Hace tiempo me prometí no volver a escribir cabreada, pero es que hay veces que no me puedo contener. Hay temas que suplican que escriba sobre ellos, y éste es uno que me tiene especialmente harta.
La gente en España critica un montón a los políticos. Sobre todo al PP; algunos, más imparciales o más informados, hablan del PPSOE, e incluso de "los políticos" en general, sin distinguir ideologías ni colores, lo cual sin duda está más cerca de la verdad. "El problema de España es que los políticos roban y se tapan unos a otros", dice la gente. "El problema son los puestos a dedo, los amiguismos, los enchufes, la corrupción, los sobres bajo mano y el esto lo hacemos todos y aquí no ha pasado nada".
¿Quieres saber quién es el culpable?
Te sugiero que empieces por ti mismo.
Vale, probablemente ninguno de los que me estén leyendo sean políticos, y pocos tendrán un cargo importante en una empresa. Pero haced introspectiva por un instante, y responded con sinceridad: ¿Alguna vez habéis robado algo, no importa lo nimio que sea? ¿Alguna vez habéis pedido que os pagaran u os cobraran en negro, para ahorrar impuestos? ¿Alguna vez habéis esperado que un familiar, amigo o conocido os diera alguna prebenda (trabajo, nota más alta en un examen, un puesto en el equipo, una plaza en un curso...) sólo porque erais vosotros, aunque hubiese un desconocido que lo mereciera más? ¿Y vosotros, habéis concedido otra prebenda similar a alguien?
Y lo más importante, aunque no hayáis tenido la oportunidad de hacerlo. ¿Lo haríais si pudierais? Si vuestro mejor amigo y un desconocido optaran a la última plaza en un curso que organizáis, ¿se la daríais a vuestro amigo, aunque el desconocido hubiera enviado la solicitud primero? Si pudierais pagar veinte euros menos al fontanero para ahorraros el IVA y nadie se fuera a enterar, ¿querríais pagar el impuesto de todas maneras? Si pudierais hacer valer vuestra influencia para que un amigo o familiar vuestro consiguiera un buen trabajo aunque no fuera el más apto, ¿lo ayudaríais? Si vosotros pidierais ese mismo favor a un amigo o a un familiar y éste se negara, ¿os enfadaríais con él?
Y lo más importante, aunque no hayáis tenido la oportunidad de hacerlo. ¿Lo haríais si pudierais? Si vuestro mejor amigo y un desconocido optaran a la última plaza en un curso que organizáis, ¿se la daríais a vuestro amigo, aunque el desconocido hubiera enviado la solicitud primero? Si pudierais pagar veinte euros menos al fontanero para ahorraros el IVA y nadie se fuera a enterar, ¿querríais pagar el impuesto de todas maneras? Si pudierais hacer valer vuestra influencia para que un amigo o familiar vuestro consiguiera un buen trabajo aunque no fuera el más apto, ¿lo ayudaríais? Si vosotros pidierais ese mismo favor a un amigo o a un familiar y éste se negara, ¿os enfadaríais con él?
Creo que el 99% de la gente contestará al menos a una de estas preguntas con un "sí". Y es ahí a donde quiero llegar, al meollo de la cuestión. La gente se queja de los políticos y los empresarios de este país por hacer esas cosas, pero en el fondo son actitudes que se ven en todas partes. Ellos no son peores que el resto de la sociedad; son el producto y el reflejo de ésta. La única diferencia que hay entre ellos y nosotros es que ellos pueden hacerlo, y nosotros no.
"Pero es que ellos son peores", podríais objetar. "Ellos tienen la responsabilidad y el deber de dar ejemplo, puesto que son cargos públicos, y si cometen una injusticia afectan a millones de españoles".
Evidentemente
cuanto más poder tengas, más daño podrás hacer. Pero yo no hablo de quién hace
más daño, sino de la mentalidad imperante en este país: es un problema que
tenemos todos. Los políticos llegan al poder y lo hacen porque todo el mundo lo
hace. No son distintos al resto de la gente. Esta es la diferencia entre Japón,
donde un Ministro de Exteriores tuvo que dimitir al descubrirse que había aceptado una donación de 435 euros, y España, donde impera el yo no te he visto si tú no me has visto, que entre bueyes no hay
cornadas.
La educación y los principios nacionales empiezan desde abajo,
y la mentalidad global que tenemos en este país es cosa de todos. En este país la picaresca se ve como algo de lo que enorgullecerte, no como
algo de lo que avergonzarte. Yo he oído a un chico, delante de mí, contar muy orgulloso cómo robó un microondas de una tienda de electrodomésticos sin que el dependiente se coscara de nada, y cuando le reproché que eso no era para enorgullecerse porque había cometido un delito, me miró con una expresión entre la incredulidad y el desprecio, como diciendo "menuda pardilla, ésta no sabe de qué va la vida". Si le dices al fontanero que quieres factura, te mira como si fueras tonto o como si quisiera asesinarte. En los ambientes literarios, donde he empezado a moverme, la gente habla de premios literarios importantes como el Planeta o el Minotauro, comentando que están dados de antemano, con toda la naturalidad del mundo. Es algo que todo el mundo sabe, y es lo que hay: lo aceptas como lo que es, la realidad normal, y punto. A nadie se le ocurre protestar.
Por consiguiente, nadie espera en realidad que los líderes den ejemplo, porque nadie cree de verdad que éstos vayan a ser honestos y a no aprovecharse de su puesto cuando ellos mismos serían los primeros que lo harían de tener oportunidad. Esta es la mentalidad en España. Si puedes evadir impuestos o meter mano en la caja y no lo haces, no eres honrado, eres gilipollas.
Si no le das el puesto de responsabilidad o el trabajillo al colega de turno, no eres imparcial,
eres un mal amigo. Cuando hasta el escalafón más humilde de la sociedad
española todos ven el amiguismo, el nepotismo y el chanchullo como algo normal,
esperable e incluso deseable, pretender que un español llegue a un puesto de
poder y no haga lo mismo, es señal de una profunda hipocresía.
En definitiva, estoy cansada de oír a la gente decir que los políticos son unos ladrones y que España necesita un cambio. Será verdad, pero España nunca
tendrá un cambio si no entendemos que lo que hay que hacer es cambiar de
mentalidad antes que de partido. Porque mientras impere esa mentalidad, mande quien mande, sea cual sea su partido, su color o su ideología, va a hacer exactamente lo mismo.
6 comentarios:
Estoy totalmente de acuerdo con todo lo que has dicho. Y esto que denuncias, ese afán tan nuestro de recurrir al amiguismo, a la picaresca y a señalar al que tenemos al lado con un "es que él también lo hace", en otros países se considera un delito moral; es decir, que solamente el hecho de pensar en cometer una bajeza de ese tipo provoca vergüenza en el propio individuo, pues es algo que nunca se le ocurriría hacer.
Y ahí es donde surge otro problema. ¿Qué podemos hacer para cambiar? ¿Cómo vamos a crear personas honradas, si al que es honrado la sociedad lo devora? Es como vivir en un mundo de hienas, donde cada una va a tratar de sacar la mejor tajada y al de al lado que lo zurzan. Supervivencia, le llaman algunos; yo lo llamo ser rastrero e indigno.
Por mi parte, puedo enorgullecerme de haber respondido "no" a todas las preguntas que has planteado. Eso sí, reconozco que con algunas he sentido el aguijonazo de la tentación. ¿Quién no querría que un amigo o un pariente nos enchufara a un trabajo, sobre todo cuando hay tanta necesidad? Es muy difícil ser honrado en esas circunstancias, cuando todo está en tu contra y tienes que ser tú mismo el que se saque las castañas del fuego.
Por cierto, yo he tenido que aguantar risas y burlas por decir que prefiero pagar el IVA, que no me gustaría deberle mi trabajo a un enchufe (que no es lo mismo que ayudar a una persona a que se mueva por un determinado lugar, ojo) o que creo que todo lo que tenemos se debería declarar. He recibido burlas porque he llegado a decir que en este mundo no existe el honor. Soy la Eddard Stark de mi familia, y ya sabemos cómo acabó el bueno de Ned...
Creo que la única solución es la educación en valores. Que desde la cuna, los padres, los profesores, la sociedad y los medios de comunicación eduquen a la gente para que el nepotismo y el chanchulleo sean vistos como un defecto y no una virtud. Que haya repulsa social e individual a esta actitud.
Te pongo un ejemplo: hoy en día, violadores y pederastas hay muy pocos, afortunadamente. Esto es así porque se trata de delitos con un grado muy alto de rechazo social. A la gente le repugna y le horroriza. El policía y escritor Eduardo Casas, en su libro "La Red Oscura", comenta este hecho: que los pederastas al principio no se atreven a llevar a camo sus impulsos sexuales porque tienen una barrera moral en contra muy fuerte. ¿Por qué al final acaban sucumbiendo? Porque se topan con foros y comunidades donde se dan apoyo y racionalizan y justifican su comportamiento unos a otros. ¿Qué pasa entonces? Que al verse apoyados por un grupo donde "todos lo hacen", cae la barrera moral y se atreven a lo que antes no se atrevían.
La corrupción y el nepotismo siguen un sistema similar. Por muy mal que te parezca, si te metes en un entorno donde "lo hace todo el mundo, es normal y no pasa nada", al final lo acabas haciendo. Por eso la única solución es mentalizar a los ciudadanos desde su más tierna infancia para que crean que ese delito es execrable, denunciable e intolerable. Creo que pocos políticos le guardarían las espaldas a un compañero de partido si vieran que tiene fotos de niños violados en el ordenador, pero en cambio cualquiera le guarda las espaldas al que enchufa a su cuñado, y encima aprovecha y hace lo mismo. Esa es la diferencia.
Es la cultura, pasa lo mismo en todos los países del sur de Europa, roban, mienten, sacan tajada, unos por avaricia y otros por necesidad, mientras en los países del centro y norte de Europa son mas honrados e íntegros.
Vivimos en una cultura inferior y en decadencia, lo que necesitamos es ser intervenidos culturalmente por nuestros vecinos del norte.
Lo peor de todo es la gente que sigue votando a un candidato concreto, manchado por el escándalo, porque argumentan que:
A) ¡Es mentira! ¡Es un cuento inventado por el partido rival!
B) ¿Y que? ¡Roban mas los otros / Ellos robaron antes, de manera que ahora es nuestro turno.
C) Es que "los otros" iban a ser peores / un desastre /¡comunistas! / ¡fachas! (etc)
Pero los peores de todos son (aunque rara vez se atrevan a decirlo en voz alta):
D) Me da igual que roben mientras hagan una política que me beneficie a mi, a mi grupo social, o satisfaga mis prejuicios.
Y saliéndome por completo del tema, Estelwen, quizas te guste "reinas" en RTVE-1 los martes. Malas criticas pero buena serie.
Como ya he dicho, ahora mismo da igual a quién vote la gente (respecto al tema que nos ocupa), porque cualquier español que llegue al poder, sea del color político que sea, va a hacer exactamente lo mismo. Es una cuestión cultural. De ahí que acabase mi post diciendo que, antes de cambiar de partido, habría que cambiar de mentalidad, si queremos que las cosas cambien.
No he visto la serie "Reinas"; la verdad es que no veo mucho la tele. Con toda la faena que tengo, no he tenido tiempo ni de terminar de ver "Isabel", así que imagínate. A ver si cuando termine "Isabel" le doy una oportunidad a "Reinas" (aunque no me han hablado nada bien de ella; tú eres la primera persona que lo hace).
¡Un saludo! :-)
Te recomiendo Borgen, te gustara mucho
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