric Dondarrion, Melisandre de Asshai puede resucitar a Jon Nieve), la otra es que Jon siga viviendo... dentro de Fantasma. De hecho, creo que por esa posibilidad justamente fue por lo que George Martin escribió ese rarísimo prólogo de Varamyr el Cambiapieles: para meternos en la cabeza la idea de que "cuando muere un cambiapieles vive su segunda vida dentro del animal al que posee". ¿Nos jugamos algo a que Jon-Fantasma acaba siendo hijo de Rhaegar y Lyanna y convirtiéndose en la Tercera Cabeza del Dragón... en su sentido más literal, poseyendo el cuerpo de Viserion o de Rhaegal?
Por cierto, de la trama de Jon Nieve me quedo sin duda con la ejecución a lo Stark del imbécil de Janos Slynt, a quien ya le tenía yo ganas desde hace tres libros. Pegué un saltito de alegría cuando la leí. ¡¡Fuckhellyeah!!

Bran: La trama más rara y surrealista. Con él, por fin podemos conocer a los Niños del Bosque y al famoso Cuervo de Tres Ojos (que da bastante grimilla). Seguimos sin saber quién puñetas es Manosfrías, ni por qué conserva la conciencia y el libre albedrío a pesar de ser un no-muerto. La trama de Bran es muy escasa y se corta demasiado rápido, ya que en la segunda mitad del libro no sabemos nada más de él (como no sean esos susurros raros que le hace a Theon Greyjoy el arciano de Invernaila). Espero que su destino NO sea quedarse encerrado entre las raíces de un arciano al otro lado del mundo teniendo visiones per insecula seculorum, porque si es así, vaya mierda de final para ese personaje. ¿Y qué pasará con Jojen y Meera? ¿Sabremos alguna vez dónde está, por qué se esconde, y qué aspecto tiene Howland Reed?

Davos Seaworth: Una de las tramas más interesantes. Por medio de Davos, además, conocemos a una importante secundario que en anteriores libros sólo había aparecido puntualmente y que resulta ser un buen jugador del Juego de Tronos a nivel local: Lord Wyman Manderly. Efectivamente, tal y como tosos sospechábamos tras leer Festín de Cuervos, Davos Seaworth no fue ejecutado y está más vivo que una sardinilla. Lo último que sabemos de Davos es que lord Wyman le ha encargado la misión de encontrar a Bran y a Rickon (de quien seguimos sin saber nada), y me ha jorobado bastante que esta parte de la trama (Davos y Bran) acabe en el primer volumen de Danza de Dragones y desaparezca totalmente en el segundo, porque hubiera preferido mil veces avanzar más en esa historia que leer los "capítulos pegote" de Jaime, Cersei y Arya, que quedan como un recorte de Festín de Cuervos pegado con celo en medio del quinto libro.

Quentyn Martell: Démosle la bienvenida (y la despedida, todo en el mismo libro) al hombre que acaba de arrebatarle a ser Jorah Mormont el título de "mayor pagafantas de todo Poniente". Sinceramente, no sé qué puñetas hace el pobre Quentyn en este libro. Es obvio que George Martin no sabía qué puñetas hacer con él. Llega a Meereen a pedirle matrimonio a Daenerys, Daenerys, estúpidamente, se le ríe en la cara y se va a fornicar con su adorado Daario (por mucho que diga ser Barristan Selmy, en esto los dornienses tenían toda la razón). ¿Y qué hace Quentyn? "Como tengo una gota de sangre Targaryen, voy a domar a los dragones que seguro que me obedecen, así Daenerys (¿se divorciará? ¿mandará matar a su marido?) querrá casarse conmigo". Muy bien, Quentyn, también acabas de arrebatarle a Eddard y Sansa Stark el título de "las ideas de bombero más estúpidas de Poniente". No había leído una decisión tan desafortunada en esta saga desde que Sansa fue a contarle a Cersei los planes de huida de su padre y el propio Ned avisó a Cersei de que sabía la verdad acerca de sus hijos. Y lo más fuerte es que, en lugar de darle dos bofetadas y meterlo dentro de un barco rumbo a Dorne, van los "amigos" de Quentyn y le siguen la corriente.
El resultado, lógicamente, es un dornienese a la brasa.
Y yo me pregunto: para esta gilipollez supina de "viajo-me rechazan-hago una estupidez-muero", ¿de verdad hacía falta la trama de Quentyn Martell? ¿Qué aporta a la saga? ¿Qué significado tiene? Una pena, la verdad, porque el pagafantas dorniense me caía bien.

Theon Greyjoy: Increíble lo que me ha pasado con este personaje. Cuatro libros odiándolo, y en Danza de Dragones ha llegado a darme pena, incluso a caerme bien. Con lo chulo y prepotente que era en el pasado, estremece pensar en las brutalidades que Ramsay Bolton le habrá hecho sufrir para quebrar su voluntad y su mente de esa manera. Un tipo simpático, el tal Ramsay. Ha conseguido lo increíble: hacer que Joffrey Baratheon parezca benevolente en comparación. Ramsay es un monstruo, un sádico y un psicópata, sin duda primo hermano del maestre Quyburn a juzgar por las aficiones comunes que poseen.
Por fortuna, Theon al final demuestra que sigue siendo un hijo del hierro y acaba redimiendo en parte sus malas acciones del pasado cuando recupera parte de su voluntad y decide arriesgar la vida salvando a la pobre Jeyne Poole (¡por fin descubrimos qué ha sido de ella después de cinco libros!). Respecto al destino de Theon y Jeyne, tendremos que esperar al próximo libro para averiguarlo, pero al menos tenemos la garantía de que han conseguido escapar de Invernalia, a juzgar por la carta de Ramsay Bolton.
Por cierto, hablando de Invernalia... al final los famosos asesinatos en serie de guardias acaban siendo un McGuffin como una catedral, porque ni se resuelven, ni se sabe qué pretendía el asesino, ni son relevantes para la trama, ni nada...

Melisandre/Stannis/Asha: La cosa ha quedado bastante en el aire. No sabemos en verdad qué ha sido de Stannis, de Asha ni de su ejército. Tenemos la carta de Ramsay Bolton, que puede o no estar diciendo la verdad. Es cierto que sabe lo de Mance, pero podría ser porque le ha capturado a él o a alguna de las chicas salvajes y ha hecho eso que él sabe hacer tan bien de sentarse tranquilamente con unos pastelitos y una copa de vino del Rejo a convencer amablemente a sus prisioneros de que le cuenten la verdad.
El capítulo de Melisadre no sé muy bien qué hace en este libro; no aporta información relevante a la trama ni se digna a bucear con profundidad en el pasado o las motivaciones de Melisandre, aparte de la leve insinuación de que pudo ser esclava en el pasado. Por otra parte, la sacerdotisa Roja me desconcierta: ¿por qué se pasa todo el libro advirtiendo a Jon Nieve de que corre un gran peligro y no mueve ni un dedo para ayudarle cuando van a matarlo? Si tanto aprecio le tiene, ¿por qué no convence a Selyse de que lo que hace está bien y de que debe protegerle, cuando es sabido que la reina hace absolutamente todo lo que Melisandre le recomienda?

Arya Stark: Poco tengo que decir de ella. Ejemplo de "capítulo pegote" que comentaba antes. No me parecen capítulos tan largos ni tan interesantes que no hayan podido ponerse en el libro anterior o esperado a incluirse en el libro siguiente.

Jaime Lannister: "Capítulo pegote" número dos. Se nos resuelve el enigma de Brienne de Tarth (sigue viva), sólo para que haya uno nuevo (¿qué ha sido de Jaime?). El del Matarreyes es otro caso de único capítulo, donde Brienne le conduce, al parecer, a la trampa de Lady Stonehearth y sus muchachos, y ya no sabemos qué es de él. Digo lo mismo que en el caso anterior: ¿realmente hacía falta este capítulo en este libro, cuando hubiera quedado mucho mejor en el siguiente, y hay tramas inmportantísimas como las de Davos y Bran que se han quedado descolgadas? Es un cliffhanger forzadísimo.

Cersei Lannister: Otra que podría haberse quedado quietecita hasta el libro siguiente (o haber terminado su trama en Festín de Cuervos). Su humillación y posterior quebrantamiento son impactantes, pero de alguna manera me han sabido a poco. ¿Y quién es ese caballero zombie que ha creado Quyburn, Gregor Clegane? Si es así (y sea como sea) es una ida de pinza de proporciones mayúsculas. Cersei es un personaje que está muy gastado. ¿Por qué Martin quita de en medio a Jon Nieve, a Kevan Lannister y a Quentyn Martell, y deja a Cersei vivita y coleando? La leona de la roca ha dado de sí todo lo que ha podido y está ya acabada, sería mejor dejarla morir en paz.

Victario Greyjoy: De este personaje sólo tengo una cosa que decir: Cthulhu fhtagn!