Dedico esta humilde reseña a la memoria de Carrie Fisher y de su madre, la inmortal Debbie Reynolds. Nunca os olvidaremos, maestras. Que la Fuerza os acompañe.
Al final he ido a ver Rogue One. Tras el chasco que me llevé con El Despertar de la Fuerza, en esta ocasión no he ido con el hype tan subido ni con las expectativas tan altas. Tenía miedo de que Disney la cagase (otra vez). A juzgar por el trailer, me temía lo peor: una especie de Katniss Everdeen rebelde luchando por la galaxia, tal vez con el temido triángulo amoroso incluido, sobre todo teniendo en cuenta que, según los rumores, Disney había exigido a los guionistas que rebajaran el tono oscuro de la película. De modo que, en lugar de comprar las entradas dos semanas antes e ir el día del estreno como la vez anterior, esperé a ver qué me contaban mis amigos.
Y resultó que mis amigos la ponían por las nubes.
Reticente, pero esperanza, evité los spoilers todo lo que pude y me encaminé al cine junto a Tindomion, que tampoco iba muy entusiasmado.
Y me gustó.
En serio, me gustó. Salí del cine dando saltitos, entusiasmada, y comenté de inmediato, incluso antes de salir del cine, que Rogue One le pega 40.000 patadas al Despertar de la Fuerza. Y no escogí el número al azar; no, señores. Porque lo que vi en el cine no era Star Wars. Era Warhammer 40.000.
Vale, de acuerdo; el trasfondo era el de Star Wars, y algunos personajes (Mon Mothma, Bail Organa y otros cameos de los que hablaré en los spoilers) eran también de Star Wars. Pero ahí acaban todas las coincidencias. Vamos a ver, a aquellos que seáis conocedores de los dos universos: si os hablo de soldados de a pie desesperados ante un enemigo muy superior que posee poderes oscuros, familias destrozadas, muerte, sufrimiento, extraños métodos de tortura mental para leer mentes, armas descomunales, personajes amorales con una amplia escala de grises, oficiales "del bando de los buenos" que dan órdenes moralmente reprobables en pro de un bien mayor... ¿pensáis en Star Wars o en Warhammer 40.000? Pues por ahí precisamente es donde voy. Con esta película, el space opera se nos va al carajo. Hay héroes, pero no buenos, morales, gloriosos y con inmunidad de guión, sino héroes imperfectos, traumatizados, sombríos, sucios, desesperanzados. El mundo es terrible y violento, no te puedes fiar ni de los que supuestamente son tus amigos. Ah, y el Lado Oscuro de la Fuerza vuelve a dar MIEDO por fin, por el amor de Dios, ya iba siendo hora. Vamos, que para que Rogue One dejara de ser Star Wars y se convirtiera en 40K solamente faltaba esto:
O esto:
Los actores son decentes, aunque no tienen el carisma del clásico trío (o cuarteto, si incluimos a Chewbacca). El guión, la dirección y los diálogos son mil veces mejores que los del Despertar de la Fuerza. Todo lo que en aquella película fallaba, con esta lo aciertan. Comentaba un amigo en Facebook que "con el Episodio VII se pusieron nerviosos y la cagaron, con esta se lo han tomado con tranquilidad y la han bordado". Creo que es muy probable que tenga razón. Aunque las comparaciones sean odiosas, es inevitable comparar El Despertar de la Fuerza a Rogue One, pues hay tan sólo un año entre ambas y las dos suponen el estreno de Disney en la pantalla grande con esta saga. Y la verdad es que el Episodio VII era el ejemplo perfecto de secuela que se va al carajo porque en lugar de estar hecha con el corazón parece salida directamente del departamento de marketing de Disney; tiene punto por punto todo lo que se supone que, según las encuestas y los estudios de mercado, debía estar buscando el público: aire retro, guiños a la saga original, recuperación de viejos personajes... les daba tanto miedo arriesgar, que al final se pasaron de conservadores y rodaron algo que prácticamente era el remake de Una Nueva Esperanza, lo cual fue un grave error, porque el resultado podía resumirse en "más de lo mismo pero mucho peor". Rogue One, en cambio, era una película supuestamente "menor", un one shot que se escinde de la familia Skywalker para explorar ramas secundarias de la historia. Por ello, sus responsables han tenido más libertad para hacerla como les diera la gana, y el resultado está a la vista: una película hecha con el corazón, no con la calculadora, tan superior a su predecesora que para mí, y para muchos fans, ya es la mejor película de Star Wars después de la trilogía original.
Sin revelar nada del argumento, poco puedo decir que no se sepa ya: la película narra la historia de Jyn Erso, hija del ingeniero imperial Galen Erso, que junto a un grupo de rebeldes se embarcará en una peligrosa misión para robar los planos de la Estrella de la Muerte: la única opción que tiene la Alianza para conseguir derrotar al todopoderoso Imperio Galáctico. Sólo un comentario, que me tiene bastante sorprendida: dado que la película termina justo donde empieza Una Nueva Esperanza, me parece increíble y hasta ridículo que haya periodistas que hayan planteado "si va a haber o no una secuela". Pues sí, señores, hay una secuela. Se rodó en 1977. Hace falta ser muy canelo para hacer esa pregunta.
Lo que temía encontrarme en la película. Afortunadamente, no fue así.
A partir de aquí, entramos en la zona SPOILER. Recomiendo no seguir leyendo a no ser que ya hayas visto la película, no tengas interés alguno en verla, o no te importe en absoluto ir al cine con todo el argumento destripado del principio al final.
Lo que me ha gustado:
-Mads Mickelssen como Galen Erso ha sido todo un acierto. Se come la pantalla cada vez que sale. Para mi gusto, el mejor actor de la película.
-Que la película explique (¡por fin!) una de las grandes incógnitas de la trilogía original: cómo era posible que un arma como la Estrella de la Muerte tuviera un fallo tan básico que permitiera a los rebeldes reventar el núcleo, cuando hubieran podido impedirlo mediante el simple procedimiento de poner una rejilla. La respuesta es que FUE INTENCIONADO: el ingeniero jefe del proyecto era contrario al Imperio y creó la vulnerabilidad a propósito para dar a los rebeldes una oportunidad de destruirla. ¡Minipunto para la trilogía clásica, que se libra de ese modo de una de las pocas grandes incoherencias que tenía!
-Jyn también me ha gustado mucho. Tenía miedo de que acabara siendo una especie de Katniss espacial, pero su historia y su carácter me han parecido muy bien hechos. También me gusta cómo evoluciona el personaje, desde una mera superviviente que está sola e intenta arreglárselas como puede hasta una joven cuyo amor por su padre acaba empujándola a hacer una hazaña que salvará la galaxia en el futuro.
-Me sorprendió y me gustó muchísimo que resucitaran digitalmente a Peter Cushing y rejuvenecieran a Carrie Fisher (¡ay!) para la película. Un precioso homenaje a los actores y a la saga original que me encendió el corazón, al igual que a todos los fans de la vieja escuela (creo yo). Fue un gustazo ver al Gran Moff Tarkin aplicando su doctrina de terror.
-Los cameos, que tenemos en abundancia. Los hay más prescindibles (como el de C3PO y R2D2, que mola pero está un poco metido con calzador), hasta geniales, como el famoso proscrito que importunó a Luke y a Obi-Wan en la cantina de Mos Eisley, e incluso emocionantes, como los sempiternos Mon Mothma y Bail Organa hablando entre ellos de Obi-Wan, de Leia y del capitán Antilles. Son cameos hechos para subir el hype de los fans hasta la estratosfera, y en su mayor parte lo han conseguido.
-Y por último, pero no menos importante, DARTH VADER. Vale, no creo ser original cuando digo que los cinco minutos finales son LO MEJOR de la película, pero ¡Diooooos! ¡Es que da auténtico miedo! Ese pasillo oscuro, esa respiración, y de repente ahí aparece con su sable láser rojo, cargándose a los soldados rebeldes casi con desprecio. Los gritos, las caras de terror, la desesperación, contrastadas con la crueldad y frialdad absolutas que vienen a decir "sois escoria, no podéis competir conmigo, no tenéis nada que hacer". ¡ESE es el auténtico Darth vader! ¡ESE, no el adolescente-emo-ojos-de-yonki-mata-padawans! Es imposible no ver la escabechina final sin sentir un escalofrío recorriéndote la espalda, que es a la vez de terror y de emoción. De hecho, vale la pena ver Rogue One sólo por ver esta escena.
Lo que no me acaba de convencer:
-Eso de un planeta sagrado dedicado al culto a la Fuerza me chirría un poco (¿no se supone que el centro de la religión Jedi era el Templo de Coruscant? ¿cómo es que entonces hay un planeta entero consagrado a los Jedi y no era la sede del Consejo?). Resulta que en dicho planeta, aunque obviamente no quedan Jedis, sí quedan una especie de sacerdotes que eran ayudantes de los maestros del pasado y que, a efectos del juego de rol, se diría que tienen el mérito "sensible a la Fuerza". Hasta ahí todo bien, pero, ¿de verdad era necesario meter una especie de terroristas yihadistas a los que sólo les hace falta gritar "Yodahu Akbar" antes de lanzar una bomba?
-El tema de la ambigüedad moral no pega en el universo de Star Wars. El piloto de la Alianza Rebelde que asesina a un informador para que no lo capturen, el encargado de seguridad que ordena matar a Galen Erso a pesar de ser un científico inocente que encima quiere ayudar, los yihadistas de la Fuerza, los líderes rebeldes que se niegan a buscar los planos y se dan por vencidos... esa escala de grises morales es interesante desde el punto de vista argumental, pero es uno de los motivos por el que me daba la sensación de estar viendo el universo de 40K. Star Wars es una space opera, un cuento de hadas galáctico donde en lugar de magos hay jedis y en lugar de dragones hay naves espaciales, y en ese mundo los buenos son buenos y los malos son malos; no hay ambigüedades morales. Como dijo alguien en una crítica que leí, "quien quiera personajes grises que vea Juego de Tronos".
-Matar a todo el comando Rogue One sin excepción me ha parecido un giro excesivo. Muchos llaman a ese final "valiente", pero yo lo llamo "forzado", además de nuevamente contrario al espíritu de Star Wars. Entiendo que pueda morir alguien, pero es que aquí se muere hasta el apuntador. La muerte del piloto renegado completamente arbitraria (se muere porque una granada cae por casualidad en su nave), imposibilitando así la huida de Jyn y Cassian, cuando lo lógico habría sido que el piloto consiguiera pasar desapercibido entre sus ex compañeros y sacara de allí in extremis a Jyn y a Cassian, levantando el vuelo un segundo antes de que el impacto de la Estrella de la Muerte lo devorase todo. ESO habría sido propio de Star Wars, no lo de "nos cargamos a todo el mundo y se acabó".
-La gente también aplaude porque no hubo beso al final, pero francamente, es algo que ni me va ni me viene. No lo considero un acierto ni un fallo; si había romance bien y si no, pues también. Lo cierto es que había poca química entre los actores protagonistas.
Lo que NO me ha gustado:
-El doblaje. Con diferencia, lo PEOR de la película. Algunas voces, como la de Saw Guerrera o la del informador de Cassian al principio de la película, son ridículas. Y las de los personajes de la trilogía original me sacaban totalmente de la historia. De acuerdo, sé que Constantino Romero está muerto, eso no lo podemos cambiar, pero, leches, ¿tanto costaba sintetizar una voz que recordara a la suya? ¿Y tan difícil era encontrar a unos actores de doblaje cuya voz se pareciese MÍNIMAMENTE a la del Moff Tarkin y la Princesa Leia originales. ¡Cada vez que abrían la boca me rechinaban los dientes?
-Algunos personajes toman decisiones absurdas sólo porque el guión requiere que desaparezcan del mapa, y eso se nota mucho. Especialmente chirriante resulta la muerte de Lyra Erso, que decide sacrificarse dejando sola a su hija de una manera completamente estúpida. A ver, está claro que no puede impedir de ninguna manera que el Imperio se lleve a su marido, ni con pistola ni sin ella. ¿Cómo puede ir directa a que la maten dejando sola a su hijita? No me creo que una madre actúe así, sobre todo cuando no tiene posibilidad ninguna de salvar al marido y sabe que apareciendo sólo va a conseguir que la maten o se le lleven, dejando sola a la pequeña si los Imperiales no pueden encontrarla o llevándosela de rehén si lo consiguen. La verdad, si tan necesario era sacar a Lyra de en medio, que hubiera muerto de verdad y punto. Otro que tal es Saw Guerrera, que a pesar de ser un fanático luchador de la causa rebelde, cuando el Imperio revienta su ciudad y su refugio decide quedarse quieto y morir, en lugar de huir con los demás rebeldes para seguir luchando contra los imperiales. Habría entendido que el personaje se inmolara para permitirles escapar a ellos, pero ese sacrificio gratuito, sin más... no me pega nada con el personaje.