Emblemas de Rhaenyra y Aegon durante la Danza de Dragones. El único Dragón Verde conocido es una posada hobbit en Delagua
sábado, 29 de octubre de 2022
Crítica de "La Casa del Dragón": décimo capítulo, primera temporada
domingo, 23 de octubre de 2022
Crítica de "La Casa del Dragón": noveno capítulo, primera temporada
Capítulo nueve, queda uno para el final de la primera temporada. Lo más reseñable de este episodio es que Rhaenyra no va a aparecer en él, ni ella ni ninguno de sus allegados, porque toda la trama ocurre de principio a fin en Desembarco del Rey.
El capítulo comienza con una serie de ominosos y sombríos planos de la Fortaleza Roja, dándole a este inicio un aire bastante fúnebre. El rey ha muerto (viva el rey), y el Consejo Real se reúne para deliberar, todos ellos con unos curiosos huevecitos de piedra delante que no tenemos ni la más remota idea de para qué sirven. Se confirma que la Danza de Dragones va a tener lugar, como adelantaba el capítulo anterior, por culpa de un malentendido de la pobre pequeña Alicent y no por su desmedida ambición. No lo entiendo; si durante los anteriores capítulos los guionistas han intentado dibujarla como una mujer resentida con Rhaenyra, capaz incluso de intentar apuñalarla, obsesionada por transmitir sus miedos a su hijo Aegon, ¿por qué ahora lo basan todo en un malentendido por parte de ella? Ah, vale, sí, el blanqueo de los personajes femeninos. De hecho, son nuevamente los hombres (cómo no), en este caso los del Gran Consejo, los que llevaban tiempo planeando derrocar a Rhaenyra lo quisiera Alicent o no, porque se ve que se aburrían y tenían ganas de guerra civil. El único que aporta un poco de sensatez al asunto, lord Beesbury, que es rápidamente liquidado por ser Criston en cuanto empieza a decir que lo mismo ese cambio repentino de opinión justo antes de morir cuando sólo Alicent podía escucharlo igual es un poco sospechoso. Aquí es cuando por fin descubrimos la función narrativa de los huevecitos, que básicamente han servido para que ser Criston el psicópata (que con esto de poderse cargar a todos los nobles que quiere con impunidad ya le ha cogido el gusto) le incruste al pobre lord Beesbury la cabeza sobre el suyo. Curiosamente, aparte de asesinar a lord Beesbury, ser Criston poco más hace o dice en toda la reunión, cuando Fuego y Sangre deja bien claro que sus palabras en apoyo de Alicent fueron determinantes en convencer al Consejo Real para que apoyaran a Aegon el Mayor como sucesor.
En Fuego y Sangre, George R.R.Martin nos cuenta que las primeras batallas de la Danza de Dragones se libraron con papel y pluma, no con las armas. Cuando convencieron a Aegon de que tomara la corona, éste intento persuadir a su hermana para que lo reconociera como rey a cambio de convertirla a ella en Señora de Rocadragón. Sin embargo, aquí de buenas a primeras se decide mandar un sicario a por Rhaenyra, antes incluso de haber podido localizar a Aegon, cuya búsqueda dura gran parte del episodio. Mientras dura la búsqueda, la princesa Rhaenys, que en el libro está con Rhaenyra y forma parte desde el principio del Consejo Negro, aparece en la serie atrapada en la Fortaleza Roja por ninguna razón, con su dragón secuestrado porque según Alicent "sin Meleys, Rhaenyra quizás aceptará negociar". A ver, me da la sensación de que esta serie está contando con muchos menos dragones de los que había en verdad. Incluso sin Meleys, los Negros seguían teniendo más dragones (un total de siete con Syrax, Caraxes, Vermax Arrax, Tyraxes, Borrasca y Danzarina Lunar) que los Verdes (que contaban con un total de seis: Fuegosol, Sueñafuego, Vaghar, Tessarion, Shrykos y Morghul). No me parece, dada esta proporción, que retener a Meleys sea tan decisivo como deja entrever la serie.
A continuación, Alicent discute con su padre, diciéndole que ella ha sido sólo una pieza en sus planes, que él la ha manipulado para querer lo que él deseaba que ella quisiera, etc. Vamos a ver, ¿no era que al principio del capítulo estaba convencidísima de que la última voluntad de Viserys había sido que reinara su hijo Aegon? De verdad, cómo me saca de la historia el hecho de que las motivaciones de los personajes cambien alegremente según los guionistas tocan la pandereta.
Después de una absolutamente innecesaria escena de podofilia entre Larys y Alicent, que parece haber sido escrita con el único fin de complacer a Quentin Tarantino, vemos a ser Arryk rescatar a Rhaenys de su encierro. Suponemos que ha decidido cambiar de bando al ver hasta qué punto era llorón, cobarde y reticente a reinar Aegon el Mayor, aunque en el libro finiquitaban el tema haciendo que ser Arryk fuera fiel a Rhaenyra por la sencilla razón de que estaba a su servicio en Rocadragón. Tras pasar por el patio, donde está ahorcado uno de los nobles que no quisieron dar su apoyo a Aegon (¿no había otro sitio donde colgarlo? ¿por qué lo dejan ahí, si no tiene ningún sentido que lo hagan como escarmiento teniendo en cuenta que la Fortaleza Roja está ocupada por los leales a los Verdes?). En medio de la turba que acude a la coronación de Aegon, Rhaenys se separa de ser Arryk, y se escabulle de la ceremonia sin que nadie la vea.
Tarantino viendo este capítulo: ¡No estás solo, Larys!
Tras su coronación, Aegon esgrime la espada Fuegoscuro frente al pueblo, es aclamado, se le nota en la cara que ya no le parece tan mal eso de ser rey y que empieza a cogerle gusto a la idea... y entonces, de repente, surge del SUELO (!!!) el dragón Meleys con Rhaenys montada encima, cargándose con su aparición a doscientos o trescientos espectadorcillos inocentes de nada, y se acerca al estrado donde están Aegon recién coronado, sus hermanos Aemond y Helaena, Alicent y Otto Hightower y ser Criston Cole. Es decir, TODO el núcleo duro de los Verdes al completo. Lógicamente lo ÚNICO que tendría sentido que sucediese ahora es que Rhaenys dijera "Meleys, dracarys" y se acabara la serie.
PERO NO.
Más allá de total absurdo y sinsentido de pretender que Rhaenys haya podido salir del sept, llegado a Pozodragón, derrotado a todos los que supuestamente la estaban esperando a pesar de estar desarmada, encontrar una armadura de su talla, ponérsela, ensillar a Meleys y volver TODO ELLO EN UN MINUTO, más allá del sinsentido de que el dragón surja de debajo de la tierra como si fuera un hongo (¿ahora resulta que entre Pozodragón y el sept existe un túnel secreto lo bastante grande para que lo recorra una criatura del tamaño de Meleys?), pretenden hacernos creer que Rhaenys ha tenido delante a Aegon el Mayor y a toda su familia Y NO LOS MATA. Pero a ver, ¿POR QUÉ COÑO NO LES MATA? ¡¡No tiene ningún sentido!! ¡¡Podría haber acabado con la guerra civil en un segundo!!
sábado, 15 de octubre de 2022
Crítica de "La Casa del Dragón": octavo capítulo, primera temporada
Por fin puedo traer la reseña del octavo capítulo. Bastante tarde, lo cual lamento mucho, pero realmente me está causando problemas el hecho de que esta serie se estrene los domingos de madrugada, porque el trabajo durante la semana me deja MUY POCO TIEMPO para ver series o hacer cualquier otra cosa que no sea currar en el despacho. Ojalá se estrenase los viernes; en tal caso, podría tener casi siempre listas las reseñas al día siguiente en vez de tener que esperar a mitad de semana, o lo que es peor, al fin de semana como en este caso.
En fin, vamos al lío. El octavo capítulo de la serie se va a dedicar por entero a un episodio que, en el libro Fuego y Sangre, se limita a menos de los páginas: la cuestión sucesoria de Marcaderiva y la cena de reconciliación organizada por Viserys. Me da una mezcla de pena y grima cada vez que veo a Viserys aparecer en pantalla; se supone que el rey pasó sus últimos años enfermo, con grades dolores torácicos, debilitado y con un sobrepeso que le hacía todavía mas difícil y doloroso moverse; no se convirtió en un zombie esquelético al que le faltaba media cara. Creo que se han pasado tres pueblos con el maquillaje; en Juego de Tronos se vieron caminantes blancos con mejor aspecto.
Empezamos con un cambio respecto al libro: lord Corlys ha sido gravemente herido en una batalla contra piratas, la herida se le ha infectado y Rhaenys y uno de los hermanos de Corlys (seguimos sin saber cuál de los dos) discuten sobre quién debe ser el heredero de Marcarderiva; Rhaenys apuesta por Lucerys, pero el hermano Velaryon se niega porque dice que en tal caso su linaje desaparecerá y Marcaderiva acabará en manos de un Strong. En Fuego y Sangre, lord Corlys cae enfermo por unas fiebres sin piratas de por medio, y es Rhaenyra, no Rhaenys, la que le urge a que nombre heredero a Lucerys. Los indignados por la idea son los numerosos sobrinos de lord Colrys, entre ellos Vaemond Velaryon, porque a estas alturas de la historia todos los hermanos de la Serpiente Marina están ya muertos. Sea como sea, me desconcierta bastante la ciega lealtad de Rhaenys por Rhaenyra, teniendo en cuenta que en el anterior capítulo la dejamos llorando a gritos por creer a Laenor muerto debido a las intrigas de Rhaenyra y Daemon. ¿Por qué muestra esta mujer tanta lealtad por la mujer que cree que le arrebató a su hijo?
Mientras, en Rocadragón, Rhaenyra y Daemon parecen preguntarse lo mismo. A juzgar por la carta de Baela, la serie ha convertido a Vaemond Velaryon en el hermano de Corlys, cuando en realidad es su sobrino. No entiendo muy bien el motivo de este cambio. Tanto por el aspecto de Baela como por el de Jacaerys, vemos que la serie ha hecho un nuevo salto temporal, de unos cinco años a juzgar por el aspecto del pequeño Joffrey. A causa de las disputas por la herencia de Marcaderiva, la princesa y su esposo deciden regresar a Rocadragón, donde los recibe la reina Alicent vestida con uno de sus sempiternos trajes verdes. Se entiende el motivo de que los partidarios de Alicent se llamen los Verdes, pero seguimos sin tener el menor motivo para que los de Rhaenyra se llamen los Negros, porque el único momento en que recuerdo haberla visto vestir de ese color fue en el funeral de Laena. En todo caso, sus partidarios deberían llamarse los Rojos. ¡Y por fin conocemos a uno de los famosos gemelos Cargyll! Aunque no tiene mucho sentido que se trate de ser Erryk, puesto que Erryk era el Escudo Juramentado de la princesa Rhaenyra. Era Arryk quien estaba a las órdenes de Alicent, y no le veo sentido alguno a meter a los dos hermanos en el mismo bando.
miércoles, 5 de octubre de 2022
Crítica de "La Casa del Dragón": séptimo capítulo, primera temporada
Por cierto, se me ha ocurrido un juego: cada vez que un Velaryon diga en pantalla que ellos son de pura sangre valyria, ¡chupito!
La escena posterior del funeral nos muestra a un lord Larys encantado de haberse conocido, un Lucerys de buen corazón, un rey Viserys cada vez más ajado que empieza a confundir a Alicent con Aemma, y unos hermanos Aegon y Aemond que vienen a ser el tándem Viserys-Daenerys de esta serie, porque nos muestran a Aegon como un borracho cabeza hueca e irresponsable y a Aemond como un muchacho mucho más centrado, calmado y consciente de su deber y posición (aunque según Fuego y Sangre Aemond es mucho más aguerrido y feroz que su hermano mayor, con un temperamento incendiario).
Esa noche, Colrys y Rhaeny mantienen una interesante discusión sobre a quién es mejor dejar tu legado: a aquellos que llevan tus apellidos, pero no tu sangre, o a aquellos que llevan tu sangre aunque no lleven tus apellidos. Parece que la Serpiente Marina se inclina por la primera opción, y a mí sinceramente no me entra en la cabeza. No es medieval en absoluto; la sangre y el honor estaban por encima de todo. Si Colrys tuviera la sospecha razonable de que los hijos de Rhaenyra fueran sus nietos podría funcionar, pero tal y como han cambiado las cosas en la serie es imposible. Que hayan destrozado la verosimilitud y la tensión dramática de un conflicto tan importante para la historia sólo por hacer inclusión forzada a martillazos... de verdad, no quiero repetirme, pero esto es algo que me saca continuamente de la historia. No me deja suspender la incredulidad. Y me joroba muchísimo no poder disfrutar al máximo de esta historia.
Mientras tanto, Daemon y Rhaenyra mantienen su propia conversación, que me ha dejado un poco triste, ya que de ella se desprende que aunque ser Harwin Strong amaba a Rhaenyra, ella no lo amaba a él. Daemon le dice "él te profesaba total devoción", a lo que ella contesta que él "la hacía sentir deseada" y "confiaba en él". Sin embargo, en justicia debemos admitir que en este aspecto la serie sigue escrupulosamente la cronología de los libros. Toda esta historia de que Rhaenyra no amaba a Harwin es para poder justificar de modo coherente que se folle a Daemon al final de la conversación -en lo que viene siendo la escena de sexo más mojigata jamás rodada en el universo de Juego de Tronos-, dejando caer algo que también se insinúa en los libros: que el verdadero amor de de Rhaenyra siempre ha sido Daemon, del mismo modo que ella lo ha sido de él. Por eso me fastidia tanto que Rhaenyra le diga "te deseo", cuando debería haberle dicho "te amo".
A continuación viene la que para mí acaba de convertirse en la mejor escena de toda la serie: el momento en que Aemond reclama a Vaghar. Me encanta que hayan dotado de tanta personalidad a la vieja dragona, que al principio le gruñe pero lo deja en paz, luego se cabrea al ver que insiste y abre la boca dispuesta a carbonizarlo, pero cuando Aemond se dirige a ella en valyrio y ella se da cuenta de quién es, admite que la monte... y acto seguido lo pone a prueba. "Está bien, muchacho", casi oímos decir a la anciana. "Te aceptaré como jinete... si sobrevives a mi vuelo". Y lo que viene a continuación, con Vaghar sobrevolando la bahía de Marcaderiva a la luz de la luna, es tan espléndida y tan bien rodada que no me extrañaría que se hayan gastado la mitad de presupuesto de la serie sólo en esta escena.
Lo que viene a continuación difiere bastante de los libros, aunque al final el resultado es el mismo. En el libro, Vaghar no se encuentra a solas en la playa, sino en el patio de Marea Alta, junto a los demás dragones. El el pequeño Joffrey Velaryon, que tiene tres años, descubre a Aemond intentando montar a Vaghar y trata de impedírselo, motivo por el cual Aemond lo lanza de un empujón sobre un montón de estiércol de dragón. Es esta afrenta la que hace que Jacaerys y Lucerys lo ataquen cuando regresa, montándose una pelea en la que Aemond, enfadado, los llama bastardos. Jace se lanza contra él, Aemond lo tumba en el sueño a puñetazos y Luke saca el puñal y le asesta a su primo un tajo en la cara para defender a su hermano mayor, causándole así la pérdida del ojo. En esta pelea Rhaena y Baela Targaryen ni siquiera están presentes, y tampoco tiene sentido que quisieran reclamar a Vaghar, primero porque cuando pierden a su madre no tienen más que cuatro años (en la serie las han puesto bastante más mayores), y segundo porque ambas poseen ya sus propios dragones: Baela a Danzarina Lunar, y Rhaena está esperando a que eclosione un huevo de la nidada de Syrax que en el futuro se convertirá en su dragona Alba.
En la serie, sin embargo, Rhaena y Baela se enfadan mucho porque consideran que Aemond ha robado el dragón de su difunta madre, que una de ellas quería reclamar, y eso es lo que provoca la pelea, ya que ellas se lanzan a golpear a Aemond, éste les devuelve los golpes, y los tres hijos de Rhaenyra intervienen para ayudarlas. Aunque la sensación "pelea en medio del patio del colegio sin que los profesores vean nada" está bastante bien conseguida, veo excesivo que Aemond parezca tan dispuesto a matar a Lucerys, porque realmente no ha ocurrido nada en la serie que haya causado tal animadversión entre los primos como para que quieran, literalmente, matarse a golpes. En la serie es Jacaerys, el mayor, en defensa de Lucerys, el pequeño, quien le acaba sacando el ojo a Aemond, justo al contrario que en el libro.
Sea como sea, el resultado es el mismo: Aemond acaba tuerto, Viserys los interroga a él y a su hermano, y finalmente establece que cualquiera que vuelva a cuestionar la legitimidad de los hijos de Rhaenyra perderá la lengua. Todo calcado a la escena del libro, lo cual me parece excelente... de no ser por esa repentina ida de olla en la que Alicent agarra una daga y ataca con ella a Rhaneyra. Aquí hay dos cosas mal: primero, Alicent jamás perdería la compostura de esa manera, y segundo, a pesar de que los asesinatos impunes entre nobles en plena corte estén ocurriendo desde el primer capítulo, sigo sin creerme que la reina intente apuñalar a la princesa heredera y la Guardia Real, que está presente, NO HAGA NADA. Y aún me creo menos que Otto Hightower se ALEGRE y la FELICITE.
Había un cabo suelto en este capítulo. Para cuando Aemond reclama a Vaghar en el libro, Rhaenyra es ya tan viuda como Daemon. Suponía que la muerte de Laenor tendría que venir por fuerza en este capítulo... pero no contaba con que, en el universo woke, si eres negro y homosexual tienes doble inmunidad de guión; da igual si muere en el libro, en la serie no lo pueden matar porque sería racista y LGTBfóbico. Así que se monta un burdo montaje que no se creería ni el Tato para hacer pasar por muerto a un Laenor que huye libre, rapado y feliz, cuan liberto en el Ferrocarril Nocturno, para revolotear por las Ciudades Libres junto a su amado ser Qarl.